Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

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28 octubre 2012

VILLA DE ESPEJO (Mojón de Castro).






    La colonia inmune Attubi Claritas Julia, tan célebre en las guerras Cesariana y Pompeyana, hubo de ser desde tiempos muy remotos, de las más insignes ciudades de España, así por su posición fuerte e inexpugnable, como por su nombradía y privilegios en diferentes épocas de nuestra historia. Tiene su asiento en la cima pendiente y escabrosa de una montaña, a cuya falda se prolonga en rededor una dilatada campiña. Dista de Córdoba, cosa de veinte millas al Sur, y es digna de ser visitada por las bellas ruinas de su antiquísimo castillo romano, por los baluartes que levantó en siglos posteriores el poderío de la esclarecida casa de Castro, y de los monumentos que a cada paso se descubren para atestiguar y corroborar su grandeza.

     Texto y grabado que le precede, pertenecen a un artículo de Manuel de la Corte y Ruano, que bajo el título de Villa de Espejo, apareció  publicado el  7 de enero de 1844 en la sección España Pintoresca del Semanario Pintoresco Español (pinchar enlace para leer completo).


    Para procurar una visión de conjunto de la villa de Espejo de mediados del siglo XIX, plasmada en este atractivo grabado, creo que no demasiado divulgado entre sus naturales, ninguna fuente más idónea que el artículo incluido en el tomo VII del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones deUltramar, editado por Pascual Madoz (1845-1850). 




     Para rellenar de contenido la entrada, prescindo de un enlace al Madoz con publicidad comercial, sin renunciar por ello a la comodidad del copia y pega que nos proporciona esta empresa:


    ESPEJO: v. con ayunt. en la prov. y dióc. de Córdoba (5 leg), audiencia territorial y capitanía general de Sevilla (23), partido judicial de Montilla (2). SIT. en un eminente cerro al SE. de Córdoba y al NE. de Montilla ; su C L I M A es templado, reinando por lo regular vientos E. , SE. y SO. ; las enfermedades más comunes  son las intermitentes, afecciones catarrales y alguna que otra pulmonía. Tiene 848 C A S A S , la mayor parte malas; 32 calles de regular anchura y empedradas; una plaza, en la cual se celebra el mercado y en ella la casa consistorial, contigua a  la que se halla lambien la cárcel; una casa castillo, adornada con vistosos torreones y notable por su antigüedad, cuyo dominio pertenece al Ecxmo. Sr. duque de Medinaceli; 2 escuelas públicas de niños, una superior y otra elemental, concurridas la primera por 85 alumnos y la segunda por 65; otra de niñas, también pública, frecuentada por 70 á 80 de estas; habiendo además igual número de escuelas particulares, esto es, 2 de niños y una de niñas, a las que asisten de estas 45, y de aquellos 78; 4 fuentes y 6 pozos en las afueras de la población, de cuyas aguas dulces unas, y salobres otras, se surten los vecindad para beber y demás usos; una iglesia parroquial (San Bartolomé) de segunda clase, servida por 2 curas, uno de ellos vicario perpetuo de nombramiento de la corona en los 8 meses apostólicos, á propuesta en terna del diocesano, y de este en los 4 restantes, y en ambos casos previa siempre oposición en concurso ; 3 sacristanes de los cuales el uno es sochantre, un organista de nombramiento del diocesano y 4 acólitos elegidos por los curas ; un cementerio al NO. y contiguo á la misma iglesia, y por último 8 ermitas con las advocaciones de Sta. Teresa, San Miguel, Sto. Domingo , San Sebastián , Ntra. Sra. de la Cabeza, de las Angustias, de Gracia y del Rosario, todas dentro de la v. excepto la última ; entre ellas se cuentan las iglesia del colegio de educandas del convento de Carmelitas y del hospital de Caridad. Confina N. y O. Córdoba ; S. Montilla, y E. Castro del Rio. El T E R R E N O es de buena calidad y fertilizan parte de él las aguas del r. Guadajoz que nace en la sierra de Alcalá la Real y va á morir en el Guadalquivir a 1 leguas más abajo de Córdoba, y las del arroyo denominado Carchena, que tiene su origen en el monte Horquera y desagua en dicho r. Guadajoz, 4 leguas antes de entrar este en el Guadalquivir; hay canteras de yeso y cal. C A M I N O S los que dirigen á Montilla, Córdoba, Montemayor, Cabra y Castro, todos en regular estado, sin embargo de no ser carreteras reales, C O R REOS la correspondencia se recibe de Castro por baligero, los lunes, viernes y sábados; saliendo los miércoles y domingos, P R O D U C C I Ó N  trigo cebada, habas, yeros, escaña, lentejas, centeno, garbanzos, maíz, cáñamo, lino, frutas, hortalizas y aceite ; ganado lanar, vacuno, caballar, asnal y de cerda; caza de perdices, conejos y liebres, y pesca de albures y otros peces. I N D .  la agricultura, 4 molinos de aceite, 2 harineros y un batan, C O M E R C I O 3 tiendas de lencería, 8 de especería y la extracción de trigo y aceite, P O B L .  1,321 vec, 5,284 almas C O N T R . 162,197 reales 13 ms. R I Q U E Z A IMP. (V. el art. partido judicial) El P R E S U P U E S T O M U N I C I P A L asciende á unos 40,000 reales y se cubre en parte con los fondos de propios , y el déficit por reparto vecinal, consistiendo dichos propios en tierras dadas á censo enfitéutico. Reducese esta población la ant. Attubi (V.) mencionada por Plinio , quien la asigna al conv. jurídico astigitano, Espinal y García refiriéndose á un privilegio concedido por el rey Fernando IV en 1341 dice, que estando arruinada esta población fue levantada , con el cast. que hoy existe, por Pay Arias de Castro, desde cuya época se ha ido aumentando. Hace por armas en escudo, un cast. sobre una roca.



     Una aclaración necesaria. Refiere el artículo la existencia de tres tiendas de lencería, lo cual no quiere decir que las buenas mozas y señoras de aquella villa de Espejo fueran especialmente aficionadas a las prendas interiores de fantasía. Se trata de tiendas en las que se expendían lienzos de diferentes tejidos bastante menos delicados y suaves al tacto que los imaginados.
     Como curiosidad, por formar parte de una historia gastronómica perdida, la importancia que tuvo la pesca de albures para aquellas poblaciones ribereñas del Guadajoz. Este pez de rio, esquilmado o desaparecido por la contaminación progresiva de la cuenca, es todavía muy apreciado y consumido con diferentes recetas en algunas poblaciones del Bajo Guadalquivir.

Huertas y ribera del Guadajoz entre Castro y Espejo (1905)


     Después de la obligada introducción geográfica, histórica, económica y comercial (tres tiendas de lencería y una flota pesquera), entraremos ya de lleno en el tema espinoso del encabezado: “El porqué se dice de Espejo que es el Mojón de Castro”

     Poco después de conquistada Córdoba por el Santo Rey Don Fernando  se le otorgó un privilegio fechado en 25 de febrero del año de Chisto de 1245. De aquí consta, que desde esta época, esto es, trece años después que había sido conquistada de los Moros, quedó Castro subordinado a Córdoba, como villa suya, perteneciente a su jurisdicción.
     Así corrían las cosas desde el citado año, teniendo sus términos inmediatos Córdoba y Castro, de manera que por la parte occidental de esta villa se unían en la cumbre del elevado cerro donde después se fabricó el Castillo y Villa de Espejo. Y de aquí viene que los vulgares de Castro ”zumban y dan vaya” a los de Espejo, con que su lugar es "Mojón de Castro", aludiendo a que ese mojón es una de las señales de sus términos antiguos.

     Esa afición por zaherirse entre poblaciones vecinas y hermanas, se ha mantenido y desarrollado, llegando hasta nuestros días. El término “casqueta”, cuya significación exacta resulta difícil de desentrañar, se lo lanzan indiscriminadamente desde unas posiciones a otras, sin saberse con seguridad quienes son los depositarios reales del mismo (ver la contra). Por esas fuentes históricas consultadas me inclino por que lo sean los espejeños. Creo que pudiera tratarse de una derivación clara de aquel  hito o mojón (el mojón orgánico suele tomar forma de casco).
     Orgullosos los espejeños de su posición estratégica elevada, para contrarrestar el zumbido histórico de los castreños, idearon letrillas cuyos orígenes suponemos también antiguos. Quiero recordar una que dice así: “Espejo el honrado que se ve por todos lados” o “Espejo el cortés que por todos lados se ve” frente a “Castro El Veleta ….no sé que más”.
     Con el pique cerramos. Estoy seguro de que tienen que existir otras muchas letras de tradición oral  y chascarrillos alusivos. Queda abierto el apartado de comentarios para quienes quieran contribuir.


14 abril 2012

Portfolio Fotográfico de Andalucía: Castro del Río (nº 52).


Portfolio Fotográfico de Andalucía

     Debemos los andaluces muy especial agradecimiento a la benemérita Casa Editorial de Barcelona Alberto Martín, celebradísima por sus importantes publicaciones de Geografía e Historia de España.
     Su portada es muy artística y forman parte de su composición los escudos de las ocho provincias andaluzas, la Alhambra, que ocupa el centro de la portada y la Giralda de Sevilla.
     Encabeza el texto un plano completo de cada partido judicial a que el cuaderno se refiere, y sigue la descripción geográfica, histórica y artística, ilustrada con hermosos fotograbados, que representan monumentos, panoramas, sitios notables, etc., finalizando con un estado demostrativo de los ayuntamientos y entidades de población del partido judicial que se describe.


     Esta reseña descriptiva está entresacada de la revista quincenal “La Alhambra” (nº 394 de 31 de Agosto de 1914). Además incluye las 20 localidades cuyos cuadernos han sido ya publicados hasta la fecha: Carmona, Sevilla, Cazalla de la Sierra, Jerez de la Frontera, Moguer, Andújar, Sanlúcar, San Fernando, Aracena, Puerto de Santa María, Posadas, Utrera, Linares, la Carolina, Úbeda, Baeza, Ayamonte, Huelva, Valverde del Camino y la Palma del Condado.
     Todos tenían en común, además de la portada, un formato de 13,5 x 19 cm. (apaisado) y una estructura inalterable. Al mapa del término, sucede un somero estudio del partido judicial, deteniéndose ligeramente en aspectos geográficos, demográficos, sociales, económicos y patrimoniales, con un estudio algo más pormenorizado sobre la cabeza de partido, acompañado siempre de 16 fotografías (lo más interesante). Un total de 40 páginas.
     La cubierta que encabeza la entrada, marcada con el nº 52, pertenece al cuaderno dedicado a la localidad cordobesa de Castro del Río, del que proceden esas fotografías antiguas con encabezado y pie de texto característico, sobradamente conocidas, tanto por su frecuente utilización en publicaciones locales, como por su reciente y más extendida divulgación a través de blog y redes sociales.
     Aunque desconocemos la frecuencia y periodicidad de sus tiradas, la fecha exacta de la publicación del cuaderno de Castro del Río, no debe estar mucho más allá de ese año de 1914, a lo sumo principios de 1915. Se da la casualidad de que una de las fotografías que alberga, la perteneciente al retablo de la Iglesia del convento Santo Domingo, es utilizada como ilustración por la revista gráfica “La Esfera” en ese mismo año de 1915, por lo que presuponemos que para esa fecha ya habría visto la luz el cuaderno correspondiente: 






      De los 16 fotograbados, once son de Castro del Río, cabeza del partido judicial, mientras que los otros cinco pertenecen a la vecina villa de Espejo, municipio integrado dentro del mismo.

Castro del Río

1.      Vista General.
2.      Puente Viejo en el Guadajoz.
3.      Puerta de los Mesones y Fuente de San Roque.
4.      Retablo de la Parroquia del Carmen.
5.      Fachada de la Parroquia de la Asunción.
6.      Interior de la Parroquia de la Asunción.
7.      Retablo de la Parroquia de la Asunción.
8.      Ayuntamiento.
9.      Fachada del Hospital de Jesús Nazareno.
10.   Interior del Hospital de Jesús.
11.   Iglesia del Convento de Santo Domingo.

Espejo

12.   Vista parcial de la Villa.  
13.  Custodia de Plata de 1716.
14.    Capilla de la Fuensanta.
15.    Cruz Parroquial de la Parroquia de San Bernabé [Bartolomé].
15      Castillo del Duque de Unceda [Uceda].



         Para poder alojar el conjunto de las 11 fotografías de Castro del Río, antes de ponerme a rebuscar entre viejas publicaciones, no me queda más remedio que, por comodidad, saltarme a la torera un © móvil galopante, de dudosa legitimidad, que se muestra en la página oficial del Ilustre Ayuntamiento de Castro del Río, donde se hallan alojadas. Como ya he indicado que son sobradamente conocidas, mostraré las más emblemáticas a mi gusto, enlazando con el resto para aquellos “no castreños” que pudieran mostrar curiosidad.







       Los cuatro fotograbados de la villa de Espejo los he buscado en la red con resultado totalmente infructuoso. Desconozco si los alojados en la web municipal de Castro del Río proceden de un cuaderno original propiedad del Ilustre, o de algún particular. En cualquier caso, hoy por hoy, ya sean instituciones o particulares que pudieran mostrarse interesados en hacerse con un ejemplar del mismo, pueden adquirirlo en todocolección.net por el módico precio de 40 euros. Tengo que advertir que pudiera tratarse de una reimpresión actual, de las que se estilan tanto en este mundillo del coleccionismo, por lo que recomiendo hacer las oportunas comprobaciones previas.

       Sería de agradecer bien a castreños o espejeños, con acceso al original y dispuestos a compartirlo con el mundo mundial, que nos proporcionaran las que faltan de Espejo y copias de las de Castro con mejor resolución.


Portfolio Fotográfico de España: Córdoba nº 32


     La Casa editorial Alberto Martín de Barcelona “celebradísima por sus importantes publicaciones de Geografía e Historia de España”, en el año de 1911 pondrá en circulación el Portfolio Fotográfico de España, una novedosa y exitosa línea editorial compuesta por un cuaderno dedicado a cada una de las provincias de España.


    A una cubierta impresa, en cuatro colores, de estética modernista, le sigue un mapa de la provincia impreso a seis tintas , varias páginas con el nomenclátor  por orden alfabético de partidos judiciales y de pueblos, con el número de habitantes y otras informaciones, y dieciséis vistas de monumentos y sitios emblemáticos de la capital.
    Un total de 40 páginas por cuaderno, puestas a la venta al módico precio de 50 céntimos.

Torre de la Calahorra y Puente Romano

Torre de San Nicolás
Parroquia de San Lorenzo

Puerta del Puente
     Ante el éxito alcanzado, la editorial se embarcará en el ambicioso proyecto de retratar hasta el último rincón de la geografía patria, para saciar la demanda de un público ávido de imágenes sobre sus localidades de origen.
     De la serie puesta en circulación bajo el título de Porfolio Fotográfico de Andalucía, con igual formato y precio, centrada en las cabeceras de partido, entre ellas Castro del Río y Motril, nos ocuparemos en entrada aparte.

26 marzo 2012

Sobre la larga mansión del talentoso carmelita Fr. Juan Félix Girón en la villa de Castro del Río (1663-1684).



Retrato de Fr. Juan Félix Girón
Escuela Sevillana
Colección pictórica del Ayuntamiento de Sevilla
Legado Duques de Montpensier

      Ya me ocupé, en su día, de este fraile carmelita de origen sevillano morador del Convento del Carmen de Castro del Río desde 1663 hasta su muerte acaecida en esta villa en el año de 1684.

      Con la reciente obtención del manuscrito De los Escritores naturales de Castro del Río de Fray Juan de Castro, donde se ocupa de él y da nuevas noticias sobre su vida y especial talento en diversas materias, principalmente lo relacionado con su etapa de residencia en Castro del Río, especulé con la tarea de reeditar y unificar todo en una sola entrada. Como el formato blog, mediante enlaces, permite ofrecer una visión de conjunto, me centraré pues en los nuevos aportes.
      Aunque Fray Juan en su manuscrito se ciñe mayormente a los nativos, le dedica unas páginas al R.P.M. Fr. Juan Félix Girón (pág. 242-247) “que aunque no fue natural de Castro se naturalizó por su larga mansión…, y se hizo acreedor de una recomendación particular por su vasta literatura y por sus escritos, muy honoríficos para esta villa y sus vecinos”.
      Ya informamos en entradas a anteriores sobre los motivos por  los que se le separó de las altas dignidades y empleos alcanzados durante su estancia en la corte (bibliotecario y predicador de de Su Majestad, Cronista General de los Reinos de Castilla, entre otras...), al ser objeto de persecución por solidarizarse con el P. José de Velasco, Prior de la Casa Grande de Sevilla, represaliado a instancias del cabildo catedralicio de Sevilla, por una polémica suscitada en torno a la interpretación de las palabras que pronunciara en un sermón durante el octavario celebrado en la catedral hispalense para festejar la publicación de la bula a favor de la Inmaculada.
       El padre Castro, bien por prudencia o desconocimiento real de las circunstancias que le sacaron de sus cómodos aposentos madrileños contiguos al Palacio y Real Biblioteca, dice al respecto:

       “De Madrid vino a morar a este convento de Castro. Qual fuese la causa de esta no esperada mudanza, es un secreto que no he podido descubrir. Lo cierto es que él le llamaba su peregrinación , como consta en la inscripción que puso de su puño y letra al pie de una cedula de profesión que puede verse en el libro 2º de profesiones, folio 28, y de ella se colige que moraba en Castro desde el año 1663. El de 1671 fue electo Prior de este convento y continuó todo el trienio”.

Convento del Carmen Calzado de Castro del Río
 Detalle de la acuarela de Pier María Baldi (1668)

      Estas anotaciones cuestionan la fecha de su llegada a Castro del Río, que otros autores sitúan en el año de 1667, otorgándosele un periodo total de residencia de 17 años, que de no haber errado en la transcripción se alargaría hasta los 21.
   
       Como de sus escritos y otras circunstancias ya nos ocupamos profusamente, nos centraremos en esas otras facetas de políglota, traductor  y dibujante en las que también se destacara, de las que el padre Castro nos proporciona detallada información.

       Dice sobre él: “Fue muy perito en las lenguas orientales, hebrea, griega y arábiga; las leía, las entendía y escribía con perfección”.




       Debería de encontrarse entre el reducido elenco de personas que en aquella Córdoba de la segunda mitad del siglo XVII atesorara dichos conocimientos. De ahí que, tal como nos refiere, Rafael Ramírez de Arellano en el artículo que le dedica en el vol. 2º de su Ensayo de un Catálogo Bibliográfico de Escritores de la Provincia y Diócesis de Córdoba (1916), en 1676 viviendo en Castro, sería reclamado para acompañar como intérprete al embajador de Turquía, Side Hamet el Gacel, durante su visita a la ciudad de Córdoba.

      Para ilustrarnos sobre la destreza e instrucción en estos idiomas, el padre Castro relaciona una serie de libros “de los que fueron de su uso y perseveran en la librería de este Convento”, en los que aparecen numerosas anotaciones al margen, de puño y letra del propio Fr. Juan Félix, que además nos ilustran sobre algunas ediciones de libros antiguos de las que estuvieron depositados en sus estanterías:

     “Un ejemplar griego de las obras de Plutarco, con un añadido de su pluma en la fachada Additionatas marginales et interpretationes M. Fr. J. Félix Girón. Por toda la obra son frequentes las notas manuscritas al margen y la interpretación de palabras griegas (escritas en sus propios caracteres) y explicadas en el idioma latino”.

    “Un ejemplar griego de los Himnos de Calimaco, Cyreneo, y sentencias de Filósofos, Poetas y Oradores; impreso en Basilea año de 1532”.



    “Un tomo en 4º impreso en Leida año de 1617, intitulado: Gramática Arábiga; está añadido de mano del M. Girón en los muy espaciosos márgenes de catorce folios, con caracteres arábigos y la interpretación latina”.


     Otra faceta en la que destacó notablemente fue la de dibujante e ilustrador, acreditando gran dominio de la técnica de la plumilla. De su producción pictórica solo se conoce el dibujo realizado al poeta sevillano  Francisco de Rioja (su tío), inserto en el Memorial Estrellado en siete idiomas (hebreo, siriaco, arábigo, griego, latino, italiano y español), dirigido al rey Felipe IV, que a la postre le serviría para que éste lo llamase a Madrid haciéndole su Cronista y Bibliotecario.


     Dice Fray Juan de Castro en relación a esta su destreza:

     “El más delicado pincel no merece ser comparado a su pluma, con la que demostrara tal limpieza que no es fácil se le iguale al mejor grabado de la imprenta; con ella dibujaba tan perfectamente que sus producciones han sido y serán el asombro y embeleso de los inteligentes. Muchas se han perdido; otras se guardan donde no he podido verlas, mas por prueba del singular merito de todas, bastará dar noticia de las que se conservan y se muestran con franqueza a cualquier hombre curioso”.

      En el libro 2º de profesiones del Convento del Carmen de Castro del Río, hoy en paradero desconocido, aparecían un total de veinte láminas salidas de su pluma con diferentes estilos: “Una representa un San Juan, otra un San Pedro, otra un Genio tocando una bocina y otras con otras ideas; en medio de un folio está escrita la profesión, y no es fácil discernir a que se debe dar la preferencia en la perfección respectiva, si a la letra, si a las figuras, si a los lineamientos”.

     También se menciona un autorretrato que durante muchos años estuvo colgado en la pared sobre la mesa del cillero o despensa del convento castreño: “Allí lo vi muchas veces y ya ha desaparecido”. La misma suerte corrió un Breviario del Padre Fr. Diego del Moral, sacristán del Carmen Casa Grande de Córdoba, ilustrado con motivos florales por Fr. Juan Félix “y que no he podido averiguar quién lo recogió después de su fallecimiento”.

      Entre esas otros dibujos de los “que se le mostraron con franqueza” por quienes accedieron a satisfacer su curiosidad, relaciona los que se hallaban en poder de Don Joaquín del Corral y Cuellar, Caballero Maestrante y Regidor de la Villa de Castro del Río, que conservaba en su gabinete dos papeles formados y dirigidos por Fr. Juan Félix a uno de sus antepasados, contemporáneo y amigo.
    Se trata de un retrato de medio cuerpo de Santa Teresa de Jesús, al que acompaña la siguiente inscripción en caracteres latinos:

Ilustración del siglo XVIII


     El otro papel, para el mismo destinatario, es una esquela escrita con “singular artificio” ilustrada en su centro con una bien figurada flor, y continúa a renglón formando las hojas y el tronco en que se remata. En su parte inferior aparece un retrato de medio cuerpo del P.M. Fr. Juan Félix.

    “En él se reconoce su destreza en el dibujo y en las palabras que le preceden se descubre la agudeza de su ingenio y el genio festivo que dejaba correr cuando comunicaba con sus amigos”:




     Mas noticias sobre otros dibujos, procedentes de Castro, salidos de su fina pluma, nos las vuelve a proporcionar Ramírez de Arellano en su "Ensayo Bibliográfico", que cuando lo escribe (1916) ya eran de su propiedad. Se trata de una Magdalena que dibujó para obsequiar a la “Muy noble señora Dª  Leonor María de la Cueva religiosa en el Convento de Santa Marta de Córdoba”, y otro en el que se representa a la Virgen de los Dolores. Ambos están fechados en Castro del Río el 18 de mayo de 1675. Deben de ser los “se guardaban y no pudo ver” que contrapone a aquellos otros propiedad de Don Joaquín del Corral y Cuellar “mostrados con franqueza a cualquier hombre curioso”.


     Tendré que adentrarme ligeramente en el peligroso terreno de la hipótesis y la conjetura para intentar explicar cómo esos dibujos y otros manuscritos relacionados con la historia de Castro del Río llegaron hasta manos de Ramírez Arellano y el porqué se privó a Fr. Juan de Castro su observación.
     Ramírez de Arellano se vale para confeccionar su Ensayo bibliográfico de un “Catálogo inédito de hijos de Castro” de su propiedad, del que es autor un tal Rodríguez Carretero, fraile carmelita hermano menor de sangre del también carmelita Fray Miguel Rodríguez Carretero, que presuponemos continuador de los trabajos inconclusos de éste y custodio de su “Borrador de noticias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río, en tiempo de los romanos, Colonia Ituci, Virtus Julia, después Castro Leal, y finalmente Castro del Río”. Ambos debieron de tener acceso en su día y hacer anotaciones (consentidas o no) del manuscrito de Fray Juan de Castro, pues la mayoría de las noticias sobre autores castreños que relaciona y reseña Ramírez de Arellano parecen proceder de éste, algunas copiadas literalmente. Intuyo cierta competencia y disgusto entre estos eruditos castreños, coetáneos y hermanos de orden, que emprenden sus trabajos relacionados con la historia y personajes locales en los albores del siglo XIX. Esto explicaría la más absoluta omisión de Fray Miguel Rodríguez Carretero, entre las páginas del manuscrito del padre Castro.
      La intuición es también la que me lleva a pensar que esos dibujos de la Magdalena y de la Virgen de los Dolores, propiedad de R. de Arellano, fueran  los que menciona el padre Castro “que se hallaban guardados donde no pudo verlos” y que estuviesen originariamente en poder de los hermanos Rodríguez Carretero, vendidos o transferidos en postrero momento junto a los manuscritos citados.
      No conocemos cómo y cuándo el lote completo llegó a manos de Rafael Ramírez de Arellano o alguno de sus antepasados, aunque queda abierta la posibilidad de que pudieran ser localizados, indagando sobre el destino final de la biblioteca y papeles de este familia de eruditos cordobeses. Lo mismo ocurre con la Santa Teresa y el retrato de medio cuerpo Fray Juan Félix, en el hipotético caso de que fueran valorados y custodiados entre los descendientes del regidor don Joaquín del Corral y Cuellar, que era suegro del rico propietario y comandante del Cuerpo de Voluntarios Realistas de Castro del Río, Lorenzo Antonio Calderón y Espada. Las genealogías de las familias notables de Castro del Río, que como anexo aparecen en la tesis doctoral de Francisco López Villatoro, podrían resultar de gran ayuda en un rastreo en busca de la remota posibilidad de su preservación. El mismo grado de dificultad lo entraña el dar con los libros de profesión del Convento del Carmen (horneados ?). Habría que plantearse un esfuerzo indagatorio, del que quiero hacer partícipes a cuantos castreños, bien a título personal o colectivo, pudieran mostrarse interesados en su hallazgo.




     Durante los años que estuvo en la corte se granjeó la amistad de personalidades notables, que cuando por cualquier motivo viajaban a Andalucía “rodeaban algún tanto su ruta por gozar un breve rato de su erudita y amena conversación”. Es el caso del  marqués de Modéjar, Agrópoli y conde de Tendilla, figura destacada del reinado de Felipe IV, con el que compartió aficiones artísticas y literarias, que en varias ocasiones le rindió visita de pleitesía,  para poder así “refrescar su memoria recordando aquellas apacibles horas de la corte”.
     También cultivo la amistad del Cardenal Salazar, Obispo de Córdoba, que recurrió a  él para atender a aquella delegación diplomática turca que visitó Córdoba en 1676, al igual que intercediera en alguna ocasión ante el obispo en favor de las dominicas descalzas de la villa.
     En diciembre de 1668 vivió el paso por Castro del Río de la comitiva y sequito de Cosme deMédicis, heredero al gran ducado de Toscana, durante el viaje que realizara por España y Portugal. Les atendió y aportó a sus cronistas datos sobre la villa y su historia. Uno de ellos (A.R. de Serén) dejó por escrito unas letras en las que se ensalzan sus cualidades:

    “Allí estuvo su Alteza [Castro del Río] y encontró uno entre aquellos llamado Fray Juan José de Girón, oriundo de Sevilla, que poseía una inteligencia superior y un talento especial nada comunes en España, y mucho menos entre los frailes. Tenía algún acento de una lengua oriental, y había estudiado la buena filosofía, con una gran aversión a la atadura de no saberse separar en nada […] de la doctrina aristotélica”.

Castro del Río - Pier María Baldi (1668)
 
      Por su natural inclinación por el dibujo y la pintura, debió de ser testigo de excepción de la compostura de la acuarela que Pier María Baldi pintara de las murallas y caserío de la villa de Castro del Río, desde el otro lado del puente.
  
     Murió  a la edad de 71 años el año de 1684 en el convento de Castro (habiendo anunciado su muerte), recibiendo sepultura en el interior de la Iglesia del Carmen.
  

FUENTES UTILIZADAS

Fray Juan de Castro / “De los escritores naturales de Castro del Río que han dado a la imprenta alguna de sus obras, fragmentos históricos que para conservar su buena memoria recogió y escribió un Frayle del Carmen en el convento de la misma Villa”. Se comenzó el año de 1804. Manuscrito original M-90. Biblioteca de la Universidad de Oviedo.

Rafael Ramírez de Arellano / Catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba con descripción de sus obras. II Tomos. Tipografía de la “Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos”. Madrid, 1916.

Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal. 1668-1669. Laminas, [di Pier Maria Baldi]. – Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, [1934?].

A.R. de Serén, miembro del séquito de Cosme de Médicis durante aquel viaje, recogió sus impresiones en un manuscrito. Tomado del libro de Patricio Hidalgo Nuchera / “Entre Castro del Río y México. Correspondencia privada de Diego de la Cueva…”. Universidad de Córdoba, 2006.


23 septiembre 2011

"Las acuarelas cordobesas de Pier María Baldi".



    Durante los años de 1668 y 1669, Cosme III de Médicis viajó por España y Portugal como heredero del Gran Ducado de Toscana. Entre su séquito estaba el dibujante y arquitecto Pier Maria Baldi, que realizó acuarelas de los lugares, villas y ciudades en los que la comitiva se detuvo a lo largo de este periplo. Sus láminas representan, en muchos casos, el único registro gráfico de ciudades españolas en aquella época.
    Otros miembros del séquito ducal se encargaron de dejar por escrito testimonio de aquel viaje: Lorenzo Magalotti, A.R. del Serén, Filippo Corsini y el doctor Juan Bautista Gornia.


Cosme III de Médicis


    Esta serie de vistas maravillosas, junto a la narración, más bien árida, dado su carácter oficial, salida de la pluma de Magalotti, se conservan, como verdadera joya, en la Biblioteca Laurenciana de Florencia.
    Las ilustraciones que mostraré a continuación, se corresponden con las tomadas durante el desplazamiento de la comitiva ducal  entre las ciudades de Córdoba y Granada en diciembre de 1668. Las he capturado de una copia digital de baja resolución, colgada en la red, de la edición facsímil patrocinada en 1933 por el Centro de Estudios Históricos (Junta para la Ampliación de Estudios):

    MAGALOTTI, Lorenzo (1637-1712)
    Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal (1668-1669) / edición y notas por Ángel Sánchez Rivero y Ángela Mariutti de Sánchez Rivero. - Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, [1933]. - XXVI, 347 p. + 1 pasta (3 f., 71 estampas ; 25 cm, 51x67 cm.

    Intercalado entre las ilustraciones trascribiré el relato del viaje entre Córdoba y Castro del Río:

Córdoba
 
    “El día catorce [de diciembre de 1668] después de misa su Alteza partió de Córdoba y fue a almorzar al cortijo de Cariñena, a cinco leguas de allí, caminando a través de un campo montañoso y totalmente sembrado. Allí se ve arar, como en toda Andalucía, con bueyes rojos y con diez, doce, y hasta dieciocho pares, unos lejos de otro a una distancia de un surco, donde llegan a hacerse al mismo tiempo, tantos surcos como pares de bueyes, modo muy rápido de trabajar las tierras. El cortijo es una granja de don Diego Aregotte, donde había un esclavo turco que se ocupaba de los alimentos y supervisaba el trabajo, escribiendo en lengua española pero con caracteres turcos”.

Cortijo de Cariñena (a cinco leguas de Córdoba)


    “Desde allí prosiguió su Alteza el viaje hacia Castro del Río, y pasó la noche a sólo una legua de este pueblo.
     El campo se parecía al que habían visitado por la mañana, menos un valle larguísimo y no muy ancho pero todo muy llano, que empieza a dos leguas del Guadajosillo, sigue hasta Castro del Río y con la colina por ambas orillas. Castro del Río es un lugar de ochocientos hogares; una parte situada en lo más alto de la colina y el resto se extiende, a guisa de arrabal, por la falda, ocupando parte del llano y del valle, que se va cerrando a mano izquierda. El rio Guadajos pasa regando por debajo, pero con poleas y norias alcanza una gran cantidad de jardines que están alrededor. El lugar es del marqués de Priego, que posee una residencia en Montilla, lugar cercano a Castro, que tiene – según dicen – más de dos mil hogares, y llámase marqués de Montilla. Castro del Río es del rey, y le fue entregado como descuento de un crédito antiguo contraído con la corona por su abuelo. El rey, por tanto, vuelve a nombrar al corregidor, y confirma a los regidores elegidos por la villa, cuyos habitantes, conducidos ahora a la extrema necesidad, no tienen ya la fuerza que tuvieron en otros tiempos ante la dependencia del rey; allí éste dispone como en su propio feudo. En lo espiritual depende este lugar (que se llama Castro por el campamento que tenía allí Julio Cesar)  del obispo de Córdoba. En la iglesia principal preside un vicario con seis curas y cuarenta clérigos. Hay en total ocho parroquias, un convento de Regulares y uno de Carmelitas”.

     El relato del conde Lorenzo Magalotti, por comodidad (descansa en las estanterías de mi modesta biblioteca), lo he tomado del libro de Patricio Hidalgo Nuchera, "Entre Castro del Río y México  Correspondencia privada de Diego de la Cueva y su hermano Juan. Emigrante en Indias (1601-1641)".


Castro del Río

     El propio Patricio Hidalgo, en el apartado que le dedica a la acuarela de Pier María Baldi, a modo de introducción sobre la primera parte de la geografía vital de los hermanos Cueva, maneja otras fuentes relacionadas con aquel viaje. Me refiero, a la mención que se hace al manuscrito de A.R. del Serén, donde se recoge alguna noticia relacionada con la visita realizada por “Su Alteza” al Convento del Carmen de Castro del Río:

    “Allí estuvo su Alteza y encontró uno entre aquellos llamado Fray Juan José de Girón, oriundo de Sevilla, que poseía una inteligencia superior y un talento especial nada comunes en España, y mucho menos entre los frailes. Tenía algún acento de una lengua oriental, y había estudiado la buena filosofía, con una gran aversión a la atadura de no saberse separar en nada […] de la doctrina aristotélica”.

A la izquierda extramuros Convento del Carmen
     A.R. de Serén hierra en la transcripción exacta del nombre de aquel sabio cronista, historiador, orientalista, dibujante…, que no es otro que Fray Juan Félix Girón (Sevilla 1613- Castro del Río 1684) que debió de ser quién trasmitiera a Magalotti la información de carácter histórico sobre Castro del Río, y que por estas fechas ya llevaba algunos años en esta especie de retiro o confinamiento castreño, tras periodos anteriores de reconocimiento y altas dignidades. Esa “atadura aristotélica” mencionada pudiera ser la responsable de su caída en desgracia.

Fr. Juan Félix Girón


    “Partió Su Alteza el día quince [de diciembre de 1668] al amanecer, pues iba a ser una jornada muy larga, después de haber oído misa, y fue a refrescarse al cortijo del Salitral a cinco leguas de Castro. Hasta Baena, que hay dos buenas leguas, se encuentra un campo montuoso pero con mucho trigo, vino y aceite […]”.

Cortijo del Salitral (a cinco leguas de Castro)
     La siguiente acuarela, con la que abandonamos definitivamente el antiguo reino de Córdoba para adentrarnos en el de Jaén, pertenece a Alcalá la Real (en el histórico camino de Granada) donde se nos muestra majestuoso su Castillo-Fortaleza de la Mota, declarado Monumento Nacional desde el año 1913.

Alcalá la Real
     Para apreciar con mayor nitidez los detalles de las acuarelas, se recomienda pinchar sobre las mismas. Una muestra de que el pintor dibuja lo que ve, sea el paisaje, o particularidades ocasionales, es la acuarela del Cortijo de Cariñena, en la que el cielo se presenta nublado, y los transeúntes o campesinos que se muestran en ella, parecen intentar refugiarse precipitadamente de un repentino temporal de agua y viento.
     El pintor, que gusta de dibujarse a si mismo alguna vez que otra, aparece en la acuarela de Castro del Río ubicado al otro lado del puente, desde donde consiguió plasmar con bastante verosimilitud la panorámica urbana de aquella villa cordobesa del XVII.