El descubrimiento o divulgación del cuadro de la Anunciación en 1928 por el crítico de arte e historiador Julio Cavestany de Anduaga, hay que enmarcarlo dentro de la celebración ese año del Centenario de la muerte del genial pintor aragonés. Este revestirá los caracteres de todo un acontecimiento nacional: idealistas y realistas, clásicos y modernos, todos ven en Goya a la vez, ejemplo y lección.
Cavestany, que posiblemente ya tuviera noticias del cuadro con anterioridad, se reserva su descubrimiento para hacerlo coincidir con la conmemoración. Así el 16 de marzo de 1928 en el diario La Época publica una carta, “Sobre un importante cuadro de Goya” dirigida al Director del Museo del Prado, instando a este para que hiciera las gestiones oportunas para incluir dicho cuadro en la magna exposición sobre la obra de Goya que preparaba el museo. Os dejo con la carta luego nos ilustra sobre sus pesquisas:
No me consta que estuviera presente en la citada exposición. Un año después en la Ibero-Americana de 1929 celebrada en Sevilla, incluido en el pabellón de antigüedades, si pudo ser admirado por el público por primera vez, junto a otros tesoros procedentes de conventos, iglesias y casas nobiliarias, que allí se dieron cita.
En la entrada anterior, manejé como fuente la crónica de sociedad publicada por el diario ABC con motivo de la boda de la duquesa en 1946. La leí por encima, pero ante tanta grandeza, pompa y boato, interrumpí precipitadamente su lectura, obviando ciertos detalles importantes que tras una segunda lectura recupero:
“Llegados a la Iglesia de San Bartolomé se colocaron los contrayentes en unos sitiales blancos, frente al altar, ante un retablo gótico del siglo XV, que representa escenas del martirio de San Andrés. En el presbiterio del lado del Evangelio, se hallaba dispuesto un lienzo de Goya (La Anunciación), propiedad de la duquesa de Osuna; también en el altar había una reliquia de San Francisco de Borja, perteneciente a la casa de Gandia”.
Lo que yo planteaba como suposición, también me lo corrobora:
“Con motivo de este grato suceso la señora Viuda de Osuna, ha obsequiado con numerosas comidas y donativos a los pobres de Sevilla y Espejo”.
Doña Petra Duque de Estrada y Moreno, duquesa viuda de Osuna, Uceda y Escalona, estaba adscrita ideológicamente al carlismo y tradicionalismo. Ya durante el golpe de estado del General Sanjurjo de Agosto de 1932 parece ser que en su castillo de Espejo se celebraron reuniones. En Espejo precisamente seria detenido el jefe local de los carlistas de Castro del Río el farmacéutico Lucas Criado Tejada.
En 1935, durante el bienio derechista republicano, El Siglo Futuro (Dios patria rey) recoge la noticia de una ostentosa celebración en el castillo ducal de Espejo en honor de un nuevo sacerdote (el espejeño Luis Castro Márquez):
“A este grandioso acto por si solo quiso una aristocrática dama darle el realce mayor posible, con el propósito de que el ejemplo sirviera de estímulo para unir fuertemente al pueblo con la Religión. Se trata de la virtuosa y caritativa excelentísima señora duquesa viuda de Osuna y Uceda que fue madrina del misacantano, en unión de su hija, preciosa niña de nueve años, que educada en el amor al prójimo y al desvalido, no desmiente los bellos sentimientos de su madre”; “La magnanimidad de la excelentísima señora mostrose una vez mas pródiga con los habitantes del bello pueblecito cordobés, que tal ejemplo de religiosidad dieron. Ofreció un banquete a todo el pueblo: ricos y pobres. Banquete que presidió una estatua del Corazón de Jesús, y bajo tan sagrada enseña se agruparon mas de dos mil personas de todas las clases sociales”; “Hubo bandas de música traídas al efecto de los pueblos próximos, de los que también acudieron gran número de personas, entre ellas significados tradicionalistas del vecino Castro del Río”.
La guerra civil la pasó en Sevilla, mientras su Castillo de Uceda en Espejo se convirtió durante unos meses en puesto de mando del Comandante de Artillería republicano Joaquín Pérez Salas, y por su posición dominante fue bombardeado por la aviación nacionalista durante las operaciones previas a la toma o pérdida de Espejo. Supongo que el cuadro marcharía a Sevilla junto a su propietaria antes del conflicto y volvería a su término. ¿Tal vez fuera traído ex profeso para la ceremonia nupcial?
30/10/1946 - ABC (Madrid) - Página 9
La crónica completa de la boda en
29/10/1946 - ABC SEVILLA (Sevilla)
Consultar Hemeroteca digital del diario ABC
La duquesa tras su matrimonio siguió pasando largas temporadas en Espejo: “viviamos en nuestro castillo de Espejo, que recorta sus duros perfiles almenados hasta herir el cielo, entre piedras y recuerdos medievales, cerca de mi Sevilla dorada”.
Reportaje para Blanco y Negro (05.05.1962) páginas 56-63
Hemeroteca Digital ABC
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