José Algíbez Nuín, un profesor de la Banda
Municipal de Música de Córdoba y agregado como docente a la plantilla de su Conservatorio
desde finales de los años veinte, concurre en 1945 al concurso para la
formación del “Cancionero popular español”,
convocado por el Instituto Superior de Musicología (CSIC).
El trabajo
que presenta, y que resulta finalmente premiado con un accésit de 300 pesetas, llevaba
por título “Cancionero musical de
provincia de Córdoba (1886-1936)”, y es fruto del trabajo de campo
desplegado por este musicólogo cordobés con anterioridad a la guerra civil.
El original,
que se conserva entre los fondos del Instituto Milá i Fontanals de Barcelona, consta
de una carpeta que contiene hojas sueltas mecanografiadas y papel pautado de
varios tamaños con las melodías manuscritas. También incluye correspondencia de José
Algíbez con Higinio Anglès, Francisco Blanco Nájera, Blas Infante,
Eduardo Torner, Conrado del Campo y Joaquín Turina.
El autor
recopila diferentes formas de música popular (canciones infantiles, de corro, cantos
y bailes, villancicos, pasacalles o las tradicionales coplas de la aurora)
recogidas de entre diversas poblaciones de la geografía provincial, para lo que
pudo contar con la inestimable y desinteresada colaboración de amigos y músicos
locales.
Se aprecia
cierto vacío con respecto a otras manifestaciones musicales, que según carta dirigida
al Director del Instituto Español de Musicología, promete corregir en un futuro
inmediato:
“Tan
pronto como termine el concurso y si Vd. me autoriza, le escribiré para
proponerles la realización de ciertos trabajos folklóricos anónimos que se
interpretan en varios pueblos de esta provincia en las operaciones de la
recogida de la aceituna y por Semana Santa, muy interesantes y dignas de
recogerse, pues aunque resulte ingrata y desagradecida la labor a la que me
lleva mi afición, estoy encariñado con ella y dispuesto a trabajar para poder
ofrecer al erudito y al compositor, un camino en el que se puedan desarrollar,
y sobre todo aclarar, tantas lagunas como existen en la música popular andaluza”.
Tiene especial
interés en lo referente a los Cantos de la Aurora o Campanilleros, ya que se
recogen letras y músicas de los municipios cordobeses en los que pervivía aquella tradición introducida por frailes misioneros a finales del siglo XVII, caso de Cabra, Carcabuey, Priego, Lucena y Castro del Río,
que permite a los estudiosos en la materia seguir su evolución y hacer las oportunas
comparaciones.
Miradas del Guadajoz - 2010 |
La
partitura musical de la cabecera se corresponde con las anónimas notas
musicales, transcritas por el autor, pertenecientes a de la Aurora de Castro del Río. El investigador escribe en dos folios sueltos
mecanografiados la siguiente introducción:
"Canto
de la Aurora" (Castro del Río)
He aquí otro documento folklórico del cual no es posible aportar datos ni noticias algunas, debido a que no existen referencias ni escritos que nos digan quien era el autor, ni si este era natural de Castro del Rio, o si dicha canción fue traída exprofeso para conmemorar a la Virgen de la Aurora, en la procesión que anualmente se celebra en la madrugada del día 8 de diciembre. A continuación transcribimos la referencia que hemos recogido en dicho pueblo, por distintos y autorizados conductos.
Los ejecutantes salen de madrugada y
recorren el pueblo hasta llegar a la ermita de la Madre de Dios, donde se
celebra la misa, la cual se termina antes de salir el sol. Los hermanos sin
hacer caso de la hora ni del tiempo, se levantan para asistir a la misa como
prueba la siguiente copla:
Los Hermanos de la Bella Aurora
por calles y plazas
salen a reunir
No le temen ni al frio ni al agua
ni a la mala noche
ni a lo por venir.
Siguiendo el testimonio de las referencias, antiguamente la parte musical se cantaba acompañada de violines, guitarras, bandurrias, campanitas o triángulos, y desde tiempo inmemorial viene ejecutándose con violines, flautas, clarinete, trombón, bajo de metal y campanitas.
La transcripción está hecha como se ejecuta hoy en día, probando que sucesivos gustos han introducido modificaciones, viniendo a demostrar nuestra aseveración del cambio que sufren los testimonios populares al transcurrir el tiempo.
La composición tiene diversas letras, pero nosotros copiamos la que generalmente se viene cantando desde antaño:
Es María mejor que la luna
y que las estrellas
y mejor que el Sol
y mejor que los ángeles todos
en una palabra,
la Madre de Dios.
Hermoso
farol, hermoso farol.
Que tus
luces iluminan el cielo
y bajan al suelo
a dar resplandor.
y bajan al suelo
a dar resplandor.
Un
devoto para ir al Rosario
por una ventana
se quiso arrojar
y la Virgen María le dijo:
por una ventana
se quiso arrojar
y la Virgen María le dijo:
detente
devoto
por la puerta sal.
por la puerta sal.
Esto es
de admirar, esto es de admirar
de la cama salen presurosos
y al Santo Rosario
se van a rezar.
de la cama salen presurosos
y al Santo Rosario
se van a rezar.
Esta misma
canción se canta en los pueblos de Baena y Lucena (Córdoba). Por la referencia
que tenemos en el primero de los citados pueblos se canta en forma parecida a
la de Castro del Rio. Respecto a Lucena, el texto musical es parecido al de
Castro del Rio, si bien hay que señalar la de voces a solo, tomando la forma de
orfeón, lo que le da más interés.
Ya sabes que no soy muy dado a escribir por la maraña internauta, sí a buscar y navegar por estos mares cibernéticos que de vez en cuando te dan una sorpresa. Lo cierto es que lo teníamos localizado, el cancionero. Lo encontré, noviembre 2013, buscando música tradicional de Baena y me salió el enlace del CSIC. Allí encontré estas partituras y algunas de villancicos y auroras, impresionante. Más tarde Paco Morales y un servidor firmamos un artículo en La Revista, publicación del Círculo de Artesanos, sobre el cancionero y su autor. Un placer el saber que sigues dando caña, no de azúcar, que también estaría muy bien (sobre todo si está destilada y lleva la marca Montero).
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