Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

30 abril 2014

MEMORIA LIBERTARIA: ANTONIO GARCÍA BIRLAN "DIONYSIOS" (1891-1984).



    Ha pasado más de un siglo desde que el anarquista granadino Antonio García Birlan recalara por primera vez en la villa cordobesa de Castro del Río. Fue a finales de 1912. Las impresiones de aquel su primer contacto con la realidad social y económica de la campiña cordobesa aparecen recogidas en una crónica titulada “De mi viaje”, dedicada a sus amigos y compañeros de ideas en Castro del Río y Espejo. 


   Fue ésta, precisamente, su primera publicación en el decenal anarquista Tierra y Libertad, del que terminaría convirtiéndose en asiduo colaborador con el seudónimo de Dionysios. Esta firmada desde Asquerosa, lugar situado a tres leguas de Granada, en el término municipal de Pinos Puente. En esta pequeña aldea vendría al mundo sobre el año 1891 y en ella trascurrirían los primeros años de su existencia. Algunas fuentes, desconocemos con que fundamento, le atribuyen participación en la educación del poeta granadino Federico García Lorca.


    Federico García Rodríguez, padre del poeta, alrededor de 1906 traslada su residencia familiar desde Fuente Vaqueros a la cercana Asquerosa, para así poder estar más cerca de una extensa finca de su propiedad dedicada a la producción de remolacha azucarera, limítrofe con la Fábrica de San Pascual, de la que era principal accionista.
    Ian Gibson, biógrafo del poeta, refiere la asistencia, durante al menos un año, del niño Federico a la escuela primaria de Asquerosa, antes de que marchara a estudiar el bachillerato a Almería (curso 1908-09). Caería enfermo y tuvo que ser trasladado precipitadamente al lado de su familia. Puede que fuera durante esa etapa de obligada convalecencia cuando el joven campesino y carpintero Antonio García Birlán, que ya atesoraba una sólida formación autodidacta, pudiera haberle impartido clases particulares a domicilio.
    Lo que sí parece seguro es que García Birlan, además de paisano de Federico, cultivo su amistad. Se conserva correspondencia privada entre ambos durante la década de los años 30.


   Recientemente, hemos tenido la oportunidad de visitar la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, así como la que fuera su segunda residencia en Asquerosa (actual municipio de Valderrubio), habilitadas ambas como Casas-Museos e  incluidas dentro de la ruta turístico-cultural “Los lugares de Federico García Lorca”. En la segunda de ellas, su guía, “Pepito del Amor”, todo un compendio de sabiduría popular, atendió amablemente nuestra indagatoria personal en torno a la pervivencia en la memoria de los actuales habitantes de Valderrrubio de noticias sobre nuestro protagonista. Lo creíamos prácticamente imposible, máxime cuando había abandonado su tierra natal en la ya lejana fecha de 1916. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando a través de este singular personaje logramos el inmediato contacto con un señor mayor que le conoció durante su exilio en la Republica Argentina y que cultivó su trato, por paisanaje y amistad, durante los últimos años de su vida en Barcelona.
   Dejaremos en reserva algunos temas de los que trascendieron durante aquella entrevista para centrarnos en su llegada al ideario anarquista y sus primeros años de militancia, en torno a los cuales hay cierto vacío, patente en las numerosas reseñas biográficas publicadas sobre el escritor libertario Antonio García Birlan, que se nutren básicamente de los trabajos publicados a su muerte por Federica Montseny (“Hombres de la CNT. Antonio García Birlan” en Cenit nº 80 de 18 de septiembre de 1984) y Antonina Rodrigo (“Dionysios. La entrevista que no pudo ser” en Polémica nº de octubre de 1984).


Antecedentes

   En Asquerosa a principios del siglo XX existió una asociación obrera perteneciente a la confederación de sociedades de resistencia “La Obra”, que se movía en la órbita organizativa del republicanismo provincial. Su mentor local, un colono de Asquerosa llamado José Daza Fernández “Pepito Lagarto”, que era conocido y amigo de Federico García Rodríguez. En 1902, siendo concejal republicano por Asquerosa y a raíz de un primer envite de reivindicaciones proletarias, sería detenido junto a un importante número de asociados. Su militancia política y su defensa de la clase obrera le seguiría ocasionando hostigamiento y alguna que otra detención arbitraria:


El País (11 de noviembre de 1906)

    En el acerbo popular de Valderrubio se ha conservado la anécdota de que en lo sucesivo, cuando Alfonso XIII venía a cazar al vecino pueblo de Láchar, José Daza, se entregaba voluntariamente para que lo encerraran en los calabozos de Pinos Puente durante las jornadas que durara la cacería regia.
   Aquella sociedad de “La Obra”, constituida en Granada en 1900,  llegó a tener implantación en la mayoría de las poblaciones de los alrededores de la capital. En el seno de esta federación convivieron armónicamente republicanos, masones, anarquistas y socialistas, a los que unía un común objetivo, recogido en el artículo 1º de sus reglamentos: “Promover  tanto la educación, instrucción y cultura de la clase obrera, como el mejoramiento de la condición económica de la misma”.
   A finales de 1903 “La Obra” entra en un periodo de decadencia, debida, por un lado, a las persecuciones de las autoridades y a la hostilidad de los ambientes conservadores y católicos, y por otra a las propias divisiones entre los obreros en relación a su actitud ante la política y los políticos.
    En Pinos Puente una sociedad obrera, con los mismos estatutos y título, consigue reorganizarse a principios de 1909. Entre los militantes más activos de la nueva sociedad se encontraban ya algunos hombres directamente relacionados con el movimiento libertario.
    En la correspondencia administrativa de Tierra y Libertad y en algún que otro acto de reafirmación anarquista, publicado en este mismo periódico, aparece el nombre de Juan Linares López, como uno de los principales valedores de aquella reorganizada sociedad de Pinos Puente. 


    Entre quienes laboraron en pro de la consolidación de aquel nuevo obrerismo organizado se encontraba también un joven carpintero, natural de Valdepeñas de Jaén, llamado Francisco Jordán Gallego, amigo de Antonio García Birlan, también vinculado durante una corta etapa de su vida a la historia del movimiento obrero de Castro del Río (Córdoba). Recayó sobre él la responsabilidad de la Secretaria de la nueva sociedad, que llegaría incluso a poner en marcha una escuela racionalista, tipo Ferrer, atendida por Gabriel Terribas Carrasco, un joven de 21 años natural de Cullar Vega .

Francisco Jordán Gallego (1886-1921)
 
El Pais de 9 de mayo de 1909
    La experiencia apenas si duró unos meses. La escuela serían clausurada a raíz de la represión generalizada tras los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona. Jordán y Terribas tomarían rumbo hacia Barcelona donde intentaron abrirse paso en la vida contando con la solidaridad de los vigorosos círculos anarquistas catalanes. Jordán tuvo suerte y encontró pronto trabajo en su oficio de carpintero, mientras que Terribas, tras trabajar durante un tiempo en las obras de una carretera y compartir residencia con su paisano y amigo, terminaría desistiendo y regresando a su tierra.
   A Francisco Jordán lo encontramos relacionado con el movimiento libertario prácticamente desde su llegada a aquella tierra de promisión. Se integra pronto entre los más activos militantes de Solidaridad Obrera, precursora de la CNT. Se estrena en Tierra y Libertad con una crítica al republicanismo que titula “Abajo la farsa” (27 de abril de 1910) y participa en mítines acompañando a Mariano Castellote y Francisco Miranda.
    Cuando a finales de octubre de 1910 en el Teatro de Bellas Artes de Barcelona se celebra el II Congreso de Solidaridad Obrera (fundacional de la CNT), entre las sociedades con representación se hallaba la Pinos Puente (Granada), que había delegado al efecto en Juan Grau, directivo de la Confederación Regional Obrera de Cataluña.




    Por esas fechas la sociedad obrera de Pinos Puente se hallaba disuelta y su nominación en las actas del congreso hay que interpretarla como una deferencia de los organizadores hacia Francisco Jordán, preso en la cárcel celular de Barcelona a la espera de la resolución del juicio que se le había instruido tras hallar la policía 25 cartuchos de dinamita en su domicilio (mayo de 1910). 
   El asunto de la dinamita, sus consecuencias e interpretaciones da como para un trabajo aparte, que posponemos para otro momento.
   Después de este obligado paréntesis sobre los orígenes del movimiento obrero en este aislado reducto del anarquismo granadino, volvamos a Asquerosa y a García Birlan.


Hacia el Ideal libertario

   La amistad entre Francisco Jordán y Antonio García Birlan debe de remontarse a aquella etapa organizativa de Pinos Puente del año 1909. Aunque a Asquerosa venia llegando la prensa obrera anarquista, folletos y  y publicaciones de las editadas por la Escuela Moderna, al menos, desde el año1907. Primero a través de J. Berbel y después por mediación de Antonio Vilches Montijano, que ejercieron sucesivamente como paqueteros-corresponsales.
    La primera vez que encontramos el nombre de García Birlan relacionado en la prensa escrita es en una suscripción realizada en Asquerosa en favor de los libertarios mejicanos:

Tierra y Libertad (2 de agosto de 1911)
    Aquella típica fiebre por la cultura y el conocimiento de los círculos libertarios, debió despertarse en nuestro protagonista a través de la lectura de la prensa obrera y otras publicaciones afines. Nuestro entrevistado en Valderrubio conservaba en su memoria referencias al respecto. Los días de holganza los aprovechaba el joven e instruido Antonio para desplazarse por cualquier medio hasta la cercana capital para proveerse de lecturas, principalmente de temática filosófica y sociológica.



   Sus primeros escritos conocidos aparecieron en las páginas del periódico anarquista y de propaganda sindicalista “Liberación” de Elche, que empezó a publicarse en esta ciudad coincidiendo con la celebración del 1º de Mayo de 1912. Estamos casi seguros de que durante ese mismo año su firma tuvo que aparecer en otras muchas cabeceras de la prensa obrera, perdidas o de difícil acceso todavía.



Maestro racionalista en Castro del Río (Córdoba)

Castro del Río - Plaza de la Constitución (1915)

     A lo largo del año 1913 seguirán apareciendo numerosas colaboraciones con su firma en Tierra y Libertad, remitidas siempre desde Asquerosa. También podemos constatar su presencia en Germinal de Tarrasa (nº 9 de 15 de febrero de 1913).

    “El granadino García Birlan, del grupo editor de Tierra y Libertad, que en este periódico y en su almanaque, y en otros ácratas, hizo famoso su seudónimo de “Dionisios”, permaneció algunos meses en Castro del Río, regentando la escuela del Centro Obrero, en unión de Antonio Pérez Rosa”.

    El entrecomillado pertenece a la “Historia de las agitaciones campesinas andaluzas”, del notario e historiador de Bujalance don Juan Díaz del Moral (1ª edición de 1929).
    El corto periodo que refiere Díaz del Moral se corresponde con el último trimestre del año 1913. Hasta esa fecha, desde la constitución del Centro Instructivo de Obreros de Castro del Río en el año 1910, la función docente en el seno de la sociedad obrera la desempeñó Andrés Jiménez Tapia “Cagachín”, un hombre que procedía de aquel primer obrerismo de principios de siglo organizado en torno a las sociedades obreras “Luz del Porvenir” y “Amor al Trabajo”. Discrepancias con Antonio Pérez Rosa, hombre de peso en la nueva organización local, sobre la manera de orientar las enseñanzas de aquel emergente establecimiento educativo motivaron su separación definitiva del cargo y de la sociedad (se pasó a las filas del socialismo).

¿Hay interés en instruir al pueblo?

   “Para que la labor de regeneración de la humanidad sea fructífera, es necesario confiar esta delicada misión a hombres debidamente equilibrados y que tengan un corazón apasionado por las reivindicaciones humanas, y que con su asidua perseverancia lleguen incluso a sacrificar su vida, como lo hizo el inmortal Francisco Ferrer y Guardia.
   Pero desgraciadamente, resulta que no todos los hombres que se dedican a la labor del magisterio llevan la buena intención del sacrificio, y si la de satisfacer el estomago, empleando para ello las más grandes ruindades.
   Así es que, depurando hechos, evitaremos que hagan del racionalismo lo que hicieron con el socialismo”. 

    (De un artículo publicado por Pérez Rosa en Tierra y Libertad - 24 de septiembre de 1913).





    Los dirigentes del Centro Obrero de Castro del Río, tras aquella repentina deserción, debieron de pensar en Antonio García Birlan, como persona idónea para dirigir su Escuela Racionalista. La impresión favorable que había dejado durante aquella incursión en la campiña de Córdoba de finales de 1912 y la deferencia de haber plasmado sus lisonjeras impresiones en Tierra y Libertad, debieron de resultar decisivas a la hora de ofrecérsele el puesto vacante de Maestro. Aquella experiencia educativa, puesta en marcha en los locales de la primitiva sede social de la C/ Colegio 15, y sus opiniones e inquietudes en torno a los problemas que afectaban a la instrucción y educación en el ámbito anarcosindicalista las plasmaría años después en un artículo publicado en Tierra y Libertad.


    Hablemos hoy de la instrucción. En el lapso de tiempo que he ejercido el profesorado, al frente de una escuela racional, he tenido ocasión de observar, de estudiar este problema tan hondo, tan multiforme y tan difícil.
    Desando aportar al conjunto variado de opiniones, lo que la práctica me ha mostrado, y al mismo tiempo mi parecer, es que tomo la pluma. Que a los libertarios le sea útil, es mi mayor deseo.
    Se ha confiado, se confía mucho en la labor de los profesores que dirigen las escuelas racionalistas. Su obra, su trabajo, es, en realidad, grande, si estudiamos el asunto ideológicamente. Pero desde os demás puntos de vista, no se debe confiar demasiado, no es bueno dejar sólo al maestro el esfuerzo grandioso y final que complementa la enseñanza. Hace falta el apoyo, la ayuda moral de todos. Llevar este apoyo, esta ayuda, en la medida de las fuerzas de cada uno, cuanto sea posible, es preciso, es urgente.
    El maestro podrá desarrollar, en mayor o menor grado, según sus aptitudes, la inteligencia del niño; podrá darle consejos altamente morales, desde el punto de vista de nuestra moral; podrá explicarle con bastante lujo de detalles, de particularidades, ciertas lecturas que le presenten, en forma infantil y delicada, un horizonte amplio, pleno de belleza, que él comprenderá y admirará entusiasmado; podrá, en fin, hacer de él un hombre instruido, acaso un luchador, quizá un amante de la libertad. Lo que no hará el maestro por mucho que se esfuerce, por mucho que trabaje, será desterrar, alejar de la inteligencia del alumno, los sedimentos que deje en ella el espectáculo de las perversiones morales en que se desenvuelven la mayor parte de los hombres dentro de la sociedad actual. En este punto, el carácter, el proceder del padre, hace más en pro de la instrucción que la obra del maestro. Y si los dos unidos trabajan de común acuerdo sobre el pensamiento del niño, el resultado será admirable.
    De poco o de ningún provecho serán para el alumno las lecciones, las explicaciones que pudiera dársele con relación al trabajo esclavo de ayer y hoy, diciéndole que es abominable este estado de cosas actual, basado en la injusta ley del salario, si constantemente ve que su padre se somete sin protesta al salario.    De nada servirá que se le haga ver que la costumbre es rutinaria y contraproducente para la evolución, si advierte que sus padres y particularmente su madre, que es la que tiene más influencia sobre él, acepta gustosamente la costumbre y a veces rechaza lo innovador.
    El profesor habla a los niños del amor, les expone las generosas teorías modernas sobre esta pasión humana, les inculca, trata que comprendan el concepto que de él tiene formado el racionalismo; el alumno razona sobre las exposiciones del maestro y descubre la belleza que implica la finalidad del amor en la forma que se le está explicando. Sale alegre de la escuela, se encamina a su hogar triste y frio, donde casi siempre, no solo reina la miseria, sino también el desamor; sus padres fueron al matrimonio no por cariño, por meras, bajas conveniencias sociales, vulgarmente. Ve el niño que sus progenitores se hablan mal, con tono destemplado, imperativo; ve también alguna vez que el padre enfurecido maltrata, castiga a la madre; ¡Ve la mueca horrible del dolor, más grande, más lúgubre que la de la miseria!
    Del cerebro tierno del infante desaparecen las ideas que el maestro pretendiera adaptarle, ante la cruda realidad del cuadro que presencia. No importa que no razone para que sufra, observando la diferencia dolorosa que existe, de lo que se le enseña o explica con lo que en la vida real ocurre. ¡Cae por tierra la obra del maestro, para dejar paso libre al proceder de los padres!

Salvador Cordón e Isabél Hortensia Pereyra (otros pedagogos libertarios)

    De nada sirve tampoco que se les enseñe a los niños, para cuando sean mayores, que vean en la mujer un ser igual a ellos, a la que deben de educar y amar, para la que han de guardar todas las consideraciones. Diariamente se ofrece a sus ojos inocentes, el espectáculo de hombres brutos, semisalvajes, apaleando a su compañera.
    Oyen contar, con algo de delectación, historias amorosas en las que siempre salió burlada la mujer, abusando de su debilidad orgánica.
    Observan como el sexo femenino es tomado a chacota por todos; ven que los hombres se muestran satisfechos de haber sido tenorios alguna vez en su vida, y ante todo ese fárrago de bajas, feas pasiones, reconozcamos cuan imposible es que el niño cuando llegue a hombre sea lo que le enseñaron que fuese.
    Una vez más, sufrimos las consecuencias de una gran equivocación, al pretender que los niños se moldearan en forma antitética por todos los conceptos, al ambiente en que se desarrollan. Urge pues, que los padres estudien el problema de la instrucción y que aunados con los maestros, vayan desterrando con sus actos, con sus costumbres, toda perversión moral del ambiente del niño, que sea para este el hogar la continuación de la escuela. Así tomaran forma en su cerebro las lecciones, observando que sus padres actúan en el sentido que a él se le explica y se le enseña. Se le quitará fuerza de este modo al mal ejemplo de la calle. Esforcémonos todos por encaminar bien a los niños, por ofrecerles bellas y sanas lecciones. Que cuando salga de la escuela encuentre en su hogar alegría, besos, bienestar moral, armonía. Si los padres tienen algún disgusto, algún malhumor, que no lo demuestren en presencia de los pequeñuelos. ¡Que no empiecen a sufrir a tan temprana edad, cuando apenas se ha borrado de sus rostro la ilusión de la que nacieron, por la que fueron concebidos!
    Precisa que los niños adviertan siempre que sus padres no están satisfechos con el actual orden de cosas, que protestan por las injusticias, que son rebeldes a todas las trabas que pretendan imponérseles, que rehúyen la amistad con los seres degenerados, con los borrachos, con los jugadores, con todos los que por cualquier medio conviven con el vicio. Que si alguna vez hablan con estos hombres es  discutiendo, tratando de alejarles de la taberna y de los garitos, haciéndoles comprender que son indignos del aprecio de los demás. Toda esa labor, comprenderéis que no incumbe sólo al profesor.
    Sabed, ante todo, que el maestro no puede actualmente ser un educador. Para que lo fuese sería necesario que apenas tuviese alumnos a su cargo, disfrutando del tiempo suficiente para instruirlos y educarlos. Como los medios económicos prohíben que así sea, el maestro se ve obligado, aun a pesar suyo, a admitir en clase muchos alumnos, demasiados alumnos como para poder cubrir sus necesidades.
     De aquí que apenas le quede tiempo para instruirlos. Los teóricos de la enseñanza no han contado con esta casuística que en la práctica existe. Como siempre el interés material se impone y desgraciada, fatalmente, hay una parte de imposibilidad en llevar a la rigurosa práctica, las amplias, libres y grandiosas enseñanzas modernas.
     El maestro, dentro del actual régimen económico, sólo puede ser instructor. Precisa que los padres sean educadores.
   ¿Comprendéis el alcance de la idea? Pues a completarla pronto, sin demora, sin dilaciones; esforzarse por educar a vuestros hijos, que el maestro los instruirá, y entre  ambos se prepararán los hombres del mañana, libres, inteligentes, luchadores, artistas, amantes y prontos a conquistar la anhelada libertad, que nosotros, por nuestro atraso, del que somos culpables, no pudimos alcanzar. 





     Tras aquellos meses al frente de la Escuela del Centro Obrero de Castro del Río regresaría nuevamente a su Asquerosa natal, aunque sin romper los lazos con sus compañeros de Castro del Río y Espejo, con los que siguió manteniendo asidua comunicación. De hecho pasaría por Castro en diferentes ocasiones antes de instalarse definitivamente en Barcelona a finales de 1916. Los motivos de su marcha y sus posterior evolución personal los posponemos para una nueva entrada complementaria de la actual.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Hemeroteca Digital de la BNE: El País, El Motín, El Imparcial y otros.
Hemeroteca de la Biblioteca Virtual de Andalucía: El Defensor de Granada y Gaceta del Sur.
Hemeroteca Digital de los diarios ABC y La Vanguardia de Barcelona.
Prensa libertaria digitalizada: Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera (Cedall).
Francisco Madrid: “La prensa anarquista y anarcosindicalista en España (1869-1939)".
Joan Zambrana: “El anarquismo organizado en los orígenes de la CNT. Tierra y Libertad 1910-1919".
Ian Gibsón: “Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca (1898-1936)” . Plaza & Janés Ediciones S.A. 1998.
Miguel Caballero Pérez / Pilar Góngora Ayala: “Historia de una familia: la verdad sobre el asesinato de García Lorca”. Ibersaf. Madrid, 2007.
Antonio Mª  Calero Amor: “Historia del movimiento obrero en Granada” (1909-1923). Ed. Tecnos. Madrid, 1973.
La masonería en la España del siglo XX. José Antonio Ferrer Benimeli (coord.) Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española: Cortes de Castilla-La Mancha. 1996.
Juan Díaz del Moral: “Historia de las agitaciones campesinas andaluzas”. Alianza Universidad. 1984.

2 comentarios:

  1. JOSE DAZA ROJAS, (PEPITO LAGARTO) ES MI BISABUELO.
    ADJUNTO UNA FOTO SUYA, HECHA EN GRANADA, EN "ACERA DEL CASINO"
    JUAN DAZA GONZALEZ

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    1. Hola Juan. Me gustaría poder disponer de esa foto que mencionas. si no te importa en el blog aparece mi facebook personal y mi correo electrónico. Por cualquiera de las dos vías puede llegar esa foto que insertariamos en la entrada.

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