Los orígenes de la Zarzuela moderna, según opinión
unánime de críticos y musicógrafos, están en dos obras del maestro compositor
Rafael Hernando: “Colegialas y Soldados” y “El Duende”, estrenadas ambas con
extraordinario éxito en el Teatro
Variedades de Madrid durante la temporada teatral del año 1849.
El inusitado entusiasmo con el que el público
acogió estas primeras representaciones propició su implantación progresiva. En
pocos años, gracias al esfuerzo de un nutrido grupo de maestros compositores
(Barbieri, Gaztambide, Inzenga, Salas y otros) este nuevo género, genuinamente
español, contaba ya con un numeroso repertorio y con el favor de un público
incondicional.
En marzo
de 1856, coincidiendo con el arranque de las obras de construcción del Teatro de la Zarzuela en
Madrid, los habitantes de la localidad cordobesa de Castro del Río tuvieron su primera
toma de contacto con este nuevo género musical.
La noticia
nos la proporciona la Gaceta Musical de Madrid.
CASTRO DEL RÍO.- Al Correo de teatros nos escriben
desde este punto:
“Aquí
tenemos una Compañía de Zarzuela, dirigida por el Sr. Mantegazza, que nos ha
hecho pasar hasta ahora muy agradables ratos. Han puesto en escena “El estreno
de una artista”, “El baile de Andorra”, “Jugar con fuego” y otras zarzuelas que
han gustado mucho, y que han llenado de una numerosa concurrencia el teatro
todas las noches. Han sobresalido en su ejecución las señoritas doña Nieves y
doña Luisa Rivera, primeras tiples, y el indicado Sr. Mantegazza, que en el
papel de Astucio ha estado felicísimo, así como en el de Marqués de Caravaca.
Dicha compañía una vez termine con las funciones prometidas, pasa a Aguilar,
donde no dudamos que será muy bien recibida, como lo ha sido por nosotros”.
Aquellas
representaciones, suponemos que inéditas hasta la fecha, tuvieron que despertar
el interés general de los pobladores de Castro del Río. No nos consta la
existencia de edificio destinado al teatro. Por las fechas, fiestas del carnaval,
no creemos que tuvieran lugar al aire libre, en lo que con el tiempo seria
denominado popularmente como Teatro de la Lechuza (patio de armas del
Castillo). Tenemos que pensar en un salón grande de casino o sociedad como lugar
donde tuvieran lugar dichas funciones. El acompañamiento musical no iría mucho
más allá del piano o pianola, aportado, por dificultades de transporte, por la
propia empresa contratante.
Carlos Mantegazza era un veterano y mediocre
cantante de ópera clásica, que ante el progresivo auge de la Zarzuela, opta por
conformar compañía propia que a partir de 1850 se lanza de gira por provincias
Con respecto al “Marques de Caravaca”, decir,
que no corría por sus venas verdadera sangre azul, tampoco era miembro de la
para nada linajuda familia que porta este apellido en la localidad. Se trata
del personaje central de la zarzuela en un acto titulada “El Marques de Caravaca”, con letra original de Ventura de la Vega y música de Francisco Asenjo Barbieri, representada por primera vez en el Teatro del Circo Lírico Español de Madrid el
viernes 8 de abril de 1853.
Una selección de fragmentos de la zarzuela “El Marques de Caravaca”, interpretada por la
Orquesta Filarmonía y el coro de RTVE, dentro del didáctico programa musical “El
conciertazo”, dirigido por el desparecido Fernando Argenta, puede escucharse y
visionarse en el enlace.
Para darle un poquito más de desarrollo a esta entrada
nos detendremos brevemente en el apellido Caravaca de Castro del Río, con el
que nos hallamos emparentados.
Músicos y
aristócratas no encontramos ninguno. Pertenecientes al clero regular y secular
algunos. Además del conocido canónigo lectoral de la S.I. Catedral de Córdoba Dr.Andrés Caravaca Millán (1878-1930), sabemos de la existencia de don José
Caravaca, natural de Castro del Río, religioso franciscano, secularizado después
y vicario y cura párroco de Hinojosa del Duque, fallecido en 1830. Escribió y
publicó “Novena del glorioso mártir San Torcuato (Córdoba, 1823).
En 1858, fecha cercana a esas representaciones de
Zarzuela, los tres curatos de Castro del
Río los ocupaban don Rafael Azpitarte, don Salvador Alcaide y don Diego Medina
y Caravaca.
Andres Caravaca Millán |
Aunque también
los había entre quienes vestían el hábito de jornalero:
En los “Anuarios del comercio, de la industria,de la magistratura y administración”, editados entre 1881 y 1911, aparecen los
hermanos Pedro, Miguel y José Caravaca Salido relacionados con la industria
artesana de la madera. Los tres formaron parte, en diferentes etapas de su historia,
de las juntas directivas del primitivo Círculo Católico de Obreros (1877), que pronto
se transformaría en Casino o Centro de Recreo de Artesanos. Pedro estuvo
explotando durante un tiempo un negocio dedicado al juego de billar. Miguel, que
mejoraría considerablemente su situación económica por matrimonio, vivía en la
Calle Corredera. Los tres eran tíos carnales del Dr. Andrés Caravaca, cuyo
padre falleció prematuramente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario