Como todos sabemos la imagen fotográfica juega un importante papel en la transmisión, conservación y visualización de actividades políticas, sociales, científicas o culturales de la humanidad, de manera que se erige como verdadero documento social.
Hoy, como dice el pensador francés Paul Virilio, asistimos a un verdadero culto del presente donde el pasado se olvida fácilmente. Es por tanto compromiso del historiador reparar la pérdida de la memoria para poder ver a las sociedades en lo que fueron y en lo que son, más que en lo que pueden llegar a ser.
Si la prensa constituye una fuente histórica básica para la comprensión de los procesos históricos de la humanidad durante los dos últimos siglos, la fotografía en toda su amplia dimensión, ya sea profesional o particular, junto al cine y la televisión son la memoria visual del siglo XIX y XX.
Más allá de su plasticidad, la fotografía histórica nos permite también acceder al conocimiento de edificios, conjuntos urbanos u obras de arte perdidas por la intervención de la mano del hombre y hasta sirve para valorar en su justa medida lo conservado. Incluso, da juego para lecturas historicistas siempre que seamos capaces de situarlas en el contexto adecuado.
Una colección de fotografía histórica de Castro del Río, de fecha indeterminada, despertó mi curiosidad y me incitó sobre la necesidad de acotar temporalmente su ejecución para intentar llegar un poco más allá de la simple contemplación.
Una vez alcanzado con éxito el objetivo, trasladé el mismo propósito a esa otra población, eje de este espacio, de la que soy originario. Pude confeccionar un Potfolio Provisional del distrito de Martos, en el que no pude alojar el material original de Porcuna por no disponer del mismo en ese momento.
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Reedición: veánse agradecimientos en comentario 1 |
Lo tenía localizado y solicitado en diferentes ubicaciones, pero ante las dudas sobre si mis peticiones iban a ser finalmente atendidas, aproveché esa entrada para reclamar la colaboración de quien pudiera conocerlas, hallarse en posesión de las mismas y no pusiera reparos sobre su divulgación. Casi a renglón seguido ya tenía las tres fotografías originales de Porcuna en mi cuenta de correo. La misiva procedía del cronista oficial de la ciudad de Porcuna, Antonio Recuerda Burgos. Es un gesto generoso que le honra y que le agradezco públicamente.
Estuve tentado de reeditar la entrada incorporándolas de inmediato, pero ante las perspectivas favorables de que de esas peticiones cursadas pudieran llegar nuevas muestras o con mejor resolución opté por mantenerlas en reserva. Me fueron llegando recelosas respuestas, que califico como de “negativamente ambiguas”, pues no se me cerraban las puertas del todo. Muy cortésmente se me invitaba a que fuese yo mismo quien las abriese “in situ” en las sedes de los organismos e instituciones que las custodian (me da la impresión de que algunos proveedores recurren de manera policial a la barra de google). Por mucho interés que se pueda tener por algo, no está la vida para quemar combustible, pagar alojamientos y demás gastos en pro de una causa general. A la tercera se me cayeron las aguaeras. Toda una sorpresa. Con una amabilidad y una facilidad pasmosa, por algo menos de 9 euros he recibido en mi domicilio un total de 5 fotografías de Porcuna y 6 de Castro del Río. De la sorpresa pasé a la fascinación, cuando, tras abrirlas, pude comprobar una excepcional calidad resolutiva, que se presta a la fragmentación detallada (cuatro o cinco fotografías por cada una de ellas). Como aún no las utilizo, permítanme las reservas. Tengo que protegerme de aquellos a quienes le gusta hacer la carrera al rebufo, para adelantarte, si pueden, en la misma línea de llegada. Lo único que puedo decir, de momento, es que proceden de una institución de ámbito extracomunitario no estatal.
"El historiado" del encabezamiento obedece a un nuevo proyecto, ya que, valiéndome de otras fuentes, pretendo incluir breves reseñas históricas o enlaces relacionados con lo que se muestre.
Como ya anuncié en el Portfolio Provisional, entre el lote se encuentran dos nuevas fotografías (creo que inéditas): una del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (que no es la misma que circula por ahí) y una segunda tomada desde lo alto de ese campanario aun sin escaleras de la Iglesia (¿cómo se encaramaría el retratista?). En ella se pueden observar unas espectaculares vistas sobre el caserío en las que, junto a la teja, prevalece el color característico de la piedra de Porcuna, y donde se aprecian perfectamente algunos paños de muralla y multitud de edificios ya desaparecidos.
Disfruten de éstas provisionalmente y tengan paciencia. Las sorpresas venideras son espectaculares.