Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

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11 septiembre 2012

Feria Real de Castro del Río del año 1858 (días 16, 17 y 18 del mes de septiembre).



     En primer lugar darles las gracias a responsables y trabajadores municipales por la cuidada edición de la tradicional Revista de Feria y su moderna iniciativa de digitalizarla y colgarla en la red, lo que nos permite a ausentes y curiosos acceder a sus contenidos en tiempo y forma. En otros municipios afines viven aún en el siglo XX a este respecto.

     Hará como un mes, que el señor coordinador de la misma, a quien le tengo otorgadas facultades plenipotenciarias para hacer y disponer a su antojo sobre todo cuanto por aquí asoma, se puso en contacto con un servidor para hacerme saber que iba a tirar de alguno de los artículos que con la etiqueta de memoria festiva le tengo dedicados a la ya casi bicentenaria Feria Real de Castro del Rio.

  
     Finalmente, según aparece, se ha optado por esas crónicas-reseñas en las que se refleja la manera que tenían los castreños/as de divertirse durante las dos primeras décadas del siglo XX.
     El hecho de ver esos artículos plasmados en papel impreso es algo que no me desagrada, pues creo que así se le da oportunidad para su lectura y conocimiento a todas aquellas personas poco a nada familiarizadas con las nuevas tecnologías, especialmente esos mayores nacidos en fechas muy cercanas a las referidas.
     En un principio pensé que se iba a echar mano de ese otro artículo sobre los orígenes y cambio de fecha operado en el calendario tradicional de esta feria de ganado, que titulé como “Una Feria casi bicentenaria”. Supongo que lo habrán reservado para cuando llegue el cumpleaños. En aras de esa futura conmemoración aporto un nuevo documento obtenido en uno de de mis habituales paseos por las páginas de la prensa histórica. Estaba buscando pan y me encontré con un queso (más sustancioso).
     Se trata de un anuncio insertado en el Diario de Córdoba con cargo a la Municipalidad, que nos permite certificar el año exacto en que la Feria de Castro pasa a celebrarse los días 16, 17 y 18 de septiembre. El cambio, como ya intuíamos, obedece al propósito de las autoridades locales de reactivar ese mercado, que por competencia de otros cercanos parece que no terminaba de alcanzar el grado de participación deseable.


FERIA DE CASTRO DEL RIO


      La que se celebra en esta Villa en los días 22, 23 y 24 se Septiembre de cada año, ha sido trasladada con superior aprobación al 16, 17 y 18 del propio mes. Esta innovación que facilita la concurrencia a la Feria de los comerciantes, especuladores, labradores y ganaderos sin perjudicar las demás, cree la Municipalidad que redundará en su engrandecimiento y ventajas.
     La estación, un lugar espacioso y ameno para celebrar la Feria que no tiene impuestos ni gabelas, una población surtida por su suelo de los artículos más precisos para la vida, y un rio contiguo para abrevadero y descanso de los ganados, todo hace esperar que dicha feria prosperé en beneficio público, y para conseguirlo el Ayuntamiento tiene tomadas otras medidas que asegurarán la comodidad y bien estar de los concurrentes.

     Castro del Río, 31 del Julio de 1858.

     
     Como podrán comprobar se libera a los concurrentes a este mercado de cargas impositivas para promocionarla. He intentado localizar en los años siguientes noticias con las que verificar el éxito alcanzado por estas iniciativas.
     Por aquellos años los contenidos de los diarios provinciales apenas si reservaban espacio a noticias y acontecimientos relacionados con los pueblos, mayormente por limitaciones de espacio, aislamiento o por no hallarse generalizada aún la existencia de corresponsales en las distintas localidades, donde en raras ocasiones los periódicos llegarían con frescura a sus suscriptores.     
     Por lo pronto, la del año 1860, sería suspendida por miedo a que se extendiera alguna de esas enfermedades infectocontagiosas que solían cebarse de vez en cuando con las poblaciones en los meses estivales:
 
La Alborada (14 de septiembre de 1860)
 
 

     A partir del año 1866 el entorno del recinto ferial se vería considerablemente engrandecido y embellecido con la inauguración de la Nueva Puerta del Puente.



     Esta puerta con sus arcos, que entorpecían el tránsito de los modernos vehículos automóviles, desapareció casi a la par que las transacciones de ganado que dieron origen a la Feria.
     Durante las últimas décadas, ya perdida su esencia original, se procura ajustar la programación festiva lo mejor posible a esas fechas tradicionales. Su alteración depende del calendario del año en curso, procurando siempre que el último día de feria caiga en sábado. Acertada decisión, que permite a quienes residen fuera del municipio disponer al menos de un par de días para disfrutar de la feria de su pueblo. A destacar la especial densidad de visitantes de la vecina villa de Espejo (casquetas) en esa última jornada.

     Feliz Feria Real a todos/as (casquetas y carteyanos incluidos) y los aficionados estén atentos a próximos carteles taurinos.

25 agosto 2012

De vuelta con el Puente Nuevo y otros enredos.



     Cuando publiqué la entrada sobre este segundo puente de Castro del Río, popularmente conocido como Puente Nuevo, en contraposición al histórico “El Puente Viejo”, sembré algunas dudas y no fui capaz de disipar con rotundidad la fecha exacta de su ejecución definitiva. Ya he comentado en varias ocasiones de que no hay que fiarse demasiado de los buscadores de prensa histórica, suelen traicionar. De ahí que acostumbre, casi siempre, a repetir las búsquedas modificando los criterios. Pese a todo siempre quedarán lagunas. Como lamentablemente no puedo acceder desde la distancia a ese Archivo Histórico Municipal de Castro del Río, que probablemente me hubiera permitido aclarar esas dudas, y después de ser alertado por un amable castreño sobre un posible error he retomado el asunto con resultado satisfactorio y clarificador.
     Tenía razón este interlocutor y las referencias alusivas a la construcción de un puente sobre el Guadajoz demandado por la Cámara Provincial de Comercio en 1904, aprobado y publicado en la Gaceta a finales de 1906, y suponemos que ejecutado a lo largo de los año 1907-1908, es errónea.  Efectivamente se trata de otro puente existente en las proximidades de Córdoba (en la carretera nacional Madrid-Cádiz), cerca de la desembocadura de este afluente del Guadalquivir, tal como se me advertía.

     Noticias aisladas e indirectas, publicadas en la prensa provincial, son las que a falta de archivo (buenas son tortas), nos han permitido deshacer el entuerto sobre la fecha de la obra y su terminación.


El Defensor de Córdoba (23 de junio de 1902):

     “El jueves último se declaró un incendio en la casa nº 3 de la calle Convento de Castro del Río. A pesar de los esfuerzos hechos por los trabajadores de las obras del puente a excitación de los contratistas señores de Navas y de los auxilios de la Guardia Civil el fuego duró dos horas. El incendio se cree casual”.

     Recuerden que en 1900, tras ser anunciada a bombo y platillo (con pasacalles a cargo de la municipal de música) por los prohombres del conservadurismo local la anhelada reanudación de los trabajos del puente, interrumpidos cuando la riada del año 1881, la Dirección General de Obras Públicas decidiría anular la subasta anunciada sembrando el descontento y el malestar entre las autoridades castreñas, tal como aparece reflejado en las actas capitulares.

     Para desentrañar con exactitud el cómo y el cuándo se sale del atasco habría que pasearse por esas actas o buscar entre los papeles viejos del Archivo Municipal.
     Lo cierto es que, tal como hemos podido comprobar en la reseña periodística, cuando se produce aquel incendio en junio de 1902, aquellos operarios estaban afanados en la correcta disposición de esos grandes bloques de piedra que terminarían conformándolo, y tuvieron que interrumpir sus trabajos para acudir en socorro de la Guardia Civil, que por aquellos tiempos tenían competencias en materia de extinción de incendios.
       

      La verdadera especialidad histórica de este cuerpo en Castro del Rio en materia de servicios de protección civil eran las arriadas a las que con periodicidad se veía sometida la población y su propia Casa Cuartel ubicada en las dependencias del extinto Convento del Carmen desde las décadas finales del siglo XIX.

Detalle de la fachada de la Casa Cuartel (1915)
     Después de este pequeño paréntesis del que me he servido para poder mostrar ese detalle, tomado de una de las fotografías del ya tantas veces referido fondo localizado en la Biblioteca de Cataluña, retomemos el asunto del puente.


     Un año después (julio de 1903), la fábrica del puente estaba ya prácticamente terminada. La noticia nos la proporciona en un extenso y humorístico artículo S. Rodríguez Navajas en el Diario de Córdoba. Transcribiremos literalmente lo concerniente al puente y la socarronería del final:

     “Están muy adelantados los trabajos para la instalación de la luz eléctrica, tan deseada desde hace tiempo, y las obras del nuevo puente tocan a su fin, y habrá en ésta otro sitio más de recreo, además del gran servicio que dicho puente reporta a todo el vecindario para su conducción a Espejo y Montilla, como también a muchas fincas rústicas.
     ¡Ah! otra innovación también debo poner en conocimiento de los lectores no vecinos de esta localidad: que la calle Alta ya no es calle Alta, es decir que ya no se llama así, sino Marqués de la Vega de Armijo. Lo traslado a efectos de dirección en la correspondencia.
     No os podréis quejar de mí; digo no os podéis quejar de la fortuna queridos convecinos. ¿Qué podéis desear más?
    Teatro con magnífica compañía, corridas de…toros este verano, luz eléctrica, el puente terminado… y sobre lo que aquí han llamado huelga, terminada también.
    Seguramente si mi ausencia se prolonga por más tiempo, hubiera tenido que exclamar como las damas jóvenes cuando vuelven en sí:
    ¿Dónde estoy? 




     Como podrán apreciar detrás de “puente terminado” aparecen unos suspicaces e irónicos puntos suspensivos. Es posible que le faltara aun algún detalle para rematarlo.

     Esto desmonta por completo aquella teoría que imaginé en torno a la inauguración encubierta a cargo del ex diputado relegado Fernández Jiménez al calor de sus incondicionales locales. De cualquier manera por tratarse de historia política real, y aunque aquella visita no guardara relación con el puente, ahí queda.
     Lo de la inauguración sigue siendo un misterio que intentaré despejar el día que tenga tiempo y ganas de pasar unas horas en el archivo de Castro, o mediante el concurso de algún voluntario/a que se preste a colaborar (necesitaría un enlace altruista aficionado a sumergirse en papeles viejos).
     Mientras tanto, me aventuro con otra hipotética tesis que nos permitirá adentrarnos en los entresijos e intrigas de la historia política de Castro del Río durante aquellos primeros años del siglo XX.

     Otra importante transformación que se había operado en aquella fecha en Castro del Río no es contemplada por Rodríguez Navajas (creo que se trata de un hermano del músico Daniel Rodríguez, organista parroquial y director de la banda municipal durante un tiempo). Nos referimos, a un relevo en la Alcaldía. El día 2 de julio era posesionado el conservador D. José Navajas Moreno. Esta sustitución no tuvo nada que ver con la manera de llevar las negociaciones durante la referida huelga por parte de su antecesor (Sr. Criado Rodríguez), que sería cesado por una presunta malversación de fondos en la que se vio implicado, junto a otros miembros de la Corporación, el Secretario y Contador.

     Las obras del puente tuvieron que retomarse durante el bienio (1901-1902) con el liberal Práxedes Mateo Sagasta al frente del consejo de ministros. Ese periodo y buena parte de 1903 Castro del Río estuvo gobernado por liberales vegarmigista (futuros fernandistas) con el ex diputado provincial Mateo Navajas Navas y el farmacéutico Andrés Criado alternándose al frente de la Alcaldía.


     Al coincidir su finalización con la salida de éstos, el nuevo alcalde conservador, con gobierno del mismo signo al frente de la nación, posiblemente desistiera de apuntarse un tanto que no era suyo. Si efectivamente fue así, toda una deferencia elegante por parte del nuevo mandatario. Ejemplos del pasado de los que deberían de tomar nota los políticos del presente tan aficionados a la foto y a la placa conmemorativa.

Huestes fernandistas de Castro del Río con su idolatrado diputado (1914)


     Banquete celebrado (mayo de 1914) en casa del acaudalado propietario Antonio Pérez L.Toribio en honor del ex diputado José Fernández Jiménez que en los recientes comicios le sería arrebatada el acta de diputado por el republicano federal Manuel Hilario Ayuso (eran años de circunstancial entente entre republicanos y sociedades obreras en el distrito).
    En la fotografía quiero reconocer los rostros de algunas figuras destacadas del fernandismo local. El del mostachón (segundo a la izquierda de Fernández Jiménez) es Antonio Pérez L.Toribio (varias veces alcalde), mientras que el segundo a la derecha, si no me falla la comparativa, creo que se trata del Maestro Algaba Luque, figura de peso dentro del Circulo Liberal Popular Democrático creado por Fernández Jiménez para la campaña electoral de 1910, en la que definitivamente se aparta del sector oficial del liberalismo de la provincia liderado por Antonio Barroso y Castillo. La presencia de instrumentos musicales me induce a pensar en la también asistencia de Daniel Rodríguez (varias veces concejal fernandista y amigo intimo de Algaba). Casi segura también la presencia de un joven obrero, de verbo fluido, que solía acompañar a su líder en los mítines de campaña, provocando entre el electorado de aquellos pueblos una efectista impresión de acercamiento popular. Como nota curiosa, algo que mucha gente desconocerá, es que en los banquetes de esta particular y fulanista facción del liberalismo comarcal se interpretaba el Himno de Riego, por considerarse sucesores de aquel liberalismo progresista democrático del siglo XIX.

Discurso final y recomendaciones

     Esto para un servidor es un mero divertimiento instructivo, y aunque intente ser riguroso estoy bastante limitado a la hora de acceder a fuentes complementarias, de ahí que alguna que otra vez no me quede más remedio que introducirme en el peligroso terreno de la conjetura.
     Como habrán podido comprobar en el encabezamiento del blog aparece un pequeño texto en el que advierto e invito a los potenciales lectores a la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De manera que no me queda más remedio que darle las gracias a ese agudo castreño que me advirtió del error en mi cuenta de correo. Que cunda el ejemplo, anímense y participen.

     PD. Las fotografías que aparecen son las mismas que se publicaron en su día, aunque ya sin marca de agua (no tiene sentido apropiarse de algo que es de todos).

17 julio 2012

Castro del Río. Julio festivo del año 1915.


Calle Corredera (Joaquín Costa)
     En mi alargado propósito de seguir sacándole partido y contextualizar, de camino, esa colección de fotografías de Castro del Río del año 1915, he tomado una serie de referencias de la prensa histórica, que acompañadas del pertinente aparato gráfico, nos permitirán desentrañar algunos pormenores sobre las tradicionales celebraciones religiosas y festivas que durante el mes de Julio, de ese mismo año, tuvieron lugar en la villa del Guadajoz.


La Virgen del Carmen
En retablo Altar Mayor iglesia parroquial del Carmen
     Se iniciaban el día 9 con la novena en honor de Ntra. Sra. del Carmen, en la parroquia del mismo nombre: “A las seis de la tarde rezo diario del Santo Rosario, letanías, coplas, lectura y sermón”.
     “En estos cultos han ocupado la cátedra sagrada el M.R. padre Patricio Mediavilla, misionero del Sagrado Corazón de María y superior de la residencia de Córdoba, acompañado del coadjutor de la expresada parroquia don Tadeo Millán Moreno, los que han interpretado preciosos temas de la letanía y han ensalzado las virtudes de Nuestra Señora”.
     Se remataban actos y cultos el día 18 con la fiesta grande y procesión:
     “El día dieciocho a las ocho de la mañana fue la comunión de los cofrades siendo muy numerosa y a las diez se celebró la fiesta grande propia de la cofradía en la que expuso las gracias del Santo Escapulario el presbítero don Tadeo Millán Moreno. En la referida fiesta se cantó la misa del Santísimo Sacramento del maestro Rivera, magistralmente ejecutada por el inteligente profesor organista de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de esta villa y un nutrido coro de voces de varios jóvenes de esta localidad. El templo resultó muy hermoso, pues lucía sus mejores galas y los altares que adornaban la espaciosa nave, ricamente engalanados por varias personas de esta feligresía, respiraba el celo de nuestro apreciable párroco, que con su asiduo trabajo y su amor a la Virgen vela por el esplendor de los cultos católicos.
     Terminada la novena salió en procesión la preciosa imagen de Nuestra Señora del Carmen, la que llevada por las más respetables personas de esta localidad recorrió varias calles de la misma.- Un devoto de la Virgen”.              
     Como el devoto cronista hace referencia a la condición de “personas respetables”, conviene aclarar que esa respetabilidad vendría impuesta por su preeminencia desde el punto de vista social y económico, así como por su habitual e imprescindible concurso en las manifestaciones externas de culto, en contraposición al pueblo llano, que cuando participaba, lo hacía siempre relegado a un papel secundario. 
   
La procesión de la Virgen de la Salud

     El día 25 se verificaría el tradicional traslado de la patrona de la villa, Nuestra Señora de la Salud, desde su ermita extramuros, hasta la parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, donde permanece anualmente por espacio de tres meses.


     Cuando Castellá realiza sus trabajos fotográficos en Castro del Río para la Casa Editorial Alberto Martín de Barcelona, durante aquel verano del año 1915, la imagen de la Virgen de la Salud ya se encuentra en la parroquial de la Asunción, por lo que forzosamente tuvo que ejecutarse durante esos tres meses de morada en la iglesia de la villa, aunque por el vestuario de quienes aparecen en esas fotos y otros detalles me inclino a pensar de que no iría mucho más allá del mes de septiembre.


Velada de Santiago
    
     El mismo día 25, festividad de Santiago Apóstol, se inicia la tradicional feria, que por coincidir con el final de las labores relacionadas con la recolección del cereal, son numerosas las personas las que se dan cita al reclamo del divertimiento.
     La del año 1915 iba a estar revestida por la polémica en cuanto al lugar elegido para su instalación. Según reza la tradición, ésta se había venido desarrollando en la calle Alta (Marqués de la Vega y Armijo), pero por voluntad expresa de la mayoría republicana, al frente de la Alcaldía, se determinará su traslado a la calle Corredera, recientemente rotulada y dedicada a la memoria del prócer del republicanismo Joaquín Costa.
     El corresponsal local del diario ultraconservador El Defensor, no parece comulgar con la decisión y son varios los argumentos que esgrime en contra del nuevo emplazamiento:

     Primero: “La proximidad de la Plaza de Abastos, donde no es posible desterrar (a pesar de ser mucha limpieza que en ella se observa) cierto mal olor, peculiar y corriente en estos sitios”.     
      Segundo: “El acentuadísimo declive del suelo, que aumenta considerablemente por las malas condiciones del empiedro”.
      Tercero: “Existen en dicha vía este año algunas respetables familias que la desgracia de haber perdido seres queridos las tiene alejadas de todo bullicio y a las que no habrá agradado mucho la alegría original que reina en esta clase de fiestas”.




    
     “Sin los inconvenientes reseñados, la velada hubiera resultado más lucida, por la extraordinaria iluminación, música y la enorme cantidad de caras bonitas que en ella se han visto.Tampoco han faltado los indispensables circos, norias y barcas, con algunas rifas, puestos de juguetes, buñolerías y otras chucherías que constituyen la delicia de la gente nueva”.


     Otra cosa que ha llamado poderosamente la atención en esta velada y que no puedo echar en  olvido: ¡El nuevo uniforme color kaki de la guardia municipal!

Fuentes utilizadas:


  • Crónicas remitidas desde Castro del Río al diario el Defensor de Córdoba publicadas los días 26 y 30 de julio de 1915.
  • Fotografías Fondo Alberto Martín de la Biblioteca de Cataluña (menos la de la noria, ya utilizada para ilustrar otra entrada festiva, y cuya procedencia no recuerdo).

15 julio 2012

Jumentos, jamelgos y otras bestias de carga. Castro del Río (1915).


     Hasta hace relativamente poco tiempo este tipo de ganado era indisoluble e imprescindible para la mayoría de las actividades humanas desarrolladas en las zonas rurales. Mientras que en las cortijadas prevalecían los bueyes de sangre y seleccionadas razas de mulos/as para la labranza, dentro del casco urbano, para el diario en las labores de huerta, de ruedo o suministro de agua, entre otras, eran estas otras caballerías menores las ocupaban un lugar preferente en las pequeñas cuadras de las que solían estar dotadas la mayoría de las viviendas populares.

     La colección de fotografías de Castellá, procedente de la Biblioteca de Catalunya, nos permite extraer algunas muestras significativas e ilustrativas sobre este tipo de ganadería ya prácticamente en extinción.

Extrayendo arena en el Puente Viejo

 Otros areneros en una isleta del Guadajoz

Abrevando

Descansando

     En primer plano, mujer de rostro curtido con su borrico, aguaderas y cantaros en dirección a la Fuente de San Roque. Detrás aparece una mula cargada con sacos de paja.
                                                                            

    Bestia amarrada a una ventana a la espera de sus cántaros, custodiada por un zagalillo, con la mollera a buen recaudo, para quien no pasa desapercibida la presencia del fotógrafo.
A la puerta de su casa (Cuesta de los Mesones nº 31)

Arriero con una carga de grano

Carretón de madera


    Esta forma de montar, que en equitación clásica se denomina “a la jineta”, y en el agro “a la mulera”, es la única compatible con la carga de arreos y pertrechos agrícolas necesarios.
Caballería con serones al inicio de la calle Corredera

El burro del hortelano


     He querido dejar para el final este detalle de la fotografía mostrada en la cabecera, que desde mi punto de vista tiene un especial valor estético y etnográfico. A ese jamelgo quijotesco, de paso cansino y cabeza gacha a consecuencia de su discurrir por la pronunciada cuesta de Santo Cristo, cuyo trayecto final es por fin alcanzado, se une la figura erguida de su guía, que luce el peculiar sombrero de ala ancha de estos lares y el característico capotillo o blusa abotonada al cuello, prenda de notable arcaísmo y abolengo entre los trabajadores agrícolas de la región andaluza.

04 julio 2012

La transfiguración de San Antonio Abad en Castro del Río.


    
     Las imágenes de culto católico, al igual que las personas y sociedades, pueden verse sometidas a vaivenes históricos que alteren su régimen ordinario de vida. Es el caso de la que mostramos en la cabecera.
     Del capítulo que Fray Juan de Castro le dedica al presbítero Doctor Cristóbal López de Cañete (1567-1637), dentro de su manuscrito “De los escritores naturales de Castro del Río” (se comenzó en 1804) entresacamos la siguiente noticia que nos informa sobre los avatares históricos de la referida imagen:
     “Desde que concluyó sus estudios y se graduó, hasta que fue comisionado a la Real Chancillería, tuvo en Castro su ordinaria residencia, según consta en diferentes documentos, que también manifiestan sus ocupaciones, de los quales citamos algunos. Estando presente aceptó la donación inter vivos , que el 19 de marzo de 1604 por ante Luis Fernández, otorgó en favor suyo su tía paterna Juana Fernández la Peinada, de unas casas en el cercado de la villa en la calle que va al Hospital de San Juan, y de otras en la calle Lobo, que por aquel tiempo se llamaba San Antón, por estar en ella una antigua ermita del Santo Abad: su antigua imagen de talla, de estatura mediana, con el hábito de carmelita, de túnica parda y capa blanca. Arruinada la ermita, se trasladó a este convento del Carmen, donde por muchos años la vimos venerada por los fieles con particular devoción, hasta que en nuestros días, por una providencia inconsiderada, o por una devoción indiscreta, fue transformada y transfigurada en imagen de nuestro padre San Elías Profeta, y se colocó en el retablo del Altar mayor”.



     Todo indica que esta talla de madera, que en la disposición de ese retablo, que conocemos gracias a la ya famosa fotografía de Castellá del año 1915, aparece situada en la hornacina superior, y el Crucificado de la primitiva Hermandad de la Veracruz (Cristo del Carmen) del escultor flamenco Luydvinos de Bruna, se encuentra entre las más antiguas y de mayor valía artística de las que se conservaban dentro de aquella Iglesia-Convento.     
     A Fray Juan de Castro no parece cuadrarle demasiado este cambalache. Debía sentir más apego por el Santo Abad que por el Profeta. De forma algo sibilina pasa por el asunto responsabilizando del mismo a “una providencia desconsiderada” o “devoción indiscreta”, lo que difícilmente nos permiten conocer los motivos exactos del cambio de advocación. Imagino que fuerzas mayores determinarían tal resolución, posiblemente por el especial empeño del Prior de turno o de alguna otra persona influyente en el seno de aquella comunidad religiosa del Carmen Calzado de Castro del Río.


     Apunto la hipótesis, con cierto fundamento, de que el responsable de esa transfiguración pudiera ser su coetáneo y hermano de orden, Fray Miguel Rodríguez Carretero, a quien deliberadamente dejo fuera de su obra por cuestiones personales.
     Podemos constatar la presencia y participación protagonista de Fray Miguel como predicador en una especie de fiesta solemne-rogativa rematada con procesión, celebrada en el Convento del Carmen el 20 de abril de 1817, en la que a San Antón ya se le había operado la metamorfosis:

     “El referido día 20 en la tarde hubo procesión general de penitencia con asistencia del Clero y del Ayuntamiento; casi todos los vecinos concurrieron, unos con capas, los más pudientes de corto y otros con túnicas y todos con luces. Llevaron al Santísimo Cristo del Carmen los sacerdotes, delante el clero y la comunidad y el R.P.M Quiroga predicaba de cuando en cuando. En medio de la procesión iba N.P.S. Elías como abogado de la Curia y delante de la Sgda Imagen predicaba el R.P.M fr. Miguel R.Carretero”.

     P.Mº Fr. Miguel Rodríguez Carretero / Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia. Primera edición del manuscrito original de la B.N.E. Sevilla 2000. Presentación de la obra a cargo de Ismael Martínez Carretero (O.Carm).
     El material gáfico pertenece a la ya tantas veces referida colección de fotografías procedente de la Biblioteca de Cataluña. Año 1915 (Fot. Castellá).
   

02 julio 2012

"Fot.Castellá: un viaje por tierras cordobesas (1915-1916). Partido Judicial de Cabra.


     Hállase situado en la parte meridional de la provincia. Linda: al N., con los partidos de Castro del Río y Baena; al E., con el último citado y el de Priego; al S., con los de Rute y Lucena, y, al O., con los de Aguilar y Montilla.

     Comprende los municipios de Cabra, Doña Mencia, Nueva Carteya y Zuheros.

     Cabra.- Ciudad de 12.360 habitantes, edificada en un frondoso y pintoresco valle, cercado de montes, donde goza de un clima dulce y saludable. Tiene estación de ferrocarril y en ella convergen todas las carreteras que recorren el partido. Las huertas de su término constituyen su principal riqueza y las fecundan las abundantes aguas del nacimiento llamado de la Fuente del Río. Cosecha exquisitos vinos, aceites, cereales, frutas y hortalizas. Celebra ferias del 24 al 26 de junio y del 15 al 17 de septiembre.

     Unas fotografías de Castellá utilizadas para ilustrar un artículo literario (Balcones andaluces), de Federico García Sanchiz, publicado en La Esfera el año 1915, nos sirve para certificar su estancia en esta población y atribuirle, de camino, la más que presumible autoría del resto de los materiales gráficos expuestos en los productos editoriales de la casa Alberto Martín de Barcelona correspondientes a su partido judicial.
     Esas eventuales muestras de su producción, insertadas en revistas gráficas (libre ejercicio de la profesión), salen de instantáneas similares tomadas durante la gira por encargo. Dos ejemplos:

Cuaderno nº 49 Porfolio Fotográfico de Andalucía

Publicada en prensa gráfica con firma de autor
     Como se puede apreciar se trata de una secuencia. A la preponderancia de los elementos arquitectónicos de esta casa palaciega desaparecida, se suma la majestuosidad de los bueyes de tiro saliendo de una de sus dependencias. A mi gusto, una de las más atractivas de su producción cordobesa. 


     Tarjeta postal con la particular impronta en rojo de las tiradas de España Regional de la casa editorial Alberto Martín de Barcelona.



     La misma casa, en la que nació Don Juan Varela, fotografiada para prensa gráfica por Castellá. No confundirse con el sello “Cámara Fto”, que se corresponde con el laboratorio profesional encargado del revelado de las placas estereoscópicas.
    Una última fotografía de casas y balcones tomada del artículo de García Sánchiz:


     Aunque el pie de foto sólo hace referencia a un balcón artístico de una casa antigua en Cabra, debe ser la que según una base de datos de la que me estoy sirviendo, se menciona como “Balcón de la casa del Bachiller Antón de León” (también desaparecida).

     Otras muestras de su producción egabrense:
Plaza Mayor
Patio Palacio Condes de Cabra - Colegio RR MM Escolapias
Entrada por el camino de Lucena
Mausoleo de la Vizcondesa de Termens (La infantona)

     Para no extenderme en demasía, otras pertenecientes al resto de villas del partido judicial (Doña Mencía, Nueva Carteya y Zuheros) , quedan pospuestas para una nueva entrada, a ver si mientras tanto soy capaz de localizar alguna de las de Carteya, que son las que me faltan.

30 junio 2012

Retablos del Altar Mayor de la Parroquial de la Asunción de Castro del Río.


     El artículo dedicado a Castro del Río en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, publicado por Pascual Madoz entre 1846 y 1850, recoge una escueta noticia sobre un primitivo retablo alojado en la capilla mayor de la iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción:
     “En la capilla mayor se ve un retablo moderno de dos cuerpos y de muy buena arquitectura, fabricado en el año 1826: en el inferior contiene en un arco el tabernáculo, y a los lados San Juan y San Marcos; el superior presenta Ntra. Sra.de la Asunción en el centro, y a der. e izq. San Lucas y San Mateo. En los costados de este retablo, sobre las puertas de la sacristía, se ven San Pedro y San Pablo, todos lienzos muy buenos del pintor honorario de cámara D. Diego Monroy y Aguilera”.

     Francisco Valverde y Perales en el capítulo que le reserva en su Historia de Baena (Toledo 1903) al pintor local Diego José Monroy y Aguilera (1786-1856), también refiere su producción para la parroquial de Castro, que tuvo que realizarse forzosamente durante esos primeros años de la tercera década del siglo XIX:

     “La iglesia Parroquial de la Asunción de Castro del Río, en su Capilla mayor, conserva siete lienzos pintados por este distinguido artista, representando a la Asunción de Nuestra Señora, los Evangelistas San Juan, San Marcos, San Mateo y San Lucas, y los Apóstoles San Pedro y San Pablo, todos considerados como muy estimables”.

     Cuando Rafael Ramírez de Arellano elabora su Inventario Monumental y Artístico de la Provincia de Córdoba (1902-1903), el referido retablo se hallaba desmontado y el templo cerrado al culto por reformas. Esta circunstancia le permite a R. de A. estudiar el ábside central de la iglesia:

     “Hemos visto que es exactamente igual al de San Pablo de Córdoba y tuvo baquetones, hoy rozados, y en las aristas exteriores conserva los botareles. Quedan dos de las estrechas ventanas que lo iluminaban, sin más adorno que una imposta en la parte alta para recibir el arco, cuyo tosco perfil es éste:

Se aprecia como el dibujo no era su fuerte
     En los despieces del muro se ven las marcas de los canteros. Todo está tan desfigurado que sólo detrás del retablo mayor, o subiendo a los desvanes, se puede estudiar".


     Ha sido precisamente esta referencia de R. de A y el obligado repaso por la bibliografía del profesor Aranda Doncel, quienes me ha permitido localizar en prensa histórica una crónica, remitida por el activo y culto corresponsal del Diario de Córdoba, Antonio Pérez López Toribio, sobre el resultado final de aquella reforma. Junto a la típica descripción de los fastos cívico-religiosos celebrados con motivo de la reapertura al culto, se extiende detalladamente en aquellas partes del templo que se vieron afectadas por la misma, cuyo importe (40.000 pesetas) fue sufragado íntegramente por don Joaquín Sotomayor y Sotomayor y su piadosa señora, Doña Salud del Barranco y Valdelomar.
     Una sucinta relación de las mismas la recoge Juan Aranda Doncel en su Estudio histórico del Barrio de la Villa, procedente del Boletín del Obispado de Córdoba, aunque la crónica del corresponsal del Diario es bastante más extensa. Le atribuyo, incluso, conocimientos en historia del arte o, por lo menos, que supo documentarse acertadamente para la ocasión, como podremos comprobar.
     La minuciosa descripción que nos trasmite del retablo mayor se corresponde casi al cien por cien con la plasmada en la ya famosa fotografía de Castellá que se muestra en la cabecera.  Lo que me ha llamado poderosamente la atención es que la distribución iconográfica original, reflejada en el artículo de Pascual Madoz, parece verse considerablemente alterada, ya que los lienzos de los cuatros evangelistas (Juan, Marcos,  Lucas y Mateo) que tenían reservado su sitio junto al de la Asunción en el retablo confeccionado en 1826, que lució dentro de la misma a lo largo de todo el siglo XIX, desaparecen de su lugar original. Todo esto me induce a pensar que más que a una reinstalación a lo que se vería sometido el retablo durante las ya referidas reformas de principios del siglo XX, sería a una restauración-recomposición de considerable envergadura, con el resultado de un retablo prácticamente de nuevo cuño.
     Dejemos que sea Antonio Pérez L-Toribio quien nos conduzca y nos informe sobre las transformaciones operadas en el templo parroquial tras aquellas reformas de 1902-1904:
     “El púlpito, la balaustrada colocada en el contorno del presbiterio y el retablo, pertenecen al tercer periodo del estilo ojival o gótico, conocido con el nombre de florido o flamígero, que como es sabido llego a alcanzar su mejor esplendor durante el siglo XV. El pulpito es todo de madera de cedro en su color propio, por lo que resulta severo y elegantísimo”.

     “La balaustrada o antepecho, como es de madera común, está pintada de blanco y sus molduras doradas mate y bruñidas”.

         
     “En cada vértice de los dos ángulos que forman la balaustrada en la gradería que da acceso al presbiterio, hay un facistol construido por una hermosa águila dorada mate, en actitud de volar, que se apoya en una esfera también dorada pero bruñida”.

    
EL RETABLO

     El retablo es también de madera común y tiene su fondo pintado de blanco y los adornos dorados, bruñidos unos y otros mate. En su eje principal y sobre el altar, está, primero el artístico tabernáculo o pequeña capilla donde se guarda la sagrada Eucaristía:


Más arriba aparece la majestuosa figura, tallada, del Corazón de Jesús, sustentada en bonita repisa y cubierta por un gran doselete octagonal.

     En la parte media del doselete, y en un mismo plano, tiene las pequeñas esculturas de Nuestra Señora de la Asunción, San Joaquín, San Lorenzo, Santa Isabel y la Dolorosa:

     Si nos imaginamos la efigie de Jesús colocada en el vértice opuesto a la base de un triángulo equilátero, en los otros dos vértices están situadas las esculturas de la Maternidad de María y San José y en los puntos medios de los dos lados del triángulo, las de Jesús en la Columna y Santa Mónica.


      Aquí, tengo que reconocer que me pierdo con los triángulos equiláteros y los vértices, siempre he sido torpe en estas materias, y además mis conocimientos en iconografía religiosa son más bien parcos. De las referenciadas sólo parece estar clara la de Jesús de la Columna. Con el resto me aventuro, y si alguien cualificado en la materia detecta falsas adscripciones le rogaría que me corrigiera:

Jesús amarrado a la columna
San José

Maternidad de María - Inmaculada 


Santa Mónica

      Bastante más clara parece la identificación de las siguientes imágenes:


     Por último, en el tercio más elevado de las dos agujas más altas, están, en una la escultura de San Juan Bautista y en la otra la de San Roque.Tanto éstas como las anteriores se sostienen en decoradas repisas y las cubren pequeños doseletes.

San Juan Bautista

San Roque
      En suma, las tres obras descriptas tienen sus formas esbeltas, afiladas y ligeras, semejándose en su conjunto a un enrejado, o más bien dicho, a un delicadísimo encaje. Al mirar los calados que tienen sus hojas, delicadamente trabajadas, y arcos festoneados, sus agujas piramidales, sus molduras prismáticas y sus líneas onduladas y quebradas, causan en nuestro cerebro una grata impresión, tal, que es muy difícil olvidar un buen rato.

     Lástima que el cronista no repare en cuestiones como autores o talleres encargados de la confección y montaje de estos trabajos. Bien pudieran ser fruto del buen hacer profesional del tradicional gremio de carpinteros de la localidad.
 

    Pongo un provisional punto y aparte, ya que esta segunda fotografía de Castellá de la nave central de la Iglesia, permite seguir desentrañando detalles sobre la decoración y distribución del templo. Por ejemplo, sobre el nuevo pavimento, de mosaico hidráulico, “que forma primorosos dibujos estilo de los entarimados”.
 
     Todo el material gráfico que se muestra procede del “Fons editorial Albert Martín” de la Biblioteca de Catalunya. Me reitero en mis agradecimientos hacia esta institución cultural catalana por su atención y la facilidad pasmosa con la que han puesto en mis manos, y de camino en las de la sección de Temas Locales de la Biblioteca Pública Municipal de Castro del Río (es decir a disposición de todos los castreños), esta colección de magníficas fotografías. El pequeño esfuerzo económico que me ha supuesto su consecución lo asumo con satisfacción y agrado. Que cunda el ejemplo.  
    
    Es justo y necesario, hacer mención a las políticas culturales, libres de sectarismo, que se desarrollan en esta tradicionalmente más moderna, en todos los sentidos, comunidad autónoma. Tengo experiencias recientes de relaciones con archivos y bibliotecas dependientes del Ministerio de Cultura, que se mueven en una honda más cateta. Es más, como soy suspicaz por naturaleza, hasta pudiera darse el caso de que recurran policialmente a la barra de google a la hora de planificar la atención a los pedidos y demandas que les llegan.
     ¡Catetos! Es el adjetivo más suavecito que se me ocurre para calificar estos indiscriminados comportamientos.