Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

14 octubre 2012

PORCA PORCUNA



     El nombre de Porcuna se asocia instintivamente al vocablo latino “porcus” (puerco). La inevitable sociedad, la imaginación y una desaparecida lápida de la antigua Obulco, le sirvieron al historiador y arqueólogo cordobés Ambrosio de Morales (1513-1591) para sentar una teoría sobre el origen del topónimo que se perpetuaría entre los estudiosos y eruditos durante varios siglos.


      La citada piedra está allí en Porcuna en la Iglesia de San Benito, y tiene letras que dicen así:


     Esta piedra en su talle es muy diferente de todas quantas yo he visto. Porqué siendo larga como columna, hace un hemiciclo cóncavo acia dentro. Y pienso,  que como la dedicación era de cosa extraordinaria y monstruosa,  así quisieron también que fuese la figura de la piedra extraña. Lo que tiene escrito dice así en castellano:


     Dictamen-conjetura final de Ambrosio de Morales:

     Como en la piedra no parece estar muy claro que tal puerca como ésta hubiese parido así en Porcuna, y se hubiese hecho tal sacrificio della, podríamos decir, que por haber sido una puerca con su parto de treinta lechones  muy buen agüero para la fundación de la Ciudad de Roma, como en Virgilio aparece, los de Porcuna le pusieron esta piedra y estatua a aquella puerca antigua, que Eneas halló por señal para la primera fundación y origen de Roma, y esto hicieron los de Porcuna, o por lisonjear a Julio Cesar, que se jactaba venir de la sangre de Eneas, o por dar buen agüero del acrecentamiento de su ciudad…
     Sea cualquiera de estas dos cosas, o que pario la puerca en Porcuna, que es lo más verosímil, o que por estotras causas se hizo su estatua y esta piedra, della podemos bien conjeturar, que las gentes poco a poco comenzaron a llamar Porcuna a aquel lugar, donde tan famosa fue aquella puerca. Y no deben desdeñar desto los de aquella villa tan principal, pues de cualquier manera que fuese, tuvo (según la mala credulidad de los Gentiles) no menor agüero que la ciudad de Roma señora de todo el mundo.


     La tesis se perpetúa desde el momento en que varios autores y diferentes obras de carácter geográfico o enciclopédico la siguen recogiendo. Una nueva edición de “Las Antigüedades de las ciudades de España…”  en el año 1792 (de la que me estoy sirviendo) prolongaría la conjetura marrana casi hasta las puertas del siglo XX. 


      Buena parte de culpa de esa difusión la tiene su también inclusión en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía de Francisco de Paula Mellado, obra publicada a mediados del siglo XIX, cuya aceptación de público y larga vigencia terminaría elevándola a la categoría de tradición, pese a las advertencias y refutaciones de Pascual Madoz en su Diccionario (1846-1850)  y de Manuel Muñoz y Garnica en las correcciones de “la Nobleza de Andalucía” de Argote de Molina (1866).


     El primer estudio etimológico serio sobre el origen del nombre de Porcuna, que terminaba por desmontar y desechar definitivamente la antigua tesis de Ambrosio de Morales, y otras de similar fantasía, salió de la pluma de un orientalista, arabista, lexicógrafo e historiador llamado Francisco J. Simonet.
     Su opinión, que debió ser esbozada en las décadas finales del XIX (fallece en 1897), permanece inédita hasta principios del XX, en que el Dr. Rodolfo del Castillo la incluye en un artículo, que bajo el título de “La oftalmología en tiempos de los romanos” se publica en la Revista Ibero-Americana de Ciencias Médicas (marzo de 1901). Los apuntes originales del catedrático de árabe de la Universidad de Granada salen precisamente de la colección de documentos inéditos de un hijo ilustre de Porcuna, el Dr. Don Toribio Herrero López, por aquel entonces catedrático auxiliar del Instituto de segunda enseñanza de Córdoba.

Don Toribio

     Dice al respecto Simonet: 

     “Su origen se halla envuelto en las nebulosidades de la historia. En la época romana la mencionan los historiadores con el nombre de Obulco. Debió ser población de alguna importancia, puesto que los historiadores la mencionan al lado de Emérita Augusta (Mérida), Cesar Augusta (Zaragoza) y otras de este orden.
     De Obulco paso a llamarse Obulcone, ablativo de Obulconis. Vinieron los árabes y al arabizar el nombre la llamarón Bolcuna; y así como los romanos de Obulco pasaron a llamarle Obulcone, los árabes de Bolcuna pasaron a denominarle Borcuna, y últimamente nosotros, siéndonos más sencillo y claro pronunciar Porcuna que Borcuna, la llamamos Porcuna”.

     No recuerdo exactamente donde lo he leído, ni si la referencia es fidedigna o no, pero viene hasta la mente la presunción de que, en determinado momento de la historia y entre determinados sectores influyentes de la ciudadanía, las connotaciones marranas del origen de la ciudad no eran aceptadas con agrado, hasta el punto de que las autoridades llegaron a proponer la adopción del antiguo nombre de Obulco en sustitución de Porcuna (reclamo auxilio historiadores para verificar si se trata de leyenda o realidad).
     Las  últimas palabras de Simonet parecen ir encaminadas en ese sentido reparador:

     “Me he detenido algo en buscar el origen de este nombre para que no se crea el hablilla tradicional del vulgo, que dice llamarse Porcuna de una puerca que parió treinta lechones. Hablilla que ninguna honra da a este pueblo, y que algunos, entre ellos el Sr. Mellado, en su Diccionario Universal de Historia, han elevado a tradición. Cierto es que en este pueblo y en la ermita del milagroso San Benito, se conserva una piedra en cuya superficie se ve una puerca con muchos hijuelos, pero esta piedra ¿quién nos ha dicho que simbolice el hecho real de haber parido una puerca treinta puerquecillos, y sobre todo, de haberse llamado de aquí Porcuna? Indudablemente un artista del buen humor, o tal vez para zaherir el innoble origen que a este pueblo gratuitamente quería atribuirse…
     Porcuna batió monedas en número y forma que sus caracteres han fatigado a los sabios y por sus símbolos demuestran claramente la fertilidad de sus campos, la abundancia de sus productos y el valor de sus ciudadanos”.


      Por el simple hecho de haber salido dicho manuscrito de entre los papeles de Toribio Herrero y por su clara línea aclaradora y correctora para con los intereses locales, bien pudiera tratarse de un informe tras consulta previa al reputado especialista Simonet, con cuyo dictamen se  pretendía acabar definitivamente con la guasa marrana en torno a los orígenes de la antigua Urbs Victrix Nobilis (Obulco Municipio Pontificense).
     Aquello debió de guardarlo Don Toribio como un tesoro de erudición, hasta que en 1901 decidiera ponerlo en manos del oftalmólogo y egiptólogo Rodolfo del Castillo para que lo divulgara en los medios científicos, si es que ya no lo hiciera, con anterioridad, el propio Simonet.
     Las aseveraciones etimológicas del catedrático Simonet difieren poco o casi nada de las científicas que se barajan en la actualidad (véase Origen de la ciudad y del nombre de Porcuna en el blog del cronista oficial).
     Pese a estos esfuerzos finales de lexicógrafos y estudiosos, los naturales de Porcuna, así como los de Churriana, no se librarán de la guasa marrana que propician sus respectivos topónimos.
     Todo este tostón historicista y bibliográfico, no deja de ser un mero prolegómeno para ocuparme en un futuro, casi inmediato, de como esa guasa relacionada con Porcuna trasciende alguna que otra vez a la expresión literaria, deteniéndonos especialmente en su frecuente comparecencia en las secciones reservadas al humor, al sarcasmo e ironía de las diferentes cabeceras de prensa en los siglos XIX y XX.

NOTA: La fotografía de don Toribio Herrero es fruto de la generosidad que viene demostrando, a la hora de compartir fotografías antiguas y documentos, mi tocayo Alberto Ruiz de Adana Garrido.    

3 comentarios:

  1. Muy interesante Alberto,he pasado el finde en Castro disfrutando de ARS OLEA .
    Todavía no has pasado por mi blog para recoger los tres premios.Saludos
    Visita mis blogs y participa haciéndote miembro o seguidor@
    http://blogdebelenpuertas.blogspot.com.es/
    http://conpiculinasycarretes.blogspot.com.es/

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  2. Antonio Recuerda Burgos14 de octubre de 2012, 12:25

    Alberto lo del intento de cambio de nombre lo recoge tu tío en su Historia pág 115: “A propuesta del Concejal DON JUAN MORA MONTILLA y con fecha 12 de Julio de 1911, se solicita del Poder Público el cambio del nombre de Porcuna por la antigua denominación de OBULCO, al objeto de evitar las torcidas e inexactas apreciaciones que, sobre el nombre del origen de la Ciudad, lanzara el historiador cordobés AMBROSIO DE MORALES, basándose en una lápida aparecida en San Benito, de la que tratamos en el Lapidario Romano”. Aunque como le ocurre otras veces nos dejó con la miel en los labios al no mostrarnos el reenlace.
    Ya hemos tenido ocasión varias veces de manifestar la ingente labor investigadora desarrollada por tu tío, aunque también hemos hecho referencia a su gran defecto de no citar las fuentes o dejar las cosas a medias y sumirnos en grandes enigmas, viene esto a que quizás tú hayas descifrado uno de ellos.
    Verás en su callejero cuando habla de don Toribio Herrero, al que naturaliza el 27 de abril de 1854 en Alcázar de San Juan, dice: “Recogió en un pequeño diccionario el vocabulario popular de Porcuna y es el autor de un folleto titulado "NOTICIAS DE LA VILLA DE PORCUNA" que fue utilizado para sus propios fines por un conocido historiador de la época. En dicho códice se hablaba de hallazgos históricos hechos por D. Toribio, pero utilizados por el aprovechado historiador”. Del diccionario manifiesta tu tío en su Historia pág 90: “Aunque no llegara a publicarlo, hemos tenido ocasión de ver un borrador de un pequeño diccionario, en el que dicho señor iba recogiendo todo el vocabulario popular de Porcuna, con reflexiones sobre el particular”.
    Según parece el folleto “Noticias de la Villa de Porcuna” sí debió ser publicado, pregunté por él a varios descendientes de don Toribio sin que tuvieran constancia, he intentado durante muchos años averiguar quien pudo ser el conocido historiador de la época sin éxito. Ahora creo que tú has dado con él y que debió ser Francisco J. Simonet en alguna de sus obras, pero tropezamos con que estas obras es difícil consultarlas en Internet, al menos eso me parece a mí, porque no están completas, en fin es una nueva línea de investigación, pues no creo que tu tío se refiriera a Rodolfo del Castillo y a su publicación de un ámbito muy restringido.
    Como ves tu tío no deja de hacernos trabajar para descifrar los vacíos que dejó en su obra.


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  3. El problema de consultar la obra de mi tío a estos efectos es la dificultad de localizar algunas de sus informaciones, a no ser que las tengas previamente indizadas. Para eso soy un desastre. Esta misma mañana me he paseado por sus páginas a la búsqueda de esa noticia sobre el cambio de nombre y terminé aburriéndome. Con respecto a Simonet, como fue Catedrático de la Universidad de Granada, entre los fondos de su biblioteca tiene que conservarse el grueso de su obra. Sería cuestión de buscar el momento para echarle un vistazo. Muchas gracias por las aclaraciones.

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