Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

01 febrero 2012

Poesía erótico festiva (Porcuna)


La Hoja de la Parra

     Semanario de humor satírico de carácter erótico, que empezó a publicarse en el año 1911, convirtiéndose pronto en una de las publicaciones señeras del denominado género galante, en base al nivel de los dibujantes y  plumas literarias que contribuyeron a rellenar sus 16 páginas, en las que se alternaban textos, dibujos y fotografías.
     Fundado por Antonio Lezama y Francisco Gómez, tuvo una muy buena acogida que le permitió mantenerse con éxito durante más de un lustro. Entre sus colaboradores destacaron los escritores Rafael López de Haro, Eduardo Zamacois, Joaquín Dicenta... y los dibujantes Demetrio, Tovar y Cyrano.
     Con el tiempo se irían incorporando las firmas de escritores como Blasco Ibáñez, Villaespesa, Galdós, Maeztu, Hoyos y Vinent, López Barbadillo y otros.
      La justificación del título, incluida dentro de su primer número, nos sirve para hacernos una idea de su línea editorial satírica-guasona:
     “Aquí está La Hoja de Parra, que es cosa de Obstetricia, pues con ella (según Moisés), nuestra primera madre tuvo que andar por casa desde aquella fatal hora en que Adán se sintió padre…”.
      El tono erótico festivo queda patente nuevamente en su nº 2, en el que se publican los “Estatutos para fundar un Club de Terribles”, orientado en el siguiente propósito:
     “Con esta fecha queda constituida en Madrid una Asociación de ciudadanos que se consagra única y resueltamente a hacer el amor a toda mujer, cualquiera que fuera su edad y condición”.



      Paseando entre números de esta revista, me he topado con la puntual colaboración de un tal Orestes Vellido, que firma un poema satírico titulado “De Parranda”, en el que aparece reflejado el nombre de nuestro pueblo (Porcuna).
      Por su verso, que guarda relación con el calendario agrícola de nuestra tierra, lo sitúo cronológicamente recién finalizada la campaña de recolección de la aceituna ( fecha en que esto se escribe), justo cuando para el agricultor y el jornalero, después de tener el cuerpo disciplinado por necesidades de trabajo durante una buena temporada, los bares y tabernas se prestaban y se siguen prestando (cada vez menos) como lugar idóneo para el desquite, traducido en borrachera casi segura:


Disputaban sin razón
(por cuestiones de aceituna)
dos labriegos de Porcuna,
en la taberna de Antón.
¡Cállate o te salto un ojo!
-gritó el más viejo borracho-;
y contéstale el muchacho:
¡De un palo…le dejo cojo!
¿Alzarme la voz a mí?
rugió el vejete ladino;
y el jovenzuelo, mohíno,
respondió fuera de sí:
¡A’este ¿qué? ¡vamos a ver!
Y dijo el viejo: ¡M’espanta!
¡A mí no me la levanta
naide más…que mi mujer!

    La inclusión de Porcuna en el texto podría ser meramente casual, por aquello de las connotaciones marranas del vocablo, aunque, ese Vellido que supongo seudónimo con el que se adornaba su autor, casa perfectamente con el apellido Bellido tan común en esta ciudad.      
    Además la presencia en el poema de un léxico que se aproxima bastante al habla de Porcuna ( a’este, m’espanta o naide), nos induce a pensar que pudiera ser nativo de ésta.
     Las únicas noticias de las que disponemos, de momento, sobre Orestes Vellido, es su participación en la partitura musical  (pasacalle para piano con letra) Alma Andaluza(1910) , con la  colaboración del compositor de canciones frívolas (cuplés) Rafael Gómez, género ínfimo musical que estaba ya empezando a transformarse a través de una corriente dignificadora de las variedades con la que comulgaban determinados sectores de la intelectualidad de la época aficionados a la francachela nocturna.
     También nos consta su dedicación profesional al mundo del espectáculo, como director de la agencia artística Arthis-Orbis con sede en Zaragoza, durante los años finales de la segunda década del siglo XX.

El Eco Artístico  15 de abril de 1918

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