Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

01 octubre 2011

Los orígenes del movimiento obrero y el socialismo en Porcuna (1903-1906) 1ª parte.



    Los orígenes del primer asociacionismo obrero en Porcuna se remontan al mes de mayo del año 1903, en que se constituye una sociedad con el fin principal de defender en el terreno económico, o sea, por medio de la resistencia, los intereses de los trabajadores agrícolas. Nace bajo la denominación de Sociedad de Agricultores Paz y Libertad, y desde un principio se decanta por la táctica recomendada por el Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores.
     Casi al poco de nacer, ya se recoge en El Socialista, los esfuerzos desplegados por los compañeros de Porcuna en pro de la creación de una Agrupación Socialista en la localidad, que tardaría todavía algo más de un año en constituirse definitivamente.
     La puesta de largo y presentación en público de Paz y Libertad tuvo lugar en un gran mitin, que pudo celebrarse finalmente,  durante la Feria Real de ese mismo año de 1903, “a pesar de los inconvenientes puestos por el Alcalde y el encargado de la luz eléctrica”. Fueron compañeros desplazados desde Jaén (José García, Joaquín Armenteros y Antonio Hernández) los encargados de perorar ante un numeroso auditorio:
    “Estos compañeros hicieron una acerba crítica del régimen social vigente y encarecieron la unión de los trabajadores, tanto para mejorar cuanto antes su miserable condición, como para luchar para que la explotación del hombre por el hombre desaparezca.  El acto terminó con vivas a la asociación y a la unión de todos los trabajadores del mundo”.
    Desde Porcuna se intentaría extender la táctica sindical y el asociacionismo a la vecina localidad de Higuera de Calatrava, donde finalmente  no llegaría  a fraguar puesto que el obrero que más se había destacado en tal empeño, como represalia intimidatoria era despedido por su patrón.


    De esto primeros compases, también conocemos algunas reivindicaciones llevadas hasta el mismísimo gobernador civil, sobre ciertas irregularidades en los pozos destinados al suministro de agua de la población, consentidas por el Ayuntamiento en favor de determinados intereses particulares.
    Cuando en el mes de noviembre de 1903, se procede a renovación parcial del consistorio, pese a no hallarse constituida aun agrupación política socialista, tres integrantes del centro obrero concurrirán por primera vez a un proceso electoral, con una candidatura completamente al margen de las tradicionales (liberales, conservadores y republicanos).
    Antes de adentrarnos en la acción política y sindical (que reservo para una próxima entrada), quiero detenerme y centrarme en el que sería, desde un principio, objetivo prioritario de la nueva sociedad, la creación de una Escuela. 
    La primera noticia sobre su puesta en marcha es de Abril de 1904, y su nacimiento va en paralelo a la estructuración definitiva de una Agrupación Socialista en la localidad.
    Fueron otra vez compañeros de la Agrupación de la capital jiennense quienes se desplazaron hasta Porcuna para celebrar sendos actos públicos durante los días 21 y 22 de abril de 1904.
    El primero de ellos, de carácter instructivo, tenía como objetivo promocionar entre socios, afiliados y población en general, la necesidad de constituir una Escuela:
    “Tomaron parte cuatro niños de la Escuela del Centro Obrero de Jaén, uno de cinco años, y Joaquín Armenteros y Manuel Martos”.
    Llamaría la atención de los asistentes la precocidad de los pequeños oradores:
    “El profesor, que los acompañaba en la excursión, dio a los compañeros de Porcuna muy buenos consejos, explicándoles a la vez puntos para ellos dudosos”.
    Para el segundo acto de los programados, de carácter socialista y societario, hubo de salvarse de nuevo las trabas puestas por la autoridad local:
    “El alcalde trató de impedir esta segunda reunión, pero ante lo que le expusieron los compañeros de Jaén, desistió de ello. Ante una concurrencia extraordinaria, usaron la palabra Armenteros, Martos y el niño de cinco años. Se espera que el partido socialista tenga pronto un buen número de defensores en Porcuna”.
    El número siguiente del semanario El Socialista recoge ya la constitución en Porcuna de una Agrupación Socialista.

El Socialista nº 955 (24 de junio de 1904)


    Después de la capital y de la industriosa y minera ciudad de Linares, las poblaciones de Porcuna, Mancha Real y La Guardia, por ese orden, serán las primeras de la provincia con organización política socialista.

    El entusiasmo y convencimiento entre este primitivo núcleo político y sindical sería suficiente para que finalmente se pusiera en marcha su proyectada escuela durante el mes de septiembre de 1904, en el local de su sede social C/ Coronel Aguilera nº 2 (Calle Salas). No trasciende información sobre la persona situada al frente de tal cometido, aunque debió de tratarse de alguien de peso en el seno de la organización, pues su presencia parece obligada en los actos públicos organizados por la sociedad. 




    
    Las personalidades más destacadas del socialismo provincial de aquellos primeros años del siglo, trasmitieron personalmente  su apoyo y aliento a los compañeros de Porcuna, concienciándoles  de la importancia de labor educativa emprendida  y sobre la necesidad de que no cesaran en su empeño, a pesar de los obstáculos y dificultades, que no faltaron.
    Además de aquella primera reunión que coadyuvara a su creación, constan las visitas del músico y maestro del Centro Obrero de Linares, José Lorite Castor y la del profesor normal de primera enseñanza Agustín de Sicilia López, que había llegado al socialismo procedente de las filas del partido liberal:



     Agustín de Sicilia, mantiene estrechos vínculos con el Centro Obrero de Porcuna:

    “En el Centro Obrero se ha dado una función teatral, que estuvo concurridísima y muy grata para cuantos asistieron. Se representó “El Pillo”, siendo los actores cuatro niños de su Escuela, que interpretaron sus papeles con bastante acierto.  Además, otros niños del colegio de nuestro correligionario Sicilia leyeron poesías”.

    La noticia es ya del año 1906, por lo que el colegio referido y regentado por este maestro y socialista jiennense,  bien pudiera ser el de San Cayetano de Mancha Real, que es el que consta en la portada de un libro de ortografía de su autoría publicado un par de años después, que por motivos que se nos escapan, parece aparcar la enseñanza oficial para dedicarse a la privada.


  José Lorite Castor, que visitó a los compañeros de Porcuna en varias ocasiones durante esos primeros compases, abandona la provincia de Jaén a mediados de 1905 para hacerse cargo de la “Escuela Carlos Marx” de Almansa (Albacete), auspiciada por Verdes Montenegro. Al igual que ya había hecho en Linares, creó en su seno un pequeño orfeón infantil. Con el tiempo se convertiría en Presidente de la Casa del Pueblo y primer concejal socialista de esta localidad albaceteña. Aunque no pierde del todo el contacto con su provincia de origen, ya que ostentará la representación del socialismo jiennense, incluida la Agrupación local de Porcuna, en los congresos VII y VIII del PSOE celebrados en Madrid en los años 1905 y 1908 respectivamente.
    En cuanto al método educativo no disponemos de noticia alguna, ni me consta la existencia de material didáctico creado ex profeso para ser utilizado por los maestros de las escuelas dependientes de los centros obreros socialistas durante estos primeros años del siglo XX, a diferencia de los centros obreros de inspiración anarquista,  que disponían de un amplio surtido de libros emanados de los principios de pedagogía racionalista de la Escuela Moderna, distribuidos profusamente a través del semanario Tierra y Libertad.
   En los años consultados del Socialista (1903-1906) solamente aparece publicitada una colección de cuentos que sale al mercado con la sugerente título de “Cuentos para futuros socialistas”.



   En la correspondencia administrativa de El Socialista consta el interés de la Agrupación Socialista de Porcuna por esta colección. Aparecen varios pedidos consecutivos, cuyo destino probable serian los alumnos de su Escuela, que suponemos mixta.




   Por lo que respecta a la postura de las autoridades y fuerzas caciquiles, sabemos del recelo y rechazo mostrado por éstos en un primer momento. Don Luis Aguilera y Coca, uno de los prohombres locales más influyentes, para contrarrestar los posibles efectos nocivos que esta experiencia educativa obrera pudiera ocasionar sobre la moralidad pública, puso, con carácter de urgencia, en manos de la comunidad de religiosas de la Compañía de María unas casas de su propiedad  donde establecerse con un colegio de enseñanza religiosa, que nace casi a la par que la Escuela del Centro para el curso 1904/05.




    En 1906, el nuevo inquilino de la silla de la Alcaldía, parecen mostrar un rumbo diferente a su predecesor, no poniendo trabas al asociacionismo obrero, mejorando considerablemente las relaciones con el Centro, hasta el punto que se solicita y se obtiene del Ayuntamiento una pequeña subvención con la que hacer frente a los gastos de su Escuela.
     En una próxima entrada me ocuparé de la acción política y sindical desplegada por el reducido elenco de obreros (aportaremos su nombres) que se ponen al frente del obrerismo porcunense durante aquellos primeros años del siglo XX.


Continua en: 

Socialismo y obrerismo en Porcuna. La Crisis agrícola del año 1905.


24 septiembre 2011

De monjas, curas y frailes (Porcuna).



     Mis recuerdos y mi tradicional apego por lo antiguo, me han conducido a la búsqueda infructuosa de noticias relacionadas con el momento exacto en que fueron demolidos los restos del devastado y abandonado Convento de la Concepción de monjas dominicas, para edificar, sobre su solar, lo que en Porcuna siempre hemos denominado y conocido como Cine Nuevo (actualmente Teatro-Cine María Bellido).  
     Una vez más, sólo me queda la memoria para situar la fecha de la realización de aquella obra durante la segunda mitad de la década de los sesenta (c.1967). Recuerdo perfectamente la expectación levantada entre la chiquillería, por la aparición de cráneos y restos óseos durante la cimentación, en lo que debió de ser el pequeño espacio destinado a cementerio de aquella comunidad religiosa. Algunas lenguas maldicientes, fantaseaban con la presencia de restos mortales de recién nacidos. Siempre me quedó la curiosidad y las ganas de certificar si aquello que contaban era realmente cierto o no.
     Como durante aquellos años, no se estilaba aún la excavación arqueológica de urgencia, y ni siquiera existiría la figura del arqueólogo provincial, dependiente de organismo cultural o protector alguno, tendremos que descartar esta vía para obtener información sobre su arquitectura, estructura y demás detalles (reales o fantasiosos).
     Casi con plena seguridad, el grupo de arqueólogos e historiadores locales, aglutinados bajo las siglas de ARQVIPO, albergarán en su “santa santorum de azotea bien amueblada” información al respecto, y hasta imágenes o dibujos del viejo convento (yo no las conozco), que permitirán saciar la curiosidad de los muchos porcuneros, que andamos expectantes ante el espectacular y laborioso proyecto de página web que han elaborado y que paulatinamente se irá rellenando de contenidos.
     En mi rastreo en busca de documentación e información del referido convento, me he topado con la existencia de dos tomos conservados en el Archivo Histórico Nacional que abarcan desde 1746 hasta 1832, a disposición del avezado investigador que disponga de tiempo, ganas o mecenas para la investigación. Desconozco si nuestro cronista oficial (especialista en estos temas) se habrá ocupado ya de ello (no me consta).
     El que fuera cura párroco de Porcuna, don Antonio Aranda Calvo, hoy canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén y máximo responsable en la diócesis jiennense de la llamada “Causa de los Santos”, tiene publicados varios trabajos sobre el Convento de dominicas de Porcuna, supongo que utilizando fuentes procedentes del archivo diocesano, pues no he tenido la oportunidad de acceder a ellos:

    “Convento de la Concepción. Monjas dominicas de Porcuna. Última etapa 1866-1936. I”, en Gienium Revista de Estudios e Investigación de la Diócesis de Jaén nº 5, 229-258 (2002).
   Convento de la Concepción. Monjas dominicas de Porcuna. Última etapa 1866-1936. II”, en Gienium Revista de Estudios e Investigación de la Diócesis de Jaén nº 6, 265-328 (2003).

    He tenido la ocasión de leer recientemente un artículo sobre “Testigos de Dios” (mártires de la fe), publicado en el extraordinario de la Romería de Agosto de la Virgen de Alharilla de Porcuna, del que también es autor nuestro antiguo párroco, en el que rememora y reincide sobre el martirologio sufrido por sacerdotes locales durante la contienda civil de 1936, víctimas de la brutalidad y el ensañamiento de las genéricamente denominadas “hordas rojas”.
    Desde mi punto de vista, totalmente fuera de lugar al día de hoy; además de equivocado por parte de quienes hayan consentido o patrocinado su publicación, instrumentalizando ideológicamente el patronazgo mariano local, que se presupone al margen de contiendas pasadas, presentes y futuras. Percibo últimamente, como si la Iglesia Española del siglo XXI estuviera aferrándose a posicionamientos y estrategias bastante cerradas y alineadas, que me recuerdan demasiado a un pasado reciente no demasiado glorioso ni ejemplarizante.
    Como he prometido no pecar de tendencioso, me reservo otras opiniones personales, e invito públicamente al articulista para que en próximas ediciones de esa revista, donde o cuando él estime oportuno, nos ilustre pormenorizadamente sobre la función social de la Iglesia en aquel difícil, tenso y problemático contexto socioeconómico anterior a 1936, y sobre las medidas arbitradas por los sacerdotes locales para paliar los flagrantes desequilibrios sociales más allá de la esporádica, circunstancial y aliviadora de conciencias caridad cristiana. Está permitido, traspasar incluso el umbral marcado por la guerra, que nos lleva hasta aquel otro aciago año de 1945 (el de la pertinaz sequia).



    Me gustaría, que alguien con memoria directa, “testigos de carne y hueso”, nos trajeran su testimonio sobre aquellos porcuneros fallecidos por inanición (“muertos de hambre”), y sobre las actuaciones de la Iglesia local y su habitual feligresía pudiente, durante aquella terrible hambruna, que como es lógico se cebó con los más débiles, los preferidos de Jesucristo.
    Podríamos encontrarnos con egoístas y aprovechados acaparamientos propiciados por aquella coyuntura crítica, así como con la pasividad más absoluta entre determinados sectores de la sociedad, tradicionalmente vinculados a la Iglesia y sus obras pías, que hacen de este hecho uno de los episodios más vergonzosos e inhumanos (poco cristianos) de la historia reciente de nuestra localidad.

   Tras esta justa y necesaria pataleta ideológico-religiosa personal, retomo el tema del Convento de la Concepción, históricamente relacionado con religiosos misioneros de ardiente palabra, impregnados de cierta vocación de santidad, y especialmente venerados entre la comunidad de religiosas de Porcuna. Me estoy refiriendo por orden cronológico, al R.P. Predicado Francisco de Posadas (O.P), al jesuita Francisco Tarín Arnau (Padre Tarín) y nuestro compatricio Fr. Pedro Castro Quero, también de la Compañía de Jesús.

    Me ocuparé, de momento, de unos hechos relacionados con el primero de los nominados, acaecidos en Porcuna durante los años finales del XVII o primeros del XVIII, que andan a caballo entre la anécdota, la milagrería y la curiosidad. Sus protagonistas las monjas del Convento de la Concepción de Porcuna, donde el Padre Posadas solía alojarse cuando traía sus predicamentos. Estos sucesos y otros, así aparecen reflejados en su biografía.
    La biografía del R.P. Predicado Francisco de Posadas (1614-1713), elaborada y publicada en 1736 por Fr. Pedro de Alcalá (O.P), recoge informaciones de su vida y milagros, que de alguna manera iban a ser utilizados para iniciar su proceso de beatificación, consumado el 20 de septiembre de 1818 cuando fue declarado beato por el Papa Pio VII.



   En la referida visita y hospedaje en el convento de las madres dominicas de Porcuna, cuya fecha no he sido capaz de concretar, el Padre Posadas se había ganado ya la consideración de Santo entre aquella comunidad de religiosas, profesándosele una especial veneración: 

    “Hay en aquel lugar [Porcuna] Convento de Religiosas de mi Sagrada Orden, donde se hospedó [el padre Posadas]; y como lo veneraban, como a Santo, procuraban recoger las sobras de la mesa, que guardaban por reliquias. Lo mismo hicieron con los platos y ollas que servían para la comida de este Siervo de Dios, y las reservaron, para que solamente sirviesen a las enfermas, en que tuvieron que admirar los muchos años de su duración. Oy [c.1736] conservan el pelo de su venerable barba. Bien conocía con su lumbre profética esta piadosa solicitud, y aunque tanto lo sentía su humildad, lo disimulaba su discreción. Tomó la Madre Sor Isabel de Villalta un pañuelo del Siervo de Dios, para lavarlo, y con el motivo de estar ya roto, bolvió otro nuevo. Bueno está el mío le decía; démelo acá, que yo no he menester éste: y viendo lo mucho que se resistía con el pretexto de estar aquel muy servido, la dexó. Diciéndole con mucha sal: en mi vida he sido aficionado a reliquia de mocos.
    No fue en vano la mucha fe de estas Religiosas, que fueron favorecidas de Dios por su Siervo, y después de su dichosa muerte, teniendo la Madre Sor Rosa Daza acancerada una pierna, que determinaban cortar los cirujanos, se aplicó de noche una reliquia del Siervo de Dios, y amaneció buena”.



    También se recoge en la biografía, otro caso relacionado con Porcuna, en el que El Siervo de Dios V.P. Presentado Francisco de Posadas pone de relieve sus también especiales dotes proféticas o adivinatorias:

    “De la villa de Baena pasó a la de Porcuna, donde su ardiente zelo dio mucha gloria a Dios con la cristiana reforma de las conciencias, cuyo deseo movió a cierto Sacerdote, a hacer vida Heremítica en el Desierto de Sierra Morena, donde la profesan muchos de la Ciudad de Córdoba. Buscó al Siervo de Dios para consultarle su ánimo, y antes de que hablara palabra éste le dixo: no es Vmd. para lo que intenta. Padre mío (preguntó él acercándose más), ¿que es lo que intento yo? Irse (respondió) a la Sierra de Córdoba a hacer penitencia. Iba este Eclesiástico, como lo hacen muchos en sus consultas, no a sujetar su dictamen, sino a que se lo aprobaran; y viéndolo de esta disposición el Siervo de Dios, le repitió lo mismo, añadiendo: que lo vería si lo executaba. Nada bastó a no hacer su propia voluntad, pero a muy breves días de estar en el Desierto, se le llenó el cuerpo de apostemas frías y se volvió a su Patria, admirando el conocimiento de este Propheta”.



(continuará)

23 septiembre 2011

"Las acuarelas cordobesas de Pier María Baldi".



    Durante los años de 1668 y 1669, Cosme III de Médicis viajó por España y Portugal como heredero del Gran Ducado de Toscana. Entre su séquito estaba el dibujante y arquitecto Pier Maria Baldi, que realizó acuarelas de los lugares, villas y ciudades en los que la comitiva se detuvo a lo largo de este periplo. Sus láminas representan, en muchos casos, el único registro gráfico de ciudades españolas en aquella época.
    Otros miembros del séquito ducal se encargaron de dejar por escrito testimonio de aquel viaje: Lorenzo Magalotti, A.R. del Serén, Filippo Corsini y el doctor Juan Bautista Gornia.


Cosme III de Médicis


    Esta serie de vistas maravillosas, junto a la narración, más bien árida, dado su carácter oficial, salida de la pluma de Magalotti, se conservan, como verdadera joya, en la Biblioteca Laurenciana de Florencia.
    Las ilustraciones que mostraré a continuación, se corresponden con las tomadas durante el desplazamiento de la comitiva ducal  entre las ciudades de Córdoba y Granada en diciembre de 1668. Las he capturado de una copia digital de baja resolución, colgada en la red, de la edición facsímil patrocinada en 1933 por el Centro de Estudios Históricos (Junta para la Ampliación de Estudios):

    MAGALOTTI, Lorenzo (1637-1712)
    Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal (1668-1669) / edición y notas por Ángel Sánchez Rivero y Ángela Mariutti de Sánchez Rivero. - Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, [1933]. - XXVI, 347 p. + 1 pasta (3 f., 71 estampas ; 25 cm, 51x67 cm.

    Intercalado entre las ilustraciones trascribiré el relato del viaje entre Córdoba y Castro del Río:

Córdoba
 
    “El día catorce [de diciembre de 1668] después de misa su Alteza partió de Córdoba y fue a almorzar al cortijo de Cariñena, a cinco leguas de allí, caminando a través de un campo montañoso y totalmente sembrado. Allí se ve arar, como en toda Andalucía, con bueyes rojos y con diez, doce, y hasta dieciocho pares, unos lejos de otro a una distancia de un surco, donde llegan a hacerse al mismo tiempo, tantos surcos como pares de bueyes, modo muy rápido de trabajar las tierras. El cortijo es una granja de don Diego Aregotte, donde había un esclavo turco que se ocupaba de los alimentos y supervisaba el trabajo, escribiendo en lengua española pero con caracteres turcos”.

Cortijo de Cariñena (a cinco leguas de Córdoba)


    “Desde allí prosiguió su Alteza el viaje hacia Castro del Río, y pasó la noche a sólo una legua de este pueblo.
     El campo se parecía al que habían visitado por la mañana, menos un valle larguísimo y no muy ancho pero todo muy llano, que empieza a dos leguas del Guadajosillo, sigue hasta Castro del Río y con la colina por ambas orillas. Castro del Río es un lugar de ochocientos hogares; una parte situada en lo más alto de la colina y el resto se extiende, a guisa de arrabal, por la falda, ocupando parte del llano y del valle, que se va cerrando a mano izquierda. El rio Guadajos pasa regando por debajo, pero con poleas y norias alcanza una gran cantidad de jardines que están alrededor. El lugar es del marqués de Priego, que posee una residencia en Montilla, lugar cercano a Castro, que tiene – según dicen – más de dos mil hogares, y llámase marqués de Montilla. Castro del Río es del rey, y le fue entregado como descuento de un crédito antiguo contraído con la corona por su abuelo. El rey, por tanto, vuelve a nombrar al corregidor, y confirma a los regidores elegidos por la villa, cuyos habitantes, conducidos ahora a la extrema necesidad, no tienen ya la fuerza que tuvieron en otros tiempos ante la dependencia del rey; allí éste dispone como en su propio feudo. En lo espiritual depende este lugar (que se llama Castro por el campamento que tenía allí Julio Cesar)  del obispo de Córdoba. En la iglesia principal preside un vicario con seis curas y cuarenta clérigos. Hay en total ocho parroquias, un convento de Regulares y uno de Carmelitas”.

     El relato del conde Lorenzo Magalotti, por comodidad (descansa en las estanterías de mi modesta biblioteca), lo he tomado del libro de Patricio Hidalgo Nuchera, "Entre Castro del Río y México  Correspondencia privada de Diego de la Cueva y su hermano Juan. Emigrante en Indias (1601-1641)".


Castro del Río

     El propio Patricio Hidalgo, en el apartado que le dedica a la acuarela de Pier María Baldi, a modo de introducción sobre la primera parte de la geografía vital de los hermanos Cueva, maneja otras fuentes relacionadas con aquel viaje. Me refiero, a la mención que se hace al manuscrito de A.R. del Serén, donde se recoge alguna noticia relacionada con la visita realizada por “Su Alteza” al Convento del Carmen de Castro del Río:

    “Allí estuvo su Alteza y encontró uno entre aquellos llamado Fray Juan José de Girón, oriundo de Sevilla, que poseía una inteligencia superior y un talento especial nada comunes en España, y mucho menos entre los frailes. Tenía algún acento de una lengua oriental, y había estudiado la buena filosofía, con una gran aversión a la atadura de no saberse separar en nada […] de la doctrina aristotélica”.

A la izquierda extramuros Convento del Carmen
     A.R. de Serén hierra en la transcripción exacta del nombre de aquel sabio cronista, historiador, orientalista, dibujante…, que no es otro que Fray Juan Félix Girón (Sevilla 1613- Castro del Río 1684) que debió de ser quién trasmitiera a Magalotti la información de carácter histórico sobre Castro del Río, y que por estas fechas ya llevaba algunos años en esta especie de retiro o confinamiento castreño, tras periodos anteriores de reconocimiento y altas dignidades. Esa “atadura aristotélica” mencionada pudiera ser la responsable de su caída en desgracia.

Fr. Juan Félix Girón


    “Partió Su Alteza el día quince [de diciembre de 1668] al amanecer, pues iba a ser una jornada muy larga, después de haber oído misa, y fue a refrescarse al cortijo del Salitral a cinco leguas de Castro. Hasta Baena, que hay dos buenas leguas, se encuentra un campo montuoso pero con mucho trigo, vino y aceite […]”.

Cortijo del Salitral (a cinco leguas de Castro)
     La siguiente acuarela, con la que abandonamos definitivamente el antiguo reino de Córdoba para adentrarnos en el de Jaén, pertenece a Alcalá la Real (en el histórico camino de Granada) donde se nos muestra majestuoso su Castillo-Fortaleza de la Mota, declarado Monumento Nacional desde el año 1913.

Alcalá la Real
     Para apreciar con mayor nitidez los detalles de las acuarelas, se recomienda pinchar sobre las mismas. Una muestra de que el pintor dibuja lo que ve, sea el paisaje, o particularidades ocasionales, es la acuarela del Cortijo de Cariñena, en la que el cielo se presenta nublado, y los transeúntes o campesinos que se muestran en ella, parecen intentar refugiarse precipitadamente de un repentino temporal de agua y viento.
     El pintor, que gusta de dibujarse a si mismo alguna vez que otra, aparece en la acuarela de Castro del Río ubicado al otro lado del puente, desde donde consiguió plasmar con bastante verosimilitud la panorámica urbana de aquella villa cordobesa del XVII.

20 septiembre 2011

Grabado de Orchuna (Porcuna ?) del siglo XVI.


    Quiero aprovechar mi reciente incursión en el fascinante mundo del grabado y de la ilustración, para rectificar con respecto a la estampación que antecede al texto, que en un par de ocasiones he utilizado alegre y erróneamente asociándola con Porcuna, cuando realmente se trata de Orchuna (Osuna), población del antiguo reino de Sevilla. En adelante, intentaré verificar antes de publicar, así como ser mas riguroso y menos tendencioso (“veritas liberabit vos” en vez de “in vino veritas”). De hecho, esta visión panorámica urbana aparece dentro de una misma lámina junto a otra de la también población sevillana de Marchena, ambas en plena campiña cerealista, cuyas tradicionales faenas agrícolas también se nos muestran. 


Detalle labores de era

Detalle Trilla


     
   Urbium Praecipuarum totius Mundi: Liber Quartus.

   2ª edición latina:Colonia Typis Bertrami Buchholtz 1594.
   
   Autores: Georg Braun (1541-1622).
                   Joris Hoefnagel  (1542-1601)

1 vol. gran folio (27X40). 2h (incl frontis grab.), 8h, 8h, 90 vistas o planos de ciudades en 90 láminas dobles, 9 de las cuales corresponden a España, con grabados de: Marchena, Orchuna, Hispalis, San Juan del Faratche, Lerenna ,Archidona, Palentia, Alcantara, Cabecas, Hardales, Cartama, Bornes, Zahara y Granada, el resto de Europa Central (34),Países Bajos (10), Inglaterra, Francia (9), Italia (15), Países Nórdicos (9), Israel, Grecia…

19 septiembre 2011

Oficios y tipos costumbristas de los reinos de Jaén y Córdoba.

Majo de Córdoba



Auteur(s) :  Pigal, Edmé Jean (1798-1872)
Titre(s) :  Collection de costumes des diverses provinces de l'Espagne [Texte imprimé] / lith. d'après les dessins originaux par Pigal
Publication :  Paris (1-9 bd des Italiens) : Clement frères, [s.d.]
Impression : Paris (4 rue de l'Abbaye) : Imp. lith. de Langlumé
Description matérielle :  100 pl. en coul. ; 34 cm
Autre(s) auteur(s) :  
Langlumé (17..-18.. ; lithographe ). Illustrateur
Sujet(s) :  Costumes populaires -- Espagne (1800-1830).

   Esta ficha se corresponde con el catálogo de la Biblioteca Nacional de Francia, y omite por completo a quién presuponíamos en una entrada anterior, por otras fuentes, como autor principal o secundario, M.A.White, que parece fue el seudónimo con el que firmó su obra durante algún tiempo, el también ilustrador y dibujante francés Paul Hadol (1835-1875). Quienes defienden esta asociación, posponen la fecha de los grabados originales hasta el año 1860.



Cultivateur de la banlieue d'Andujar
Labrador de tierra de Andujar 


Muletier de Jaen
Arriero de Jaén 


Cordobesa sentada al brasero

18 septiembre 2011

EL ESQUILADOR DE MOTRIL



     Estampa realizada mediante una litografía coloreada, en ella se representa una figura masculina, un esquilador de burros y mulas. Se encuentra de pie, de frente, con la pierna izquierda ligeramente adelantada. Viste camisa blanca, chaleco asalmonado, chaqueta marrón y falda con un mandil encima. Calza medias hasta la rodilla y zapatillas que se anudan con tiras en la pierna. Tocado con sombrero. Lleva sobra el hombro una cuerda que agarra con su mano izquierda, para sujetar al animal  y en la mano izquierda unas tijeras de esquilar, lleva dos pares más enganchados en la cintura.
    Al fondo un paisaje en el que se pude ver a la izquierda una iglesia y a la derecha un río con un puente de seis ojos.

Leyendas

    Superior: Re. de Granade nº 30
    Inferior: Tendeur de Mulets de Motril - Esquilador de Motril

Firmas de autor

    Ángulo inferior derecho (interior): M.A.W (M.A.White)
    Ángulo inferior izquierdo: Pigal
    Ángulo inferior derecho: Lith. de Langlume.

Descripción tomada de CER.ES (Red Digital de Colecciones de Museos de España)
Ministerio de Cultura

    Esta estampa pertenece al conjunto o serie que bajo el título de Collection de costumes des diverses provinces de l'Espagne, fue publicada en 1825 y cuya autoría principal le corresponde al litógrafo y caricaturista francés  Edme Jean Pigal (1798-1872), compuesta de 100 planchas según las acuarelas de M.A. White, todas cuidadosamente puestas en color de la época.

14 septiembre 2011

Feria Real de Castro del Río durante la segunda década del siglo XX.

Dibujo de Navajas del Río

    El año pasado, en vísperas de la Feria Real de Castro del Río (16, 17 y 18 de septiembre), elaboré una entrada en la que la exhaustividad informativa desplegada por un antiguo corresponsal local de la prensa provincial, me resulto de gran provecho para presentar cómo se divertían castreños y castreñas durante su feria en aquella primera década del siglo XX. El mérito es única y exclusivamente  del prolífico, activo e ingenioso, reiteradas veces mencionado y utilizado, José María Jiménez Carrillo.
    Para este nueva edición del ciclo festivo y vital, me había planteado realizar una entrada similar, pero tomando como referente la segunda década (1910-1920). La baja en la corresponsalía del joven José María Jiménez Carrillo, que tuvo que dejar su pueblo por motivos laborales (ganó unas oposiciones a Secretario Judicial), la percibiremos ostensiblemente. Ni Juan R. Cubero, que le sustituye en el Defensor, ni el inestable (aparece y desaparece) Antonio Pérez López Toribio para el Diario de Córdoba, llegan entre ambos, ni a volcar la décima parte de lo que nos transmitiera aquel. Por poner sólo un ejemplo, las temporadas teatrales, de las que nos tenia José María informados al dedillo, éstos las ignoran por completo. Poco o nada sabemos sobre aquellas últimas temporadas del Teatro el Dante o primeras del Cervantes.
    Aunque la información es exigua comparativamente, ya que me he tomado la molestia de buscarla y localizarla, intentaremos volcarla, estructurarla y estrujarla en la medida de lo posible.
    Las primeras noticias que tenemos son del año 1912 y hacen referencia a las tres corridas de novillos lidiadas por el diestro madrileño Frutitos durante la feria de ese año en el patio de armas del Castillo, habilitado una vez más como coso taurino (ver festejos taurinos).



    Da la impresión de que la feria pasa por cierto letargo o decaimiento, especialmente la de ganado, de ahí, que el propio Ayuntamiento opte por publicitarla en la prensa provincial con el propósito de reactivarla:



UBICACIÓN

    Se produce algún cambio con respecto a la década anterior. La feria de ganado mantiene su tradicional emplazamiento en la ribera del rio Guadajoz, por la disponibilidad de pastos y abrevaderos. El hermoso y arbolado paseo de la calle los Molinos y la Dehesilla de los Tejares, al otro lado del puente, se convierten a partir de 1913 en lugar idóneo para la instalación de tiendas de bebidas y cafés portátiles con los que amenizar, aderezar y cerrar las transacciones de ganado, que se caracterizaban por un especial derroche de bebida y comida (origen de la actual feria de día), así como para la instalación de casetas de baile y buñolerías con las que ambientar la fiesta durante la noche.

Dibujo de Navajas del Río

     En el año de 1918, a raíz de celebrarse la feria, por primera vez, en honor de Nuestra Señora de la Salud (Patrona de la villa), se intenta recuperar su original localización en la calles Pozo y Virgen de la Salud, aunque no termina de prosperar la propuesta del concejal y corresponsal  del Diario de Córdoba, Antonio Pérez López Toribio.



      La feria ubicada en las proximidades del rio, tenía el serio inconveniente y contratiempo de la lluvia o tormentas de verano, como la descargada el año de 1913:
     ”Desde la víspera hasta el segundo día, no descanso un momento la pertinaz lluvia, que aunque ha favorecido algunas labores del campo, ha deslucido mucho los festejos que estaban anunciados.
    Ya el tercero, y después de mandar limpiar nuestro señor alcalde, calles adyacentes y paseos de la feria, empezó a afluir público que aumento bastante durante la noche".

BAILES DE SOCIEDAD

   Se mantiene el binomio de bailes aristocráticos y populares de la década anterior.
   La tradicional jota castreña se siguió bailando en la caseta del Círculo de Recreo de Artesanos hasta 1914. Su modesta economía sólo le permite, a lo sumo, ofrecer bailes durante uno de los días de Feria. En 1915 se extinguiría definitivamente esta sociedad, cuyos orígenes se remontan al año 1876, y que fuera ya pionera en la década final del XIX, contribuyendo considerablemente al realce de la feria con la instalación de su popular caseta.
   Desaparecidas sociedades y círculos de recreo como el de la Amistad o la Unión, presentes con sus coquetos pabellones y aristocráticos bailes en el Real durante la primera década, será la patronal agraria, aglutinada en torno al Circulo de Agricultores o Labradores, la encargada de cubrir ese vacío. La sociedad Circulo Liceo nacida en 1910 no me consta que montará caseta durante la feria. La primera noticia sobre la instalación de la famosa tienda del Círculo de Labradores es durante la feria del año de 1913. Su alma mater y promotor principal, el ex alcalde Antonio Navajas Moreno “Barbitas de alambre”.
    Prácticamente se ignora todo lo relacionado con el baile de Artesanos y la única información que trasciende es la relacionada con las gentes de tiros largos:



    “En la Caseta de Artesanos sólo hoy ha habido baile, que resulto muy animado. Son la una de la madrugada. La feria está desierta. Todo en silencio. En la soledad de la noche y a lo lejos, llega a mis oídos el rumor de un pelotón “aristócrata”, sal femenina, que regresa del baile comentando sus peripecias…” (1913).
    “Los bailes de sociedad en la caseta de Agricultores, se han visto muy animados hasta altas horas de la noche, habiendo tenido la ocasión de apreciar caras de ángeles y preciosas toilettes” (1915).

Pelotón aristócrata del bello sexo



Del sexo fuerte


    En algún recorte de prensa de los que he manejado, se menciona la organización de bailes públicos. Imagino que estos tendrían lugar improvisadamente en torno a los conciertos o actuaciones de la Banda Municipal de Música en el Real en horario vespertino y nocturno.


REVOLTOSA Y REVOLTOSOS

    La Revoltosa de Ruperto Chapí, era una de las piezas que llevaba entre su repertorio la compañía de zarzuela y opereta dirigida por el señor Sandoval, contratada para actuar durante la Feria Real del año 1918 en el Teatro Cervantes de Verano: “Espectaculares llenos, en particular, durante los tres días grandes ”.



    Ese mismo año de 1918, cuando la cuestión social comenzaba a agitarse, revoltosos, de presumible filiación anarcosindicalista, aprovechándose de la nocturnidad  y de la desguarnecida guardería rural, aparecen como presuntos responsables del fuego devorador del que son afectados los almiares de paja de los cortijos de Huesa la Alta, la Aldea y Velasquitas. Don Antonio Navajas Moreno, presidente del Circulo de Agricultores, y labrador del primero de los mencionados, le tocaría durante esa feria poner de manifiesto, una vez más, su gallardía ("barbitas de alambre") al frente del dispositivo de extinción de incendios del que era máximo responsable.
    Justo inmediatamente después de la feria, los obreros agrícolas de Castro del Río se declaran en huelga, en demanda de mejoras salariales para las labores de invierno (se pide un jornal de 20 reales “a seco” o de 15 con comida).



DAÑOS COLATERALES

     Amigos de lo ajeno fueron quienes durante la feria de 1916 retiraron, sin ser advertidos, varias caballerías del cortijo del Cuadradillo.
     El espectacular vuelco protagonizado, esa misma feria, por el coche correo de Castro del Río a Baena, en el sitio de la Dehesilla, con el balance de dos heridos (un baenense y un menciano) y resultando ileso su conductor. Los heridos fueron atendidos por los doctores don Mariano Fuentes y don Pedro Fernández.



     Bastante caro le salió el hospedaje ofrecido por José López Millán a un forastero durante la feria de 1920. El huésped desapareció de improviso, llevándose dos trajes, un mantón de manila, unos zarcillos, un alfiler de oro, 20 pesetas y una browing.
    De daño gustoso, festivo y familiar podemos calificar el ocasionado durante la feria del año 1920 en la despensa de los familiares del recién investido canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, Andrés Caravaca Millán, arcipreste que era de la ciudad de Cabra. Quiso éste, antes de fijar su residencia definitiva en Córdoba, pasar unos plácidos días con sus hermanos y su tío Diego Millán Doncel (párroco de Santaella), venido ex profeso.