Después de cortarse la coleta de manos de su propio
padre, como nos informaba un sobrino-nieto en los comentarios de la entrada anterior,
Manuel García "Esparterito" no terminaría de desligarse definitivamente del mundo taurino.
Al calor que
le presta una recién constituida Peña-Escuela Taurina de Baena fija su residencia en
aquella localidad, donde compaginará sus lecciones y dedicación para con la
nueva entidad social con un negocio de hostelería : “Casa Esparterito”.
Para la Virgen del Carmen del año 1932 dirigiría una
de sus primeras lecciones prácticas, con un joven de la localidad Francisco
Jiménez “Capachero” apostando ya por la torería:
Esta fórmula de las escuelas taurinas, muy al uso en
otras localidades cordobesas como Bujalance o Montilla, no dejaba de ser un
medio semitramposo para poder organizar festejos en los pueblos eludiendo al
siempre tan necesitado fisco.
Su
actividad en Baena debió de servir de revulsivo para que se despertara la
afición por los toros en este pueblo, donde no me consta que estuviese demasiado
arraigada, y para la Gran Feria de Ganados a celebrar entre los días 5 y 8 del
mes de octubre, de ese mismo año, se programan tres festejos en los que se anuncia
a Esparterito como director de lidia y que presumiblemente actuara también como
empresario y organizador.
La presunción apuntada la sostengo en base a sus
buenas relaciones con ese mundillo taurino cordobés, centralizado en la capital,
donde se había desarrollado toda su carrera.
La Plaza de
Toros de Baena, que imagino de estructura perecedera (vigas y maderas) debió construirse
a raíz de la puesta en marcha de la escuela. Estaba situada donde la Cruz del Segador (actual silo-almacén
municipal).
Para el primer día de feria (5) se anuncia un mano a
mano entre “los valientes y ovacionados diestros de gran cartel”, Miguel
Morilla "Atarfeño" (ya conocido y admirado de este público) y Antonio Peregrín
(nuevo en esta plaza).
Miguel Morilla "Atarfeño" (1909-1934) |
Para el
día 6 un espectáculo cómico-taurino con dos reses para Tomasín, Caballero
Piripi y su Botones, y una para la notable agrupación taurina musical cordobesa
“La Mezquita”, compuesta por 22 profesores solistas “los cuales ejecutaran un
magno concierto que hará las delicias del público”.
Cerrando ciclo festivo para el día 7 una nueva lección taurina detrás de la que se
esconde un espectáculo mixto: un novillo para los graciosos Charlot, Ramper y su Botones (los mismos del día anterior con otro traje), otro para el
caballista Martín Flores y un tercero para el prometedor novillero José Medina “Pepete”.
Como número final y quizá más atractivo para los concurrentes, el sorteo de un
suculento perol preparado por el que fuera valiente novillero y director de
lidia Manuel García (Esparterito): “El que tenga la suerte de que le toque le
va a importar bien poco que la carne de ave se venda cara o barata durante los
días de feria”.
Ésta es de cordero pero aún le falta un hervor (pa mojar sopas) |
No estoy del todo seguro de que ese
proyectado ciclo de toreo serio, cómico, gastronómico y musical llegara a
celebrarse. Ni en la prensa provincial ni en la nacional he conseguido
localizar la confirmación (no me vaya a pasar como con la boda de Adela – véase comentario 6). Igual ocurre con la escuela taurina, de la que no volvemos a
tener noticias. No me consta tampoco la celebración de nuevos festejos en Baena
durante el periodo republicano.
A partir de entonces, según testimonios
orales recabados entre sus familiares de Castro del Río a los que agradezco
públicamente su predisposición a colaborar,
la vida de Manuel García Villatoro tomará nuevos derroteros.
Permítanme que cerremos de momento este mi
particular ciclo taurino por el devenir histórico de este torero de la tierra.
Conviene cambiar de tercio. Eso sí, queda abierto un nuevo periodo de
investigación para poder seguir desentrañando otros episodios relacionados con
él.
Esas fotografías de Esparterito, custodiadas por sus
familiares de Castro del Río, otras que pudieran surgir contactando con su hija
Adela residente en Barcelona y artísticos carteles taurinos de época, cuya
consecución creo viable, dan juego para una reedición ampliada de estas
entradas que le he venido dedicando.
Con los testimonios orales se abrirían
nuevas vías de investigación que tal vez nos ofrezcan nuevas sorpresas sobre su
trayectoria vital y profesional. Si así fuera, contemplo dos vías divulgativas:
Posible 1-
Un artículo extenso ilustrado en el tradicional
Libro de Feria editado por el Ayuntamiento, flanqueado por una pequeña
exposición retrospectiva con los materiales (fotografías, carteles, recortes de
prensa etc.) que pudieran obtenerse, enmarcada dentro de la programación de actividades de la Feria Real. De esta
manera daríamos la oportunidad de su conocimiento a aquellas personas poco o
nada familiarizadas con las nuevas tecnologías.
Posible 2-
Un
segundo más ambicioso y laborioso: una biografía ilustrada sin ánimo de lucro.
Creo que da juego para ello. Me explico: mi idea pasa por una edición costeada y subvencionada
mancomunadamente, en su totalidad o en parte, por instituciones, empresas,
colectivos y asociaciones de Castro del Río. De esta manera ofreceríamos a Esparterito
la ansiada oportunidad de presentarse por primera vez ante sus paisanos dentro
de una especie de Festival Benéfico. El fruto obtenido de la comercialización
de esta publicación bien pudiera destinarse a socorrer a tantas familias que en
la actual coyuntura de crisis tienen serias dificultades para cubrir las elementales
necesidades de la vida. Dándole difusión entre los aficionados a la tauromaquia
y con la presumible implicación de muchos naturales de Castro del Río, que
querrán disponer de ese libro para que ocupe un hueco permanente en las
estanterías de sus bibliotecas, se podría obtener una bonita cifra de euros con
destino a esas ONG más implicadas en socorrer esas cada día más numerosas
situaciones de precariedad (Caritas, Cruz Roja, comedores sociales, bancos de
alimentos etc.).
Esta segunda vía requiere un tanteo previo
(ahí queda), así como del estudio, presupuesto, coordinación y confirmación por
parte de los potenciales colaboradores, que de alguna manera me sirviera de estimulo
para colocar el toro y meterme en faena.
Como por mi condición de empleado público,
las recientes políticas de ajustes y recortes afectan seriamente a mi economía
(una buena corná en las pagas extras por parte de novillos-toros de las
acreditadas ganaderías de Don Mariano Manotijeras y del Señor Marqués de
Griñán-Hermanos CB.), me tendré que privar de mi tradicional y necesaria escapadilla
de verano, a sustituir por vacaciones en casa, creo que voy a
disponer de tiempo suficiente para poner en práctica mi particular afición a la tauromaquia al lado de Esparterito y de camino
amortizar el recorte (a algunos/as de los que mandan los mandaba yo de recortaores de toros a los
festejos populares o a desvaretar olivos en el mes de agosto).
Disculpen este pequeño
pataleo irónico guasón sociolaboral del final (es un día indicado para ello y
no disponemos de otras armas). Quedamos emplazados hasta la próxima, si algunas
de mis propuestas fuera tenida en consideración. ¡Suerte y al toro!
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