Ha pasado más de un siglo desde que el anarquista
granadino Antonio García Birlan recalara por primera vez en la villa cordobesa
de Castro del Río. Fue a finales de 1912. Las impresiones de aquel su primer
contacto con la realidad social y económica de la campiña cordobesa aparecen
recogidas en una crónica titulada “De mi viaje”, dedicada a sus amigos y compañeros de
ideas en Castro del Río y Espejo.
Fue ésta, precisamente, su primera publicación en el
decenal anarquista Tierra y Libertad, del que terminaría convirtiéndose en
asiduo colaborador con el seudónimo de Dionysios. Esta firmada desde Asquerosa, lugar situado a tres leguas
de Granada, en el término municipal de Pinos Puente. En esta pequeña aldea
vendría al mundo sobre el año 1891 y en ella trascurrirían los primeros años de
su existencia. Algunas fuentes, desconocemos con que fundamento, le atribuyen
participación en la educación del poeta granadino Federico García Lorca.
Federico García Rodríguez, padre del poeta,
alrededor de 1906 traslada su residencia familiar desde Fuente Vaqueros
a la cercana Asquerosa, para así poder estar más cerca de una extensa finca de
su propiedad dedicada a la producción de remolacha azucarera, limítrofe con la Fábrica
de San Pascual, de la que era principal accionista.
Ian Gibson, biógrafo del poeta, refiere la asistencia,
durante al menos un año, del niño Federico a la escuela primaria de Asquerosa,
antes de que marchara a estudiar el bachillerato a Almería (curso 1908-09). Caería enfermo y tuvo que ser trasladado precipitadamente al
lado de su familia. Puede que fuera durante esa etapa de obligada convalecencia
cuando el joven campesino y carpintero Antonio García Birlán, que ya atesoraba una sólida
formación autodidacta, pudiera haberle impartido clases particulares a domicilio.
Lo que sí parece seguro es que García Birlan, además
de paisano de Federico, cultivo su amistad. Se conserva correspondencia privada
entre ambos durante la década de los años 30.
Recientemente, hemos tenido la oportunidad de visitar
la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, así como la que fuera
su segunda residencia en Asquerosa (actual municipio de Valderrubio), habilitadas
ambas como Casas-Museos e incluidas dentro de la ruta turístico-cultural “Los lugares de Federico García Lorca”. En
la segunda de ellas, su guía, “Pepito del Amor”, todo un compendio de sabiduría
popular, atendió amablemente nuestra indagatoria personal en torno a la
pervivencia en la memoria de los actuales habitantes de Valderrrubio de noticias sobre nuestro protagonista. Lo creíamos prácticamente imposible, máxime cuando había abandonado su tierra
natal en la ya lejana fecha de 1916. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando a través
de este singular personaje logramos el inmediato contacto con un señor mayor
que le conoció durante su exilio en la Republica Argentina
y que cultivó su trato, por paisanaje y amistad, durante los últimos años de su
vida en Barcelona.
Dejaremos en reserva algunos temas de los que
trascendieron durante aquella entrevista para centrarnos en su llegada al ideario
anarquista y sus primeros años de militancia, en torno a los cuales hay cierto
vacío, patente en las numerosas reseñas biográficas publicadas sobre
el escritor libertario Antonio García Birlan, que se nutren básicamente de los
trabajos publicados a su muerte por Federica Montseny (“Hombres de la CNT.
Antonio García Birlan” en Cenit nº 80 de 18 de septiembre de 1984) y Antonina Rodrigo (“Dionysios. La entrevista que no pudo ser” en Polémica nº de octubre
de 1984).
Antecedentes
En
Asquerosa a principios del siglo XX existió una asociación obrera perteneciente
a la confederación de sociedades de resistencia “La Obra”, que se movía en la órbita organizativa del
republicanismo provincial. Su mentor local, un colono de Asquerosa llamado José Daza Fernández “Pepito Lagarto”, que era conocido y amigo de Federico García
Rodríguez. En 1902, siendo concejal republicano por Asquerosa y a raíz de un
primer envite de reivindicaciones proletarias, sería detenido junto a un
importante número de asociados. Su militancia política y su defensa de la clase
obrera le seguiría ocasionando hostigamiento y alguna que otra detención
arbitraria:
El País (11 de noviembre de 1906) |
En el acerbo popular de Valderrubio se ha conservado
la anécdota de que en lo sucesivo, cuando Alfonso XIII venía a cazar al vecino pueblo de Láchar, José Daza,
se entregaba voluntariamente para que lo encerraran en los calabozos de Pinos
Puente durante las jornadas que durara la cacería regia.
Aquella sociedad
de “La Obra”, constituida en Granada
en 1900, llegó a tener implantación en la
mayoría de las poblaciones de los alrededores de la capital. En el seno de esta
federación convivieron armónicamente republicanos, masones, anarquistas y
socialistas, a los que unía un común objetivo, recogido en el artículo 1º de
sus reglamentos: “Promover tanto la
educación, instrucción y cultura de la clase obrera, como el mejoramiento de la
condición económica de la misma”.
A finales
de 1903 “La Obra” entra en un
periodo de decadencia, debida, por un lado, a las persecuciones de las
autoridades y a la hostilidad de los ambientes conservadores y católicos, y por
otra a las propias divisiones entre los obreros en relación a su actitud ante
la política y los políticos.
En Pinos
Puente una sociedad obrera, con los mismos estatutos y título, consigue
reorganizarse a principios de 1909. Entre los militantes más activos de la
nueva sociedad se encontraban ya algunos hombres directamente relacionados con
el movimiento libertario.
En la correspondencia administrativa de Tierra y Libertad
y en algún que otro acto de reafirmación anarquista, publicado en este mismo
periódico, aparece el nombre de Juan Linares López, como uno de los principales
valedores de aquella reorganizada sociedad de Pinos Puente.
Entre
quienes laboraron en pro de la consolidación de aquel nuevo obrerismo
organizado se encontraba también un joven carpintero, natural de Valdepeñas de
Jaén, llamado Francisco Jordán Gallego, amigo de Antonio García Birlan, también
vinculado durante una corta etapa de su vida a la historia del movimiento
obrero de Castro del Río (Córdoba). Recayó sobre él la responsabilidad de la
Secretaria de la nueva sociedad, que llegaría incluso a poner en marcha una
escuela racionalista, tipo Ferrer, atendida por Gabriel Terribas Carrasco, un joven de 21 años natural de Cullar Vega .
Francisco Jordán Gallego (1886-1921) |
La experiencia apenas si duró unos meses. La escuela
serían clausurada a raíz de la represión generalizada tras los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona. Jordán y Terribas tomarían rumbo hacia Barcelona
donde intentaron abrirse paso en la vida contando con la solidaridad de los vigorosos
círculos anarquistas catalanes. Jordán tuvo suerte y encontró pronto trabajo en
su oficio de carpintero, mientras que Terribas, tras trabajar durante un tiempo en las obras de una carretera y compartir residencia con su paisano y amigo, terminaría desistiendo y regresando a su tierra.
A Francisco Jordán lo encontramos relacionado con el
movimiento libertario prácticamente desde su llegada a aquella tierra de
promisión. Se integra pronto entre los más activos militantes de Solidaridad
Obrera, precursora de la CNT. Se estrena en Tierra y Libertad con una crítica
al republicanismo que titula “Abajo la farsa” (27 de abril
de 1910) y participa en mítines acompañando a Mariano Castellote y Francisco Miranda.
Cuando a finales de octubre de 1910 en el Teatro de
Bellas Artes de Barcelona se celebra el II Congreso de Solidaridad Obrera (fundacional
de la CNT), entre las sociedades con representación se hallaba la Pinos Puente
(Granada), que había delegado al efecto en Juan Grau, directivo de la
Confederación Regional Obrera de Cataluña.
Por esas
fechas la sociedad obrera de Pinos Puente se hallaba disuelta y su nominación
en las actas del congreso hay que interpretarla como una deferencia de los
organizadores hacia Francisco Jordán, preso en la cárcel celular de Barcelona a
la espera de la resolución del juicio que se le había instruido tras hallar la policía
25 cartuchos de dinamita en su domicilio (mayo de 1910).
El asunto de
la dinamita, sus consecuencias e interpretaciones da como para un trabajo
aparte, que posponemos para otro momento.
Después de este obligado paréntesis sobre los orígenes
del movimiento obrero en este aislado reducto del anarquismo granadino, volvamos
a Asquerosa y a García Birlan.
Hacia el Ideal
libertario
La amistad
entre Francisco Jordán y Antonio García Birlan debe de remontarse a aquella
etapa organizativa de Pinos Puente del año 1909. Aunque a Asquerosa venia llegando la
prensa obrera anarquista, folletos y y publicaciones de las editadas por la Escuela Moderna, al menos, desde el año1907. Primero a través de J. Berbel y después por mediación de Antonio Vilches
Montijano, que ejercieron sucesivamente como paqueteros-corresponsales.
La primera
vez que encontramos el nombre de García Birlan relacionado en la prensa escrita
es en una suscripción realizada en Asquerosa en favor de los libertarios
mejicanos:
Tierra y Libertad (2 de agosto de 1911) |
Aquella típica fiebre por la cultura y el
conocimiento de los círculos libertarios, debió despertarse en nuestro
protagonista a través de la lectura de la prensa obrera y otras publicaciones
afines. Nuestro entrevistado en Valderrubio conservaba en su memoria referencias
al respecto. Los días de holganza los aprovechaba el joven e instruido Antonio
para desplazarse por cualquier medio hasta la cercana capital para proveerse de
lecturas, principalmente de temática filosófica y sociológica.
Sus primeros escritos conocidos aparecieron
en las páginas del periódico anarquista
y de propaganda sindicalista “Liberación” de Elche, que empezó a publicarse en
esta ciudad coincidiendo con la celebración del 1º de Mayo de 1912. Estamos casi
seguros de que durante ese mismo año su firma tuvo que aparecer en otras muchas
cabeceras de la prensa obrera, perdidas o de difícil acceso todavía.
Maestro
racionalista en Castro del Río (Córdoba)
Castro del Río - Plaza de la Constitución (1915) |
A lo largo del año 1913 seguirán apareciendo
numerosas colaboraciones con su firma en Tierra y Libertad, remitidas siempre
desde Asquerosa. También podemos constatar su presencia en Germinal de Tarrasa (nº
9 de 15 de febrero de 1913).
“El granadino García Birlan, del grupo
editor de Tierra y Libertad, que en este periódico y en su almanaque, y en
otros ácratas, hizo famoso su seudónimo de “Dionisios”, permaneció algunos
meses en Castro del Río, regentando la escuela del Centro Obrero, en unión de
Antonio Pérez Rosa”.
El entrecomillado pertenece a la “Historia de las agitaciones campesinas andaluzas”, del notario e historiador de Bujalance
don Juan Díaz del Moral (1ª edición de 1929).
El corto
periodo que refiere Díaz del Moral se corresponde con el último trimestre del
año 1913. Hasta esa fecha, desde la constitución del Centro Instructivo de Obreros
de Castro del Río en el año 1910, la función docente en el seno de la sociedad obrera
la desempeñó Andrés Jiménez Tapia “Cagachín”, un hombre que procedía de aquel
primer obrerismo de principios de siglo organizado en torno a las sociedades
obreras “Luz del Porvenir” y “Amor al Trabajo”. Discrepancias con Antonio Pérez
Rosa, hombre de peso en la nueva organización local, sobre la manera de orientar
las enseñanzas de aquel emergente establecimiento educativo motivaron su
separación definitiva del cargo y de la sociedad (se pasó a las filas del
socialismo).
¿Hay
interés en instruir al pueblo?
“Para que la labor de regeneración de la
humanidad sea fructífera, es necesario confiar esta delicada misión a hombres
debidamente equilibrados y que tengan un corazón apasionado por las
reivindicaciones humanas, y que con su asidua perseverancia lleguen incluso a
sacrificar su vida, como lo hizo el inmortal Francisco Ferrer y Guardia.
Pero desgraciadamente, resulta que no todos los hombres que se dedican a la
labor del magisterio llevan la buena intención del sacrificio, y si la de
satisfacer el estomago, empleando para ello las más grandes ruindades.
Así es que, depurando hechos, evitaremos que hagan del racionalismo lo que hicieron
con el socialismo”.
(De un artículo
publicado por Pérez Rosa en Tierra y Libertad - 24 de septiembre
de 1913).
Los dirigentes del Centro Obrero de Castro del Río,
tras aquella repentina deserción, debieron de pensar en Antonio García Birlan,
como persona idónea para dirigir su Escuela Racionalista. La impresión favorable que había
dejado durante aquella incursión en la campiña de Córdoba de finales de 1912 y
la deferencia de haber plasmado sus lisonjeras impresiones en Tierra y Libertad,
debieron de resultar decisivas a la hora de ofrecérsele el puesto vacante de Maestro.
Aquella experiencia educativa, puesta en marcha en los locales de la primitiva
sede social de la C/ Colegio 15, y sus opiniones e inquietudes en torno a los
problemas que afectaban a la instrucción y educación en el ámbito
anarcosindicalista las plasmaría años después en un artículo publicado en
Tierra y Libertad.
Hablemos hoy de la
instrucción. En el lapso de tiempo que he ejercido el profesorado, al frente de
una escuela racional, he tenido ocasión de observar, de estudiar este problema
tan hondo, tan multiforme y tan difícil.
Desando aportar al
conjunto variado de opiniones, lo que la práctica me ha mostrado, y al mismo
tiempo mi parecer, es que tomo la pluma. Que a los libertarios le sea útil, es
mi mayor deseo.
Se ha confiado, se
confía mucho en la labor de los profesores que dirigen las escuelas
racionalistas. Su obra, su trabajo, es, en realidad, grande, si estudiamos el
asunto ideológicamente. Pero desde os demás puntos de vista, no se debe confiar
demasiado, no es bueno dejar sólo al maestro el esfuerzo grandioso y final que
complementa la enseñanza. Hace falta el apoyo, la ayuda moral de todos. Llevar
este apoyo, esta ayuda, en la medida de las fuerzas de cada uno, cuanto sea
posible, es preciso, es urgente.
El maestro podrá
desarrollar, en mayor o menor grado, según sus aptitudes, la inteligencia del
niño; podrá darle consejos altamente morales, desde el punto de vista de
nuestra moral; podrá explicarle con bastante lujo de detalles, de
particularidades, ciertas lecturas que le presenten, en forma infantil y delicada,
un horizonte amplio, pleno de belleza, que él comprenderá y admirará
entusiasmado; podrá, en fin, hacer de él un hombre instruido, acaso un
luchador, quizá un amante de la libertad. Lo que no hará el maestro por mucho
que se esfuerce, por mucho que trabaje, será desterrar, alejar de la
inteligencia del alumno, los sedimentos que deje en ella el espectáculo de las
perversiones morales en que se desenvuelven la mayor parte de los hombres
dentro de la sociedad actual. En este punto, el carácter, el proceder del
padre, hace más en pro de la instrucción que la obra del maestro. Y si los dos
unidos trabajan de común acuerdo sobre el pensamiento del niño, el resultado
será admirable.
De poco o de
ningún provecho serán para el alumno las lecciones, las explicaciones que
pudiera dársele con relación al trabajo esclavo de ayer y hoy, diciéndole que
es abominable este estado de cosas actual, basado en la injusta ley del
salario, si constantemente ve que su padre se somete sin protesta al salario. De nada servirá que se le haga ver que la
costumbre es rutinaria y contraproducente para la evolución, si advierte que
sus padres y particularmente su madre, que es la que tiene más influencia sobre
él, acepta gustosamente la costumbre y a veces rechaza lo innovador.
El profesor habla
a los niños del amor, les expone las generosas teorías modernas sobre esta
pasión humana, les inculca, trata que comprendan el concepto que de él tiene
formado el racionalismo; el alumno razona sobre las exposiciones del maestro y
descubre la belleza que implica la finalidad del amor en la forma que se le
está explicando. Sale alegre de la escuela, se encamina a su hogar triste y
frio, donde casi siempre, no solo reina la miseria, sino también el desamor;
sus padres fueron al matrimonio no por cariño, por meras, bajas conveniencias
sociales, vulgarmente. Ve el niño que sus progenitores se hablan mal, con tono
destemplado, imperativo; ve también alguna vez que el padre enfurecido maltrata,
castiga a la madre; ¡Ve la mueca horrible del dolor, más grande, más lúgubre
que la de la miseria!
Del cerebro tierno
del infante desaparecen las ideas que el maestro pretendiera adaptarle, ante la
cruda realidad del cuadro que presencia. No importa que no razone para que
sufra, observando la diferencia dolorosa que existe, de lo que se le enseña o
explica con lo que en la vida real ocurre. ¡Cae por tierra la obra del maestro,
para dejar paso libre al proceder de los padres!
Salvador Cordón e Isabél Hortensia Pereyra (otros pedagogos libertarios) |
De nada sirve
tampoco que se les enseñe a los niños, para cuando sean mayores, que vean en la
mujer un ser igual a ellos, a la que deben de educar y amar, para la que han de
guardar todas las consideraciones. Diariamente se ofrece a sus ojos inocentes,
el espectáculo de hombres brutos, semisalvajes, apaleando a su compañera.
Oyen contar, con
algo de delectación, historias amorosas en las que siempre salió burlada la
mujer, abusando de su debilidad orgánica.
Observan como el sexo femenino es tomado a
chacota por todos; ven que los hombres se muestran satisfechos de haber sido
tenorios alguna vez en su vida, y ante todo ese fárrago de bajas, feas
pasiones, reconozcamos cuan imposible es que el niño cuando llegue a hombre sea
lo que le enseñaron que fuese.
Una vez más,
sufrimos las consecuencias de una gran equivocación, al pretender que los niños
se moldearan en forma antitética por todos los conceptos, al ambiente en que se
desarrollan. Urge pues, que los padres estudien el problema de la instrucción y
que aunados con los maestros, vayan desterrando con sus actos, con sus
costumbres, toda perversión moral del ambiente del niño, que sea para este el
hogar la continuación de la escuela. Así tomaran forma en su cerebro las
lecciones, observando que sus padres actúan en el sentido que a él se le
explica y se le enseña. Se le quitará fuerza de este modo al mal ejemplo de la
calle. Esforcémonos todos por encaminar bien a los niños, por ofrecerles bellas
y sanas lecciones. Que cuando salga de la escuela encuentre en su hogar
alegría, besos, bienestar moral, armonía. Si los padres tienen algún disgusto,
algún malhumor, que no lo demuestren en presencia de los pequeñuelos. ¡Que no empiecen
a sufrir a tan temprana edad, cuando apenas se ha borrado de sus rostro la
ilusión de la que nacieron, por la que fueron concebidos!
Precisa que los
niños adviertan siempre que sus padres no están satisfechos con el actual orden
de cosas, que protestan por las injusticias, que son rebeldes a todas las trabas
que pretendan imponérseles, que rehúyen la amistad con los seres degenerados,
con los borrachos, con los jugadores, con todos los que por cualquier medio
conviven con el vicio. Que si alguna vez hablan con estos hombres es discutiendo, tratando de alejarles de la
taberna y de los garitos, haciéndoles comprender que son indignos del aprecio
de los demás. Toda esa labor, comprenderéis que no incumbe sólo al profesor.
Sabed, ante todo,
que el maestro no puede actualmente ser un educador. Para que lo fuese sería
necesario que apenas tuviese alumnos a su cargo, disfrutando del tiempo
suficiente para instruirlos y educarlos. Como los medios económicos prohíben
que así sea, el maestro se ve obligado, aun a pesar suyo, a admitir en clase muchos
alumnos, demasiados alumnos como para poder cubrir sus necesidades.
De aquí que
apenas le quede tiempo para instruirlos. Los teóricos de la enseñanza no han
contado con esta casuística que en la práctica existe. Como siempre el interés
material se impone y desgraciada, fatalmente, hay una parte de imposibilidad en
llevar a la rigurosa práctica, las amplias, libres y grandiosas enseñanzas
modernas.
El maestro,
dentro del actual régimen económico, sólo puede ser instructor. Precisa que los
padres sean educadores.
¿Comprendéis el
alcance de la idea? Pues a completarla pronto, sin demora, sin dilaciones;
esforzarse por educar a vuestros hijos, que el maestro los instruirá, y
entre ambos se prepararán los hombres
del mañana, libres, inteligentes, luchadores, artistas, amantes y prontos a
conquistar la anhelada libertad, que nosotros, por nuestro atraso, del que
somos culpables, no pudimos alcanzar.
Tras aquellos meses al frente de la Escuela del
Centro Obrero de Castro del Río regresaría nuevamente a su Asquerosa natal,
aunque sin romper los lazos con sus compañeros de Castro del Río y Espejo, con
los que siguió manteniendo asidua comunicación. De hecho pasaría por Castro en
diferentes ocasiones antes de instalarse definitivamente en Barcelona a finales
de 1916. Los motivos de su marcha y sus posterior evolución personal los posponemos
para una nueva entrada complementaria de la actual.
FUENTES
Y BIBLIOGRAFÍA
Hemeroteca Digital de la BNE: El País, El Motín, El
Imparcial y otros.
Hemeroteca de la Biblioteca Virtual de Andalucía: El
Defensor de Granada y Gaceta del Sur.
Hemeroteca Digital de los diarios ABC y La
Vanguardia de Barcelona.
Prensa libertaria digitalizada: Tierra y Libertad, Solidaridad
Obrera (Cedall).
Francisco Madrid: “La prensa anarquista y
anarcosindicalista en España (1869-1939)".
Joan Zambrana: “El anarquismo organizado en los
orígenes de la CNT. Tierra y Libertad 1910-1919".
Ian Gibsón: “Vida, pasión y muerte de Federico
García Lorca (1898-1936)” . Plaza & Janés Ediciones S.A. 1998.
Miguel Caballero Pérez / Pilar Góngora Ayala: “Historia
de una familia: la verdad sobre el asesinato de García Lorca”. Ibersaf. Madrid,
2007.
Antonio Mª Calero Amor: “Historia del
movimiento obrero en Granada” (1909-1923). Ed. Tecnos. Madrid, 1973.
La masonería en la España del siglo XX. José Antonio
Ferrer Benimeli (coord.) Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española:
Cortes de Castilla-La Mancha. 1996.
Juan Díaz del Moral: “Historia de las agitaciones
campesinas andaluzas”. Alianza Universidad. 1984.
Entrada complementaria:
JOSE DAZA ROJAS, (PEPITO LAGARTO) ES MI BISABUELO.
ResponderEliminarADJUNTO UNA FOTO SUYA, HECHA EN GRANADA, EN "ACERA DEL CASINO"
JUAN DAZA GONZALEZ
Hola Juan. Me gustaría poder disponer de esa foto que mencionas. si no te importa en el blog aparece mi facebook personal y mi correo electrónico. Por cualquiera de las dos vías puede llegar esa foto que insertariamos en la entrada.
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