Tras su servicio militar se presenta en público con la que sería su primera exposición individual, la celebrada en los salones del Círculo Mercantil de Córdoba durante el mes de marzo de 1933. Entre los trabajos expuestos por “este joven y excelente dibujante” destacan sus caricaturas objetivas, geométricas, apuntes taurinos a pluma, acuarelas y otras. En uno de los ángulos de la sala se muestra el busto del autor, hecho por la mano maestra de un compañero, Francisco Adamúz.
“Amigo Narrio, tu arte ha pasado por los temporales bruscos de todo aquel que se forma en la calle. Yo, mejor que muchos, puedo apreciar cuanto valen en esfuerzo tus dibujos satíricos. Yo he visto tu lápiz con verticidad heroica moverse en el papel para trazar el estruendo de carcajadas crepitantes cabalgando sobre narices dromedarias y belfos acaballados, de donde pendía el infatigable cascabel de tu risa juvenil y que forma el manantial de tu arte, contra el vendaval que siempre sopla sobre los afanes de liberación.
Pero tú cabalgas, que es lo que importa. Yo te contemplo y veo en ti cualidades triunfadoras. En esos trazos burlones que ahora tapizan las paredes del Mercantil, fruto de tu genio, he columbrado yo algo excepcional que no se amolda ni resigna a quedar estancado en la esfera de lo mediocre. Hay inspiración abundosa, hay alma, caudal de tu idiosincrasia. En la semblanza de aquellas figuras significativas, donde tu lápiz puso una flor junto a sus deformidades, hay un torrente de gracia, de risa jovial y sincera, que te segura el porvenir, llevándote en volandas a las regiones del arte.
¡Adelante, querido Narrio¡ Te aseguro que tu lápiz que de todo se ríe y todo lo ridiculiza, no te hará hacer el ridículo, porque en ti hay vena, genialidad, dinamismo y entereza.
Manuel Gallardo
La aceptación de público y crítica le vale para ser pensionado por la Diputación Provincial y proseguir en el perfeccionamiento de su arte en la Escuela de Artes y Oficios.
Por su destreza, ya demostrada en la caricatura geométrica de personalidades, realiza para la casa Borda 10 postales, en cinco colores, de caricaturas de políticos republicanos (Azaña, Lerroux, Fernando de los Ríos, Marcelino Domingo, Besteiro, Maura, Prieto, Maciá, Albornoz y Osorio y Gallardo), impresas en la acreditada casa litográfica Anel de Granada.
Son asiduas también por esta época sus colaboraciones en "Córdoba: revista ilustrada":
En enero de 1934, de un grupo de noveles artistas pensionados en escultura y dibujo por la Diputación, partirá la idea de exponer colectivamente sus trabajos. A Navajas del Rió lo secundan, el también dibujante y caricaturista Juan Aguayo, el escultor Francisco Adamuz y el pintor Blas Moyano.
La prensa se hace eco de la valiente iniciativa de estos prometedores artistas cordobeses:
“Un grupo de jóvenes, que en cordial abrazo y reciproco entusiasmo, se unen para aportar cada uno su grano de arena, resumen de su inspiración, de sus esfuerzos, y ofrecer ante nosotros algo de un alto y futuro reconocimiento”.
“Lucha pues de corazones juveniles, lucha de risueñas fantasías doveladas por la rima emotiva y sentimental de un triunfo forjado en aras de la belleza y de la evocación artística”.
Se les dedican entrevistas personalizadas. La realizada a Navajas del Río nos sirve para conocer sobre sus inquietudes artísticas. Aunque se queja, del escaso ambiente que el arte posee en Córdoba, se muestra optimista con sus proyectos e ideas para el futuro. Trabaja en su domicilio en un modesto y acogedor “estudio de luchas recónditas”. Sobre sus maestros, de los actuales destaca a Máximo Ramos y Ricardo Marín para los apuntes taurinos, a Moreno Carbonero en el estilo clásico, y Pablo Picasso en el moderno.
De entre la historia del arte a Tizziano, Zurbarán y Goya. Sus cuadros preferidos “Las Meninas” de Velázquez y “Las Viejas” de Francisco de Goya.
De su propia obra, subraya dos cuadros sociales titulados “El Desahucio” y “Hambre y frío”. Y otra por la que siente especial predilección “Resplandor”, pintada valiéndose exclusivamente de los dedos.
Refiere también a algunos familiares suyos relacionados con el mundo del arte. Su hermano Diego, inspector veterinario de Espejo, aficionado a la escultura; su prima Lola pintora de efectos; Pedro del Río como copista; y en Madrid, Juan del Río, coleccionista de arte, que posee un museo particular con cuadros de Perrault y Vicente López (coetáneo de Goya).
Las prometidas ayudas de Diputación y Ayuntamiento no llegaron nunca, y la proyectada exposición quedó relegada en el olvido. Se tuvieron que conformar con un hueco en la colectiva de Bellas Artes, que con motivo de la Feria de la Salud, se celebraba anualmente organizada por el Ayuntamiento.
No conocemos el grueso de su obra durante este periodo, sólo alguna muestra aislada. Parece coquetear con las vanguardias y experimenta junto a Juan Aguayo con un tipo de caricatura denominada geométrica-sintética, en la que simplificando las formas con el menor número de elementos posibles logran plasmar la personalidad de sus destinatarios.
Navajas del Río ( Aguayo)
Valle Inclán (Aguayo)
En septiembre de 1934 victima de una rápida dolencia fallece su madre, Doña Petra del Río Cubero. El funeral por su eterno descanso fue celebrado en la iglesia de la Compañía presidido por el canónigo de la S.I.C. el castreño Francisco Manuel Navajas Camargo, con la asistencia de familiares y amigos de Castro del Río: Francisco Algaba Luque, José Navajas Aranda y Juan Rafael Cubero Camacho, primo de la finada.
Sobre su posterior evolución, parece optar definitivamente por el dibujo (esa expresión plástica exenta de la seriedad austera y profunda de la que pudieros denominar como “pintura de museo”, que mediante reproducción mecánica va a parar a la efímera hoja volandera de un periódico).
En mayo de 1935 participa en la Exposición de Bellas Artes con una serie de apuntes al pastel que denomina “Estampas Cordobesas”. Vuelve al clasicismo y mediante una técnica de apuntes rápidos se detiene en lugares emblemáticos de la ciudad como la Plaza del Potro, calles, rincones, mansiones señoriales, casas de vecinos en las que la chiquillería andrajosa se diseminan bullangueramente por sus amplios patios…
Ilustra con su lápiz las páginas dedicadas por el diario la Voz a la Feria de la Salud de aquel año.
Crea un personaje al que bautiza como Refaé, que encarna el cordobesismo mas castizo, en la línea de aquel otro Oselito, sevillano, trianero y bético creado por el dibujante Martínez de León.
Sus tiras cómicas vuelven a sucederse durante varios meses en el diario la Voz.
Su estilo ha evolucionado bastante, sus figuras se estilizan, predominan pequeños trazos sueltos, borrones casi impresionistas, con los que consigue conformar su dibujo.
A partir de aquí dejamos de tener noticia sobre él. Posiblemente ante su nueva situación civil, desistiera definitivamente de la pluma y el pincel como herramientas de trabajo, sustituyéndolas por un convencional empleo remunerado.
Ya en la posguerra volvemos a saber de él como autor durante varios años del cartel anunciador de la popular romería dedicada a la Virgen de la Sierra en Cabra.
Les he mostrado su obra efímera, la reproducida en su día en prensa diaria y revistas. El resto, que presupongo de mayor calidad (sus apuntes taurinos, esas estampas cordobesas, oleos, acuarelas y aguadas) deben de conservarse en manos de sus descendientes. Considero justo un pequeño esfuerzo para intentar localizarla, por lo que agradecería cuanta información pudieran suministrarme castreños y carteyanos conducente a tal fin.
He localizado una serie de postales con caricaturas geométricas de personajes políticos de los años 30. En las postales, al dorso, se lee "reproducción Borda - Lit. ANEL .- Granada". No están en mi poder, sino en manos de un coleccionista que quizá podría facilitarle copias. Saludos. Pablo Labarga. localspain@localspain.es
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