Fot. Castellá 1915 |
Los daños sobre aquella embrionaria obra de fábrica debieron ser considerables. El contratista que la subastó paralizó las obras. Sólo estaba construida parte de su calzada y sus estribaciones. Desde entonces la reivindicación sobre la reanudación de los trabajos se convierte en una constante entre los responsables de la “res pública” en Castro del Río.
En 1887, siendo alcalde don Mateo Navajas Navas, una comisión municipal, aprovechan la visita girada a Córdoba por el Marqués de la Vega y Armijo, líder provincial del partido liberal, que se hacía acompañar para tal ocasión del resto de diputados y senadores por la provincia. Se solicitó su concurso para que interpusieran su influencia ante el Ministerio de Fomento con vistas a que se pudiera finalizar ese puente, considerado de vital importancia para la vida comercial, agrícola e industrial de este pueblo.
Antonio Aguilar y Correa (Marqués de la Vega y Armijo) |
Sería con posterioridad Diputado por el distrito de Montilla entre los años 1993 y 1896.
No debió surtir demasiado efecto aquellas desideratas ni la gestión de éste como diputado pues hasta 1900 no volvemos a tener noticias al respecto.
Por fin, el 22 de abril de ese año de 1900 los prohombres del conservadurismo local (Hnos. Navajas Moreno y Hnos. Rioboo) dan publicidad a un telegrama remitido por don Eduardo Sotomayor y Navarro, uno de los principales contribuyentes por rústica de Bujalance y de Castro del Río, en el que se participaba la anhelada noticia de haberse conseguido el Real Decreto para la subasta de la obra. Desde el Defensor de Córdoba (órgano provincial del partido conservador) la gestión se le atribuye a un correligionario, don Santos Isasa y Valseca, ex ministro de Fomento y desde 1898 “senador por derecho propio”, mientras que se ningunea y se ignora por completo la contribución del por entonces diputado del distrito de Montilla, el republicano don Jerónimo Palma y Reyes, con importantes apoyos electorales en esta localidad ribereña del Guadajoz:
“Al recibirse por el alcalde don José Navajas Moreno (conservador) tan grata noticia, que viene a realizar la aspiración general de este pueblo, dispuso inmediatamente poner colgaduras en las Casas Capitulares, publicar a pregón el citado telegrama y que la banda municipal de música saliese con una bandera y numeroso acompañamiento a recorrer la población, siendo inmenso el entusiasmo de todos sus habitantes, que con calurosos vivas al excelentísimo señor don Santos Isasa demostraban su profundo agradecimiento al favor dispensado por justicia a esta villa”.
De la alegría se pasará pronto a la decepción ya que la Dirección General de Obras Publicas anularía la subasta anunciada. El descontento que acarrea aquella decisión aparece reflejado en las actas capitulares (sesión 23 de junio de 1900):
“…origina perjuicios de tamaño consideración. No sólo a los intereses particulares y generales de este pueblo y de los comarcanos, sino también a los del erario del Estado, puesto que en las inmediaciones del prenombrado Puente existen infinidad de sillares de piedra convenientemente labrados y otros muchos materiales propiedad del Estado y por valor de unas setenta mil pesetas, los cuales van destruyéndose por la acción del tiempo y desapareciendo por las frecuentes crecidas del ya citado Río Guadajoz. Por todas las anteriores razones surgen surge la necesidad de que se ponga en juego una acción activa para ver de conseguir que dichas obras salgan del lamentable estado de paralización en que se encuentran desde hace más de veinte años, pues con ello, a la vez que se facilitarían las comunicaciones con Málaga y Granada y la parte Norte con la Sur de la de Córdoba, serviría de factor importante para el mayor desarrollo y florecimiento del comercio y agricultura de dichas provincias”.
Aquellos argumentos de peso no serian suficientes para que se reconsiderara el asunto. Hasta 1904 no volvemos a tener noticias. Desde la Cámara Provincial de Comercio se siguen haciendo gestiones y se traslada la necesidad al gobierno de la nación sobre su imperiosa necesidad.
No sería hasta finales de 1906 cuando se publica en la Gaceta un Real Decreto en el que se incluyen las obras del puente dentro del plan de reparaciones de carreteras del Estado:
Parece que definitivamente se ponen en marcha a mediados de 1907 por el sistema de administración.
Lo que me ha llamado poderosamente la atención es que ni la prensa provincial ni en el trabajo del profesor e historiador Francisco López Villatoro (del que me he servido para transcribir lo recogido en las actas capitulares) aparezca referencia alguna sobre la finalización de las obras asociada a un típico acto de inauguración oficial.Aunque no aparezca recogido como tal, sostengo que ésta tuvo lugar (de manera encubierta) durante un acto de homenaje tributado en febrero de 1909 al ex diputado por el distrito don José Fernández Jiménez. Su acción política, netamente populista, con anterioridad incluso al periodo 1905-1907 en que ostentara el acta de diputado por el distrito de Montilla, le sirvió para granjearse las simpatías de amplios sectores de la sociedad local y tejer sólidas redes clientelares de incondicionales. Por cuestiones personales (indisciplina) con el jefe provincial del liberalismo, don Antonio Barroso y Castillo, no sería presentado para la reelección en 1907. El sistema de turno de la Restauración, con Antonio Maura al frente del Consejo de Ministros desde el mes de enero, había determinado que el candidato monárquico que debería contender contra el republicano Jerónimo Palma tenía que ser un conservador, don José Marín Cadenas. Según algunas fuentes, Fernández Jiménez, por despecho, celebró mítines en contra del candidato monárquico y hasta trasladó sus apoyos hacia el veterano republicano. Aunque el acta de diputado sería finalmente ganada por Marín Cadenas (vaciando el puchero), en Castro del Río y Montilla, los dos bastiones del posterior “Fernandismo”, los republicanos le superarían en número de votos.
Recorte de una fotografía de don José Fernández Jiménez capturada por Cordobapedia de una de mi archivo particular colgada en unas de mis entradas. Véase Fernandismo. |
En estas intrigas políticas fundamento la circunstancia de que el diputado por el distrito (Marín Cadenas) desistiera de comparecer a aquel posible acto inaugural. Sin llegar a otorgarle la condición de “persona non grata”, por el simple hecho de haber desplazado y relegado al carismático Fernández Jiménez, imagino que no gozaría de demasiadas simpatías. Además fue precisamente durante el bienio 1905-1907 cuando se retoma ese proyecto del puente durante tantos años aparcado. Imagino que en la acción parlamentaria de Fernández Jiménez forzosamente tuvo que estar presente.En la crónica remitida al Diario de Córdoba sobre aquel acto de homenaje, que el corresponsal intenta camuflar como si se tratase de un acto político, se refiere el cálido recibimiento que le tributó el pueblo de Castro del Río a su ex diputado:
“El recibimiento hecho por esta población al señor Fernández Jiménez y a las dignas y responsables personas que le han acompañado, es el más grande que se ha conocido en Castro del Río.
En el Puente Nuevo y Llano de Almagro, era tal el número de personas, que a pesar de su extensión, con dificultad se podía transitar por los indicados lugares; allí se puso en marcha la comitiva, compuesta de más de tres mil personas, recorriendo las calles Córdoba, Tercia, Plaza Alta y Pósito, viéndose en los balcones, rejas, puertas y calles afluentes a referido recorrido hermosas mujeres, que saludaban con júbilo y alegría”.
Como algo curioso e inaudito, que viene a ratificar mi teoría sobre esos piques políticos ya referidos, el hecho de que don Antonio Navajas Moreno (Barbitas de Alambre), a la sazón alcalde por el partido conservador, después de que hicieran uso de la palabra desde la tribuna varios oradores en defensa de las ideas liberales, de gran arraigo en este pueblo, y el propio Fernández Jiménez, pidió intervenir (“aquí es la primera vez que esto ocurre”). Concedida la palabra por la presidencia:
“Manifestó que por su conducto y por el del diputado a Cortes (Sr. Marín) se habían pedido auxilios al Gobierno de S.M. para resolver la crisis obrera, extendiéndose en algunas consideraciones contrarias a los discursos pronunciados”.
Fot. Castellá 1915 |
Al poco, le tocaría poner a prueba su solidez. En la tremenda riada de marzo de 1917 ya resultaría considerablemente afectada su obra de fábrica:
“También el Puente Nuevo, obra magna y hermosa, ha sufrido el derrumbamiento de la parte correspondiente a dos ojos, quedando la población incomunicada también por este lugar”.
Aprovecho la oportunidad y la excepcional calidad de esta fotografía para mostrar unos detalles sobre actividades humanas tradicionalmente relacionadas con el río.
Pozero Arenero |
Mulero: abrevadero y descansadero |
Niña canastera pescadora |
Se aprecia como sostiene entre sus manos una cuerda a cuyo término suponemos de la existencia de una red u otra arte de pesca. Aunque existían prohibiciones al respecto, extendidas situaciones de necesidad propiciarían la permisibilidad.
En esta otra imagen, procedente de la ya referida (Puente Viejo) colección de tarjetas postales “El Pajarito” de los años 30, se puede apreciar el Puente Nuevo en un segundo plano. Mi más sincero agradecimiento a Juan Luis Navajas Carvajal, un enamorado de la historia y de las tradiciones de su pueblo, quien tras adquirirla vía coleccionismo, la ha puesto a disposición de la generalidad en el muro del facebook de “Vivencias Castreñas”.
Una de las últimas imágenes del Puente Nuevo poco antes de que la máquina acabara con él, no recuerdo exactamente en qué año de la década de los noventa del pasado siglo.
Puente Nuevo: refugio y parada de transeuntes |
(Véase comentario 1)
Esas fotografias inéditas sobre el Puente Nuevo y su entorno, que atribuyo al fotografo/os Castellá, proceden de la Biblioteca de Cataluña, donde se custodian los fondos y materiales de la extinta Casa Editorial Alberto Martín de Barcelona (responsable de los famosos porfolios fotográficos, tarjetas postales y otras ediciones similares). La marca de agua es sólo provisional, mientras se llevan a buen puerto las gestiones encaminadas a obtener el resto de las ya conocidas (porfolio). En un plazo, no muy lejano, estarán depositadas en el fondo local de la Biblioteca Publica Municipal de Castro del Río, a disposición de curiosos e investigadores. De hecho, su excepcional calidad y resolución (deben proceder de las placas originales), permitirá, por ejemplo, a los historiadores del arte estudiar detalladamente los retablos e imagenes de culto desaparecidas.
Mi agradecimiento publico a la Biblioteca de Catalunya por facilitarme el acceso a estos materiales.
PD: El lote completo me va a costar un dinerillo. De manera que aprovecho para comunicar a los potenciales interesados que este próximo fin de semana voy a estar por Castro del Río. Es por si cae alguna cervezilla que compense y contrarreste la inversión. Gracias de antemano.
La foto de esta gitana canastera me la ha remitido el amigo Blas Criado, que la obtuvo a través del también amigo Paco Morales. Su autor, tal como se puede apreciar en la firma, el desparecido profesional de estudio Recio (padre de los hermanos que continúan con el negocio). Una muestra de gran plasticidad artística sobre la labor callada de estos profesionales que supieron llevar su trabajo bastante más allá de las típicas fotos de bodas, bautizos y comuniones.
ResponderEliminarEl gran fotógrafo Rafalito Recio está aun presente entre los mortales.
ResponderEliminarUn castreño me ha puesto sobre aviso de un posible error o ligereza cometido a la hora de asociar esos anuncios insertados (1906 y 1907) publicación en de un Real Decreto en la Gaceta (antiguo boe) en el los que se anuncian partidas destinadas a la construcción de un puente sobre el río Guadajoz con el Puente Nuevo de Castro del Río. Bien pudiera tratarse del existente en las proximidades de Córdoba, de ahí, tal vez, ese interés que se muestra desde la Cámara de Comercio. Sea como fuere, lo que sí parece cierto es que durante el referido acto homenaje a Fernández Jiménez se hace mención al Puente Nuevo, como lugar donde se concentraron sus simpatizantes para tributarle la bienvenida. Posiblemente el Archivo Histórico Municipal podría sacarnos de la duda. Si alguien se mostrase dispuesto a despejar esa incógnita no tiene más que dejarse caer por sus dependencias. A mí particularmente desde la distancia me resulta imposible. De cualquier manera es de agradecer estas puntualizaciones en pro de la rigurosidad histórica a la que intento acercarme y que a veces resulta difícil alcanzar por la falta de fuentes.
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