Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

28 septiembre 2010

Sociedad Obrera Luz del Porvenir de Castro del Río (1903-1905) 1ª parte

Diario de una Huelga General "Revolucionaria"

 
    En los primeros años del siglo XX, surgen en torno a Córdoba (Espejo, Villafranca, Fernán Núñez, Bujalance, Cañete, Castro del Río…), sociedades obreras campesinas de inspiración anarquista, que ya durante el año 1903, van a acoger con gran entusiasmo la Huelga General, como nuevo método de acción del proletariado rural. Durante la crisis agraria de 1905, parecen reproducirse viejas formas de protesta (motines, algaradas, asaltos, etc.), aunque sólo en su aspecto externo, pues en el fondo ya se había deshecho de gran parte de esa carga de espontaneidad que las caracterizaba, y detrás de ellas nos encontramos a sociedades obreras como promotoras o inductoras de las mismas.

Plaza del Ayuntamiento y Mercado Público de Castro del Río

    En Castro del Río, ya durante este período, las organizaciones obreras empiezan a tener un especial protagonismo, a través de la sociedad obrera Luz del Porvenir, que participaría activamente en las dos ondas conflictivas que se dan durante el mismo:                                                                                 

  • 1903 con la huelga de verano, y sendos conatos en otoño e invierno.
  • 1905 con sus actuaciones en relación a la crisis obrera.
    
    El conocimiento que hoy tenemos de este breve, y no menos intenso, período del obrerismo local parece limitarse a las cortas reseñas, que sobre estos dos momentos de máxima conflictividad, incluye el notario e historiador de Bujalance Juan Díaz del Moral en el capítulo 8º de su "Historia de las agitaciones campesinas andaluzas", cuya lectura provocó en el autor de este trabajo, la necesidad de acercarse a nuevas fuentes con las que poder ampliarlo.

    La S.O. Luz del Porvenir de Castro del Río, va a iniciar su andadura a principios del mes de Marzo de 1903 con un prototípico obrero consciente a su cabeza, Justo Heller, a quien, sin duda, hay que atribuirle la organización y dirección durante estos primeros momentos.
    Juan Díaz del Moral, se refiere a este dirigente obrero, mostrándonoslo como una persona de gran influencia a nivel local: "... ejercía sobre las muchedumbres obreras la misma sugestión que los grandes conquistadores sobre sus soldados. El empresario de teatro que tenía la fortuna de conquistar el favor de Justo Heller conseguía espléndidas ganancias. Cuando Justo recomendaba una función quedaba rápidamente agotado el papel de la taquilla" (1).
   Su especial ascendiente y la escasa información que tenemos sobre él, me llamó la atención, intentado averiguar algo más sobre su vida.
   El apellido, parece delatarnos un origen foráneo. En el copiador de correspondencia con el Gobierno Civil se recoge una comunicación, en la que el Sr. Alcalde de Castro del Río remite al Sr. Gobernador Civil de la provincia, la  información recabada del presidente de la S.O. sobre el número de socios con que ésta contaba a mediados de Marzo, y que ascendía hasta 42. Aparece escrito, en el margen superior derecho, su nombre y apellido en letras pequeñas. Seguramente el funcionario de turno lo debió apuntar, al ser la primera vez que lo escribía, y así asegurarse la grafía correcta al transcribirlo al escrito definitivo (2). Aunque el tal Heller, tras consultar padrones y censos electorales de la época, era castreño de pura cepa, residente en la calle el Baño, solo que para conseguir cierta impronta revolucionaria o para preservarse de acciones represivas contra él, invirtió su verdadero apellido Reyes (Seyer –Seller- Heller).
Cuando durante el periodo de crisis del obrerismo (a raíz de ciertas maniobras caciquiles) desaparece de escena, Justo Reyes se esfumará también de los padrones.

    El Reglamento por el que se regía esta sociedad, era el mismo de la mayoría de las sociedades de esta exaltación de principios de siglo, que estaba trascrito, casi literalmente, del de la Sociedad de Obreros Agricultores de Espejo (1901), que a su vez procedía de los típicos reglamentos aprobados en el Congreso de Sevilla de 1882 (3).

    A mediados de Abril, en vísperas de las elecciones a Cortes convocadas para el día 26 de ese mismo mes, la S.O.L.P iba a intentar hacer su presentación oficial en público, a través de un mitin (solicitado bajo el epígrafe "sobre intereses generales de la clase obrera") y una proclama impresa en hoja suelta (hojas volanderas). Pero, ni una cosa ni la otra fueron autorizadas, porque "pudieran producir algún trastorno en la tranquilidad que reina en el municipio". No conocemos el contenido de dicha proclama, pero sí la valoración que la autoridad hizo de ella, y que nos pone en la pista de su línea ideológica: "Llamamiento a la clase obrera excitando sus ánimos, a la vez que se ocupa en mal sentido de la religión, de la política y de la burguesía" (4).
   El aumento en el número de socios debió de ser vertiginoso durante estos primeros momentos, y un par de meses después, la S.O. se debió sentir respaldada por un número suficiente de afiliados como para afrontar lo que sería su primera actividad reivindicativa seria: la huelga de siega planteada entre los días 22 de Junio y 10 de Julio de ese año.

LA HUELGA (22 de Junio al 10 de Julio de 1903)                  

    Esta primera huelga, en la historia del movimiento obrero en Castro del Río, hemos de considerarla a su vez, como una de las primeras huelgas de siega en la provincia de Córdoba. Aunque un año antes, a principios de Junio de 1902, los campesinos de la capital plantearon una, fue  rápidamente abortada por la Guardia Civil, y apenas si duró un día (conato de huelga). De las de 1903, que coinciden con la recolección de cereales, sólo la de Cabra es anterior cronológicamente a la de Castro (día19), pero también fue muy corta (sólo dos o tres días). Y las demás (Villafranca, Espejo, Nueva Carteya, El Carpio, etc.) son ligeramente posteriores, y ninguna se aproxima a ella en intensidad y duración, pues se resolvían rápidamente con mejoras salariales. Sólo las de Fernán Núñez son equiparables en intensidad, aunque fueron mucho más cortas (5).

 Cuadrilla de segadores

   Esos casi veinte días de pulso sostenido, la convierten, como el propio Díaz del Moral reconoce, en una de las más importantes del periodo en Andalucía, junto a las de Jerez, Arcos, Alcalá del Valle, Antequera, Carmona o  Morón (6).
 
  Esa superior duración con respecto a otras de la provincia, se debe fundamentalmente a dos hechos:
  
1.      Se va a plantear cuando más daño hace, iniciada ya la recolección de cereales, revistiendo así al conflicto de cierta trascendencia; no como las de Córdoba o Bujalance (planteadas en Abril y Mayo respectivamente), cuyo "momento de declaración parecía deliberadamente escogido para procurar su fracaso" (7).
 
2.      El peso específico y la unidad de la propia S.O. que la convoca, cuya fuerza numérica estaría en torno a los 1000  socios, si damos crédito a la información suministrada por el corresponsal del diario El Imparcial de Madrid en Montilla durante la huelga (8), y muy lejos de los 2000 que Díaz del Moral menciona (9), pero que no localiza temporalmente, y que seguramente se correspondería con un periodo algo posterior, quizá después de las mejoras salariales y de condiciones de trabajo conseguidas para las faenas de Otoño e Invierno.
 
    Jacques Maurice en su tesis sobre el Anarquismo andaluz (obligada referencia para quienes nos acercamos a este tema), destaca la importancia de la organización y preparación, en estos movimientos de principios de siglo, desestimando la presunta improvisación apuntada por Díaz del Moral para la provincia de Córdoba (10). Antonio Barragán Moriana, en un interesante estudio sobre la conflictividad social en la provincia de Córdoba durante este periodo, también resalta " el alto nivel de organización del campesinado en las filas anarquistas, aún sin lograr una estructura comarcal estable", y al referirse a estos movimientos huelguísticos de principios de siglo opina que aunque todavía “en esta coyuntura no obedecen a un plan de acción generalizado, sí demostrarían una gran capacidad de contagio en su desarrollo" (11).  
 
    En el caso concreto que nos ocupa, Castro del Río, el tema táctico debió de estar lo suficientemente preparado. No podemos olvidar, que durante estos primeros años del siglo se celebraron varios Congresos de la denominada Federación de Sociedades de Resistencia de la Región Española (FSRRE), de tendencia anarquista, en los que se iban a adoptar acuerdos y marcar pautas sobre cómo hacer la Huelga General, insistiéndose en la necesidad de prepararla cuidadosamente, reforzando la organización. Las sociedades obreras de la provincia de Córdoba, aunque no estuvieron presentes en el III Congreso de la FSRRE celebrado en Madrid en el mes de Mayo de 1903, serían conocedoras de sus acuerdos. Además, la prensa obrera anarquista estaba llena de consignas al respecto durante estos años, especialmente el decenal barcelonés “La Huelga General” fundado y financiado por Francisco Ferrer Guardia. Este vocero anarquista refleja el entusiasmo con que se recibió la táctica de la huelga general como medio de conseguir la revolución. Considerado subversivo por las autoridades, fue muy perseguido y Clariá, su director, sufrió procesos y encarcelamientos (12). En Abril de 1903 la sociedad obrera Luz del Porvenir aparece en su lista de suscriptores, cuyo pago, curiosamente se hacía con sellos de correos remitidos por correo postal (13).
   Es precisamente, la importancia de ese aspecto táctico en esta huelga protagonizada por los obreros agrícolas de Castro del Río, la que la convertirá en una de las más intensas y largas de la provincia. 
  


   Ateniéndonos, a la diferente intensidad por la que el conflicto pasa en cada momento, lo hemos dividido en varias fases perfectamente diferenciadas entre si:

A.- Huelga pacífica (desde el día 22 hasta el 27 = 6 días)

   La huelga se inicia el día 22, vísperas del tradicional descanso de San Juan, en el que comisiones de jornaleros de la S.O.L.P. en grupos de 15 ó 20 van recorriendo la campiña invitando a los segadores a dejar el trabajo. Se retiran todas las cuadrillas, y con ellas, todo o casi todo el personal de las eras, en número de ochenta cortijos (14).

Operaciones de trilla en la era

   El día 23 a primera hora de la mañana, coincidiendo con las quejas de los labradores y la denuncia del abandono de los campos hecha por el Tte. de la Guardia Civil, el presidente de la S.O., Justo Heller, va a presentar al Sr. Alcalde D. Andrés Criado Rodríguez (Liberal) un programa con los "precios y bases por los que han de regirse los trabajos de recolección", para que éste a su vez lo ponga en conocimiento de los labradores (15).
   Estos, van a ser requeridos inmediatamente por el Alcalde para ser informados. A las doce de la mañana se celebró una reunión entre Alcalde y labradores, de la que salió una comisión patronal encargada del estudio de las bases (16).
   Por lo que respecta al contenido de esas "Bases", sólo disponemos de la fraccionaria información que podemos entresacar de las diferentes fuentes consultadas (17). Así por ejemplo, entre las peticiones ocupa un lugar principal la supresión del destajo, rechazándose por completo esta forma de trabajo, y solicitando a cambio un jornal de 2 pesetas., comida y reducción de jornada. Por lo que respecta a este último aspecto, la petición no se debía parecer en nada a la famosa base 5º de Bujalance ó 4ª del Carpio, que desde la prensa conservadora de la provincia se calificaba como "exagerada e inadmisible"(18) (4h.30 m. reales de tiempo trabajado- 7 h 30 m de descansos y desplazamientos), ya que en ningún momento de las negociaciones tenemos noticia sobre desacuerdo con respecto a este punto. Fundamentalmente, lo que se pretende con la negativa de trabajar a destajo, es la implantación de un sistema moderno de salarios, pagados por jornadas y con horas fijas de trabajo, pero la intransigencia de la clase patronal agraria en este punto, será la que convierta las demandas jornaleras en revolucionarias.
   Desde las filas obreras, los motivos que se esgrimen para oponerse al destajo son numerosos. Sólo señalaremos el más importante, la competitividad que se genera (sobre todo entre jornaleros locales y forasteros), fuera de lugar en la deseada sociedad anarquista, en la que debían de prevalecer otros valores más positivos como la solidaridad.

   En la tarde noche del día 24, la S.O. va a intentar celebrar un mitin fuera de su centro, que el Sr. Alcalde, mostrando un celo en extremo inoportuno lo prohibió (seguramente llegaría a celebrarse en cualquier lugar de las afueras previamente convenido, o en la propia sede de la S.O.).  La celebración de éste, respondería a la necesidad de organizar la huelga y orientar a los jornaleros socios sobre su actuación en ella, ante el inminente rechazo de los labradores, que se hizo público esa misma noche (19).
   Tras conocerse el rechazo de las bases, el día 25, desde por la mañana temprano, grupos de jornaleros (piquetes) se van a distribuir por la Redonda de la población para impedir la salida de los hateros no socios que pretendían trabajar en los ruedos, situación que se repetiría en los días sucesivos (20).
   El día 26 por la tarde, y con el Alcalde de mediador, se celebró la primera reunión entre las comisiones representativas de obreros y labradores para intentar un acercamiento de posiciones: los labradores perecen dispuestos a aceptar la subida salarial propuesta, pero su intransigencia es absoluta en la pretendida abolición del destajo (recolección rápida y barata). En ella se acordó además, celebrar una nueva reunión una vez que los labradores elaboraran un programa contestando a las bases jornaleras.

    La expectación que levantó esta primera reunión, debió ser importante, y  el testimonio del Sr. Alcalde en sus telegramas con el Gob. Civil parece confirmarlo: "Con motivo de un entierro desfilaron en el momento de la reunión más de 1000 hombres por la Casa Consistorial" (21), (podríamos pensar, que tal concentración se pudo deber a una estrategia intimidatoria perfectamente planificada desde el C.O., para meter presión.)
   La sede de la S.O. se encontraba a todas horas abarrotada de hombres y mujeres, los ánimos parecían cada vez más exaltados. Durante el día 27 empiezan a circular entre la población, el rumor de "que de no avenirse pronto los obreros con los patronos, saldrán los jornaleros asociados a obligar a los ganaderos a que abandonen los cortijos" (22).

 B.- Fase tensa (desde la ruptura de las negociaciones del día 28, hasta la declaración de Huelga General para el día 30).
   El día 28, los labradores van a formular sus bases contestando a las presentadas por los obreros, "mejorando en mucho todas las condiciones" (Alcalde), siendo remitidas al C.O. requiriendo a una comisión de éste para reunirse a discutirlas.
   Pero, para sorpresa de labradores y autoridades, que confiaban en que una simple mejora salarial iba a ser suficiente después de una semana de paro, se encontraron con el rechazo sistemático del C.O., no accediéndose, desde éste, ni tan siquiera, a una nueva reunión de las respectivas comisiones (23).
   Desde la prensa conservadora de la provincia, también se compartía esa idea de una pronta solución, pues al referirse a la huelga agrícola declarada por estas fechas en la vecina localidad de Espejo, la considera como una continuación de la de Castro "que se va terminando", cuando, es precisamente a partir de ahora cuando empieza a adquirir una especial intensidad (24).
   Esta negativa inesperada, iba a provocar, por primera vez a lo largo del conflicto, un estado de máxima alarma entre las clases acomodadas, cuando todavía, ni tan siquiera, se había declarado la tan temida Huelga General, y ésta seguía siendo pacífica (sólo las típicas coacciones).
   En este contexto, habría que incluir la información que Díaz del Moral nos suministra sobre la actuación de los jornaleros castreños: "Grupos discurriendo silenciosamente por las calles, abstención de entrar en las tabernas, ni una petición ni una tentativa de parlamentar"(25).

 Plaza de San Rafael

   La impresión ejercida por esta primera demostración de fuerza de los jornaleros de Castro debió ser muy grande. Las palabras del Sr. Alcalde recogidas en los telegramas enviados hacia el Gob. Civil, son un testimonio de primera mano del ambiente que se respiraba (26): "He observado que muchos de los asociados presentan caracteres anárquicos, puesto que sólo buscan serios acontecimientos, al no aceptar las bases que coinciden con las presentadas por los obreros"(menos en la abolición del destajo); "Los labradores exigen que se garanticen sus personas, que es lo que les preocupa, pues dado el estado de las cosas, en nada se aprecian los perjuicios materiales, toda vez que se temen bruscas agresiones, y así lo considera esta Alcaldía vista la contestación de los jornaleros y las amenazas que dirigen. Urge manden fuerza pública para responder agresiones y garantizar personas y propiedades".
   Llevadas las cosas a estos extremos medrosos, la autoridad municipal empieza a buscar responsables, y las primeras culpas van a caer directamente sobre la comisión de huelga: "Son unos seis individuos los que alimentan estos disturbios, y considero debería dar orden V.S. a la Guardia Civil para que dichos sujetos fueran conducidos ante su autoridad, para que con ellos se tomaran las medidas convenientes"(27). (Clara invitación a la coacción e intimidación para con los dirigentes obreros, como recurso desesperado para intentar controlar la situación.)
   Sin embargo, la actuación de la autoridad se quedó en simples multas. En el C.C.A.J. consta la remisión al Juzgado Municipal. de las multas impuestas por la Alcaldía a 6 individuos (28): Mateo M. Prados, Cristóbal Bravo Campos, Juan Manuel Centella, Antonio Moreno Aranda, Antonio Sánchez Rincón y Manuel Berral Gálvez. Todos tienen en común su profesión de jornalero, pero poco más podemos decir sobre ellos, puesto que en periodos posteriores de agitación, como la crisis obrera de 1905, ya no ocuparon un papel protagonista. Sólo tenemos referencias de un Antonio Moreno que firma un escrito fechado en noviembre de 1905, como presidente accidental de la efímera S.O. Amor al Trabajo, que tenía su sede, según consta en dicho oficio en la C/ Pósito  nº 7 (29).
   El día 29, a las cinco de la tarde, pese a la desaprobación del Sr. Alcalde se llegó a celebrar un Mitin obrero en el patio de armas del Castillo (Plaza de Toros) (30), en el que se  decidió la Huelga General para el día siguiente, y para hacerla efectiva se repartieron la responsabilidad de salir a los cortijos a recoger a los ganaderos hijos de socios y retirar de las casas a las criadas de servicio hijas de socios.   Esa misma noche, el Alcalde, intentó dar a conocer al Sr. Gobernador el anunciado paro general para el día siguiente, pero le resultó materialmente imposible; desde las 10 de la noche hasta las tres de la madrugada permaneció, junto al Jefe de Línea de la Guardia Civil, en la oficina telegráfica, situada en la C/ Jurado, intentando comunicar, y teniendo que desistir al resultar inútiles todos los esfuerzos del oficial de telégrafos, sospechándose de un corte de líneas protagonizado por los obreros.(31) Este hecho provocó un retraso importante en la llegada de refuerzos de la Guardia Civil , permitiendo que durante todo el día 30 se pudiera avisar con mayor facilidad a los ganaderos de los cortijos.
   En ningún momento, se habla de la extensión del conflicto a los oficios urbanos, y menos aún al comercio. Y aunque había algunas ramas de la producción que ocupaban a un sector importante de la población laboral: obreros zapateros, yeseros, tejeros, obreros panaderos, etc. siempre permanecieron al margen del mismo. Por lo tanto, la pretendida huelga general habría que considerarla más bien como una huelga exclusivamente agrícola, que sólo se consigue extender a ganaderos y criadas de servicio dentro del entorno familiar del jornalero socio.



   Ese mismo día 30 por la tarde, a las cinco, se celebró una concurridísima reunión de labradores, en la que acuerdan mantenerse en las últimas bases presentadas, siendo sostenidas éstas con la firma de todos los congregados, a la vez que exigen que se les garantice la libertad de contratación y de trabajo, y consideran que "se han excedido en favor de los obreros para buscar la paz" (32).
Esa firmeza e intransigencia, después del miedo, pudiera estar relacionada con la anunciada llegada de un importante destacamento de la Guardia Civil mandado por un Capitán.

C.- Crisis de las posiciones obreras ( días 1, 2, 3 y 4 de Julio).

   
   El primer día de Julio, llegaba el anunciado contingente, y durante todo la jornada estuvieron reunidos el Sr. Capitán de la G.C. y el Sr. Alcalde, estudiando las medidas a adoptar en evitación de conflictos y, decidiéndose distribuir la fuerza por las diferentes salidas para evitar las coacciones a los que saliesen a trabajar, así como que los asociados pudieran salir a los cortijos a retirar a los ganaderos (33).
   Durante los días siguientes, bajo custodia y sin incidentes  van a salir a trabajar cuadrillas de no asociados y de forasteros, lo que de alguna manera obligó a la S.O. a un cambio de táctica sobre la marcha, permitiéndose a partir de ahora que los no asociados trabajasen en los ruedos sin oposición, manifestando sólo decidido empeño en no trabajar en los cortijos (34).
   El día 2 por la tarde, fue posesionado como nuevo Alcalde Presidente de este Ayuntamiento, el conservador D. José Navajas Moreno (35). Este relevo en la Alcaldía, no tuvo nada que ver con la manera de llevar las negociaciones de la huelga el cesado Sr. Criado, sino que obedece a una presunta malversación de fondos en la que éste se vio implicado, junto a otros miembros de la Corporación, el Secretario y el Contador (36). Para finalizar este apartado, queda por decir que el día 4 por la noche se celebró una reunión entre las comisiones representativas de las dos partes en conflicto, en la que se acordó trabajar a destajo a 33 reales fanega de tierra, quedando los obreros conformes con ello (37).

D.- Nuevo reforzamiento de las posiciones obreras (días 5, 6 y 7 de Julio).

   Cuando ya todo parecía solucionado, los socios en asamblea, al conocer lo acordado, lo desaprueban, entrando así el conflicto en una nueva fase caliente, pues desde la S.O. se amenaza con coacciones a los que trabajan en los cortijos.
   El presidente de la S.O., Justo Heller, va a presentar un escrito en la Alcaldía, denunciando la contratación de mano de obra forastera. El contenido exacto lo desconocemos, pero según el Alcalde contenía "conceptos depresivos y amenazas a su autoridad", por lo que va a ser trasladado al Juzgado por si fuera constitutivo de delito (38).
   Ante esta situación, algunos forasteros, que trabajaban en los cortijos, se van a ausentar temiendo las coacciones. Y el día 7, se celebró una nueva reunión de las respectivas comisiones, con igual resultado negativo (39).
   Este nuevo desacuerdo acabó con la paciencia de la primera autoridad municipal, quien, esgrimiendo el arma que tenía guardada de las presuntas amenazas recogidas en el escrito remitido al Juzgado, decretó la suspensión de funciones (clausura) del centro obrero, de conformidad con las facultades que le concedía el art. 12 de la vigente Ley de Asociaciones, de 30 de Junio de 1887 (40).

E.- Negociación final y acuerdos ( días 8, 9 y 10 de Julio).

   Ante lo irreconciliable de las posiciones, el Gobernador Civil va a mandar a esta localidad a un Delegado de su autoridad, acompañado de un Teniente Coronel de la Guardia Civil., tomando posesión de su cargo durante la mañana del día 8, y dedicando el resto del día a recoger las impresiones de las partes en conflicto (41).
   Aquí perdemos el seguimiento directo del conflicto, pues la fuente principal que he utilizado, el C.C.G.C. deja de suministrar información de primera mano sobre el mismo. Y, sólo disponemos de la información, un tanto determinista, que Díaz del Moral nos da sobre la resolución final de la huelga: "En vista de que el movimiento no se propagaba a otros pueblos, los obreros presentaron unas bases. Tras larga discusiones, y con la intervención de un Jefe de la Guardia Civil, se llega a un acuerdo y cesa la huelga el 8 de Julio, a los 13 o 14 días de haber empezado" (42).
   Ese determinismo no parece del todo real, y la huelga finalizaría, debido mayormente a las cada vez más debilitadas posiciones obreras (centro obrero clausurado, un numero importante de G.C. reconcentrada para proteger a los que trabajan, y la propia unidad jornalera que debería estar ya un tanto resquebrajada después de tantos días de huelga y sin ingresos, etc.)
   Se aprecian también en Díaz del Moral, algunas imprecisiones en cuanto al día de cese de la huelga, situándolo en el día 8, cuando es precisamente ese día en el que llega el Delegado gubernativo y se inician las negociaciones, que se prolongan durante todo el día 9 hasta llegar al 10 en el que se llega a un acuerdo definitivo, que El Defensor recoge el día 11 en portada:

                                 LA HUELGA DE CASTRO.                                       
Anoche se recibió en el Gobierno Civil el siguiente telegrama:

Castro del Río, 10 de Julio a las 8 de la noche.
Delegado del Gobierno al Gobierno Civil.
  
 "Confirmo mi último telegrama considerando definitivamente solucionada la huelga, gracias a la gran experiencia e incansable celo del Sr. Tte. Coronel de la G.C. He contado también con el apoyo de las autoridades eclesiástica y judicial, y tengo que someter a la consideración de usted la postura correcta del Sr. Alcalde, y el eficaz concurso del Sr. D. José del Río, Coronel de Artillería que cuenta con el respeto de la opinión general. A todos felicito y doy las gracias en nombre del Gobierno. Terminada mi misión saldré de ésta en cuanto me sea posible, con la satisfacción de dejar en esta localidad el contento y la tranquilidad en todos" (43).
    


    Estamos ante un claro ejemplo de mediación impuesta, en la que aparece un jefe de la G.C. como principal elemento mediador-intimidador, junto a un prestigioso militar de la localidad. Con esta opinión personal, no quiero desmerecer el carácter dialogante o la capacidad negociadora que pudieran tener estos señores., pero si resulta fácil imaginárnoslos con toda su parafernalia de estrellas y condecoraciones, sentados frente a unos humildes jornaleros, enumerando todas y cada una de las consecuencias negativas de no llegarse a un pronto acuerdo. Esta presencia militar en las negociaciones fin de conflicto, es algo que se repetirá en otras ocasiones en la dilatada historia del movimiento obrero en Castro del Río. Y, aunque se menciona el concurso de la autoridad eclesiástica y judicial, su papel en las negociaciones debió de ser secundario, y la cita parece más honorífica que otra cosa. La propia moral anarquista, descartaba prácticamente al clero, no obstante en algunos lugares como en El Carpio, el cura párroco fue requerido, durante la huelga, por los obreros para que mediase en el conflicto (44).
   En cuanto a los acuerdos, sólo disponemos de la escueta nota de prensa publicada por El Defensor: "Se ha terminado la huelga de obreros agrícolas de esta localidad, saliendo a su trabajo los obreros a peón y a destajo, y éstos a tres jornales y medio fanega" (45). Según parece con el destajo se llegó a una solución mixta, pues en el precio de este destajo se ganó medio jornal con respecto a los tres que venían siendo tradicionales desde finales del XIX (46); respecto a los jornales, debieron llegar a las dos pesetas requeridas en las bases.
   Una vez finalizada la huelga, el municipio recupera su habitual tranquilidad, lo que hizo posible la celebración de los muchos espectáculos programados para ese verano. El corresponsal de el Defensor, José M. Jiménez se congratulaba de ello: " Yo creo que no nos podemos quejar, teatro, toros, conciertos musicales, veladillas, huelgas terminadas. . . y un calorcito que nos vamos a derretir" (47).



   Sin embargo, muy pronto volvieron a aparecer síntomas de descontento entre los obreros. Nada mas trascurridos los veinte días de suspensión de funciones, que son preceptivos por ley, el presidente de la S.O. Justo Heller, presentó un escrito de protesta en la Alcaldía, expresándose en los siguientes términos (transcribo sic):

    "Muy Ilustre Sr., con esta fecha pongo en su conocimiento, que si en el día de mañana 30 del corriente no se procede a colocal a los individuos que están parados en la localidad, se asegundara la huerga pasado mañana sin falta, por el abuso que se viene cometiendo con los forasteros, no podemos concentirlo mas. Lo que pongo en su conocimiento para su mayor conocimiento y fines oportunos".
 
   “Dios guarde a usted muchos años para bien de la localidad."
   Castro del Río 29 de Julio de 1903.
   El presidente Justo Heller  (48).
 
   Así pues, podemos comprobar que apenas si han trascurrido 20 días de recolección, cuando nos encontramos con jornaleros de la localidad parados, mientras que las cuadrillas de destajistas forasteros siguen trabajando. Este hecho se podría entender como consecuencia directa de posibles represalias para con los jornaleros que se han destacado durante la huelga, o más bien, como un claro incumplimiento de los acuerdos por parte de los labradores, pues el presumible retiro de los forasteros no se lleva a efecto, firmando éstos nuevos contratos conforme van terminando, y provocando el paro entre los jornaleros de la localidad.
   El vacío legal a este respecto, permitía estas situaciones. Y, hasta un periodo posterior, durante el trienio 1918-1920, no se dará una orden del Ministerio de Fomento, por la que se tenía que colocar preferentemente a los trabajadores de la localidad, aunque seguiría siendo contravenida por muchos patronos.
   Es precisamente, esa necesidad de protegerse de la competencia de los forasteros, la que va a engrosar considerablemente las listas de las S.O. de la Campiña durante estos años.
   Para finalizar ya con la huelga, solamente decir que no sabemos si el Sr. Alcalde medió o no en la solución de este nuevo conflicto, lo cierto es que la nueva amenaza de huelga no llegó a materializarse, terminándose la recolección más tarde que de costumbre, pero sin nuevas interrupciones.

Damnificados

Los propios jornaleros, que tendrán que ajustar sus economías durante un largo periodo sin ingresos, lo que repercutirá también negativamente sobre el comercio: “En las tiendas de comestibles no se vende una peseta; en los establecimientos de ropas sucede otro tanto; el gremio de muleros, que por cierto es considerable, pues no ha de bajar de los noventa, se lamenta amargamente de los perjuicios que viene sufriendo por el paro general; los huertanos acuden como de costumbre al mercado público, pero muy a pesar suyo se retiran con casi todas las frutas, con cuyo producto han de subvenir al pago de sus rentas y al sustento de sus familias. En fin, hasta la empresa de luz eléctrica, que tantos brazos viene ocupando, ha sufrido perjuicios, unos de presente y otros de futuro, porque como consecuencia del estado de alarma que se apoderó de este vecindario, muchas familias se habían retraído para inscribirse en las instalaciones” (49).

Grandes damnificados

 Los labradores, que sufrieron algunas perdidas en sus cosechas de cebada, cuya recolección es anterior a la del trigo, y que quedo interrumpida al iniciarse la huelga. Cuando ésta finaliza, ya estaban completamente pasadas por los ardores estivales, quedando multitud de espigas sobre el terreno.
Aunque esta perdida parece insignificante en comparación al miedo, trastorno y estado de alarma que vivieron por primera vez en su vida. Al quedar abandonados los ganados (pavos, gallinas, cerdos, mulas, bueyes, vacas…) en los cortijos, muchos labradores, que sin tener hábito en sus cuidados, tuvieron que hacerse cargo personalmente de su mantenimiento. Algunos, debieron de pasarlo tan malamente que optaron por abandonar la labranza directa, deshaciéndose del ganado durante la Feria Real de ese mismo año. Caso de Don Antonio Navas. Al corresponsal en Castro del Diario de Córdoba parece constarle “Que como el señor Navas, hay muchos labradores decididos a dejar sus cortijos, por la imposibilidad de seguir la labor en vista de las corrientes y doctrinas modernas de trabajar poco y ganar mucho, y lo que es mas grave, a causa de la animadversión que al trabajador se la inculcado contra el que tiene capital” (50).


La revolución se traslada igualmente al ámbito domestico. Al retirarse las criadas de servicio, acomodadas señoras (señoronas) tuvieron que valerse por si mismas para elementales tareas de la rutina diaria (lavado, planchado, compras, cocina, retirar los cantaros de agua de las fuentes publicas etc.).
En este sentido, la pretendida y deseada huelga general revolucionaria, si llegó a revolucionar al menos las conciencias de gobernantes , intelectuales y privilegiados. La cuestión social se convierte en tema de palpante actualidad. Un organismo estatal, el Instituto de Reformas Sociales, organizará para el año siguiente un concurso de trabajos bajo el título de “El problema agrario en el Mediodía de España”.

Ver: Sociedad Obrera Luz del Porvenir (Consolidación)


ABREVIATURAS

S.O : Sociedad obrera
C.O: Centro obrero
S.O.L.P: Sdad. Obrera Luz del porvenir.
G.C: Guardia Civil
A.H.M. de C.R : Archivo Histórico Municipal de Castro del Río.
C.C.G.C: Copiador de correspondencia con el Gobierno Civil.
C.C.A.J: Copiador de correspondencia con las autoridades judiciales.
D.M: Díaz del Moral, Juan. " Historia de las agitaciones campesinas andaluzas”.
Def. de C: diario El Defensor de Córdoba.
D.C: Diario de Córdoba


NOTAS.-

(1)  Díaz del Moral, Juan. " Historia de las agitaciones campesinas andaluzas". Alianza Editorial. Madrid 1984.
     pgs. 202-203.
(2)  A.H.M. de C.R. leg.714 exp.1: C.C.G.C. del año 1903.
     ( c. nº 22 : 17 de Marzo)                                             
(3)  D.M, pg. 189.
(4)  C.C.G.C. 1903.( c. nº 26 : 11 de Abril )
(5)  D.M. cap. VIII.
(6)  Ibidem, pg. 170.
(7)  Ibidem, pg. 195.
(8)  El Imparcial (Madrid) 19030711
(9)  D.M. pg. 192.
(10) Jacques Maurice / "El Anarquismo andaluz. Campesinos y sindicalistas (1868-1936 )". Ed. Crítica. Barcelona, 1990.
(11) Barragán Moriana, Antonio. "Conflictividad social en la provincia de Córdoba (1903-1905)". Comunicación presentada  en el Congreso "Movimientos sociales en la Andalucia Contemporanea" celebrado en Jerez en Noviembre de 1992.
(12) Miguel Iñiguez / Enciclopedia histórica del anarquismo español. Asociación Isaac Puente. Vitoria, 2008.
(13) “La Huelga General” periódico libertario. Año II, nº 17 (20 de abril de 1903).
(14) C.C.G.C. 1903. ( telegrama 23 Junio ); Diario de Córdoba 19030714.
(15) C.C.G.C. 1903. ( telegrama 23 Junio )
(16) Ibidem. ( telegramas 23 y 24 de Junio ).                             
(17) Def. de C. (10 de Julio de 1903) y C.C.G.C. 1903.
(18) Esta famosa base, además de Díaz del Moral, se ocupa de ella Eloy Vaquero (Del Drama de Andalucía. Ed. La Posada, Córdoba 1987) y el diario El Defensor de Córdoba (crónica sobre la huelga en El Carpio 19030707).
(19) C.C.G.C. 1903. ( telegrama 25 de Junio)
(20) Ibidem.
(21) Ibidem. ( tel. 27 de Junio )
(22) Ibidem.                                                             
(23) Ibidem. ( tel 28 de Junio)
(24) Def. de C. ( finales de Junio de 1903 ).
(25) D.M. pg. 197.
(26) C.C.G.C. 1903. ( tel. 28 de Junio)
(27) Ibidem.
(28) C.C.A.J. 1903. ( c. nº 60 : 30 de Junio )
(29) A.H.M. de C.R. leg. 715.(oficio de correspondencia)
(30) C.C.G.C. 1903. ( tel. 29 de Junio )
(31) Ibidem. ( tel. 30 de Junio )
(32) Ibidem. ( 2º telegrama del dia 30 de Junio )
(33) Ibidem. ( tel. 1 de Julio )                                          
(34) Def. de C. ( 10 de Julio 1903 ).                                      
(35) C.C.G.C. 1903. ( c. nº 36 : 3 de Julio )                              
(36) C.C.A.J. 1903.( c. nº 74 : 29 de Julio )
(37) C.C.G.C. 1903.( tel. 5 de Julio )
(38) C.C.A.J. 1903 (c. nº 61 : 5 de Julio)
(39) C.C.G.C  1903 ( tel. 7 de Julio )                  
(40) Ibidem y C.C.A.J.( c. nº 65 : 8 de Julio)                                   
(41) C.C.G.C. 1903 ( tel. 8 de Julio)                             
(42) D.M. pg. 197.
(43) Def. de C. ( 11 de Julio de 1903 ).
(44)  Ibidem                                   
(45) Ibidem ( 17 de Julio de 1903 ).
(46) A.H.M. de C.R. : Estadística sobre el cultivo de cereales  en 1890.
(47) Def. de C.( 17 de Julio de 1903 ).
(48) C.C.G.C. 1903. ( c. nº 43 : 29 de Julio ).
(49) Diario de Córdoba 19030714
(50) D.C 19030924

25 septiembre 2010

Caudillos


La muerte de Viriato (José Madrazo)


    Durante mi etapa de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, ubicada en el antiguo Hospital del Cardenal Salazar, para sobrellevar la larga mañana, alguna que otra de las insoportables lecciones magistrales de un célebre catedrático, ferviente devoto de Don Antonio Maura, las sustituía por placidos paseos por el sorprendente casco antiguo de la ciudad. Parada obligatoria, Casa Elisa (restaurante de “grailla”) donde una pulcra, guapa, simpática y buena conversadora señora (tía de Miguelín Reina) preparaba unos bocadillos de magreta adobada con mayonesa “que quitaban el sentio”. A renglón seguido, dejándome caer por calles donde aún se mostraban en las puertas y ofrecían su género veteranas trabajadoras del amor,  alcanzaba la emblemática Plaza del Potro. Una vez allí, una asomada a su vieja posada y un cigarrillo de descanso bajo los naranjos del patio del Museo de Julio Romero. 

Posada del Potro

    Mi siguiente destino, la porticada Plaza de la Corredera, que antes de ser restaurada conservaba aún cierto regusto a la Córdoba de posguerra: viejas y cutres pensiones, tabernas y casas de comidas con manteles de hule... Bajo sus soportales estaban establecidos anticuarios y chamarileros, que vendían toda clase de género procedente de casas desmanteladas. Disfrutaba curioseando entre polvorientas cajas depositadas en el suelo: cuadros, libros antiguos, revistas…inaccesibles para mi exigua economía de estudiante. 

 Plaza de la Corredera

    Un día, casi desparramados por el suelo, localicé una colección desordenada de  periódicos de los años 30 (ABC, Blanco y Negro, La Unión de Sevilla y numerosas hojas sueltas sin datar del diario falangista cordobés Azul), que previo regateo, adquirí, el lote completo, por el módico precio de 100 pesetas (dos bocadillos de Elisa).
    De una de esas páginas del diario Azul (hoy en día digitalizado y de libre acceso en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica),  es de donde saco la columna periodística, firmada por el falangista García Penche desde el frente de Porcuna, fechada en las vísperas de la navidad de 1937. Desde la caida o toma de Porcuna el primero de Enero de 1937 el frente habia quedado estabilizado. Por estas fechas se registran por parte de las tropas republicanas algunas descubiertas en el sector de Porcuna y hostilizaciones con fuego de artilleria.




    Ya se había decretado (abril) por iniciativa unilateral del Generalísimo, asesorado por su cuñadísimo Ramón Serrano Suñer, la unificación de la Falange con los carlistas, para formar un partido único bajo las siglas de FET y de las JONS. Se ordenó a las secciones locales de ambos partidos que orientaran su propaganda “hacia la integración del Movimiento y la exaltación del Caudillo”.

    A estos presupuestos responde ciegamente la prosa proselitista de García Penche:




Rutas del Imperio

   Obulco, Obulkuna, Porcuna. Salientes principales de una genealogía. En la tarde, sobre piedras que conducen a los Césares.
   Las evocadoras aberturas de un puente vía Roma, como un preludio clásico. Reversión a la historia de ayer, con un inciso que marcan los hierros de una poderosa mecánica, servidora y creadora hoy de amplitudes de horizontes. De anchas vías Augustas de hispanismo en los cielos.
   Llueve la lluvia de nuestra verdad, que es fuerza ingente de tan clara significación como las piedras pardas de este camino, sobre gentes imbuidas en mal. Descansamos en la Fuencaliente, de aguas saladas, como descansa en el vado tras del salto monumental, en lontananza, el rió.
   Y tabletean las ametralladoras. Y es nuestra historia que cruje al formidable impulso.
   Y parece que ríen los guijarros a nuestro paso, sabedores de la gesta rediviva en hermandad…
    Creemos que el puente latino se alza sobre su maravillosa ruina para dar paso a las falanges de guerreros graves que envían sus aguas bautismales sobre el campo ubérrimo, para engarzar en elevación de gloria el cortado de la vía anchurosa y espléndida.
    Raíz y estilo. Patria que sostienen sus hombres sobre pedestal de historia.
    La ilusión se ha logrado. El mortero moderno y las alas valientes vibran de alegría, de una alegría tan seria e íntima que contagia.
     Y al retorno, es un rosario de bendiciones el nuestro. Aún rasga la tarde una ráfaga de fuego, que va cantando a herir, como ideal prolongación; como un afirmar del Cesar, como una rúbrica de conquista hacedera.
    Como si el largo maravilloso de la vía Augusta-Cádiz-Roma, fuese un flameo de banderas gloriosas y henchidas de historia, que entonan un himno de guerra y amor.
    ¡Ave Cesar! ¡Gloria a ti, Caudillo de España!

     Frente de Porcuna y Diciembre. Segundo Año Triunfal.

C. GARCÍA PENCHE



    García Penche manipula el pasado histórico al servicio de los intereses políticos del nuevo régimen, identificando a la figura de Franco con héroes y caudillos famosos de la Historia. Su estancia en Porcuna le sirve para rememorar gestas pasadas y recurre a Estrabón, para parangonar al Caudillo con la figura de  Julio César, que viajó de Roma a Obulco (por la vía Augusta) en veintisiete días en el año 45 a.C, para establecer en ella su cuartel general, desde donde se preparó la campaña contra los hijos de Pompeyo.

    Con la posterior instrumentalización de la educación al servicio del estado, con vistas a garantizar la formación de una ciudadanía favorable al nuevo régimen, con la permanente búsqueda de la raíz étnica y política, de la identidad patriótica , el invasor romano queda relegado, mediante la exaltación de un supuesto pasado nacional glorioso, del cual formaban parte destacada la resistencia de Sagunto y Numancia y la labor de lucha por la independencia de héroes autóctonos como Viriato y los jefes ilergetes  Indíbil y Mandonio.

   “Necesitamos desde los primeros años grabar en el ánimo de nuestra infancia, en conceptos sencillos, las verdades de nuestra doctrina y la idea firme de sacrificio por nuestra unidad, construida sobre principios eternos extraídos de nuestra Historia y de los preceptos del Evangelio”.

Francisco Franco, Palabras del Caudillo, Madrid, Editora Nacional, 1943: 24.


Libros de texto de la editorial Edelvives 1941

Agustín Serrano de Haro, uno de los autores de manuales de Historia mas utilizados durante estos años, escribía en 1943: “Queremos que (los alumnos) empiecen a oír los nombres ejemplares y las gestas heroicas; que las cosas de Dios y de España entren, como sal de bendición, en la levadura germinal de su conciencia. Mas no precisamente para que “sepan”. Todo no ha de consistir en saber…lo que importa es que la lección cale hasta lo hondo y deje las entrañas temblando de emoción”; “El maestro ha de proceder de modo apriorístico, seleccionando hechos no sólo en función de su valor histórico absoluto, sino de su valor para la formación en este sentido patriótico nacional que preconizamos. Ha de resaltar de modo interesado los hechos que muestran los valores de la raza, silenciando otros que o no la ennoblecen o pueden ser interpretados torcidamente. Se trata, repito,  de hacer españoles que sientan la historia y no de formar hombres que conozcan plenamente la historia”.


Jesús R. Álvarez-Sanchís, Gonzalo Ruíz Zapatero / España y los españoles hace dos mil años según el bachillerato franquista IBERIA, 1 (1998), 37-52.

22 septiembre 2010

DE CASTRO ERO Y BAILAR SEPO

 
Triunfo de San Rafael (Castro del Río)

Chascarrillo: Anécdota ligera y picante, cuentecillo agudo o frase de sentido equívoco y gracioso (Diccionario RAE).

   Soy un gran amante del denominado chascarrillo popular, trasmitido oralmente de unas generaciones a otras, por el mensaje que encierran, a veces con un grado de profundidad y sabiduría que va mucho más allá de lo aparentemente anecdótico. Descontextualizados de su origen, del ámbito estrictamente localista, son difíciles de comprender. 



   Hace unos días, con motivo e mi última visita a Porcuna, mi pueblo natal, estimulado por el Montilla-Moriles y entre amigos de siempre, he tenido que gastar demasiada saliva explicando esa frase desconocida para ellos, y elegida para nominar mi blog DE CASTRO ERO Y BAILAR SEPO (que yo desvirtúo y personalizo con el NO, dadas mis pésimas aptitudes de bailarín, mas por vergonzoso que por patoso).
   Para zanjar el asunto definitivamente, y evitar una futura ingesta abusiva de los espirituosos caldos de pagos montillanos, he optado por explicar sus diferentes acepciones según en el contexto en que se utilicen:

  • La original, la jocosa, alegre y festiva, que ya explico en una entrada anterior, la que utilizaba el joven gañan o jornalero en sus descansos festivos para sacar a bailar a las mozas, y que cuando éstas accedían respondían con la también jocosa frase “pues, échate una bailotá”.
  • La satírico-burlesca, la hiriente, la utilizada por los vecinos de los pueblos de la comarca para referirse a los castreños, metiéndolos a todos en el mismo saco de garrulos, rústicos, mal hablados y poco instruidos (mala leche siempre ha existido). En una de las crónicas deportivas insertadas en la entrada sobre el fútbol castreño en los años 30, el corresponsal de Aguilar de la Frontera, agraviado por la derrota de su equipo en Castro, y alegando cierto comportamiento salvaje de los aficionados y jugadores de ésta, la utiliza como despedida.

  A mi en particular, lo que me resulto atractivo de ella es su trasfondo sociológico, de denuncia social (el pasado también es denunciable).
   Castro del Río, como otros muchos pueblos de campiña, se ha caracterizado históricamente por su fuerte desequilibrio en la distribución de la propiedad agrícola, generador de un ingente volumen de población jornalera. El oficio de jornalero se heredaba de padres a hijos, fundamentalmente por tener éstos vedado el acceso a la enseñanza. Digamos, que desde las instancias oficiales no se ponía demasiado empeño en atajar este analfabetismo, entre otras cosas, porque garantizaba la mano de obra necesaria para las explotaciones agrícolas.
   En Castro del Río, a partir de 1910, desde su Centro Instructivo de Obreros y su Escuela Racionalista se intenta mitigar esta carencia educativa, concienciando a sus socios de la importancia de la educación y dignificación se sus vástagos, así como la de ellos mismos, convirtiéndose esta entidad sindical en pionera en la alfabetización de adultos. Como consecuencia, con el andar de los tiempos, el trabajador agrícola de Castro del Río “el obrero consciente” se hace más reivindicativo y menos sumiso.
   De entre los parias, los que salen peor parados de estos desequilibrios, son los “acomodaos de los cortijos”, contratados a veces por años, iniciados a corta edad como cuidadores de ganado (paveros, porqueros, yunteros) hasta graduarse como gañanes, y  que viven permanentemente en la gañanía del cortijo, separados de su familia.

 Cortijo de Pradagna (Praena)

  “El gañan andaluz come mal, duerme muy mal y viste peor; no puede mantener a su familia, no puede vivir con ella, esta separado de su mujer e hijos y de la sociedad; tiene que abandonar a sus seres queridos; vive, come y duerme en comandita con los demás gañanes y criados del cortijo, y adquiere por fatalidad el embrutecimiento y la degradación del que trabaja para otro, sin esperanzas de redimirse y sin tener tiempo para recrearse y solazarse con los suyos, cultivando los mas nobles sentimientos del alma, que se reducen todos y se concentran por instinto, en la única preocupación de trabajar lo menos posible y con la absoluta carencia de entusiasmo. Sabe bien que cuanto mas trabaja mas pierde, y que su oficio es cumplir malamente por sostener la vida, para ir tirando y sosteniendo la violenta situación que existe ya, y que cada día será mas triste, entre el personal de los cortijos y los dueños o arrendatarios de ellos”.
Quevedo y García Lomas, J.  Memoria que obtuvo el accésit en el concurso…”El problema agrario en el Mediodía de España”, Madrid, Instituto del Reformas Sociales (IRS), 1904. Tomado de Antonio Mª Calero Amor/ Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923). Ed. Tecnos, Madrid 1973.



   Evidentemente, como podrán comprobar “no se le pueden pedir peras al olmo”, y para el portador del dicho DE CASTRO ERO Y BAILAR SEPO las palabras gramática, ortografía y sintaxis, y sus respectivas reglas,  serían un buen aderezo a depositar en el  fondo de la olla de garbanzos con tocino y morcilla (base de su monótona alimentación), ingerida placidamente al abrigo de la lumbre, mediante el democrático método de “cuchará y paso atrás”.