Como ya anunciábamos, en el año 1876 el ingeniero
Damián Quero Díaz y familia, después de aquella larga e insalubre experiencia
colonial, fija su residencia en Córdoba cuando entra a formar parte de la
plantilla de la Jefatura Provincial de Obras Públicas, su nuevo destino
profesional.
MILITANCIA
MASÓNICA
Las
noticias sobre su pertenencia la Masonería nos las proporciona el libro sobre la
Masonería en Córdoba, del que ya tomamos su retrato.
En el cuadro de la Logia Estrella Flamígera
de la capital cordobesa, cuyos orígenes se remontan al año 1871, encontramos al
ingeniero Damián Quero con grado 13º y nombre simbólico “Pelagio” en el año de
1876, prácticamente coincidiendo con su establecimiento en la ciudad de Córdoba.
Su grado nos invita a pensar que pudiera ya venir iniciado del archipiélago
filipino. El principio de ayuda mutua, por el que se rige la masonería, le tuvo
que resultar bastante útil a la hora de darse a conocer e introducirse en la
sociedad cordobesa.
De su
puño y letra, perfectamente reconocible por su espectacular caligrafía, es una plancha emitida el 8 de diciembre de 1876
por la Aug. y Resp. Log. Estrella Flamígera núm. 102 regularmente
constituida en el Valle de Córdoba bajo los auspicios del Gr. Or. Lusitano
Unido, dirigida a la masonería universal manifestando su
opinión sobre la guerra que venía desarrollándose en los Balcanes desde 1875.
Damián Quero presidió la comisión encargada de su redacción, en la que se hace
un análisis del conflicto en base a los principios masónicos del pacifismo y la
neutralidad.
Aparece incluida como anexo documental dentro del
libro de la Masonería en Córdoba, siendo el verdadero origen de estos
documentos el por entonces A.H.N. de Salamanca, hoy Centro Documental de la
Memoria Histórica, a donde fueron a parar muchos de los papeles emanados por la
masonería española al ser puestos a disposición del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que tuvo su sede en aquella ciudad castellana.
Durante ese mismo año de 1876, el de su ingreso en la
Log. Estrella Flamígera, trasciende a través de la prensa cordobesa esa vocación
propia de la masonería de involucrarse en cuestiones educativas y
filantrópicas:
“Fomento
de la Enseñanza.- Se ha presentado al Sr. Gobernador para su aprobación el
Reglamento que ha de regir una sociedad bienhechora que llevará por título el
epígrafe, y que tiene por objeto dar segunda enseñanza gratuita hasta el
bachillerato a algunos niños pobres, procedentes de las escuelas gratuitas de
esta capital, en las que deberán haber obtenido la nota de sobresaliente.
Forman parte de la Junta los señores D. José Abela, D. Juan Velasco, D. Eduardo
Solier, D. Damián Quero, D. Francisco González Candelbac, D. José Sánchez, D. Guillermo
Poole, D. Antonio Caro Fresneda, D. Bonifacio Campos y D. Manuel Martín”.
(Diario
de Córdoba 31 de agosto de 1876)
La práctica totalidad de los relacionados aparecen en los cuadros de las logias cordobesas Estrella Flamígera y Patricia, aunque con claro predomino de la primera. No debió ser autorizada pues no volvemos a tener noticias sobre ella. La mayoría de los integrantes de este activo y laborioso grupo de masones cordobeses se hallaban también relacionados con la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba. Se trata de hombres proyectados social y profesionalmente durante el extinguido régimen republicano.
Figura el nombre del Venerable Maestro de la Logia Estrella Flamígera, el pintor, escenógrafo y decorador Francisco González Candelbac, que dejó su particular impronta artística en el edificio del Gran Teatro inaugurado en 1873.
Algunos
con el tiempo, a medida que prosperan con éxito en sus respectivos negocios,
evolucionan hacia posicionamientos conservadores. Es el caso del industrial
Antonio Caro Fresneda (Fundición de la Merced) que llegó a ser una figura
destacada en las filas del Partido Conservador en la capital cordobesa tras su
etapa de militancia masónica y republicana. Otro caso similar es el del
sombrerero e industrial José Sánchez Muñoz (1845-1919), heredero de José Sánchez Peña, también iniciado en política en las filas del Partido Republicano
Federal, y con el tiempo llegaría a ser varias veces concejal y teniente de
Alcalde por el Partido Conservador.
Al año 1877 se corresponde un extenso trabajo
periodístico firmado por Damián Quero, que apareció publicado en el Diario de
Córdoba, titulado “Un Pensamiento Benéfico”,
en el que aflora la típica filantropía que inspira a la masonería.
Se trata de un artículo de divulgación social
sobre una experiencia cooperativa puesta en marcha en Madrid por un cordobés
llamado Rafael Saldaña “cuya realización
ha de producir en breve tiempo una transformación en la actual manera de ser de
la clase menesterosa y desvalida”.
Entre las
pretensiones de la Cooperativa “El
Porvenir”, por cuya extensión apostaba Damián Quero con su proselitismo, se
hallaba la de:
“Sustituir
las viviendas miserables y malsanas en las que se aglomera la familia del
infeliz bracero, sufriendo todo género de molestias y enfermedades, por una
habitación sola e independiente, extensa y ventilada. Mediante un alquiler
fabulosamente exiguo, que por medios indirectos llega a reintegrarse,
facilitarle gratuitamente los elementos más amplios posibles para que pueda
educar a sus hijos y darles la instrucción científica y práctica necesaria, a
fin de formar excelentes obreros en las diferentes industrias, como fin
principal”.
Tras
desarrollar detalladamente todos los pormenores para conseguir hacer viable tan
utópico proyecto, concluye con la obligada referencia a la necesidad de
transportarlo hasta Córdoba:
“Esperamos que el director de la empresa,
nuestro ilustrado amigo, que al hacer extensiva la realización de su fecunda y
filantrópica idea a las principales capitales de España no se olvide de su
ciudad natal, donde hasta hoy nada se ha llevado a cabo para sacar del abismo
de ignorancia y miseria en que yacen sepultadas las clases proletarias”.
(Diario de Córdoba 17 de julio de 1877)
El tal Rafael Saldaña debe ser el hermano de su
correligionario y amigo, también masón, el diputado por el distrito de Montilla
en las Cortes de la I Republica, don Ramón Saldaña y Álvarez.
Es la única colaboración suya que hemos sido
capaces de localizar en la prensa de la época, y desconocemos el impacto que
pidieran haber causado sus denuncias en el seno de la estamental sociedad
cordobesa.
Para
1883, cuando la logia Estrella Flamígera de dio de baja en el Gran Oriente
Lusitano Unido para regirse por la
obediencia del Gran Oriente Español, creemos que Damián Quero ya no debía de
pertenecer a la misma (lo argumentaremos más tarde).
MILITANCIA
REPUBLICANA
Los años del Sexenio Democrático en España,
durante los cuales se operan importantes transformaciones políticas en nuestro
país, los vivió Damián Quero en su destino colonial.
Desconocemos hasta qué
punto los postulados ideológicos democrático-republicanos profesados por su hermano José pudieran haberle influido.
En 1881,
tras seis años de gobierno conservador, Alfonso XII puso al frente de los
destinos de la nación a Práxedes Mateo Sagasta. Era la primera vez, que de
forma pacífica, llegaba al poder un partido heredero del viejo progresismo
liberal.
Dentro de
un nuevo marco de libertades se reorganiza el movimiento obrero y las
diferentes familias del republicanismo.
Los
republicanos históricos federales cordobeses en noviembre de 1882 eligen comité
local y provincial con vistas a retomar su pasada actividad política. En
aquella embrionaria organización participó el ingeniero Damián Quero que
resultara elegido para formar parte de ambos. Labora al lado de históricos como Ángel de Torres o Ramón Saldaña, ambos
masones, o los ya referidos Antonio Caro y Rafael Sánchez.
Diario de Córdoba (20 de noviembre de 1882)
Por su condición de funcionario público se mantuvo
siempre en un segundo plano. Lo publicado en El Nuevo Régimen a su muerte nos
sirve para hacernos una idea sobre cómo vivió la política:
“En política fue invariable. No abandonó
nunca la democracia, la federación, ni la republica; no tuvo nunca veleidades
dentro de su partido. Era hombre ajeno a toda ambición política, a quien no
movían sino sus ideas y el amor a la patria”.
Prueba de
ello es que en la mayoría de las cabeceras de prensa afines a sus ideas podemos
encontrar su nombre entre los suscriptores, así como participando en las
típicas cuestaciones. Sirva de ejemplo la realizada por La República en el año
1.888 en favor de una Asociación Benéfica encargada de socorrer a los presos y
emigrados políticos republicanos:
CULTURA
Y SOCIEDAD
En octubre
del año 1879 participa en un ciclo de conferencias agrícolas organizado en
Córdoba, impartido por Ingenieros en sus diferentes ramas,
profesores y catedráticos de la Escuela de Veterinaria, del Instituto y de la
Normal de Maestros. El tema desarrollado por Damián Quero fue “La Arquitectura
rural”.
En 1881 formaba
parte, como vicepresidente, de la Junta Directiva del Centro Industrial en
cuyos locales celebraba sus reuniones y actos públicos un recién nacido Ateneo de Córdoba.
Integrado en el mismo dentro de la Sección de Ciencias exactas, físicas
y naturales.
Durante los años 1883 y 1884 formó parte de la
Junta Directiva del elitista y aristocrático Circulo de la Amistad de Córdoba.
Suponemos que por estas fechas ya había dejado atrás su militancia masónica.
Ya había adquirido cierto prestigio a nivel
social, por lo que lo mismo le encontramos actuando como jurado en los tradicionales
concursos hípicos, en las típicas muestras de ganado y maquinaria o como
responsable a la hora de dictaminar los premios en los certámenes científico-literarios.
OBRAS PÚBLICAS
Exceptuando
un corto destino provisional en la provincia de Almería (1883), el grueso de su
carrera transcurre en la Jefatura Provincial de Obras Públicas de Córdoba, como
Ingeniero Jefe desde 1887 hasta su fallecimiento en 1889.
Tuvieron que ser innumerables los proyectos en
los que se estampara su firma.
Entre
los de mayor envergadura podemos citar el de la desviación de la carretera Madrid-Cádiz
a su paso por la capital cordobesa, con un nuevo trazado entre la Cruz del Rastro y el Puente Mayor sobre el
Guadalquivir, que llevaba aparejada la prolongación del famoso Murallón de la
Ribera. Se realizaron algunas expropiaciones y se iniciaron los trabajos en
1890, que quedaron pronto interrumpidos por falta de liquidez.
Su obra llega hasta los mas remotos lugares de la provincia:
Cuesta de la Traición (Ctra. Córdoba-Villaviciosa)
|
Paseo de la Cruz (Espiel)
Alcantarillado en Espiel
Especialmente doloroso tuvo que ser el año 1892
durante el cual se produce el fallecimiento de su madre en Porcuna (31 de mayo)
y el de sus hermanos Francisco y José, que dejaron de existir los días 25 y 28
de agosto, en Lopera y Porcuna respectivamente.
Alcantarillado en Espiel
LA
FAMILIA
Por la notoriedad alcanzada en el seno de la
sociedad cordobesa la prensa se hará eco de todos aquellos acontecimientos
relacionados con su familia.
Se le conocen cinco hijos varones: Luis, Juan,
Carlos, Fernando y Eduardo. Sobre Juan no han trascendido noticias, y muy
posiblemente falleciera joven durante su estancia Filipinas.
Luis, el primogénito, había nacido en Madrid,
estudiaría para Ingeniero de Montes integrándose en el escalafón de dicho
cuerpo. Su carrera profesional trascurre fuera de Córdoba, en los distritos
forestales de Palencia, Tarragona y Cádiz. Fallece en Madrid en 1933.
Carlos (Ingeniero de Caminos) y Fernando
(Ingeniero de Montes) residieron en Córdoba. Compaginaron sus respectivas
carreras con el mundo de los negocios. Se hicieron con pertenencias mineras y
dirigieron, como presidente y vicepresidente respectivamente, una sociedad
minera intitulada la Conquista del Valle (1909).
Los hermanos Fernando y Carlos Quero Goldoni
fueron también principales accionistas y miembros del consejo de administración
de la sociedad de seguros, caja de ahorros y previsión “La Mutual Latina” con
sede en un céntrico edificio de la moderna avenida del Paseo del Gran Capitán.
Fernando,
casado con una prima hermana, Dolores Quero Taberner (hija de su tío
Francisco), falleció en Córdoba en 1924.
El
poderío económico y social del ingeniero Carlos Quero resulta afectado considerablemente
cuando contrae matrimonio, en segundas nupcias, con la señorita Soledad Cabrera
Trillo-Figueroa “Marquesa de la Mota del Tejo” (1915).
Ya como
Marqués de la Mota del Trejo traslada sus inquietudes económicas al mundo de la
industria. En 1922 se embarca en dos proyectos complementarios: “La Frigorífica
Cordobesa” dedicada a la fabricación de hielo y “La Mezquita” dedicada a la
fabricación y comercialización de de cerveza, primer establecimiento de este
tipo nacido en Córdoba.
Fallece en
Córdoba en julio de 1933, al no conseguir recuperarse de las graves lesiones
sufridas en un accidente de automóvil.
El menor de
los hermanos, Eduardo Quero, rompe con la tradición de la ingeniería y sigue la
carrera militar dentro del arma de caballería. Es quien mantiene unos lazos más
estrechos con la localidad de origen de su padre. En 1904, con la graduación de
teniente, contrae matrimonio en Porcuna con Josefa Morente del Castillo,
perteneciente a una familia de acaudalados propietarios. Su carrera militar se
desarrolla en Córdoba. Retirado con la graduación de Teniente Coronel en 1931
(Ley Azaña). Sus servicios en favor de la sublevación militar de 1936 serian recompensados con la Presidencia de la Diputación Provincial de Córdoba que
ostentaría entre 1936 y 1941.
UN
PANTEÓN SINGULAR
Los restos mortales del ingeniero Damián Quero Díaz y los de su esposa Concepción Goldoni y Rivas, así como los de sus hijos Fernando, Carlos y Eduardo, reposan en un singular panteón,
exento de simbología religiosa, dentro del Cementerio de la Salud de Córdoba.
La tumba aparece rematada por una enorme columna, que representa a un mojón de
carretera con el escudo de la Escuela de Ingenieros de Caminos.
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