Como mencionábamos en la entrada anterior Antonio García Birlan, con posterioridad a ese corto periodo que permaneció al frente
de la Escuela del Centro Obrero de Castro del Río, inspirada en los principios
racionalistas de la Escuela Moderna de Ferrer i Guardia, regresaba a su tierra, aunque sin perder el contacto
con sus viejos compañeros y amigos. En un número de Tierra y Libertad de
principios de 1915, Salvador Cordón Avellán, que le había relevado en la
responsabilidad de la Escuela, le dedica unas cariñosas y poéticas letras:
Camarada Birlan. Salud.
El compañero
Clodoaldo Gracia de Espejo me da a leer tu carta y así como en anteriores
tuyas, sentí el deseo de escribirte. Esta vez los deseos se cumplen y
largamente a través de esta carta que va hacia ti mansa, placida y serena, como
las aguas serenas, placidas y mansas de los arroyos.
Gotas de agua
(dulce esta agua para el pobre sediento de amor) son estas letras que forman un
rio cuyo nacimiento tiene su origen en la C con que se ha escrito camarada y
desemboca, tras la lectura de la carta, en la firma (otra C igual combada como
comba serpiente) en el mar de un corazón en el que jamás naufragan esperanzas,
ni se hunden ideales. ¡Mar infinito, más borrascoso a veces que el infinito Océano
que describe Eliseo Reclus.
Dices en la carta
del hermano que quisieras volar a ésta…Querer ya es poder…¡Vuela! Las alas del
corazón son más grandes que las de un biplano. Gracias a aquellas han podido emplearse
éstas. Surca el hombre el espacio con la máquina por él inventada; le acompaña
el corazón, más grande todavía que su obra; sin ésta otra máquina, menos
complicada pero máquina… ¡Vuela tu! ¡Vuela! Si por esta tierra hay algo de ese mucho que propagamos, no te
faltará pan; esa cosa tan poca cosa con que sólo podemos alimentarnos los
hombres y por la cual nos traicionamos, nos vendemos y nos matamos ¡Mezquino el
estómago! ¡Grande el corazón! Lucha tenaz, horrible, en la que por lo general
sale victorioso el primero… ¡Por desgracia!
En las
letras de despedida de Salvador Cordón, especie de invitación para que regrese a Castro del Río, parece
apreciarse una pasada hostilidad beligerante hacia su persona desde determinados
sectores del obrerismo castreño, que pudieran haber sido la responsable de su
pronta salida. El defenestrado y despechado Adres Jiménez Tapia, que debía de contar aun con sus
incondicionales en el seno de la sociedad, pudiera haber tenido algo que ver en esa actitud:
Si
vienes, en mi casa encontraras tu casa, en mi pan tu pan… No sé si
colectivamente serás bien acogido, pero individualmente si. En Espejo tienes a
algunos que valen por muchos, aquí igual. Nada te importe de los muchos que no
valen por uno siquiera.
El arroyo se
desliza ahora por entre la fronda de un bello paisaje. Poeta tu., cree en el
bien de aquellos que lo persiguen dejándose jirones de sus carnes en las zarzas
del camino y entre los dientes de los perros de esta perra sociedad.
En mi casa
encontrarás más que casa y más que pan … amor de hermano y de hermana, llantos
y risas de dos niños (Osvaldo y Avenire) ¿Más aún? Pues más. Ansias de vivir la
anarquía y de morir por ella. Acoge estas gotas de rocío piadosamente.
Piadosamente van a ti ¡Acógelas!
Espera tu hermano
en ideas.
S. CORDÓN
Muchas de las
numerosas misivas remitidas a Tierra y Libertad desde los más dispares lugares,
por cuestiones de espacio, no veían la luz a través de la imprenta hasta
transcurrido un tiempo. En ese mismo número se publica un esbozo literario
contra la guerra (“Desterrada”) firmado por A. García Birlan desde Asquerosa,
que va encabezado con la siguiente dedicatoria: “Para mis hermanos en la lucha Isabel H. Pereira y S. Cordón Avellán”.
En las
poblaciones de la comarca de la Vega de Granada desde principios de siglo se venía
produciendo un importante flujo migratorio hacia la República Argentina. Concretamente
en Rosario, capital de la provincia de Santa Fe, por efecto reclamo, se
estableció una considerable colonia de oriundos de Asquerosa.
A partir de
1914 se intensifica esa emigración ante la progresiva coyuntura
económica desfavorable, que afecta mayormente al proletariado campesino y algunos colonos con
serias dificultades para poder hacer frente al pago de sus rentas. Uno de los
emigrados fue aquel consecuente libertario llamado Antonio Vilches Montijano,
cuyo nombre desde 1912 venía apareciendo al lado del de Antonio G. Birlan en las
listas de correspondencia administrativa y suscripciones de la prensa
anarcosindicalista:
Esta pareja y sus retoños, con esos nombres tan característicos, se instalaron con sus respectivas familias en Rosario. En 1915, el
hacendado Federico García Rodríguez, padre de García Lorca, compró por
875 pesetas la casa de la que se desprende uno de aquellos emigrados, llamado
Manuel Vilches Mazuecos, que debía de ser padre o pariente del paquetero corresponsal de Asquerosa M. Vilches o Vilchez.
El vacío dejado por la marcha de M. Vilches en este
reducto libertario de la vega granadina, donde había germinado el ideal gracias
a sus esfuerzos, se rellena pronto con el regreso a Pinos Puente de Francisco
Jordán, que había permanecido encarcelado en la celular de Barcelona y en el penoso
penal de Chinchilla (Albacete) durante aproximadamente cuatro años, en
cumplimiento de la condena que le fue impuesta por la Audiencia Provincial de
Barcelona por aquel oscuro y rocambolesco asunto de los cartuchos de dinamita,
hallados por la policía en su domicilio de Barcelona en 1910. Francisco Jordán,
a quien tenemos pensado dedicarle un capítulo aparte, había defendido
gallardamente su inocencia desde un principio y se consideraba víctima de
interesadas maquinaciones gubernativas.
El tabaco en la Vega de Granada |
Aquella misiva que Salvador Cordón Avellán, maestro racionalista y alma mater del Grupo Anarquista Alas de Castro del Río, le cursara a García Birlan a través de las páginas de Tierra y Libertad,
invitándole a retomar el contacto
presencial con sus compañeros cordobeses, sería atendida tardíamente. Cordón e Isabel Hortensia Pereyra ya habían tomado rumbo hacia Montejaque (Málaga), su nuevo destino
errante, donde desarrollaran una ardua labor en pro de sus ideales, similar a la que
habían desplegado por tierras de la campiña cordobesa.
Como
consecuencia de alguno de los artículos de García Birlan, que a cara
descubierta, fueron apareciendo en la prensa de sus ideas,
donde solía arremeter contra la hipocresía de quienes defendían la guerra o por alguna
de sus tenaces críticas contra la clase política, terminaría siendo reclamado
por un Juzgado de Barcelona.
Sobre el mes
de septiembre de 1915, en el trayecto de ida o vuelta hace escala en Castro del
Río, desde donde publica, ya con su seudónimo protector (Dionysios), un trabajo
que titula “Del Anarquismo”, sobre la guerra y las propias contradicciones ácratas en torno a ella.
Como solía ser costumbre en él va encabezado con su típica dedicatoria a algún
compañero de travesía. En esta ocasión: “Para
el buen camarada Antonio Loredo”, que hacía poco había visitado Castro del
Río durante aquella campaña que emprendió tras el Congreso Internacional de la Paz en El Ferrol a todo lo largo de la geografía española, recabando la
solidaridad en favor de los presos de Cenicero (Rioja).
Mi amigo: Continuemos firmes en nuestro puesto, tratando de
aclarar, de señalar el verdadero camino a seguir en las circunstancias
actuales. Cuando los maestros se confunden, cuando los compañeros de ayer, poco
capaces de opinar por sí mismos, se desorientan, es útil, es bueno, es
necesario, que los que supieron conservarse, serenamente, dentro de la pureza
del ideal, hablen alto, todo lo alto posible para vindicar las versiones
plagadas de prejuicios echadas a volar por cerebros perturbados que ayer
dijéronse ácratas.
Y nosotros
hablaremos, ¿verdad? Tenemos el derecho de hablar. Nos lo otorga la
independencia en que nos hemos mantenido, la libertad, nuestra amada favorita,
el principio ácrata hollado, y, sobre todo, nos da este derecho el horror, el
odio, la vergüenza, la rebeldía que nos inspira la matanza europea.
Muchos, que
dijeron ser anarquistas, no admiten, no comprenden que nosotros, como tales,
seamos anti guerreros. ¿Cabe mayor desorientación, mayor inversión de términos?
Digamos solamente
que, como ácratas, como hombres, como amantes de la libertad, como defensores
de un futuro liberador, nos encontramos frente a las naciones en guerra. Que somos
anti guerreros por condición, por principio, por humanidad, y como tales, poco
o nada nos importa el triunfo de esta o
de la otra parte, dado que todas han derrochado ahora, derrocharon antes,
seguirán derrochando después en todas sus formas, bajo todos los aspectos,
desde todos los puntos de vista, el salvajismo, la tiranía y el más cruel de
los despotismos.
La guerra europea (1914-1918) provocaría una honda y
peligrosa crisis en el seno del movimiento anarquista a nivel internacional. La
polémica entre las dos corrientes de opinión, aliadófilos y neutralistas, condicionaron
negativamente sus perspectivas de expansión.
Hombres de
prestigio como Kropotkin, el francés Charles Malato, o españoles como Eleuterio
Quintanilla o Ricardo Mella defendieron la causa de los aliados frente a la amenaza
prenazi encarnada por la Alemania del Kaiser. En España terminarían triunfando quienes apostaban por
la neutralidad, entre quienes se hallaba nuestro biografiado.
Antonio García Birlan, pese a que venía escribiendo con seudónimo desde la primavera de 1915, no
podrá eludir las acusaciones “de escarnio
contra la religión” que le llegan otra vez desde un juzgado de Barcelona.
A
principios de 1916 se instala nuevamente en Castro del Río a la espera del
juicio. En esta ocasión se hace acompañar por su paisano y compañero Francisco
Jordán, que durante sus años de presidio había consolidado su ideario y
fortalecido su formación. Ambos colaboran activamente con el obrerismo castreño,
algo resentido organizativamente desde la marcha de Salvador Cordón y su
compañera Isabel Hortensia.
Tierra y Libertad (junio de 1916) |
Durante la
campaña electoral a diputados a Cortes de marzo de 1916 el candidato republicano
por el distrito de Montilla, Manuel Hilario Ayuso, intentará, una vez más,
sacar al proletariado castreño de su tradicional actitud abstencionista. En un acto
de la conjunción republicana socialista celebrado el 6 de marzo, el diputado provincial
federal Diego López Cubero, que acompañaba a Ayuso en el uso de la palabra, se
le ocurrió decir desde el balcón de la Plaza de la Iglesia donde trascurría aquel mitin y
ante un numeroso auditorio, entre quienes se encontraban los dirigentes y
asesores del Centro Obrero de Castro del Río, “que el anarquismo venía a ser como un árbol sin sabia”. García Birlan
insto de inmediato a José Dios Criado, a la sazón presidente, para que retara a
controversia a los federales, siendo esta aceptada y fijada para el 26 de marzo,
una vez dictaran sentencia las urnas.
Ayuso
revalidará su acta de diputado, aunque en Castro y Espejo volvería a ser pasado
claramente por su rival político José Fernández Jiménez. Su triunfo se cimienta
nuevamente en el fuerte apoyo obtenido en Montilla y Aguilar. Los liberales
fernandistas justificaban sus derrotas en la inquina que le profesaban los
conservadores, que al carecer de candidato en el distrito, preferían apoyar a
los republicanos antes que a ellos.
El centro
obrero repartió profusamente una hoja suelta firmada por Antonio García
Birlan, Pérez Rosa y José Dios, convocando al pueblo trabajador de Castro del
Río a aquel acto de controversia. La importante nomina de anarquistas que se
desplazaron, atrajo la atención de toda la comarca sindicalista.
Entre los ácratas que se personaron se
encontraban Mauro Bajatierra (Presidente de la Federación de Peones y Braceros
de España), el veterano José Rodríguez Romero (Grupo Los Iguales de Madrid), José López, el
ecijano Manuel Pérez y Pérez, Juan José Pineda y Juan Díaz García
El diputado Ayuso también estuvo arropado “por todos los republicanos y socialistas, y
muchas personas de prestigio y honorables de estas localidades, que han visto
con agrado la brillante y honrada labor de su diputado en las últimas cortes”.
Según Díaz
del Moral “asistió lo más granado
del sindicalismo provincial, que, oyendo a sus oradores, reafirmó sus
convicciones”.
La famosa controversia
se realizo en el corralón de Blanca (sobre su solar se edificará un año
después el Teatro Cervantes). Asistieron unas 3.000 personas. Los oradores con
gran corrección discutieron el programa federal durante tres horas. El público
salió satisfecho encomiando el mutuo respeto con que se habían expresado los
oradores.
Ayuso, que
defendió con elocuencia las doctrinas de Pi i Margall, propagadas por estas
comarcas por el llorado amigo y maestro de los republicanos cordobeses Jerónimo Palma, terminó su discurso con unas palabras que le abrían las puertas de futuros y circunstanciales apoyos: “Soy republicano federal por respeto a mi maestro, el ilustre Pi i Margall; si no sería anarquista”.
Jordán y Birlan permanecen en Castro del Río hasta
el verano de 1916. Ambos, que debían de estar inscritos en los ficheros
policiales como “caracterizados
anarquistas”, publican durante este tiempo numerosos artículos en Tierra y
Libertad pero sin dar pistas sobre su ubicación geográfica. Por documentación emanada
con posterioridad y conservada en el Archivo Histórico Municipal de Castro del
Río conocemos que Francisco Jordán desempeño entre marzo y julio tareas
docentes en la escuela del Centro Obrero. La coincidencia en la procedencia
(Pinos Puente) y en la profesión, los dos eran carpinteros, nos induce a pensar
que pudieran haberse ganado la vida durante su estancia en Castro del Río
participando en las faenas de reparación de las instalaciones de la fábrica de
extracción de aceite de orujo de la empresa Carbonell y Compañía, dañada por la
explosión de una caldera en el mes de mayo de ese mismo año 1916. Recordemos
que ésta tenía una sucursal en Pinos Puente y pudieran haber sido recomendados
desde allí, donde lo más probable es que llegaran a prestar sus servicios
profesionales.
Operarios Carbonell y Cía de Castro del Río (1916) |
La fotografía procede del álbum: Carbonell 50 años de trabajo (1º de junio de 1866 – 1º
de junio de 1916). Bodas de Oro de la Casa Carbonell y Cía.
Hasta pudiera darse el caso de que entre los
retratados estuviese la referida pareja granadina. Trabajo casi pericial que
dejamos en manos de los fisonomistas.
El 29 de
junio Sánchez Rosa recala una vez más en Castro del Río para participar en un multitudinario
mitin pro presos por cuestiones sociales. Abrió y presidió el acto José Dios
Criado, como presidente del Centro Obrero. Le siguieron en el uso de la palabra
Luisito Mármol, un alumno aventajado de su escuela racionalista, el compañero
Antonio Pérez Rosa, auxiliar docente, y el
maestro Francisco Jordán, que terminaría cediendo la palabra a Sánchez Rosa que
cerró el acto. Según la crónica éste trascurrió dentro de un orden perfecto, exceptuando
alguna que otra interrupción por parte del delegado de la autoridad para
atemperar los bríos de los conferenciantes. Birlan, que era hombre más de pluma
que de tribuna, no participó.
Conclusiones
Ambos se despiden de Castro del Río iniciando una
nueva e intensa etapa de militancia obrera con Barcelona como destino
definitivo.
García
Birlan entra a trabajar en la redacción de Tierra y Libertad y se convierte pronto
en asiduo del Centro Obrero barcelonés de Mercaders-Serrallonga, donde prosigue con su
formación autodidacta que le permitiría convertirse con el tiempo en uno de los
escritores y periodistas más reputados del movimiento libertario.
Francisco
Jordán también asiduo del mismo centro laboró desde él en pro de la reorganización de la
CNT. El 24 de agosto de 1916 fue elegido Secretario
del Comité Nacional de la CNT. El 15 de octubre y el 18 de noviembre de 1916 participó
en los mítines conjuntos con la Unión General del Trabajo (UGT) celebrados en
la Casa del Pueblo de Madrid para pedir el abaratamiento de las subsistencias,
trabajo y amnistía para los presos y procesados por cuestiones político-sociales. Participó activamente en la organización de la huelga general de 24
horas del 18 de diciembre de 1916. El 28 de enero de 1917 era detenido en
Barcelona por resistirse a los agente de la autoridad y encarcelado
gubernativamente, presentando la dimisión como secretario desde la cárcel.
Puesto en libertad provisional el 16 de marzo de 1917, se integra en la
redacción de Solidaridad Obrera que llegó a dirigir durante un tiempo, hasta
que acusado y señalado de trabajar al servicio del espionaje alemán, es
separado de la organización. Como hemos prometido ocuparnos de su peculiar y
controvertida trayectoria prescindimos de más detalles.
FUENTES UTILIZADAS
Las mismas referenciadas en la entrada anterior a las que habría
que añadir:
Miguel Íñiguez / Enciclopedia histórica del anarquismo español. 2 volúmenes
de texto y 1 de fotografías. Asociación Isaac Puente. Vitoria, 2008.
Francisco Merino Cañasveras / Castro del Río del Rojo al Negro. 2ª edición
de 1989.
La casa de mis padres y donde yo nací, en la fotografía de arriba.
ResponderEliminarLa aproximación bio-bibliográfica a la figura del anarquista cordobés Salvador Cordón Avellán, con la que enlazamos, fue publicada por el que suscribe en el nº 1 de la Revista El Paseo Cultural de la ciudad de Cabra (1997). Tiene algunos vacios e imprecisiones que pensamos subsanar en una futura edición corregida y ampliada. Una enciclopedia histórica del movimiento obrero en Castro del Río, pudiera ser un buen marco para incluirla. Ahora que hay tanta concienciación institucional con los temas relacionados con la memoria histórica deberíamos intentarlo. Vamos al turrón.
ResponderEliminar