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Catálogo Monumental de la Provincia de Jaén (1913-1915) |
Estas dos estatuas femeninas vestidas son de época romana (siglos I-II d.C), y tal como aparece en el pie de foto, proceden de la antigua Obulco (Porcuna). Su hallazgo se remonta
a los tiempos del reinado del emperador Carlos V (1516-1556) y detrás de ellas hay una
larga historia que contar en la que nos vamos a detener tirando de diferentes fuentes
historiográficas.
Las primeras noticias nos las proporciona el epigrafista y viajero arqueológico cordobés Juan Fernández Franco
(1520-1601) coetáneo del hallazgo. En su cuaderno de “Antigüedades de la Bética ” remitido al doctor Siruela por Don Nicolás Antonio y dedicado
al Marqués de Comares, se dice hablando de Porcuna:
“Hay
allí hoy día en la fortaleza una torre muy
principal hecha por los romanos. Pues en esta villa se descubrió en una casa un
gran edificio, y basas y estatuas, y el señor Marqués de Priego fue allí por
verle, y compro la casa para que fuese suyo lo que de allí se sacase, y
halláronse tres estatuas excelentes de alabastro, muy poderosas, en una bóveda
como capilla, la una de Plubio Cornelio Felix y otra de su mujer y otra de su
hijo Plubio Cornelio Valeriano, y entre ellos se hallaron muy excelentes
basas, y una piedra de las de la tierra de la Campiña, muy fuerte y muy bien labrada, con su epitafio que se halló junto a las estatuas. Todo lo cual el marqués mando traer a su castillo de la villa de Cañete,
y allí están las estatuas y las piedras”.
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Dibujo de Cecilio Pizarro (1850) |
La Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa, en el
capítulo dedicado al lapidario romano de la antigua Obulco, incluye nuevas
noticias sobre este hallazgo, al parecer, tomadas de una de las múltiples copias
manuscritas sobre la original de Fernández Franco a la que tuvo acceso su autor
en la Biblioteca Pública de Córdoba:
Martín Ximena Jurado
en sus “Antigüedades del Reino de Jaén”,
manuscrito que se conserva en la Real
Academia de la
Historia , fechado en 1636, proporciona también información
detallada sobre este hallazgo:
“El Ilustrísimo Señor don Pedro Fernández de
Córdoba, primer Marqués de Priego, bisabuelo del marqués, mío Señor, fue con el
doctor don Jerónimo de Morales, su médico, y padre del cronista Ambrosio de Morales,
y del doctor don Agustín de Oliva, a la villa de Porcuna, por su persona, a ver
unas grandes antigüedades de estatuas y letreros que se habían descubierto en
casa del vecino Jorge Vélez, cerca de la Iglesia de San Benito”
“Las
estatuas son de muy gran perfección y muchos talladores y canteros las vienen a
ver. Quisieron en Porcuna impedir que las trajesen a Cañete, por la disposición
de la LEY NEMINI CODICE DE EDIFICIIS PRIVATI, “por la que no se pueden sacar
cosas de los municipios, que parece es honra y autoridad de ellos; pero todavía
se trujeron”. Estas estatuas están a los lados de la puerta principal de dicho
Castillo”.
“El
Marqués Don Pedro de Aguilar supo que en una casa de Porcuna avían descubierto
unas estatuas y sus letreros con ellos; compro la casa y llevándose en unos
carros a su villa de Cañete las estatuas y basas y letreros; púsolas dentro de
su castillo a la puerta de su aposento; las estatuas eran quatro de padre y
madre y un hijo y una hija. La del padre e hija estaban enteras. Las otras a
pedazos son muy grandes y muy lindas”.
Incluye Ximena un dibujo con la inscripción que figuraba en la
lápida funeraria hallada en el mismo lugar:
En 1850, el erudito cordobés Luís María Ramírez y las Casas-Deza publica un artículo
en El Semanario Pintoresco Español (le acompaña esa bonita ilustración de
Cecilio Pizarro mostrada anteriormente), donde se ocupa de la
historia del Castillo de Cañete de las Torres, reparando forzosamente en esas
estatuas:
Incluye también una nueva transcripción de lápida encontrada
junto a ellas, aunque no las relaciona:
Francisco Piferrer en su "Trofeo heroico: armas,escudos y blasones de las provincias y principales ciudades y villas de España" (publicado en 1860), también menciona la existencia en Cañete de las Torres de “dos
estatuas de dos varas de alto que representan a las diosas Venus y Ceres”, que deben de ser las mismas a las que nos venimos refiriendo desde un principio, asociadas ligeramente a esas deidades femeninas romanas.
Es el Inventario Monumental y Artístico de la Provincia de
Córdoba de Rafael Ramírez de Arellano, cuyos trabajos realizan durante los años
1902-1904, en el artículo dedicado a la localidad de Cañete de las Torres, incluye una reseña más descriptiva sobre esta estatuaria:
“En uno de los patios del castillo hay dos
estatuas vestidas con túnicas y peplos. Una tiene el peplo recogido debajo del
brazo y la otra lo tiene por encima del hombro, como hoy se esboza la gente la
capa. A ambas le faltan las manos y a una todo el rostro, que, a juzgar por el
corte, parece debía ser de pieza distinta y haberse desprendido. Son esculturas
de la misma época y aun de la misma mano, bastante buenas. Están bien
conservadas, excepto las cabezas y hoy se ven embadurnadas de cal. Estas no
atestiguan nada sobre la antigüedad de Cañete, porque el primer Marqués de
Priego las compró en Porcuna y las trasladó a su castillo según asegura Franco,
su contemporáneo. Las estatuas son de P. Cornelio y su mujer, según la
inscripción número 2141 de Hubner”.
No aparece mención alguna a esas otras estatuas (una masculina),
basas y letreros (lápida funeraria con inscripción) mencionadas en las fuentes
antiguas.
Una década más tarde, cuando Enrique Romero de
Torres se persona en Cañete para fotografiarlas e incluirlas en su Catálogo
Monumental de la Provincia de Jaén, de todo aquel material trasladado por el Marqués
de Priego hasta aquella fortaleza en el siglo XVI “no queda más que dos estatuas, las cuales por mis gestiones han sido
cedidas al Museo de Bellas Artes de Córdoba”.
Año 1925
Cuando fueron llevadas a Córdoba, a la escultura que aparece
coronada con una cabeza le fue retirada, tal vez por deterioro o por una valoración
clara de no corresponderse con su original.
El pintor Julio Romero de Torres durante sus estancias cordobesas gustaba de la calma y frondosidad del patio de su casa ("delicia para el corazón, reposo para sus ojos"). Esa serenidad clásica transmitida por estas damas obulquenses, entre las que depositaba su caballete, le debió servir en mas de una ocasión como fuente de inspiración.
El arqueólogo e
historiador del arte, Antonio García y Bellido, en su libro “Esculturas romanas de
España y Portugal” (CSIC- 1949) les dedica unas páginas y las
incluye como ilustraciones. Se ve que debió conocerlas a través del fondo
fotográfico del Catalogo de E. Romero de Torres, de manera que durante el proceso de gestación de la obra mantuvo correspondencia con su autor, que le proporcionó información y nuevas fotografías de las mismas:
Antonio García y Bellido:“Esculturas romanas de España y Portugal” (CSIC- 1949). Páginas 201-202 y lámina 169.
(figura izquierda)
Mármol blanco de 1’50 m. hallada en Porcuna
(lugar de la antigua Obulco), en la provincia de Jaén, junto a la que presenta
el número siguiente. Según me comunica don Enrique Romero de Torres, parece ser
que el marqués de Priego, las trasladó a mediados del siglo XVII, con otra
estatua, romana también, de varón, al castillo de Cañete de las Torres,
convertido luego en casa de labor, donde se encontraban cuando su propietario,
el duque de Híjar, se las regaló “hace muchos años” (carta de 18 de febrero de
1948). Córdoba. Museo de Bellas Artes. Colección arqueológica particular “Romero
de Torres”. Propiedad de doña Ángeles Romero de Torres.
“Muestra paños de pliegues finos y técnica
simple, pero suaves de efectos. Tipo corriente y trabajo local, aunque bueno,
del siglo I. La cabeza, brazos y manos fueron piezas aparte”.
Antonio García y Bellido:“Esculturas romanas de España y Portugal” (CSIC- 1949). Páginas 201-202 y lámina 169.
Creo que hoy deben
seguir expuestas y hermanadas en el patio del antiguo Hospital de la Caridad ( que fuera vivienda de los Romero de Torres), desde el que se accede indistintamente
al Museo de Bellas Artes y al nuevo creado en 1931, en el mismo sitio, para
perpetuar la memoria del hijo ilustre de la ciudad de Córdoba, el pintor Julio
Romero de Torres.
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