No se
trata de una suerte taurina ni del arte del rejoneo, como pudiera parecer a simple vista y oido. Nos serviremos de este llamativo encabezamiento para adentrarnos en la
biografía de un joven anarquista aragonés, poco conocido, llamado Joaquín Elizondo, que encontró el final
de sus días en la campiña de Córdoba. Pereció ahogado arrastrado por las bravas
aguas del río Guadajoz en el mes de enero de 1915.
Nacido en Zaragoza en torno al año 1891. A
temprana edad se quedó sin padres lo que le empujó a buscarse la vida por sus
propios medios casi desde que era un niño. Encauzó su vida hacía una existencia
bohemia e itinerante.
Las
primeras noticias que disponemos sobre él son del año 1907, en que se hallaba alojado
en la cárcel de Estella (Navarra). Muy probablemente, por estas fechas, no se
habría iniciado aún en ideal alguno y esa corta estancia en presidio obedeciera
a pequeños hurtos a los que se viera avocado para poder subsistir (1).
Parece ser que estuvo seducido en un
principio por el ideario político del socialismo. El el nº 144- Epoca 4ª de
Tierra y Libertad (1913) recoge un artículo remitido por Galo Díez desde
Vitoria, en el que se refiere a él en los siguientes términos:
“Hará
cosa de cuatro semanas se descolgó en ésta un charlatán, un vividor, una
especie de judío errante, uno de esos que mas comen del pico que del producto
de su trabajo (según me han informado de otros puntos), llamado Joaquín
Elizondo, diciendo que había discutido con el camarada Anselmo Lorenzo.
Sus
correligionarios, los adormideras, al ver que maneja tan bien el pico,
aprovecharon la ocasión para organizar una conferencia pública sobre el tema
“Anarquismo y Socialismo”, con la intención de poner en ridículo el ideal
ácrata, hacernos tragar todos los insultos que le vengan en gana soltar y a la vez destaparnos, ya que si decíamos algo la policía se daría cuenta de quienes
componíamos el grupo ácrata en Vitoria” (2).
Al año siguiente ya aparece vinculado al movimiento
obrero anarquista. En marzo de 1914 participa en un mitin societario en la Casa
del Pueblo de Alicante organizado por la sociedad de fábricas y almacenes “La
Defensa”. Durante el acto, presidido por Manuel Esquembre, hicieron uso de la
palabra los ciudadanos Botella, Gomis, Esquerdo y “el joven anarquista
zaragozano Joaquín Elizondo” (3).
A renglón seguido dirige sus pasos hacia la región
andaluza donde sus conferencias y mítines tendrán gran acogida en los medios
libertarios, que por aquella fecha intensificaban sus campañas de propaganda
con José Sánchez Rosa al frente.
Jose Sanroma, un ecijano compañero de Sánchez Rosa y su hija Paca en sus giras por la provincia de Córdoba y Sevilla, testigo
presencial de las peroraciones de Elizondo durante una conferencia impartida en
la Casa del Pueblo de Ecija (mayo de 1914), nos ha transmitido una lisonjera
semblanza de Joaquín Elizondo:
¿Quién
es Joaquín Elizondo?
“El que hoy ocupa mi atención, y al que
le dedico estas mal hilvanadas líneas, es un imberbe, casi un niño, pues apenas
cuenta veintitrés años. A pesar de que su capacidad mental se levanta
gigantesca ante los hombres de mayor edad, debido a esto y reconociéndose a sí
mismo, la casualidad lo ha lanzado a servir de algo más útil que para lo que la
mayoría de las juventudes se emplean hoy.
Joaquín Elizondo es en apariencia
sumamente modestísimo a la vez que de simpática figura. Nacido en la heroica
Zaragoza, desde muy pequeño perdió a quienes le dieron el ser, siendo esta
quizá la fatalidad que le indujera a su vida bohemia.
Su corazón falto de los cariños paternales
se sintió empujado a buscar el espiritual alimento en el bullir de la
multitudes, que ávidas de doctrinas redentoras, quedan poco menos que
extasiados ante el joven Mesías, que les fascina con su elocuente, sincera y
vibrante oración.
Elizondo, a pesar de su excesiva juventud,
durante su peroración no se exalta en ningún momento, se declara abiertamente
anarquista, pero en unos términos tan puramente filosóficos, que sus palabras
no envuelven más que amor universal. Con clarísimo castellano, admirable
oración y gallarda postura, consigue que el auditorio fije su atención en él
durante dos y tres horas, cosa muy difícil hasta para los oradores de gran
talla. Envuelve su elocuencia con palabras tan sinceras, y de doctrina tan
fraternal y humanitaria, que sus argumentos son plenamente convincentes.
Hace apología de todos los grandes
hombres, aunque hallan militado en distinto campo, admira a Pi y Margall,
Costa, Benot, Zorrilla, Esquerdo y otros muchos entre los republicanos, a
Carlos Marx, August Bebel, Bakunin, Kropotkin y todo aquel que con sus actos
haya sido ejemplo de sus ideas. Ataca con dureza a los obreros que llamándose
anarquistas siembran la discordia entre sus compañeros. Aconseja al mismo
tiempo que el proletariado está obligado como medio a ayudar a los partidos
puramente demócratas, pero nunca admitirlo como fin. Sus viajes por Francia,
Italia y Suiza le han demostrado que cuando el estado es más democrático es
mayor la cultura del obrero y su libertad, sin negar por eso que no exista la
tiranía propia de todo Gobierno” (4).
El resto de su vida lo pasaría en la campiña de
Córdoba donde sus propagandas tendrían una excelente acogida. Colaboró con los
núcleos sindicalistas de la comarcal de Castro del Río a la hora de reafirmar y
extender su ideario por aquellas poblaciones en las que por la competencia no
había arraigado el anarcosindicalismo.
Un
ejemplo claro, lo encontramos en la controversia mantenida con Eloy Vaquero en
su pueblo natal. El republicano lerrouxista cordobés en su libro “Del Drama de Andalucía” se ocupa de aquel respetuoso cruce de pareceres sostenido con
Elizondo en el Centro Obrero Radical de Montalbán:
“Otra
vez me encontré en M. con Elizondo, un joven que parecía proceder de lejanas
tierras, haber leído muchas cosas y pertenecer al tipo de los anarquistas
místicos.
El
y uno que le acompañaba, y el Presidente del Centro Radical y yo, sostuvimos en
público una controversia.
Mi
contradictor, que se expresaba con facundia brillante y apasionada, se elevó a
lucubraciones sutiles sobre materia religiosa, y sobre el amor libre y otras
bellezas de la sociedad futura. Nada de soluciones concretas y actuales.
Yo tenía una argumentación especial para
casos análogos.
……
Declaré
que aceptaba todas y cada una de las hermosas síntesis del Ideal Supremo por mi
recordadas, y también la esbozada por Elizondo; porque cualquiera de ellas era
inmensamente superior en verdad y en bondad, a las formulas del régimen social
presente.
Añadí que tampoco desconocía ni repudiaba la
aspiración sindicalista de apoderarse de los instrumentos de la producción y
organizar ésta sobre las bases de los sindicatos; que así mismo tenía
informados a mis amigos acerca de la táctica sindicalista, de acción directa
por la huelga, el boicot, el label, el sabotaje; que encontraba excusables las más
suaves de esas armas, y, en ocasiones, hasta la más violenta.
……
Elizondo y yo quedamos amigos francos y
leales. Y experimenté un sincero pesar, cuando no mucho tiempo después de
aquella polémica respetuosa, me dieron la terrible noticia de que huyendo de
Espejo por temor a las persecuciones de las autoridades, había perecido ahogado
al pasar el Bajosillo” (5).
Juan Díaz del Moral, también testigo directo de
aquellos movimientos sociales, le reserva un hueco en su Historia de las agitaciones campesinas andaluzas:
“Sin que nadie le llamara ni supiera
exactamente su nombre y su procedencia, a principios de 1914 se presentó en la
comarca sindicalista el joven Elizondo, de palabra fogosa y elocuente, que por
su actuación y su trágico fin dejo perdurables recuerdos entre los
trabajadores. En los ocho o diez meses que permaneció por aquí pronunció
infinidad de discursos y sostuvo duelos oratorios no sólo en los pueblos
profesos en el sindicalismo, sino en los que empezaban a iniciarse en él, como
Montalbán. Su osadía verbal en los mítines corría pareja con su miedo a la
Guardia Civil. Huyendo a todo correr de una persecución que no tenía más realidad
que la que le prestaba su fantasía, se ahogó al atravesar el Guadajoz a
principios de 1915” (6).
El Guadajoz a su paso por Castro del Río (Fot. Castella) |
El 1º de Junio participó en un mitin pro-presos
organizado por el CIO-SOV de Castro del Río. Una vez finalizaron en el uso de la palabra los oradores locales Ildefonso Bello, Juan Lucena Villatoro, Pedro Algaba,
Antonio Pérez Rosa, Rafael Peña (Espejo) y el maestro del centro obrero Salvador Cordón Avellán, Elizondo desplegó sus dotes de oratoria en un maratoniano discurso
que duró algo más de dos horas (7).
Terminado aquel acto marchó en compañía de Rafael
Peña con dirección a la vecina villa de Espejo en la que permanece mientras se obtiene el permiso de la autoridad para dar otra conferencia.
A los pocos días desaparece y no se vuelven a tener
noticias suyas hasta el 20 de febrero de 1915, en que un vecino de la aldea de
Santa Cruz, llamado Antonio Ventura, al pasar de mañana por el sitio denominado
la Vega de las Arcas, vio el cuerpo de un hombre sujeto a un taraje en la
margen izquierda del rio Guadajoz. Inmediatamente puso el hallazgo en
conocimiento del comandante de puesto más cercano de la capital cordobesa, a
cuyo término pertenecía el lugar en el que se halló el cadáver. Se personó el
juzgado en el lugar de los hechos, donde efectivamente vieron a un hombre ahogado
que vestía blusa clara a listas ceñida, camisa de franela, también listada,
chaleco, pantalón, faja y botas negras. Según el estado de descomposición del
cuerpo debía de llevar en el agua aproximadamente un mes.
Identificado,
resultó ser el joven de 22 años Joaquín Elizondo, conocido en la comarca por
sus propagandas de ideas avanzadas. La crónica refiere una última conferencia
pronunciada en Espejo el día 18 de febrero.
Sus restos
mortales, por mandamiento del juez, fueron trasladados al Cementerio de la
Salud de la capital cordobesa (8).
La fosa común del cementerio acogería los restos del
joven Elizondo, que durante el tiempo que estuvo en la comarca sindicalista había
adoptado la indumentaria propia del jornalero. Como creo que se conservan los
libros de registro del Cementerio, esperaremos a ver si nos surge la oportunidad
de comprobar su inscripción y así completar sus apellidos y certificar su
naturaleza. Tal cometido queda abierto a cualquier voluntario que se preste a
la colaboración.
Recientemente se ha publicado en un "BOJA Full" (9) la creación de la Dirección General de Des-Memoria
Libertaria de la Comarcal Cordobesa de la CNT.
Provisionalmente
el mantenedor de este espacio se ha hecho cargo de tal responsabilidad, de
momento, sin partida alguna con cargo a
los presupuestos generales de la comunidad autónoma. Pretendemos acumular
méritos, con vistas a que, para cuando mejore la situación económica, podamos
tener acceso a uno de esos puestos de libre designación que nos liberen de la
actual tiranía laboral a la que nos hallamos sometidos algunos trabajadores del
sector público. De manera que, a partir de ahora, de una manera regular, se irán
publicando entradas con la etiqueta de “Biografías Obreras” y “Castro Libertario”.
Queremos extender nuestras investigaciones a poblaciones de la comarca que
tuvieron un peso significativo en el obrerismo de signo anti político: Bujalance,
Espejo, Fernán Núñez, Montemayor, Baena, etc, e incluso, a algunas de la vecina provincia de
Jaén como Lopera, que durante el Trienio Bolchevique se movió en su órbita
organizativa, Torreperogil, Peal de Becerro, Ubeda o Torredelcampo.
En preparación
aproximaciones biográficas a las destacadas personalidades de José Dios Criado “El
Decano” y Antonio Elías Herencia “Parraguilla”.
NOTAS
(1) El Eco de Navarra (2 de mayo de 1907).
(2) Tierra y Libertad. Epoca 4ª – nº 144 (15 de
enero de 1913).
(3) La Unión Democrática: órgano oficial del
Partido Republicano Progresista de la provincia de Alicante (31 de marzo de
1914).
(4) El País (27 de mayo de 1914).
(5) Eloy Vaquero / Del Drama de Andalucía:
Recuerdos de luchas rurales y ciudadanas.
Colección Díaz del Moral. Córdoba 1987. Apéndice biográfico y notas de Juan
Ortiz Villaba.
(6) Juan Diaz del Moral / Historia de las
agitaciones campesinas andaluzas. Alianza Editorial 1984.
(7) Tierra y Libertad Epoca 4ª (mitin celebrado en
Castro del rio en enero de 1915).
(8) Diario de Córdoba (26 de febrero de 1915).
(9) Boletín Comarcal de las sociedades e
individualidades adscritas o cercanas a la Regional Andaluza de la Confederación Nacional
del Trabajo (pedidos a http://decastroero.blogspot.com.es
)
El ahogamiento del joven Elizondo me resulta cuando menos sospechoso. Sobre todo las declaracione, supongo que de la guardia civil, que clasifican la persecución como producto de su ¿fantasía? habría que ver que entendía éste por fantasía.
ResponderEliminarQué pena que muriera tan joven y en esas circunstancias.
Por otra parte agradecer a Alberto la publicación de estos trabajos de investigación tan ilustrativos a la vez que entretenidos e interesantes que están consiguiendo reconciliar mi sentimiento castreño orgulloso de su colaboración en la lucha obrera
Las referencias a su miedo patológico son de Díaz del Moral, lo que se contradice un poco con la osadía verbal de la que hacía gala este muchacho. Entre los informantes del notario de Bujalance se hallaban obreros y algunos influyentes miembros de la patronal agrícola cordobesa. No podemos descartar que ese “San Benito”, a modo de chanza, se lo se lo colocaran éstos últimos después de su trágico final. Según la mentalidad propietaria se trataba de un elemento que de alguna manera venía a perturbar la paz social que a ellos les convenía.
EliminarGracias Toñi por seguirme y por esas palabras de aliento. Un saludo. Creo conocerte de mi etapa de residente en aquella villa.
Es verdad, la alusión a los miedos o fantasías de Elizondo no provenían de ningún informe de la benemérita. Me di cuenta nada más enviar el comentario. Devoro tus escritos con tanta precipitación que a veces interpreto libremente y no es raro que en este caso haya culpado a la guardia civil de la contradictoria apreciación.
EliminarY sí, nos conocemos del pueblo aunque no coincidieramos mucho pues entonces yo andaba por Granada. Ahora vivo en Martos y tengo que decirte que durante un tiempo viví en Motril, en Rambla de Capuchinos y todos los veranos pasamos parte de las vacaciones en Torrenueva. Trabajé durante un tiempo en Calahonda y en Salobreña y son muchos los contactos que sigo teniendo con amigos marengos como me gusta llamarlos cariñosamente. Así que fíjate qué de casualidades nos unen en tres provincias. Un abrazo amigo
Buenos dias
ResponderEliminarMe gustaria saber si finalmente hizo alguna aproximacion a la vida de Antonio Elías Herencia “Parraguilla”. Si no es asi, megustaria saber si tiene informacion de él. Gracias
Si tengo alguna, hasta una foto. Pásame tu correo.
EliminarBt
ResponderEliminarAntes de nada gracias. Le paso mi correo : anelta1971@gmail.com
Un saludo
Hola!!! Decirte que mi abuelo Diego García de dios Elías era primo de Antonio Elías herencia
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