Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

20 agosto 2010

EL SANTUARIO NO SE RINDE

“Es en 1949, en un contexto de victoria política franquista, cuando aparece la primera cinta que reanuda en rigor el “cine de Cruzada”, interrumpido en 1942. Se trata de una película que ostenta además el simbólico título de “El Santuario no se rinde”. La ha dirigido con grandes dificultades e interrupciones del rodaje el ex-cineasta republicano Arturo Ruiz Castillo, inspirándose en la defensa militar del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, asediado durante nueve meses y cuyas tropas defensoras mandó el capitán de la Guardia Civil, Santiago Cortés, quien falleció en este combate en mayo de 1937. En la tradición del cerco militar a ultranza que se hace remontar a Sagunto y a Numancia y que tuvo su episodio bélico más divulgado en el Alcázar de Toledo, “El Santuario no se rinde” se alzó como una neta alegoría de la resistencia del franquismo ante el cerco político de las democracias occidentales, cuando tal reto beligerante no resultaba ya peligroso”.


Sería sobre 1966 cuando, el que suscribe, tras dos años de estancia como parvulito en un establecimiento de enseñanza religiosa (Colegio de las Monjas – Hermanitas de San José) ingresé en el Colegio Nacional Francisco Franco de Porcuna- Jaén (Los Grupos). En aquellos tiempos la jornada escolar era partida, y nuestros queridos maestros habían incluido en su programación didáctica el cine como recurso educativo. Durante las tardes peregrinábamos en ordenadas hileras, hasta el Centro de Acción Católica, donde con un viejo y ruidoso proyector visionábamos películas de santos (Marcelino, pan y vino) y de género patriótico, como la de la epopéyica gesta del Santuario. Nos emocionábamos con el ardor guerrero de sus protagonistas y hasta hacíamos palmas (maleabilidad de la infancia).



EL SANTUARIO NO SE RINDE - Heroicas escenas finales


Por proximidad geográfica, El Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza (Andujar) ubicado en el corazón de Sierra Morena, especialmente durante el verano, se convertía en visita obligada para los comarcanos: baños en las refrescantes aguas del Jándula y la obligada visita a la Virgen, donde la comunidad religiosa que lo regentaba tenía una especie de museo, en el que se rememoraba la gesta heroica. También era costumbre asistir a la famosa Romería ( una de las más antiguas de España) que se celebra el último domingo de abril. Expediciones de vecinos, familiares y amigos a la grupa de un camión entoldado con los pertinentes suministros disfrutaban de la fiesta profana y veían procesionar a la venerada imagen. Como recordatorio de la estancia, los típicos piticos, estadales y la vara de cañadu de Motril.

Dejando atrás los recuerdos de mi infancia, mi verdadero propósito es mostraros y comentar una original fotografía relacionada con aquel episodio de la Guerra Civil Española:



Monseñor Franceschi, junto al heliógrafo ubicado en el Torreón de Boabdil de Porcuna (Jaén), con el que se establecía comunicación con el santuario cuando el tiempo lo permitía.

Monseñor Gustavo J. Franceschi (1881-1957), prelado argentino, profesor de sociología, académico y director de la revista filosófico-teológica-literaria Criterio. Con ocasión de la guerra de España, fue comisionado por el Arzobispo de Buenos Aires, para repartir en la España Nacional lotes de objetos de culto y dinero, que los católicos argentinos regalaban, “con destino a las iglesias españolas destruidas y saqueadas por la barbarie roja”. Durante los meses de mayo y junio de 1937 realiza un incesante peregrinaje por diferentes territorios.
Su paso por Porcuna, que erróneamente sitúa en la provincia de Córdoba, coincide con los momentos álgidos del asedio al santuario. Es, cuando se encarama a todo lo alto del Torreón de Boabdil (bastión mayor de la antigua fortaleza calatrava) y con el heliógrafo impartió su bendición a los militares sitiados. Pero dejemos que sea el propio Monseñor quien lo cuente, a través de la entrevista que la periodista Lucia Chaplaín le hizo para el semanario argentino Caras y Caretas:

“En mi visita a España, a esa España heroica que se desangra en espantosa lucha de ideales, recorrí todos los frentes de combate para documentarme así mejor del porqué de esa guerra de hermanos que no parece tener fin. Llegado a Porcuna un pueblecito de la provincia de Córdoba, situado en la llanura de la maravillosa Andalucía, me entero de la angustiosa situación en que se encuentran un grupo de valientes refugiados en el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza”.
“Eran gentes que no habían querido plegarse a los leales, como se les dice a los que responden a la República. Apenas un puñado. Un centenar de familias y trescientos ochenta carabineros que en ese peñón de tierra greda resistían los furiosos embates, sin ningún objetivo militar, de la artillería republicana. Hacía seis meses que soportaban esa situación, que desgraciadamente no podía evitarse desde la guarnición militar en que yo me hallaba”.
Sabemos Monseñor, que usted hizo gestiones tendentes a solucionar la situación de esas gentes…
Evita nuestro entrevistado la sugerencia con evidente disgusto de hablar de si mismo y prosigue:

En el pueblo de Porcuna existe una legendaria torre desde hace varios siglos. En ella un “heliógrafo” reemplaza al telégrafo sin hilos.
Perdón…¿Qué es un heliógrafo, monseñor?.
Es un aparato con el que aparezco en la fotografía. Muy sencillo y muy útil en días de sol. Dos espejos combinados que reflejan la luz del sol a grandes distancias. Por medio de él, se mantenían comunicaciones con los sitiados en el santuario. Por él supe de la penosa situación de mujeres y niños. Por él conocí el magnífico valor de aquellos hombres que capitaneados por un brillante militar de apellido Cortes, gloria de apellidos, pasaran a la historia de la España nacionalista. Concebí la idea de enviarles mi bendición a esas gentes, tan necesitadas de ayuda y consuelo, aunque más no fuera espiritual.


¿Y fue el heliógrafo…?
Fue el heliógrafo hijos míos, el encargado de llevársela en el nombre del clero argentino.
Monseñor Franceschi calla. El recuerdo de los días pasados en los frentes de guerra le entristece. Su frente se nubla y en un suave murmullo, como si recitara una oración más en nombre de aquellos que sufren, dice: Dios no ha de querer que sea en vano tanto sacrificio…
Tres días después de la bendición impartida por el prelado argentino, el Santuario de la Virgen de la Cabeza era tomado con la bayoneta y morían heroicamente todos sus defensores.
Fue, pues, ésa la postrera bendición.


Fotografías de la evacuación


Con toda la apariencia de una entrevista improvisada, con un final emotivo que predispone al lector, estas letras debieron salir de la oficina de prensa y propaganda del Arzobispado bonaerense, para justificar y publicitar su campaña de apoyo al catolicismo español. La foto captada junto a las almenas del torreón de Porcuna, parte de su dossier propagandístico. Un testimonio más, pintoresco, no demasiado objetivo y bastante exagerado en las cifras.

Franceschi y su revista Criterio, durante la década de los 30, mantienen unos posicionamientos ideológicos cercanos al nacionalismo antiliberal y al falangismo español, aunque con posterioridad evolucionarían hacia posiciones cercanas a la democracia cristiana. Y tras leer, lo que escribió en 1935, después del multitudinario homenaje popular tributado a Carlos Gardel a raíz de su accidentada desaparición, hasta me atrevo de calificarlo de integrista:

 "Gandules de pañuelito al cuello, dirigiendo piropos apestosos a las mujeres; féminas que se habían embadurnado la cara con harina y los labios con almagre; compadres de cintura quebrada y sonrisa cachadora. Buenas madres, persuadidas de la grandeza del héroe, que llevaban –pude comprobarlo por fotografías- a sus hijos a besar el ataúd… y según se me afirmó… diversas individuas llenas de compunción, pretendían ocupar lugares especiales porque fueron amigas, compañeras de Gardel, a quien convierten de este modo en Tenorio de conventillo o pachá de arrabal”.
(Sección Comentarios de la revista Criterios Nº 382, 27 de junio de 1935)

Para terminar, me siento obligado a referir, que en Motril, mi actual residencia, también existe un Santuario, símbolo de la ciudad, conocido popularmente como “Cerro de la Virgen”, bajo la advocación de Maria Santísima se la Cabeza.

Cerro de la Virgen (Motril) - 1910

Antiguo lugar en donde se encontraba la residencia de la madre de Boabdil, rey de Granada, y que tras ser derruido se construyó el actual edificio religioso.

18 agosto 2010

LA HISTORIA ES MÚSICA

    Así se llama un excelente blog de los que sigo y utilizo con relativa frecuencia. Su autor, un anónimo profesor de música en secundaria de un IES sevillano, aunque lleva ya para tres meses parado (¿posibles problemas con los buitres de la SGAE?).
    En él encontré y visioné por primera vez el divertido videoclip del grupo franco-americano Hold Your Hourses, realizado por la productora L’Ogre.

     Los chicos de Hold Your Horses  ( expresión popular inglesa, que nos puede servir para recordarnos la importancia del uso de la razón ) nos presentan el tema 70 Million con un videoclip de los que hacen historia. Esta formado por diferentes escenas que se van concatenando; cada una de ellas es una fiel representación de algunas de las obras más importantes de la historia de la pintura universal, desde Botticelli a Andy Warhol, pasando por Mondrian, Picasso, Otto Dix, … y un largo etcétera. Si queréis repasar vuestros conocimientos de historia del arte, a ver cuantos cuadros sois capaces de identificar. Para los que no estén muy familiarizados con la historia del arte, os recomiendo igualmente el vídeo, estoy convencido de os comenzará a despertar interés y tendréis ganas de más.



    Se trata de un instructivo ejercicio mental como alternativa al tradicional crucigrama y sodoku veraniego.

    Las soluciones en éste otro vídeo: las obras de arte y los nombres de sus 25 autores ordenados por orden de aparición. Recomendable ir un poco más allá de lo que aparece en el video. La socorrida barra de Google al servicio de quienes necesiten saber un poco más sobre cada cuadro, su autor y el resto de su obra.

    Para los que jueguen limpio y no se vayan directamente al solucionario, os avanzo los tres primeros cuadros para animaros:






¡Ánimo!

17 agosto 2010

LOGIA GARCIA VAO DE CASTRO DEL RIO (1887-1893)


Plancha de la Respetable Logia nº 80 García Vao de Castro del Río
Gran Oriente Español
(1887-1893)

   Cuando abordé en su día, el estudio sobre la Masonería en Castro del Río (incluido en este blog), intenté con los medios a mi alcance averiguar el porque de esa denominación. Consulté varias enciclopedias, anuarios, bibliografías, libros, aquella red de 1995 cuyo contenido de información no llegaría al 0,1 % del actual, y terminé rindiéndome ante la imposibilidad de averiguar quien era el susodicho García Vao, que además algunos masones utilizaban como nombre simbólico.

   Quince años después, ante un diabólico aparato al que abreviadamente laman PC (personal computer & internet), con un ratón en la mano derecha y una barrita mágica, averiguo que el enigmático García Vao, se llamaba Antonio Rodríguez García-Vao nacido en 1862 en Manzanares (Ciudad Real) y fallecido prematuramente apuñalado por un sicario en Madrid en Diciembre del año 1886. De familia muy pobre, con ayuda de unos parientes pudo cursar en Madrid las carreras de Filosofía y Letras, y Derecho. Allegado al librepensamiento anticlerical, republicano y demócrata, se dedicó a la abogacía, la enseñanza y el periodismo y colaboró en El Criterio Científico, La Ilustración Española, El Globo, La Saeta, El Librecambista y El Comercio Ibérico y fue redactor de Las Dominicales del Libre Pensamiento.



    En el especial que le dedica Las Dominicales, tras su prematura muerte a los 24 años, es donde mejor podemos ilustrarnos sobre su vida y obra:



   El hecho de que su asesinato coincida cronológicamente con el periodo de gestación de la masonería en Castro y que su entierro fuese todo un acto social presidido por Nicolás Salmerón, al que acudieron Azcárate y gran número de escritores, periodistas y academias de jurisprudencia, explicaría la elección de su nombre para el triangulo y posterior logia castreña.

   Sus restos mortales yacen en el Cementerio Civil de Madrid: “Nada más entrar, a la izquierda, frente a la sencilla lápida de Pasionaria, está el enorme mausoleo de Antonio Rodríguez García-Vao, un vehemente muchacho que vivió muy deprisa (abogado, periodista, poeta, dramaturgo) y que, a los 24 años, fue apuñalado en la calle. Impresiona el enorme obelisco que se alza sobre su retrato”.


   Este monumento fue costeado por suscripción popular a iniciativa de Las Dominicales.
   En su nº 412 (año VIII) de 13 de septiembre de 1890 aparecen 15,50 pesetas remitidas por masones, republicanos y librepensadores de Castro del Río (Córdoba):







¡ Ojo ¡ No confundir a José López Pinillos “Viriato” (1860-1919), con su homónimo y coetáneo José López Pinillos “Parmeno” escritor y periodista, a quién Diego L. Urbano atribuye un origen castreño en su blog. Este otro era alfarero, republicano y masón. Y ya nos ocuparemos de él en otro momento.

16 agosto 2010

UN NEGRO POR LA CALLE ANCHA

   Por una de esas casualidades de la suerte, por una de sus locuras tal vez, apareció el 14 de Enero de 1910 un negro en Castro.
¿Quién era?
¡Vaya usted a saber!
Se hicieron comentarios infinitos, caprichosos, gratuitos…
Una carta de recomendación al ilustre jurisconsulto y violinista D. Francisco Algaba Luque, nos sacó de la incertidumbre.
¿Quién era el negro?
Ah, era un notable violinista, una estrella del arte, un coloso del pentagrama. Era Brindis de Salas, artista consumado, rey de los unísonos…
La imposibilidad de dar un concierto por falta de acompañante al piano, quebró en un principio nuestras alegrías, porque veíamos que aquella ocasión se nos marchaba sin esperanza de reintegro.
Pero una señorita, una linda señorita, la incomparable Lolita Aguado, vino a la imaginación de todos y una vez hecha la proposición a su señor hermano, éste consiguió de ella que (gratuitamente desde luego) acompañara al señor Brindis.

   Lolita Aguado Remón era hija de José Aguado del Río, escribano, impresor y procurador, que entre 1887 y 1893 con el nombre simbólico de “Moisés” ostentó el cargo de Venerable Maestro de la logia masónica García Vao de Castro del Río perteneciente al Gran Oriente Español. Tras una etapa de residencia en Baena, motivada por cierta animadversión hacia él de ciertos sectores de la sociedad local, vuelve a Castro del Río a principios del siglo XX. En 1910 obtendría una concejalía por el partido Liberal Democrático (Fernandistas). Sus relaciones profesionales y de amistad con D. Francisco Algaba (prohombre local de los fernandistas) le debieron de servir de gran ayuda para normalizar su situación social en Castro.

   La proyectada velada musical iba a celebrarse por fin, imagino que tras unos días de ensayo, precisamente en el domicilio de D. José Aguado, Plaza de la Iglesia 16:

   “A las ocho y media de la noche empezó el concierto, con una concurrencia selecta, y a bien decir, la inteligente de Castro. ¡Dios mió que concierto! Nada más magnifico, nada más hermoso, nada más brillante. Una de esas veladas musicales que perduraran para siempre en la memoria.
La señorita Aguado y el señor Brindis ejecutaron el programa siguiente: Romanza al sol (Beethoven), Minuetto (Boccherini), Pizicatto o vals lento ( Leo Delibes), Recuerdos de Hayden (violín solo) de Leonard, Clara Luna (piano solo) de Beethoven, Il Trovatore (Verdi), Capricho Hungaro (Hauser), Trémolo (piano solo) de Gottchalch, Dúo de amor (violín solo) de Brindis de Salas, Faust (Gounod), Serenata (Moszkowski), Recuerdo de España (Monasterio), Grossmu-Herchen (Lauger), terminándose con el Carnaval de Venecia de Paganini.
Todos los números fueron muy aplaudidos y ovacionados, terminando tan encantador espectáculo a las doce con harto sentimiento de la concurrencia, no solo por la inmensa labor artística que se presenció, sino también por las atenciones recibidas por los dueños de la casa.
Creo que el próximo siete de febrero se dará otro concierto a beneficio de los pobres".

   Hasta aquí las noticias entresacadas de la crónica de José María Jiménez Carrillo, excelso poeta y activo corresponsal del Diario Defensor de Córdoba durante la primera década del siglo en Castro del Río.

   Mi sorpresa, mi curiosidad se satisface, cuando, recurriendo a la barra de Google, descubro a Claudio José Domingo Brindis de Salas y Garrido, nacido en La Habana (Cuba) el 4 de Agosto de 1852, que llegaría a convertirse en uno de los violinistas más famosos de todos los tiempos.

   Aunque aporto un enlace, pero como la información sobre él es tan abundante, y no me fío demasiado de la síntesis de la wikipedia, copiando y pegando de un lado y de otro, y aportando algo sobre sus relaciones con la provincia de Córdoba (prensa histórica) os ilustro un poco sobre su peculiar trayectoria vital:

   Brindis de Salas comenzó los estudios con su padre (también violinista y contrabajista, integrante de la orquesta Concha de Oro, muy popular en los salones de baile habaneros) y los continuó luego con Van der Guth, un famoso concertista belga radicado en La Habana a quien llamaban cariñosamente “violín de ataque”, con quien progresó extraordinariamente. Dió su primer concierto con tan solo 11 años. Pero fue gracias a sus estudios en el Conservatorio de París, con los profesores más famosos de la época, que la unión del talento y las condiciones ideales dieron por resultado a una de las figuras musicales más extraordinarios del siglo XIX.
   Desde el comienzo de sus estudios, y en cada actuación en París, Brindis comenzó una larga carrera de triunfos. Sus dotes naturales, afinadas y enriquecidas con los estudios, le dieron una envidiable maestría en el dominio del instrumento y del auditorio. “Diríase –escribió una de los comentaristas franceses de la época– que una mano oculta arranca al instrumento las más sublimes notas, haciéndolas aparecer como emanadas del cielo.”

   Una vez culminado sus estudios triunfó en Italia –país originario del violín–, actuó en el Conservatorio de Milán y en el Teatro Scala; en Berlín se le designó músico de cámara del Emperador. También San Petersburgo, Londres, Portugal y España fueron testigos de su maestría. En Argentina sus admiradores le obsequiaron un auténtico Stradivarius; en México, a pesar de actuar casi simultáneamente con José White –otro violinista negro de Cuba, graduado también en el Conservatorio de París– también triunfó. Venezuela, América Central y La Habana disfrutaron de sus excelencias.

El "Pagagini negro" a los 28 años con su Stradivarius y la condecoración prusiana de la Orden del Aguila Negra (Hoher Orden vom Schwarzen Adler).

   La crítica internacional especializada hizo elogios de su arte y lo bautizó como el Rey de las Octavas y el Paganini cubano. En esos comentarios críticos encontramos expresiones como: talento extraordinario que habla seis o siete lenguas; poseedor de un portamento de arco legítimo y al mismo tiempo de una energía que lleva impresa el ímpetu característico de su raza; acusa un profundo conocimiento; revela una maravillosa espontaneidad en sus creaciones y una audacia en su estilo digna del inmenso talento del artista.
En Alemania, contrae matrimonio con una aristocrática dama de la alta sociedad y es nombrado concertista del emperador. El Káiser le otorga el título de Barón de Salas y la Gran Cruz del Águila Negra. Nacionalizado alemán, sus últimos años en tierra germana los vivió en Berlín, en una enorme mansión, en cuyo primer piso esta instalada una fabrica de pianos de la que era copropietario.

   En el año 1898 su hogar se derrumba. Su mujer demanda el divorcio, angustiada de genio tan excéntrico y andariego, y Salas se lanza una vez más a recorrer el mundo dejando en Alemania sus bienes y tres hijos, violinistas también.

   Dicen que a partir de entonces empezó a padecer de frecuentes estados de melancolía y depresión, durante los cuales se encerraba en una habitación. Dicen que “empezó a sentirse negro” y buscaba desesperadamente inspiración en su origen para crear una música auténtica: durante 1903 y 1905 estuvo visitando en Santiago de Cuba una Sociedad Negra que existía en la calle Alta de Sagarra y, aunque continuó haciendo con bastante éxito giras internacionales por el mundo, se notaba su decadencia física y material. Dicen, también, que llevó una vida demasiado desordenada y bohemia.

   Ganó mucho, muchísimo dinero y de la misma manera lo derrochó. El violinista cubano fue víctima de su raza y su talento. Tenemos que tener en cuenta que la mayoría de los artistas negros que alcanzaban una fama como la de Brindis, representaban para los empresarios y el público de la época una diversión más. En palabras más crueles: para ellos, él y los otros eran como bestias de feria que funcionaban mientras llenaban el auditorio y las arcas.

   A partir de 1906 peregrina por diferentes escenarios, ya más humildes, teatros de provincias, sociedades musicales, reuniones particulares… En 1906 y 1908 deambula por España, y nos consta su presencia en Córdoba y provincia, donde al abrigo de la protección que le presta el Centro Filarmónico Eduardo Lucena ofrece conciertos en el Gran Teatro de la capital. Se presentaba como el “Chevalier Brindis de Salas” (algunas fuentes indican que estaba en posesión de la condecoración otorgada por el gobierno francés de “Caballero de la Legión de Honor”). Sobre el celebrado en enero de 1906 en su honor y a beneficio de la cocina económica, en las apreciaciones del crítico musical del Diario de Córdoba, aflora esa decadencia y esa inestabilidad emocional a la que antes nos referíamos:

   “En la Fantasía Española que figuraba en la tercera parte del programa, noté falta de unión entre el violín y el piano, hasta el punto que hubo momentos en que cada instrumento marchaba por su cuenta. Lo que después pasó no me lo explico. El señor Brindis de Salas tocó con visible contrariedad, y a paso de ataque, un bolero y no se que otras cosas más, abandonando precipitadamente el escenario. El público se quedó tan frío dentro de la sala, como frío era el ambiente exterior”.

   Cuando a finales de 1909 recala una vez más en Córdoba, era ya un personaje decrépito, enfermo, desaliñado, aunque manteniendo aún cierto porte elegante, cuya única fortuna radicaba en su inseparable violín. Los melómanos cordobeses que en otros tiempos le rindieron honores, se lo quitan de en medio, derivándolo al culto, caritativo y enamorado del violín, el castreño Francisco Algaba Luque. Como hemos podido comprobar  le ofreció su hospitalidad temporalmente. A renglón seguido, nuevos derroteros, hasta que durante el verano se asienta en Cádiz donde se dedica a amenizar con su violín las veladas nocturnas celebradas en el balneario de la Victoria. Desde Cádiz en el vapor Satrústegui hasta Buenos Aires, donde en sus tiempos de gloria le regalaron un Stradivarius.
   En una casa de huéspedes del Paseo de Julio de Buenos Aires el uno de Junio de 1911 ( apenas año y medio después de haber visitado Castro del Río) fue recogido moribundo por la policía, muriendo pobre y olvidado de cuantos en vida le hicieron calurosas ovaciones.

   Para documentarme sobre las circunstancias de su muerte y obtener una fotografía de él en su lecho de muerte, he intentado en vano acceder a la revista argentina Caras y Caretas donde el periodista Agapito Candilejas nos narra pormenorizadamente los últimos momentos de su vida. La citada revista esta ubicada en la Hemeroteca Digital de la BNE, pero el número en cuestión esta dañado y me ha resultado imposible su descarga. Pero como, quien busca halla, resulta que un bloguero hispano, el investigador literario, escritor y cineasta cubano Javier de Castromori, sintetiza, vacía y ordena el contenido de dicho reportaje bajo el título de ICONOGRAFÍA CUBANA DEL XIX: “Si, soy Brindis de Salas pero me muero…”

No lo paséis por alto por favor, es fuerte, emotivo, real como la vida misma.


   Su intensa y agitada vida y las penosas circunstancias de su muerte lo convierten en un personaje de leyenda. El novelista franco-cubano Eduardo Manet, se interesó por su figura, plasmándola en una biografía novelada que con el titulo de "Maestro" ganó el gran premio Telégramme de Brest el año 2002.

14 agosto 2010

"NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD"



Fotograbado de la Patrona de Castro del Río.
Publicado en la Revista Mariana (Julio de 1926)



     Acompaño de unas notas sobre el origen de su advocación en Castro del Río, sacadas de un articulo publicado por el corresponsal del Diario Defensor de Córdoba (28.8.1922).

     “Este nombre de Maria Santísima de la Salud le fue impuesto por los favores recibidos en las invasiones de cólera morbo. Cuentan las crónicas, que en el año 1610, siendo día del Señor causo cien víctimas en la población, y al traer a la Virgen a la parroquia desde su ermita, cesó el cólera a los dos o tres días”.

    El cronista corresponsal confunde la fecha, debe de tratarse de la epidemia de peste bubónica de 1601 de la que se ocupa Antonio T.Pineda en un articulo inserto en la revista publicada con motivo de la XIX romería en honor de la Virgen (Junio de 2008). El nombre de Castro, afectado en sumo grado por la pandemia, figurará en el listado que habría de estar presente en todas las puertas de las ciudades prohibiendo terminantemente “so pena de muerte” que nadie procedente de alguno de los lugares allí recogidos pudiese entrar en ella.

     “En 1834 se presentó el terrible azote con grandes estragos, y se efectuaron grandes milagros al bajar la Virgen desde su ermita, extramuros, hasta la parroquia. Una niña moribunda fue sacada por su padre al balcón, y recobró al momento la salud. La cólera del Cielo la pagaron los animales: pues al día siguiente 26 de Julio, aparecieron muchos peces muertos en las orillas del Río Guadajoz, y pájaros muertos en la huertas”.

     Con fecha 22 de junio de 1834 la Junta Provincial de Sanidad comunica a las municipales de todos los pueblos de la provincia: "que los municipios de Castro del Río y Pozoblanco han dado parte de que sus respectivos vecindarios se hallan afectados por enfermedades sospechosas, cuyos síntomas son análogos con el cólera morbo epidémico, y en consecuencia prevengo a V. de acuerdo con esta junta, que no admitan la procedencia de los expresados pueblos por habérseles decretado una rigurosa incomunicación".



     Los fallecimientos por el cólera morbo se dejaron sentir especialmente en los sectores más menesterosos cuyas condiciones de vida estaban caracterizadas por el déficit alimenticio, el hacinamiento y la ausencia de toda higiene. Durante los tres primeros días de Julio se iban a producir un total de 70 fallecimientos en Castro del Río, que son los que aparecen en el primer parte de afectados publicado por la prensa: invadidos 228, curados 54, fallecidos 70.
Un segundo parte entre los días 7-10 de Julio: 255 invadidos, 122 curados y 61 fallecidos.

     A mediados de Agosto parece haber remitido considerablemente la enfermedad: En Castro disminuye el numero de invadidos no habiendo perecido ningún enfermo desde hace tres días.
Sobre la alta mortandad de peces y pájaros no he localizado noticia alguna.

     La insana costumbre de ubicar el cementerio en un recinto contiguo a la iglesia parroquial de la villa, pudo guardar relación con el brote epidémico Consecuencia inmediata fue la construcción de un nuevo cementerio: por Real orden de 29 de septiembre S.M. la reina gobernadora autoriza al gobernador civil de Córdoba para la venta de cuatro fanegas de los propios de Castro del Río, con el fin de que se construya con su valor un cementerio en aquella población y manda que se haga extensiva esta medida a otros pueblos de la provincia, amen de no acceder a los solicitudes de algunos párrocos para seguir practicando enterramientos en las iglesias.

     "En 1855 también se presentó dicha enfermedad dándose muy pocos casos. Al igual que en 1860 también con escasa intensidad. En 1885 afectó a toda la provincia y en los pueblos limítrofes se dieron numerosos casos, sin afectar a Castro, causa por la que acudieron con ofrendas a tan milagrosa imagen numerosas personas por haberlas librado de tan terrible enfermedad".

      Los datos que aporto sobre la epidemia de cólera de 1834 están tomados de prensa histórica: El Eco del Comercio, La Revista Española y Tecnológico Nacional. (HD-BNE).
      La crónica completa de las celebraciones y cultos en honor de la patrona del año 1922, en Diario Defensor de Córdoba (BVPH-MCU).

05 agosto 2010

Castro del Río: Fotografías 1927

Andalucía Ilustrada


Revista cordobesa que comienza a editarse en 1919 como publicación mensual y contenido general, que dirige su creador Pedro Sánchez.
En agosto de 1925 se fusiona con Andalucía, revista de contenido turístico creada poco antes por Antonio Sarazá Murcia. La revista, animada por Sarazá, se convertirá en “órgano oficial del turismo” alcanzando ámbito supraprovincial.
Se mantiene, editando en total más de 100 números, hasta el año 1929, considerándose como la primera publicación netamente turística de la comunidad.

En su número 82 (año VIII) de fecha 1 de Febrero de 1927 encontramos un especial dedicado a Castro del Río en el itinerario del proyectado ferrocarril Córdoba-Granada.(BVPH-MCU)

Son ocho las páginas de las que consta el reportaje (23-30). Tras incidir brevemente en los beneficios que para Castro, como importante centro productor, podrían reportarle los caminos de hierro,se ocupa extensamente de su Historia, para terminar ensalzando la gestión que al frente de la corporación municipal viene realizando su Alcalde Presidente Don Juan Fuentes y López de Tejada.
Su valor especial está en el material gráfico que le acompaña,un total de 14 fotografías de lugares emblemáticos de la villa. Su calidad es bastante aceptable para lo habitual en la prensa de la época.














28 julio 2010

DE VUELTA CON EL GOYA DE ESPEJO (CÓRDOBA)


   El descubrimiento o divulgación del cuadro de la Anunciación en 1928 por el crítico de arte e historiador Julio Cavestany de Anduaga, hay que enmarcarlo dentro de la celebración ese año del Centenario de la muerte del genial pintor aragonés. Este revestirá los caracteres de todo un acontecimiento nacional: idealistas y realistas, clásicos y modernos, todos ven en Goya a la vez, ejemplo y lección.
Cavestany, que posiblemente ya tuviera noticias del cuadro con anterioridad, se reserva su descubrimiento para hacerlo coincidir con la conmemoración. Así el 16 de marzo de 1928 en el diario La Época publica una carta, “Sobre un importante cuadro de Goya” dirigida al Director del Museo del Prado, instando a este para que hiciera las gestiones oportunas para incluir dicho cuadro en la magna exposición sobre la obra de Goya que preparaba el museo. Os dejo con la carta luego nos ilustra sobre sus pesquisas:





   No me consta que estuviera presente en la citada exposición. Un año después en la Ibero-Americana de 1929 celebrada en Sevilla, incluido en el pabellón de antigüedades, si pudo ser admirado por el público por primera vez, junto a otros tesoros procedentes de conventos, iglesias y casas nobiliarias, que allí se dieron cita.

   En la entrada anterior, manejé como fuente la crónica de sociedad publicada por el diario ABC con motivo de la boda de la duquesa en 1946. La leí por encima, pero ante tanta grandeza, pompa y boato, interrumpí precipitadamente su lectura, obviando ciertos detalles importantes que tras una segunda lectura recupero:

“Llegados a la Iglesia de San Bartolomé se colocaron los contrayentes en unos sitiales blancos, frente al altar, ante un retablo gótico del siglo XV, que representa escenas del martirio de San Andrés. En el presbiterio del lado del Evangelio, se hallaba dispuesto un lienzo de Goya (La Anunciación), propiedad de la duquesa de Osuna; también en el altar había una reliquia de San Francisco de Borja, perteneciente a la casa de Gandia”.

   Lo que yo planteaba como suposición, también me lo corrobora:

   “Con motivo de este grato suceso la señora Viuda de Osuna, ha obsequiado con numerosas comidas y donativos a los pobres de Sevilla y Espejo”.


   Doña Petra Duque de Estrada y Moreno, duquesa viuda de Osuna, Uceda y Escalona, estaba adscrita ideológicamente al carlismo y tradicionalismo. Ya durante el golpe de estado del General Sanjurjo de Agosto de 1932 parece ser que en su castillo de Espejo se celebraron reuniones. En Espejo precisamente seria detenido el jefe local de los carlistas de Castro del Río el farmacéutico Lucas Criado Tejada.

   En 1935, durante el bienio derechista republicano, El Siglo Futuro (Dios patria rey) recoge la noticia de una ostentosa celebración en el castillo ducal de Espejo en honor de un nuevo sacerdote (el espejeño Luis Castro Márquez):  
   “A este grandioso acto por si solo quiso una aristocrática dama darle el realce mayor posible, con el propósito de que el ejemplo sirviera de estímulo para unir fuertemente al pueblo con la Religión. Se trata de la virtuosa y caritativa excelentísima señora duquesa viuda de Osuna y Uceda que fue madrina del misacantano, en unión de su hija, preciosa niña de nueve años, que educada en el amor al prójimo y al desvalido, no desmiente los bellos sentimientos de su madre”;  “La magnanimidad de la excelentísima señora mostrose una vez mas pródiga con los habitantes del bello pueblecito cordobés, que tal ejemplo de religiosidad dieron. Ofreció un banquete a todo el pueblo: ricos y pobres. Banquete que presidió una estatua del Corazón de Jesús, y bajo tan sagrada enseña se agruparon mas de dos mil personas de todas las clases sociales”; “Hubo bandas de música traídas al efecto de los pueblos próximos, de los que también acudieron gran número de personas, entre ellas significados tradicionalistas del vecino Castro del Río”.

   La guerra civil la pasó en Sevilla, mientras su Castillo de Uceda en Espejo se convirtió durante unos meses en puesto de mando del Comandante de Artillería republicano Joaquín Pérez Salas, y por su posición dominante fue bombardeado por la aviación nacionalista durante las operaciones previas a la toma o pérdida de Espejo. Supongo que el cuadro marcharía a Sevilla junto a su propietaria antes del conflicto y volvería a su término. ¿Tal vez fuera traído ex profeso para la ceremonia nupcial?


30/10/1946 - ABC (Madrid) - Página 9
La crónica completa de la boda en
29/10/1946 - ABC SEVILLA (Sevilla) 
Consultar Hemeroteca digital del diario ABC

   La duquesa tras su matrimonio siguió pasando largas temporadas en Espejo: “viviamos en nuestro castillo de Espejo, que recorta sus duros perfiles almenados hasta herir el cielo, entre piedras y recuerdos medievales, cerca de mi Sevilla dorada”.


Reportaje para Blanco y Negro (05.05.1962) páginas 56-63
Hemeroteca Digital ABC

26 julio 2010

UN CUADRO DE GOYA EN EL CASTILLO DE UCEDA (ESPEJO)



Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)

Hacia 1785
Óleo sobre lienzo
280 x 177 cm.


   Este soberbio lienzo fue pintado para la capilla de los padres capuchinos de San Antonio del Prado, por encargo de los duques de Medinaceli, de Madrid. Al destruirse el templo, en 1890, el cuadro pasó a la duquesa viuda de Medinaceli.
   Sobre como y cuando recala en Espejo para albergarse en el Castillo de la casa ducal Uceda-Osuna tenemos el mas absoluto desconocimiento. En 1928 se empieza a tener noticia de él, cuando Julio Cavestany, un historiador del arte, lo saca a la luz:

   Cavestany, Julio. La Anunciación (cuadro inédito de Goya). En “Arte Español”. Madrid año XVII, tomo IX, nº 2, segundo trimestre de 1928, pp. 351-358.
Dice: “este cuadro pintado para la Iglesia de San Antonio del Prado, de Madrid, en 1785, fue prácticamente ignorado durante mucho tiempo. Actualmente pertenece a la Duquesa Viuda de Osuna, en su castillo de Uceda, en la villa de Espejo provincia de Córdoba”.








   En la Fototeca de la Universidad de Sevilla, se conservan los celuloides de dos instantáneas del cuadro tomadas por el fotógrafo R. de Salas, fechadas el 13 de Junio de 1930, con referencias a su propietaria (Duquesa Viuda de Osuna) y su localización (Espejo-Córdoba). También incluye la ficha un comentario referente a la exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) en la que pudo estar presente.




 En la actualidad está catalogado como perteneciente a la colección particular de la actual Duquesa de Osuna Ángela María Téllez-Girón y Duque de Estrada y localizado en Sevilla. Esta señora, que pasó su infancia y juventud a caballo entre Espejo y Sevilla, es la única que nos podría informar de como y cuando este cuadro sale del castillo de Espejo.


   En 1946, en la Iglesia parroquial de San Bartolomé de Espejo, anexa al histórico castillo, la señorita Ángela María Téllez-Girón y Duque de Estrada, duquesa de Osuna y Uceda contrajo matrimonio con D. Pedro de Solís Beaumont y Lasso de la Vega. Allí se dio cita lo mas granado de la nobleza española de la época.
   Todo un acontecimiento para el dolorido y abrumado pueblo de Espejo de la postguerra, sobre el que se cebó la represión franquista y la posterior hambruna de 1945. Supongo que no faltaría algún detalle, traducido en reparto de alimentos, para hacer partícipe a la población espejeña de la ceremonia nupcial de tan caritativa dama.



Mariano Téllez-Girón y Fernández de Córdoba (1887-1925)
Duque de Osuna, Uceda y Escalona. 
   Padre de la actual duquesa, hija póstuma, pues nació al poco de fallecer el padre mientras veraneaba en San Sebastián.

   Entrada relacionada: "De vuelta con el Goya de Espejo".

24 julio 2010

DE LIEBRES (LO QUE FALTABA)



Julio Romero de Torres
Diana 1924

Modelos:
La actriz Conchita Triana y el galgo Pacheco


No me falló la intuición, la crónica completa de la cacería de liebres a la que nos hemos estado refiriendo en entradas anteriores está recogida en el siguiente libro:

Camperas : cinegéticas, una montería, la caza menor, de liebres : taurinas, destete y herradero, las tientas, encajonamiento, enchiquerado / Luis Ruiz de Castañeda y Aguiar ; dibujos de Juan Barasona. Córdoba : Tipografía Artística San Álvaro, 1927 Descripción: 255 p., [24] p. de lám. ; dib. bl. y n. ; 18 cm


Me limito a insertar las entregas que faltaban. Si alguien estuviera muy interesado en el formato libro, con mayor calidad tipográfica, que me lo haga saber y se lo remitiría por correo electrónico. La Biblioteca Publica Municipal también dispone de dichas copias.

ENTREGA III






ENTREGA VI






Y para terminar con el tema en una próxima entrada hablaremos de mi paisano el galgo Pacheco, natural de Porcuna (Jaén), de su particular historia, y de los vínculos del pintor cordobés con dicha ciudad, especialmente con los aficionados a la caza de liebres con galgo aglutinados en torno al famoso coto El Lebrel, que aparecen en estas crónicas.