Estas ilustraciones, aunque puedan parecerlo, no son manga japonés, pertenecen a la primera etapa de un dibujante nativo de la villa del Guadajoz, pionero de la tira cómica en la prensa cordobesa.
Hace ya bastantes años, cuando empecé a sumergirme en las colecciones de prensa histórica cordobesa ubicadas en su biblioteca municipal, entre las páginas del diario gráfico “La Voz” descubrí la obra de este caricaturista cuya firma “José Navajas del Río” me apuntaba a un probable origen castreño. Cotejando con otras fuentes, pude comprobar que, efectivamente, este joven dibujante había nacido en Castro del Río el año de 1912.
Era hijo del labrador José Navajas Millán, que durante la primera década del siglo había participado de la política local en las filas del partido conservador. En 1904 fue primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento presidido por su primo José Navajas Moreno. Hermano del anterior, el también Alcalde y futuro diputado agrario en las cortes republicanas, Antonio Navajas Moreno “barbitas de alambre”, figura destacada del conservadurismo local y hombre de peso de la patronal agraria de la provincia de Córdoba durante el primer tercio del siglo XX.
Su madre, Petra del Río Cubero, entronca directamente con un apellido de larga tradición liberal, democrática y republicana. Hija de Federico del Río Luque, que junto a sus hermanos Gabriel y Tomás formaron parte de la minoría republicana del Ayuntamiento durante las décadas finales del XIX.
¿Cuándo se despierta su afición artística? En la escuela de Castro del Río. Era yo muy pequeño, y mostraba ya una gran inclinación por el dibujo, pintaba en papelotes, en los capítulos de los libros, en las paredes incluso, y aunque con visibles deficiencias, ponía bastante simetría en los trazos, mas que ninguno de mis compañeros de colegio (De una entrevista publicada años después en le prensa).
El matrimonio Navajas del Río tenia su domicilio en la Plaza de la Iglesia 17 y llegaron a reunir hasta un total de diez hijos. El año de 1927 la familia decide fijar su residencia a Córdoba. Posiblemente este traslado obedezca al loable propósito de facilitarle el acceso a la educación a su numerosa prole. Aunque, un hecho del capitulo de sucesos, pudiera guardar alguna relación con dicha decisión. Se trata del “robo sacrílego” perpetrado contra el ajuar de la Virgen de la Salud, en el que aparece implicado uno de sus hijos. Cierto sentimiento de vergüenza y culpa pudo haber precipitado su marcha.
Ya instalado en Córdoba, las primeras noticias que tenemos sobre la faceta artística de José Navajas del Río se remontan a agosto de 1929. Entre los donativos efectuados pro verbena del Cristo de los Faroles figuran dos losetas pintadas por él. Es posible que ingresara en la Escuela de Artes y Oficios donde perfeccionaría esa vocación temprana.
Es en 1931 cuando aparecen publicadas sus primeras tiras cómicas en Patria Chica: revista gráfica, eutrapélica y apabullante. Las firma como “Monos de José Navajas del Río”.
Un par de meses después de proclamarse la república, Prensa Republicana de Córdoba S.A. se hace con el grueso del accionariado del periódico La Voz, entrando a formar parte como dibujante de su plantilla. Su trabajo no se limita a la tira cómica o caricatura diaria, elabora las cabeceras de las diferentes secciones del periódico, ilustra colaboraciones literarias y se ofrecen sus servicios a los anunciantes para reclamos publicitarios. Su firma “N. del Río”, que no tardaría mucho en transformarse en NARRIO.
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