Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

28 julio 2013

Una excursión de propaganda de Eugenio Noel por la campiña de Córdoba (1923).



     Eugenio Noel (1885-1936), seudónimo de Eugenio Muñoz Díaz, fue un bohemio periodista y escritor calificado como "el epígono dela generación del 98”. De ideología republicana y devoto seguidor de las ideas regeneradoras de Joaquín Costa, estaba convencido de que los males de España radicaban en la incultura, en la excesiva influencia del clero y en la afición a los toros y al flamenco.
    En 1913 iniciará una apasionada y titánica campaña antitaurina y antiflamenca a la que dedicó el resto de su vida y durante la cual recorrió, a cambio de cuatro duros y en condiciones casi siempre penosas, multitud de pueblos y ciudades de España y del continente americano.

    Aparte del enlace y esta pequeña presentación “de copia y pega”, nos hemos  topado con una cercana, cariñosa y humana semblanza que le dedicara tras su muerte (1936) el periodista Gil de Monforte (Agencia Internacional Arco), que hemos considerado conveniente reproducir: 

El Siglo Futuro (23 de abril de 1936)


España pierde un gran genio

     Noel era un corazón nobilísimo, un verdadero héroe del ideal, un amante enfebrecido de su patria, pero un perfecto salvaje en la libertad de expresión de todo cuanto sentía. Hacía lo que le daba la gana y decía lo que le parecía bien. Además era de una sinceridad inconcebible; y como todo ser humano que sabe sentir y pensar, se debatía en medio de un laberinto de contradicciones.
     Amaba tan extraordinariamente a España, que no podía tolerar, sin zaherirlas, todas sus imperfecciones. No le parecía lógico que maltratásemos a un pobre animalito, valiente y noble, como símbolo de lo más puramente racial que nos distingue, que cultivásemos el fandanguillo y el flamenco plebeyo, en vez de tratar de comprender a Wagner o a Falla; que contemplásemos con asnal indiferencia el espectáculo del sabio que se marchita en su laboratorio desentrañando los misterios de la vida;  y que pasásemos sin un estremecimiento de dolor o de protesta junto al horrendo especulo de la miseria – real o fingida – es igual, de las criaturas tiradas en las entradas del Metro, era algo que a Noel le sublevaba, le exasperaba hasta el extremo de ser capaz de comenzar a nombrarle la madre desde el rey para abajo a todos los españoles.
      No estaba loco, ni lo hacía por vanidad, ni por espíritu de contradicción. Oigamos por qué lo hacía: “Yo soy Eugenio Noel, el único español capaz de decir la verdad a gritos en medio de este ambiente de degeneración racial de esta España de Sánchez, chulos, cobardes y marranos”.
      Y se exaltaba con sus propias palabras: ¡Hidalguía española! Si piropeáis e insultáis a las mujeres… ¡Caridad Cristiana!… Si no se ve en parte alguna más miseria, más desvalidos más desamparados… ¡Valentía! Para engañar a un pobre cuadrúpedo que embiste con los ojos cerrados, pero no para colgar a los tiranos, a los explotadores y a los malos gobernantes.
     Pero en nadie como en Noel era verdad el refrán: “De los tuyos quieras decir, pero no quieras mal oír”
     En América y en cualquier parte, decir una injusticia hacia España era recibir inevitablemente en la cabeza un botellazo, si se estaba en el café, y en todo tiempo y lugar una sarta de improperios.
     Noel, sin embargo, era cortés y delicado como un caballero del siglo XVIII, claro que con quien y cuando le daba la gana. Profundísimo psicólogo, tenía un sexto sentido especial para distinguir a primera vista o a la media docena de palabras, a quien tenía delante.
     Jamás una persona seria, fuere cualquiera su edad o su condición social, nunca nadie respetable sufrió inmerecidamente un desaire o una brusquedad de Noel.
     Por el contrario, era maternalmente acogedor para todo el que se le acercaba y se mostraba correctísimo en todas las presentaciones. Los choques se producían cuando el empezaba a hablar, o mejor dicho, a pensar en alta voz y alguno de sus interlocutores demostraba ser impertinente o tonto. Pero aun así  su manera de reaccionar, no siempre era violenta. Por el contrario, no tenía nada de extraño que interrumpiendo bruscamente la conversación, se le quedara mirando de hilo en hito y le dijese, con la voz más amigable del mundo: ¡Pero hijo, que sabrás tú de agrarismo si confundes un arado con un sacacorchos! Y con los dedos se rascaba en la barriga.
Diario de Córdoba (23 de agosto de 1913)


     Desde 1913, que asomara por primera vez su cabeza por la provincia de Córdoba, sus polémicas conferencias se repetirán, una y otra vez, por teatros, centros obreros, casinos, círculos políticos, ateneos…Un buen número de localidades cordobesas dieron acogida a éstas, a cambio siempre de unos duros, que le permitieran  proseguir con su particular misión propagandista itinerante.


    Sus cien contradicciones, sus mil infortunios y desventuras aparecen recogidos en un Diario Intimo (la novela de la vida de un hombre), publicado por la editorial Taurus en 1962. Se trata de una edición descatalogada, que todavía puede conseguirse en librerías de viejo, aunque a precios desorbitados.
     Para poder acceder a sus páginas me he servido de la generosa e inestimable colaboración de los profesionales de la Biblioteca Pública Municipal de Baños de la Encina (Jaén), una de las pocas de Andalucía que incluye éste libro entre sus fondos, y desde donde han sido tan amables de proporcionarme por correo el capítulo en que se relaciona su periplo por poblaciones de la campiña de Córdoba como Espejo, Castro del Río y Baena, durante el mayo florido del año 1923, poco antes de su primer embarque hacia tierras americanas en busca de mayor fortuna.
    Por estas fechas ya había decaído algo la fama de este andariego intelectual, y en paralelo el caché de sus conferencias, de ahí que no hayamos encontrado en la prensa histórica cordobesa noticias sobre su visita a estas localidades. Sus críticas contra lo taurino y lo flamenco parecen dar paso a otros temas de corte sociológico. Ateniéndonos a las reseñas de sus conferencias de Ronda o las impartidas en La Coruña en julio (previas a su embarque con destino Méjico), entre su repertorio de tribuno llevaba los siguientes títulos: “Los valores espirituales de la España actual” y “El genio de la raza y la cultura moderna”.

    Les dejo con sus impresiones de su adverso y contradictorio discurrir, para en un postrero momento hacer las pertinentes aclaraciones:

EN PLENA TRAGEDIA

     Empieza la tragedia en todo su esplendor. Salgo para el Sur, y el 23 estoy en Ronda, donde llueve a mares. Arreglo mi pobre maleta. Hablo en el Círculo de Artistas. El 25 juego 100 pesetas para hacer frente al horror inmenso de mi situación.
     Días en ronda visitando la ciudad sugeridora, palmo a palmo, y recorriendo las cercanías a pie y en auto. Hablo en la Liga Patriótica Rondeña, con el éxito de siempre, pero esta gente es increíblemente tacaña, y el último día del mes con muy pocas pesetas y el alma en carne viva de sufrimiento y terror, en un colmado, oyendo cantar a Anilla la Gitana.
     El 1º de mayo hablo en el teatro Espinel, obteniendo 240 pesetas. El 2 salgo para Córdoba, donde paso cuatro días, en la Catedral y en los patios, huroneando por ella. Noche sugeridora en un perol, con veinte hombres de pueblo, habas, cante, baile y vino, en la Huerta de Chico, junto al río. Sin dinero, sin saber qué hacer, ni dónde ir, el pensamiento puesto en el nene, cuya suerte, como la de Amada, como la mía, deben ser perras.



     El 6, al anochecer, en auto de línea al pueblecito de Espejo, con diez duros, donde hablo en el Teatro-Cine, ante esos famosos bolcheviques de acción. Me acompaña un amigo jorobado y los dos hacemos la pareja más irónica y más triste del mundo.
     El 8 mi estado del alma es desesperación pura. Hablo en el  Teatro, con éxito enorme, pero la tacañería es tal y mi desgracia, que me dan 50 pesetas. Sólo yo puedo vencer en pueblos como éste, pueblo de Señorío, verdadero milagro del alma.


      En coche de mulas y en Castro del Río, donde me encuentro con los famosos admiradores de mis artículos de España Nueva y del “179 contra 23”. El jorobado Arroyo viene aquí a oírme, y sigue el lamentable dúo. Visitamos la cárcel donde estuvo Cervantes preso; yo paso horas de angustia increíble. Hablo en Círculo de Labradores, éxito sin anuncio, la calle llena, venciendo la frialdad de estos agrícolas imposibles, aunque sin poder vencer su odiosa miseria de bolsillo. El 11 no llega a 300 pesetas lo que tengo. En coche de mulas por la noche, unas leguas, sepultado bajo mi pena, viendo idiota la luz del farolillo sobre el atalaje de las buenas bestias.

Casa nº 6 de la Callejita de los Dolores (Cárcel del Cabildo)


     El 12 en Baena. Esto se va, no sé qué hacer, estoy ya en lo último de mi energía, no sé si puedo hacer nada… nada. Visitando la ciudad, donde hace años estuve, esos años que ya voy sintiendo: el Entierro de la iglesia, las verjas, la virgen bizantina, que con el recuerdo del San Sebastián de Castro del Río, me dan minutos de luz.
      Hablo en el Teatro Principal. Aislamiento del Casino y de los poderosos: se acercan a mí, como siempre los jóvenes, sus hijos, caricia de mis campañas, aunque sean tan tacaños como sus padres. Una tarde en el convento de Dominicas, en el coro sugeridor hablando muy cerca de sor Pilar, la sacristana, deliciosa y blanca, y sor Victoria, la superiora; afectos añejos de Tardajos.
     Salgo sin saber a dónde ni para qué. Dos días en Córdoba, en la Mezquita, y por la noche en los colmaos con el Mellizo, el Niño de Gracia y otros. Mi situación respecto de Amada y el nene, sin saber de ellos ni pudiendo hacer nada en su favor, se hace horrible, más de lo que ya es.
    
NOTAS EXPLICATORIAS


Famosos bolcheviques de acción

   Por estas fechas las famosas huestes sindicalistas de Espejo y Castro del Río habían decaído bastante en su potencial humano así como en sus acciones reivindicativas. Aun así, estuvieron ambas representadas en el la Asamblea Regional de la CNT celebrada en Córdoba en Julio de 1923. El delegado de Castro del Río fue Dionisio Quintero (maestro de su escuela racionalista), mientras que la representación de Espejo la llevaba el maestro rebelde y poeta Clodoaldo Gracia, que actuó como secretario. Este último, era muy dado a organizar conferencias de extensión cultural, por lo que muy probablemente la conferencia impartida por Noel en el Teatro-Cine de Espejo fuera patrocinada por el sindicato de Espejo.


El Jorobado Arroyo

    Me consta la existencia por esas fechas de un joven espejeño llamado José Arroyo Baena, articulista en diferentes cabeceras provinciales, así como muy relacionado con el mundillo cultural y musical de esta villa. En 1925 actúa como representante de la Agrupación Musical Espejeña en la que se diera a conocer el barítono José María Aguilar. A ver si alguién de aquella naturaleza pudiera corroborarlo.

“España Nueva” (1906-1924)



    Diario de línea editorial republicana dirigido por el federal  Rodrigo Soriano, varias veces diputado, con muy buena acogida entre sus adeptos de las poblaciones pertenecientes al  distrito electoral de Montilla (Montilla, Aguilar, Castro del Río, Espejo, Montemayor y Moriles). Incluso, durante un tiempo en que la Confederación Nacional del Trabajo careció de voceros propios, sus páginas dieron cabida a artículos de anarcosindicalistas, caso de los firmados por el egabrense Salvador Cordón.

“179 contra 23”


    Artículo publicado por Noel en España Nueva (abril de 1911) después de que la mayoría monárquica del Congreso de los Diputados rechazara, por segunda vez, la petición de las fuerzas antidinásticas de que se revisara el proceso que le costó la vida al pedagogo Francisco Ferrer i Guardia en 1909.
    Quien pudiera estar interesado en la lectura de estas “páginas de odio santo contra los verdugos de Monjuich” puede encontrarlas reproducidas en el nº de 6 de mayo de 1911 de El Pueblo (Órgano de la coalición republicano-socialista de Tortosa).

                                         Circulo de Labradores de Castro del Río

     Centro de reunión de la patronal agrícola castreña creado a principios de siglo, a raíz de aquellas primeras huelgas protagonizadas por la Sociedad Obrera Luz del Porvenir. Con local en propiedad de nueva planta y amplios salones para bailes, banquetes y conferencias desde el año 1916. Ubicado en la calle Tercia (acera de los cafés y de los casinos).

Diario de Córdoba 1914

Cárcel del Cabildo (prisión de Cervantes)

    Ubicada según la tradición en el nº 6 de la Callejita de los Dolores (otrora casa de vecinos comunitaria). La fotografía utilizada procede de un artículo ilustrado publicado por el culto veterinario don José Navajas Fuentes en el BRAC (nº 74 de 1956)  titulado: “Algo sobre la muy leal y noble villa cervantina de Castro del Río”.

El San Sebastián de Castro del Río

    Toda una incógnita que no he sido capaz de despejar. No sabemos si se refiere a alguna talla o cuadro ubicado en alguna de sus iglesias y ermitas. A ver si el amigo Diego Luis Urbano, tirando se ese preciado inventario mueble manuscrito que atesora, es capaz de ubicarlo.

Amada y el Nene

   Se refiere a Amada Mesonero, una cubana que enviudó  joven a la que se unió sentimentalmente. Sería la pasión de su vida. Tanto ella como el nene, que tenía 6 años por estas fechas (y más prole que vino con el tiempo), fueron víctimas también de su vida bohemia y desordenada. En el pueblo cordobés de El Carpio contó con la generosa colaboración de un incondicional admirador y protector llamado Antonio Moyano, que durante sus giras brindaba hospedaje a su familia:

     Tomo el pasaporte y el pasaje a Veracruz, un tercera de preferencia, el 5 de julio, para embarcar en el “Alfonso XII” de la Trasatlántica en la Coruña, el 21. Con amada y el nene en Córdoba el día 7, visitando la ciudad y yo sin dinero: el 9 por la tarde sólo tengo un duro en el bolsillo. Amada y el nene en el Carpio, en casa de mi admirador Antonio Moyano; el nene salió solo la víspera en auto sin inquietarse, alma viajera de verdad. Por este tiempo no anda bien por haber estado enfermo de congestión, hubieron de quitarle la melena. Vuelven de El Carpio Amada y el nene. Mi Angustia es grande, pues con el pasaje en e bolsillo no tengo de donde sacar más dinero para irme el 21. Cumple el nenín seis años. Envío a El Carpio a Amada y al nenín.
     Un escultor de Compostela hace un busto mío en piedra. Cena con el cónsul de Uruguay, el poeta Casal y otros artistas. Hablo en la Reunión de Artesanos. Viene a La Coruña a despedirme amada con el nenín. El éxito de la conferencia última dada en España fue tal, que dicen que es la mejor que he dado en ese Centro. Amada no pudo reunir más de 225 pesetas por todo capital, para marchar y llegar a Méjico, y tengo unas horas muy amargas, casi decidido a abandonar el barco y el viaje.
(Diario Intimo pag. 314)

    El admirador carpeño y benefactor de Eugenio Noel bien pudo ser el industrial y comerciante Antonio Moyano Ríos:



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