Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

01 junio 2011

Impresiones de un aspirante a guardameta desde un asiento de peseta.


   La elaboración de entradas de carácter histórico, requiere de un meticuloso y laborioso proceso previo de documentación (horas: muchas, muchísimas…). Aunque, sigo teniendo perfilados y en mente otros temas que desarrollar, de momento, entre el letargo casi veraniego, los partidos de tenis de Roland Garros y ciertos contratiempos informáticos, casi no toco tecla a mi nivel habitual.
   Los últimos, derivan de una licencia caducada de antivirus no renovada a tiempo. La promiscuidad a la que se ve sometido el PC de mi dependencia de trabajo, al que todos/as acuden apresuradamente a meter su lápiz con el exigente propósito de una rápida y eficaz impresión por parte de la Ricoh a la que se haya conectado, ha provocado una epidemia en regla de enfermedades venéreas que se suponían extinguidas (ñores/ñoras no se puede meter en pendrive en cualquier sitio sin la protección adecuada). Alertados los servicios sanitarios, se ha procedido a la oportuna desinfección, aunque en numerosos casos, el virus se ha trasladado a ordenadores caseros mal protegidos. Es mi caso.
   De ahí, que haya tenido que dedicarle alguna que otra tarde a tratamientos sanitarios domiciliarios. Como prácticamente carecía ya de espacio en su disco duro, he tenido que adquirir otro (portátil), que también exige tiempo y cuidados para la instalación de  nuevos programas y terminar de configurar los existentes. Para colmo, trae una nueva versión de Windows con la que tengo que familiarizarme.
   Así que de momento, para mantener el blog vivo, seguiré echando mano a las socorridas humoradas y futbolerías del Reporter X, y su inestimable y dadivoso amigo, don Blas Cabello Chocero “el mago de la pelota”.
   En esta ocasión, aunque le suponemos presente como acompañante del cronista, don Blas queda relegado a un discreto segundo plano. Se trata de dos crónicas, casi taurinas, que “el mago del periodismo” elabora como si de nuevas experiencias se tratara, después de aquella su primera toma de contacto con el deporte de la pelota, ya reflejada en entradas anteriores.

Impresiones desde un asiento de tres reales.

 


     Mi acompañante- yo siempre voy al Stadium acompañado- me dice, con gran alegría:
   - Fíjate, esta nublado, como en Londres. Así da gusto presenciar un partido de fútbol. En su salsa. Los toros con sol; la pelota con nubes pardas y sucias… ¡Viva el deporte!
   Mi amigo está, desde luego, un poquito tocado de la cabeza. No se explica de otra manera esto.
   Pero dejemos el prólogo a un lado. Vamos a presenciar el segundo partido de pelota, como aprendizaje, para ocupar en su día el puesto de “Guardameta” en cualquier equipo local.
   En la puerta del Stadium veo que guarda fila para sacar entrada el diestro cordobés Zurito, con toda su familia…
   - ¡Ah! ¿Tu también?
   - Si, hombre, pero no me pongas…Yo vengo al partido para aprender; además todos los buenos aficionados a los toros desfilan por este sitio. Hasta Guerrita quizá venga un día.
   - No me extraña nada…
   Tomamos asiento cuando Joaquinito P. Madrigal saca el pito - ¡ay que pitito! – para dar la orden de romper filas.
   Luchan el equipo “Iberia F.C” de Sevilla y los de casa. Los primeros de jersey negro y azul; los de acá blanco amerengado. ¡Un encanto de traje!
   Y… ¡Vamos al toro!
   Los de Sevilla parece que vienen despiertos, y dispuestos a todo. Pero seguimos con la fatalidad de los porteros. El del domingo anterior estaba “lelo”, y el de ayer casi, casi…Trianero era el pollo.
   Miraba al cielo, luego a un guardia que había cerca, y hacía el palco donde había unos paisanos, y mientras, los de casa, apretando que era un primor por los alrededores de la puerta. El señor Burgos – nombre del pollo en cuestión – salió en varias ocasiones fuera de la portería, y una de las veces que se salió más de la cuenta Barragán, el mago, que lo mismo mete un goal con la pierna que con un codo, que con la oreja, que con la cabeza, metió uno maravilloso, limpio, acabado, con el occipital, que le valió una ovación estruendosa, imponente, merecidísima…



   Poco tiempo después, le dio un cate al balón con el pecho, hizo una coquetería balompédica, miró a una negra que había en primera fila de butacas, hizo un mohín al portero, y ¡zas! otro “goal”.
   Horrillo aprovechó una “melée” y, en un momento que el portero de Triana estaba fuera de la puerta, metió el tercero nuestro.
   Los sevillanos también metieron uno. Tuvo la culpa Tejado, que tiene poca fuerza en los pies. Tiene que hacer ejercicios gimnásticos, flexiones, para desarrollar las canillas…Este Tejado tiene jaramagos. Salió, fue a dar un puntapié a la pelota y marró, y Borrego del equipo “Iberia”, que estaba avisado, coló el balón en la puerta nuestra.
   Aparte de esto no hubo nada saliente. Unas gotas que cayeron y el público de “a tres reales” que se metió en el de “a dos pesetas”. Mejor, porque nos quedamos más claros…
   Hacemos punto final, dándoles un palito a los chicos del “Sporting”. Hay que traer más enemigo, de mayor calidad. Con los de ayer no se lucha. Son poquita cosa. Y ustedes que lo sabían no trabajaron nada, ni hicieron nada, nada más que aburrirnos.
  Y en resumen. Nuestro equipo, generoso, hizo un obsequio a los derrotados, variándoles el jersey negro para ponerlos “verdes”.
                                                                                                               REPORTER X




 
Impresiones desde un asiento de peseta.





   Hoy tomamos nota desde un asiento de peseta. Ha subido la localidad democrática un realito. Según dicen, para “beneficencia”. Si es así, pase, aunque mejor sería que la empresa cediese un real o dos del precio corriente, y no cargárselo al público. Así es muy fácil ser filántropo y benéfico…
   Hay gran expectación para el partido. Contienden con los de casa el equipo “Nacional de Cádiz” campeón de su provincia.
   - Hoy hay “hule”- dicen “los intelectuales”. Verá usted Córdoba esta tarde…
   Cádiz es un equipo de gran fuerza, y trae al portero y al delantero centro del “Español”…Para colmo, los nuestros llevan el jersey “verde”. Es un aviso…
   Madrigal no actúa de árbitro, y es una lástima, porqué podía lucir su magnífico traje modelo turismo, once años de garantía. En su lugar figura de “referee” un señor bajito, con una camisa a rayas, que, según “los intelectuales” entiende mucho.
   El portero de Cádiz tiene más barba que un capuchino. ¡Y han bajado de precio las hojas de Gillette! Se alinean, suena el pito y a la carga.



   El partido empieza soso, hasta que Abad nos levanta del asiento y está a punto de meter el esférico en la portería del pollo de la barba crecida. Luego, bravo chus alto y la emoción que se masca… ¡Bien!
   Sigue el partido con interés y los de casa están trabajadores.
   En esto, un gaditano recibe un fuerte golpe y cae al suelo privado de conocimiento. Buscan un compañero, para que les sirva de colchón y se le hace la respiración artificial. El público guarda religioso silencio…Nosotros vemos ya al médico, al cura de San Nicolás, y a Moreno, el de la calle de Pompeyos, rondando el Stadium para quitarle la presa al Aguililla…
   Hay unos minutos angustiosos, hasta que el de Cádiz se levanta de golpe, sacudese las manos, mira al público sonriente y avanza. ¡Lo mismo que los picadores!
   Los de aquí y los de allí cometen faltas que el árbitro no señala. Nos enteramos que es porque el pito no funciona, no le sale el aire.
   Viene la media hora de tedio, de aburrimiento, de guasa de estos partidos. Es lo más feo que tiene el deporte. Los de Córdoba se ponen muy pesados, muy malos, y hasta Barragán se dedica a leer el anuncio de Ebanistería Cordobesa.
   ¡Ah! El portero de Cádiz se enfada con sus compañeros, y les dice cosas feas. ¡Estáis muertos! ¡Ya os arreglaré luego! Y otras que no se pueden transcribir.
   Muy nervioso se pasea por su jurisdicción quitando los chinos, y hasta trozos de adoquín que hay en el campo. Y las redes, de viejas, ya no sirven ni para cazar pajaritos…
   En el segundo tiempo hay que anotar una parada formidable y serena de Miguel. Este chico promete. Tiene mucha pasta, mucho hígado, que es lo necesario para ser portero. En una portería, verdad, no dejaría entrar ni al cobrador del inquilinato; para muy bien.
   El público se cansa, quiere que se haga un goal, sea el que fuere. Y Barragán nos complace porque de remate de pecho cuela uno, y la concurrencia le tributa una ovación.
   A pesar de esto no ha estado como otros días.
   El público increpa al arbitro porqué no está en su sitio; no va como debe detrás del balón. No hay quien lo menee de junto el anuncio de Jabón la Toja, y claro las faltas se suceden y el de la camisa a rayas no se entera.



   Le da el balón a uno del Córdoba, y el de la camisa cree que es penalty. ¡Se le fue otra vez el aire por el pito! Y se forma un escándalo mayúsculo. Los pobrecitos papás y las pobrecitas mamás, sin tener culpa, salen a relucir. Huele el campo a bofetadas y estacazos…
   Los de “sol” le dicen al arbitro que es más malo que la carne de pescuezo. Y los jóvenes que hay próximos a nosotros, pretenden saltar al campo y acabar con aquel. ¡No tanto, señores! Ya tiene el lo suyo por dentro.
   Termina este incidente el equipo de Cádiz, que nobilísimo y caballeroso no tira el discutido penalty.
   Al terminar el partido, el de la camisa a rayas se va más que deprisa, sin quitarle la vista a un guardia de seguridad que hay próximo.
   De público, regular. En preferencia, escaso; en general, casi lleno. Muchos nenes, una barbaridad de nenes, todos los nenes que no han tenido las cuarenta y seis pesetas para ir al partido de Madrid. Cuarenta y cinco del billete de ferrocarril y la peseta para los dos bocadillos en un bar de la Puerta del Sol.

                                                                                                       REPORTER X


    En ambas impresiones aparecen relacionados algunos nombres de peso en el fútbol cordobés de la época. Es el caso del capitán-jugador estrella y entrenador, Francisco Martín Barragán, ex bético y ex sevillista, que los años finales de su carrera como “profesional” los pasaría en Córdoba, primeramente en el Real Sporting, del que salió por la puerta falsa (debilidad por la nocturnidad), para terminar encuadrándose en las filas del su máximo rival a nivel local, el Electromecánica F.C, con el que colgaría las botas definitivamente.
  En la década de los treinta, hallándose casi en la indigencia, el fútbol cordobés llegaría a tributarle un homenaje para aliviar la penosa situación por la que atravesaba.

 
   También es mencionado Joaquín Pérez Madrigal en su faceta de árbitro. Antes había sido jugador de campo y guardameta de aquel Sporting aficionado, que se iniciara en la práctica del foot-ball en los improvisados terrenos de la Victoria o en los patios del cuartel del Regimiento de Infantería de la Reina allá por 1921. 
  Quiero recordar (no me hagan demasiado caso) haber leído que trabajaba en Córdoba como empleado de banca, labor que compaginaba con incursiones periodísticas en la prensa local. En la década de los treinta, llagaría a alcanzar cierta fama y celebridad por su participación en política, como incisivo diputado (jabalí) por el partido republicano radical socialista en las primeras cortes republicanas. Tras la derrota de la izquierda en las elecciones de 1933, se fue desprendiendo progresivamente de su radicalidad. Ya durante la guerra civil se convertiría en un eficaz agente de la propaganda del régimen franquista.
   En un libro de memorias publicado en 1943 ( "Memorias de un converso: Vida, rango y escuela de un español del 31") cita su paso por Córdoba y su relación con al Real Córdoba Sporting Club.

28 mayo 2011

Locos por el fútbol: "El mago cordobés de la pelota "



  Para quienes puedan mostrarse interesados en las humoradas satíricas de don Blas Cabello y Chocero (por los apellidos me suena a que pudiera ser natural de Bujalance)  y su íntimo el Reporter X, que en esta ocasión coinciden como compañeros de redacción en el diario LA VOZ de Córdoba, incluyo una entrevista que el segundo le realiza al primero (personaje célebre en la Córdoba de aquellos años), fechada en noviembre de 1923, cuando aún el conflicto marroquí estaba sin resolver.

  Como consecuencia de la emergente afición al foot-ball, coincidiendo con el inicio de la temporada 1923/24, nace en Córdoba el Semanario Córdoba Deportiva, de cuyas páginas ya me he servido para escudriñar los orígenes del fútbol en Castro del Río y Porcuna. Al frente de la nueva publicación, un tal Escobita, que se había curtido y rodado en esta nueva faceta del periodismo deportivo en la redacción de La Voz. Su hueco, en funciones de redactor deportivo, lo ocuparía, nada más y nada menos, que don Blas Cabello, mas conocido por el sobrenombre de “El mago de la pelota” (Veremos más adelante el porqué).



   Firmaba sus crónicas como Blas (a secas), y por la especial atención que, durante los escasos tres meses que ejerció de periodista, le dedicó al fútbol modesto cordobés, se ganó la simpatía de amplios sectores de la sociedad cordobesa, con la que pudo convertirse en un batallador “concejal de cuarto de hora”.




Blas Cabello que lo mismo extirpa un callo
que hace un penalty.

Hablando con "el mago de la pelota"

-         ¿Pero que estás leyendo con tanta atención, amigo Blas?
-         Calla hombre, lo más grande “El Balón Oxigenado”. Fíjate lo que dice: “Los del El Viso Sporting Club hicieron todo lo que les dio la gana, venciendo al Alcaracejos K.K. por quince goals a cero. El Alcaracejos ante la calidad del enemigo huía a la desbandada.
-         ¿Pero eso es en Marruecos?
-         ¡Qué te calles! “Pérez carga violentamente contra Régulez, quedando este jugador en el suelo sin sentido. De la enfermería dicen que tiene los intestinos fuera”.
-         ¡Que bárbaro!
-        ¿Quién?

-        El autor de la carga.
-        No digas tonterías. Este juego es el más culto y europeo de todos. Además, tú, como todos los compañeros, te dedicas a tomarme el pelo porque sabes que en el periódico el que corta el bacalao soy yo… ¿Quién tiene más lectores de todos? ¿Quién? ¡Dilo enseguida!...
-        Tu, hombre; tu… ¡No faltaba más!
-        Como que los lunes cuando sale LA VOZ  hay más de diez mil chiquillos esperando leer mis brillantísimas crónicas.
-        ¿Eres buen redactor deportivo Blas?
-        El mejor del mundo. ¡No tengo competidor!
-        Entonces como el purgante Besoy… ¿Qué dinero tienes en el bolsillo?
-        Lo de siempre; treinta o treinta y cinco duros en la cartera y mira, veintitantas pesetas sueltas…
-        Pues convida a toda la redacción.



          Nuestro compañero Blas toca el timbre y llama al botones. No necesitamos presentar público al redactor deportivo de LA VOZ. Se presenta él sólo, y además es más popular que el caimán de la Fuensanta. ¿Quién no ha visto en los balconcillos de la barbería de Domingo Fernández, un hombre enjuto, ni alto ni bajo, afeitado, relamido, con una tirilla de pajaritas que se la colocó el día de su boda y aún le dura? Ese, ese mismo es Blas Cabello, profesional del callo, malabarista, ex vendedor de décimos de lotería, ex aventurero y ex vendedor de cocos.

                    Blas – y volviendo a la charla- extrae del bolsillo un duro y dice olímpicamente.
                   - Niño, ponte a las órdenes de la concurrencia.
           Rafael Manzini pide café con copa y puro; Julifer, un café y dos puros, porque no bebe; “Don Paco” gran gastrónomo, una ración de riñones; Aquino, para trotar bien las calles, pide un par de medios; Miranda, bicarbonato; Juanito Aguilar, unos pastelitos de cabello de ángel, y el cronista no pide nada, porque lo prefiere en metálico.
      -        Eres un hombre desprendido. ¡Viva Blas!
      -        ¡Viva!
      -        Señores, muchas gracias por todo, pero este homenaje que me tributáis es inmerecido. Todo el dinero que tengo yo es vuestro…
     -        (Este tío me paga el alquiler de la casa, me dice Miranda por lo bajo).
     -        Y es vuestro porque el dinero no tiene valor…
     -        ¡Bien!
     -        No tiene valor alguno. Y si el placer de gastarlo, de disfrutarlo, de vivirlo.
     -        ¡Castelarino! ¡Viva el mago de la pelota!
     -        ¡Hurra!
   La redacción se revoluciona, y a costa de grandes esfuerzos impongo silencio para seguir preguntándole.
-        Vamos a ver, Blas ¿Cómo nació en ti la afición a este deporte?
-        Hijo, mi profesión. Soy callista, y siempre he estado cerca de los pies.
-        ¡Es posible!
-        Natural. Yo, desde que tenía quince años, me he dedicado al arte de arreglar los pies. Media vida que me he pasado en el suelo.
-        Como los betuneros. Y dime, inmenso Blas ¿Qué es eso que llevas en el lado izquierdo del chaleco?
-        ¡Ah! Una ampliación del delantero centro del Barcelona F.C. ¡Un coloso!
-        ¿Pero en serio, sientes estas cosas?
-        ¡Vamos hombre!, mira a mi me cuesta el deporte del foot-ball de veinte a veinticinco mil pesetas anuales.
-        ¿En serio?
-        La biblioteca que poseo a base de libros y folletos de este incomparable deporte, vale una millonada. Además, todos los nenes que forman sociedades de balompié, me eligen presidente de honor para costearle de todo. Y convido a café al que hable bien del juego de la pelota.
-        ¡Viva el foot-ball! ¡Mueran las corridas de toros! – grita Miranda con vistas al moka.
-        Nada, nada, lo dicho.
-        ¿Y eso que tienes en la cinta del sombrero, que es?
-        Un retrato en miniatura de Santizo.

-        ¿Quién es ese?
-        Otro fenómeno.
-        ¿Y lo del cinturón?
-        Una composición preciosa de Zamora, el portero.
-        Estás loco, Blas. Pero sigamos: ¿Qué se dice por ahí de “no se yo que pendiente” entre Escobita y tu?
-        Nada, que se han empeñado en que le pinche y lo van a conseguir. ¡Pero yo soy el más grande! ¡¡El más grande!! Ponlo con letras “así”.
-        ¡Basta, Blas! Dejemos el deporte a un lado, y vamos a otra cosa. ¿Es verdad que has sido prestidigitador?
-        Clarísimo. Con el nombre de Monsieur Saball. Por cierto que en el año 1908, en Linares, anuncié que iba a hipnotizar a un burro, en la plaza de toros. Ante miles de espectadores hice el experimento, y con disimulo le metí al semoviente en las narices un algodón impregnado de amoniaco; pero se me olvidó extraérselo y el burro la diñó en serio. ¡Bueno, el público me comía!
-        ¿Y que más has sido?
-        ¡Uf! Necesitaríamos dos periódicos para contar cosas. Hasta cura.
-        ¿Cura?
-        Si, hombre si, cura, en Méjico, cuando la Revolución. ¡Pocos muertos que he levantado yo!
-        Lo creo.
-        ¿Qué tiempo hace de eso?
-        Ya ves, nací en 1858.
-        ¿El 58? ¿Pero tu has visto edificarse la Malmuerta?
-        Tanto no, pero he asistido a la batalla de Guadalete.
-        ¿Y con esa edad quieres jugar todavía a la pelota?
-        Vaya. Mañana quizás juegue de portero contra el de Sevilla. Verás que agilidad... Pero vamos a dejar esto de lado. Préstame atención, que voy a continuar con la lectura del “Balón Oxigenado”. Íbamos por la enfermería.
-        Justamente.
-        Por la patada…Espérate…¡Ah! Ya está “Gracia le pasa el centro que tira un cañonazo…”
-        ¿Seguimos en Marruecos?
-        ¡Silencio! “Tira un cañonazo que el portero bloca”.
-        ¡Bravo!
-        ¡Silencio! “La línea de delanteros se le echa encima”.
-        ¡Pobrecitos!
-        “…y los esquiva valiente y con agilidad”.
-        ¡Bueno, señores! En vista de la guasa un servidor ahueca el ala para asistir a la reunión que el “Puerta del Puente F.C” celebra en la taberna de la fotografía.
Con que…
   El botones interrumpe:
-        Un hombre pretende ver a don Blas.
-        Que pase.
-        ¿Quién es don Blas Cabello?
-        Servidor.
-        De parte de mi señorito que vaya usted enseguida, porque el “juanete” se le ha hinchado y no puede meterse la bota.



                                                                                   EL REPORTER X



23 mayo 2011

Manifiesto democrático de la alpargata


   
   Concluido el proceso electoral no voy a entrar en análisis y valoraciones, pues de ello ya se vienen ocupando toda una legión de profesionales de la información, sesudos polemistas y tertulianos, que seguirán desfilando durante los próximos días por las diferentes cadenas de radio y televisión.
  Las especiales circunstancias revolucionarias (transformadoras) que han emergido coincidiendo con la última campaña, ya bautizadas a nivel internacional como Spanish Revolution, me han obligado a tomar parte activa (pringarme) desde mi humilde espacio, por conciencia, solidaridad, y con el anhelo de que el actual sistema pudiese cambiar, empujado por la indignación de importantes sectores de la sociedad. La incidencia que haya tenido ésta en las urnas (beneficiados/damnificados) sinceramente me importa un pepino. Lo primordial, lo deseable sería que su llama permaneciera encendida con inteligencia e independencia el mayor tiempo posible, de manera que los actuales o futuros depositarios de la “voluntad popular” se vean obligados a escuchar, analizar y asumir parte de sus justas reivindicaciones.

    Para retomar el tono habitual de mis entradas de blog, sin desvincularme bruscamente de cuestiones reivindicativas, hecho mano nuevamente de don Blas Cabello y Chocero, “El callista-guitarrista” ,aquel “concejal de cuarto de hora” durante la Dictadura de Primo de Rivera en Córdoba y gran aficionado al deporte de la pelota.
  No se trata de un personaje de ficción salido de la pluma de aquel Reponer X, existió realmente y su múltiple actividad también es verídica y contrastable. 



  Efectivamente las prodigiosas manos de este profesional del callo, eran ambivalentes para eliminar un juanete como para sacar notas musicales de las cuerdas de una guitarra. Me consta su participación como concertista en diferentes eventos celebrados en la capital cordobesa. Incluso, en 1929, llegaría a dar muestras de su erudición en el tema, al conferenciar en el prestigioso Ateneo de Madrid con un estudio comparativo de la guitarra según las regiones españolas.
   Se le atribuyen otras profesiones como malabarista, feriante y vendedor de décimos de lotería, de las que dispongo de alguna información que me reservo para otra entrada.
   Un nuevo recorte de prensa nos sirve para añadir a su ya dilatado curriculum vitae su antigua pertenencia al gremio de zapateros de Córdoba.
   Además de sus habilidades manuales, a este buen señor no le faltaba ingenio y sentido del humor. Como muestra, una carta publicada en el recién creado diario La Voz de Córdoba en mayo de 1920, cuando aún gozaba de buena salud el obrerismo cordobés en los postreros meses del famoso trienio bolchevista.
   Su condición de ex profesional del gremio de zapateros, le legitima para emitir su argumentada opinión sobre las causas de los males que aquejan a sus antiguos compañeros de oficio en aquel contexto.


A la clase media
en general y al obrero en
particular

   Señor Director de La Voz.
   Muy señor mío: Adjunto tengo el honor de remitir a usted el siguiente manifiesto en contestación al lanzado ayer por el gremio de zapateros a la opinión, y como ciudadano me creo en el deber por cuenta propia de exponer mi modesto parecer en aquello que creo que obro en defensa propia.
   Gracias anticipadas por su afectísimo s.s.q.e.s.m., Blas Cabello.
   Córdoba 18 de mayo de 1920.



   Ciudadanos: es preciso salir en defensa de nuestros intereses amenazados por los importadores de calzado hecho, que son los únicos enemigos del obrero zapatero.
   El manifiesto lanzado ayer a la opinión publica por dicho gremio de zapateros, no va contra los capitalistas, no; el manifiesto va dirigido indirectamente a la clase media y al obrero, que tiene que pagar 40 y 50 pesetas por un par de botas, y no es humano que una modista, una sastra y las obreras en general estén velando tres y cuatro horas diarias por espacio de mes y medio que duran las veladas, y que un total de 30 pesetas que reportan estas veladas, tengan que gastarlas en un calzado, robado a su salud y a su alimento, además de ser este calzado molesto, antihigiénico y ridículo con ese suplemento que llevan debajo del talón de ocho o diez centímetros, sabiéndose por ciencia que esos zapatos hacen a las mujeres enfermizas y tuberculosas.
   El uso de las alpargatas es el principio de la revolución económica que forzosamente tenia que operarse para dar al traste con esa importación de pieles carísimas que nos cuestan muchos millones, y cuando las clases capitalistas se den cuenta que no es una deshonra calzar con alpargatas, irán suprimiendo esas plumas y artículos de fantasía que para nada sirven; pero es un hecho que poco a poco se van llevando al extranjero nuestra riqueza nacional, o sea los productos de comer que nosotros mandamos a cambio de cuatro figurines y cuatro cintajos, que sólo le sirven al pobre para lucirlos por Carnaval, para demostrar el poco valor que esas cosas tienen cuando las abandonan los ricos por haber pasado de moda.
   Sería muy lamentable que lo mismo que hemos adoptado la alpargata, mañana adoptáramos el teatro por los toros, y claro está, que en este caso se quejarían las empresas, los ganaderos, los toreros por ir derechos a la ruina.
   Lo mismo les ha sucedido a las compañías de cómicos cuando nació el cine, que miles de artistas fueron a la ruina por causa de ese espectáculo inmoral y destructor del arte.
   ¿Sería justo si descubriésemos el secreto de nuestra salud, preferir las enfermedades por no lanzar a la ruina a la clase médica?
   Los únicos que van a la ruina son los vendedores de calzado, que traen millones y millones de calzado hecho, y que son los únicos enemigos del obrero zapatero, que siempre estará donde está o sea en la ruina y la miseria.
   Hace 25 años me lance a la ruina y a la miseria dejando el oficio de zapatero; y gracias a este sacrificio no he sucumbido en la miseria como muchos compañeros míos que los he visto morir tuberculosos por ser esta profesión una de las muchas que tienen que trabajar en portales y habitaciones sin sol ni aire, mientras que un albañil y el último obrero campesino, goza de estos alimentos que tan precisos y útiles le son a nuestra vida.
   El uso de la alpargata no es suicida, ni injusto, ni eficaz; el uso de la alpargata es higiénico, democrático y de resultados económicos y positivos, que dará al traste, como digo al principio, con la importación de artículos extranjeros de pura fantasía, que es la ruina de la patria.

Blas Cabello.
   No le doy la razón del todo a don Blas, pero ni mucho menos osaría contradecir a todo a un especialista en el mundo del pie y derivados.
   Como diría en sus Humoradas Don Ramón de Campoamor: 

"En este mundo traidor, 
nada es verdad ni mentira, 
todo es según el color 
del cristal con que se mira". 

   Logicamente hay cristales más opacos y más trasparentes. Yo apuesto por el trasparente, más fragil y que entraña mayores riesgos. Los asumo dignamente.

17 mayo 2011

Teatro en Porcuna durante las primeras décadas del siglo XX.



   Una vez más me sirvo de la Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa para adentrarme en esta faceta lúdica y cultural de la vida sus ciudadanos durante las primeras décadas del siglo XX.
   Entre 1906 y 1910 las compañías cómico-líricas o cómico-dramáticas que recalaban en Porcuna, utilizaban para sus representaciones los patios o salones del antiguo Convento de San Francisco, perteneciente a los Propios del Ayuntamiento desde el proceso desamortizador del siglo XIX.
   A partir de 1910 se habilita para uso teatral un solar propiedad de Luís López Garrido ubicado donde posteriormente se construiría el Teatro-Cine Carrera.

    A un nivel inferior en cuanto a calidad artística, aunque con diferente estímulo para sus asiduos concurrentes, estaría el Café Cantante instalado en el nº 12 de la calle de Alharilla, conocido por Posada del Jabonero. Los ciudadanos del género masculino que osaran cruzar el umbral de su puerta, podían escuchar y disfrutar de famosos cuplés, como El Morrongo o La Pulga, interpretados por atractivas tiples. Heredia Espinosa circunscribe su corta existencia a los años 1905 y 1906. Posiblemente este establecimiento, servido por camareras, sucumbiera ante las frecuentes desavenencias conyugales y las más que presumibles presiones del estamento eclesiástico encargado de velar por la buena salud de la moral pública.




   La ausencia de colecciones de prensa histórica jiennense digitalizada y de libre acceso a través de la red, limita, de momento, esta pequeña aproximación al estudio de este aspecto de la historia de la vida cultural y cotidiana de Porcuna, a las escasas referencias tomadas de la prensa nacional alojadas en las hemerotecas digitales.

   Una primera noticia se remonta a la temporada de verano del año 1910, en que la compañía de zarzuela y opereta dirigida por sus primeros actores Sres. Zambruno y Gutiérrez, estrenaron y representaron, “con éxito lisonjero”, en el nuevo Teatro de Verano la zarzuela “Amor ciego”.




El Eco Artístico  15 de agosto de 1910


 
   En la temporada siguiente, la de 1911, podemos constatar la presencia de la Compañía cómico-dramática Camarero-Robles.  Destaca su primera actriz, Aurelia Camarero, que tras varias temporadas al lado de José Vico, decide conformar compañía propia para lanzarse de gira por provincias. Su compañero de aventura el ya veterano actor José Robles.

La Corespondencia de España 3 de julio de 1911



   En el mes de julio de 1913, durante la festividad de Santiago, Santa Ana y la Niña, cuando se produce en el cortijo de San Pantaleón aquel luctuoso suceso en el que se vieron implicados los Hermanos Nereos, repetía plaza la compañía de zarzuela de Manuel Zambruno. La buena acogida tributada por el público durante aquellas fiestas, les permitiría abrir un nuevo abono por 15 funciones.
   Su elenco artístico estaba compuesto por las señoras Rey y Barrera, las señoritas Ruiz (A. y L) y Cabanes, y los Sres. Zambruno, Rodríguez, Córdoba, Escribano, Cabanes y Zambruno (hijo). Entre las zarzuelas y operetas que llevaban entre su repertorio: La Comisaria, Apaga y vámonos, El ratón, Molinos de viento, La banda de trompetas, Sangre moza, Musas latinas, El Nuevo Testamento, Los cadetes de la Reina,  o La canción del trabajo.
   El especial éxito alcanzado por esta última aparece reflejado en la crónica enviada desde Porcuna:

   “La canción del trabajo ha sido un verdadero acontecimiento artístico, siendo repetidos todos los números de la partitura, especialmente "la canción del pajarito", cantada admirablemente por la Sra. Rey, y los cuplés del tercer cuadro, por la señorita Somavilla y el Sr. Zambruno”.

   Aquellas exitosas actuaciones tuvieron forzosamente que traducirse en pingues beneficios para el empresario, que vuelve a contar con el Sr. Zambruno y Cia. para una nueva temporada de abono que se inicia durante la Feria Real.

La Correspondencia de España 8 de septiembre de 1913


   Esta compañía del Sr. Zambruno, acudiendo a las crónicas teatrales de los periódicos, podemos observar que durante varias temporadas consecutivas estuvo muy vinculada a las provincias andaluzas de Córdoba y Jaén, en las que se desarrollan primordialmente sus temporadas de verano. En concreto, aquella temporada de verano de 1913 que se inicia en Cabra, continuando por Porcuna, Bujalance, Lopera, nuevamente Porcuna, otra vez Bujalance, se cierra en Martos y Andujar en escenarios ya cubiertos durante el invierno.



   Otra compañía, ahora cómico-dramática, también históricamente vinculada a espacios escénicos de estas provincias vecinas es la de Eustaquio Salado. Se trata de la típica compañía familiar de provincias, con el Sr. Salado como primer actor, la señora Elisa Catalán como primera actriz, y sus hijos que se van incorporando con el tiempo, caso de los hermanos Elisa , Eduardo y Carmencita Salado.
   Actúan en Porcuna al final de la temporada de verano del año 1915 (octubre). Por la fecha, ya otoño, y por la novedosa referencia en la crónica al “Teatro Obulco”, me induce a pensar que pudiera existir ya un espacio cubierto para el teatro.
   Como por entonces los porcunenses no conocerían de la existencia y presencia de su heroica paisana Maria Bellido (que nomina nuestro actual espacio escénico) con su cántara, en el "teatro de operaciones" de la famosa y patriótica Batalla de Bailén, con la se consiguió frenar el avance del invasor gabacho, aquel empresario optó por recurrir a la historia local para nominar su sala. De ahí que tomase el glorioso y antiguo nombre de la ciudad (Urbs Victrix Nobilis - Obulco) de sus antiguos pobladores.

Heraldo de Madrid 4 de octubre de 1915
   Esta corta reseña no menciona el repertorio, por lo que recurro a sus actuaciones en la vecina localidad cordobesa de Castro del Río durante aquel verano:



  “En todas las obras representadas se advierte el magnífico y ordenado conjunto de los artistas que dirige el señor Salado.
   Tanto en “La Malquerida” como en las demás obras representadas, que fueron “El lobo” “Celia en los infiernos” y “El misterio del cuarto amarillo”, tributó el público grandes ovaciones a la primera actriz Elisa Catalán, que en unión de la gentilísima dama joven Elisa Salado y del notable galán joven Eduardo Salado, interpretaron sus respectivos papeles de modo admirable y exquisita naturalidad.
   Muy bien las Sras. Fernández, Villamartín y Santiago, Srtas. Guerrero, LLovet y García y los señores Díez, Sola, Gonima, Navarro, Cortés y Pueyo.
   La compañía sale para Cabra a inaugurar el magnífico teatro de verano que en aquella ciudad ha construido el laborioso industrial y conocido empresario Sr. Manchado.”



   Ya finalizando esta segunda década del siglo XX en la que nos estamos centrando, también la prensa nacional nos aporta información sobre las representaciones en Porcuna de la compañía cómico-dramática Carrasco-Carreras, en la que destaca su primera actriz Margarita Carrasco, y el joven actor malagueño Luís M. Carreras, que hace también las veces de director.

Heraldo de Madrid 5 de junio de 1920

   Es de ésta actriz la única de la que he encontrado fotografías alojadas en la prensa gráfica de la época, que utilizo como ilustración.



   Esperemos que algún día, cuando definitivamente la prensa histórica jiennense salga de las catacumbas, podamos complementar y ampliar este trabajo.

  Por cierto, no recuerdo si el Obispado de Jaén o su Cabildo Catedralicio disponen de una buena colección de “El Pueblo Católico”. Si no tuvieran o tuviesen en la actualidad los medios económicos necesarios para digitalizarla y divulgarla, si las instituciones culturales jiennenses, en la actual coyuntura, no pudiesen tampoco financiarlo, y fuera preciso recurrir a una cuestación, cual aquella de "la perra gorda" realizada por el célebre padre jesuita Tarín en Porcuna a finales del XIX y principios del XX, para la edificación de su templo parroquial, un servidor, y creo que otros muchos aficionados a la historia de nuestra provincia, estaríamos dispuestos a contribuir a dicho fin en la medida de nuestras posibilidades.
  Nuestro Padre Tarín había estudiado arte dramático y dominaba magistralmente la escena. Pero de su variado y adaptable repertorio, de sus representaciones en Porcuna y Castro del Río, y se sus numerosas giras misionales por provincias ya me ocuparé cuando proceda.

   Como el epílogo pudiera prestarse a erróneas y torticeras interpretaciones por parte de cabezas huecas o descerebrados/adas, propensos/as a homologar al disidente con la digna y honrada profesión de clown o payaso de circo, permítanme que sea algo más explicito.

  Mi más profundo y sincero respecto para con el Cristianismo bien entendido (auténticos seguidores de la doctrina de Jesucristo). Aunque en ese contexto histórico, le pese a quien le pese (le suele costar a la Iglesia reconocer errores históricos), el jesuitismo representado por el famoso Padre Tarín y similares de su congregación, labora en pro de un claro y único objetivo: evitar el avance de “propagandas disolventes” entre el proletariado rural (con el urbano no se atreven), con la resignación cristiana como receta y única alternativa a la lucha de clases. En concreto, la última misión del Padre Tarín en Porcuna, la de 1904, cuando echa mano de lo mejor de su repertorio, coincide con el despegue del obrerismo local a través de la sociedad obrera Paz y Libertad.

15 mayo 2011

Crónica negra y moral anarquista.


La Moral Anarquista ( Piotr Kropotkin)

   Las navidades del año 1914 fueron especialmente convulsas en la localidad cordobesa de Castro del Río.  La habitual tranquilidad de su vecindario se vio seriamente alterada al perpetrarse un sangriento asesinato.  Uno se sus vecinos asestó con ensañamiento varias puñaladas a una joven que se negaba a reanudar su interrumpido noviazgo.
   La prensa provincial a través de sus corresponsales en la localidad recoge con todo lujo de detalles todos los pormenores de tan horrendo crimen. Se da la circunstancia agravante de que el asesino, una vez detenido, se quito la vida a los pocos días por ahorcamiento en el calabozo en que se hallaba recluido.

  Estamos ante un típico delito de la denominada hoy “violencia de genero” con un triste final, como los que por desgracia se siguen repitiendo en nuestros días, independientemente de riquezas, cultura o conocimiento (la irracionalidad del ser humano que cada día aflora más frecuentemente).


    Este hecho coincide con la presencia en esta ciudad del matrimonio anarquista compuesto por Salvador Cordón Avellán e Isabel Hortensia Pereyra, con residencia en la sede del centro obrero de la calle Colegio 15, donde se ocupaban mancomunadamente de su escuela racionalista, cuyo alumnado había aumentado progresivamente en número.

Salvador Cordón Avellán (1887-1958)


   Para ellos tampoco pasaría desapercibido este suceso, de manera que el propio Salvador Cordón, en posesión de una más que aceptable pluma, remitió desde Castro del Río, escondido en su segundo apellido, sendas crónicas al diario republicano madrileño El País que fueron publicadas, a pesar de los acostumbrados duros ataques que éste y su grupo anarquista "Alas" venían vertiendo contra ellos en la prensa de sus ideas.


   Me limitaré a insertar lo que se publicó al respecto. Solamente pretendo que lean y comparen las diferentes crónicas y saquen sus propias conclusiones. Al final aportaré las mías. 


Diario de Córdoba 27 de diciembre de 1914






   La remitida por Antonio Pérez López Toribio para el Diario de Córdoba se trata de una crónica extensa y muy descriptiva, recogiendo todos los pormenores del crimen, pero sin entrar en valoraciones morales. Solo menciona la normal “protesta unánime de todos los vecinos del barrio donde ocurrió el suceso y del pueblo en general”

   He optado por hacer las oportunas comparaciones entre la noticia que publica El Defensor de  Córdoba, con las precisas crónicas de Salvador Cordón Avellán que aparecen en El País.
   Salvador Cordón en su escueta crónica del suceso atina de lleno en el asunto de los malos tratos como motivo de la ruptura de la pareja, entrecomilla “relaciones amorosas” y se refiere a esos interrumpidos idilios “que de todo tendrían, menos de amorosos”. Omite detalles y sólo menciona la “honda emoción” que ha causado el suceso en la población.
   El corresponsal de El Defensor refiere también los malos tratos que el asesino tenia para con su exnovia y toda su familia, y que había llegado, incluso, a pegar a todos. Aflora también en ella la ancestral costumbre de la autorización paterna previa para legitimar los noviazgos, que el padre de ella le había denegado al causante del asesinado, que presuponemos como motivo esencial de su ira y fatal resolución.
   Lo que era “honda emoción” para Avellán, para este otro es “indignación popular” y ánimo de venganza. Aunque una vez capturado el asesino alaba el comportamiento ciudadano “que no hizo acto de hostilidad alguna contra él, y ahogó la rabia que por su obra sentía”.

Calle Alta


   Donde definitivamente se plasman los presupuestos de la moral anarquista, de humanitarismo, de solidaridad para con todas las víctimas, es en las aun más sintéticas letras que Cordón escribe cuando tiene conocimiento del suicidio del asesino:

 “La vindicta pública queda satisfecha. Eran muchos los ciegos que pedían la vida de Juan Bello Ramírez. Ya la tienen. Acuérdense ahora de la infeliz madre de Bello, que agoniza. La de la otra familia, la de la muerta a manos del “amante” que no supo o pudo vivir la vida después de la tragedia. ¡Acuérdense!


  No es el caso de El Defensor que al hacerse eco del triste fin del asesino, tras informarnos detalladamente del como, del donde y el cuando, termina la noticia con un corto párrafo con moralina que me ha dejado perplejo:

 “Debe servir de ejemplo el epílogo que ha tenido su vida, a los que ciega y desenfrenadamente siguen las doctrinas de ciertos elementos maquiavélicos, que hace tiempo perturban las pacíficas costumbres de esta tranquila villa”.

  Doy por hecho de que el elemento local católico, apostólico y romano no debería de ver con muy buenos ojos el arraigo del anarquismo entre su población y/o feligresía, pero ¿Como para llevarlo a estos extremos torticeros? Creo que el adjetivo maquiavélico que utilizan, casi les rebota en su propia cara. Es más, esa actitud de mesura y rabia contenida entre los habitantes tras el asesinato hasta la creo condicionada por la nueva moral que terminaría por hacerse con su hueco.

  Recurriré a un artículo de Isabel Hortensia, compañera inseparable de Cordón, que viene como anillo al dedo para cerrar este asunto. Las referencias no son a la población cordobesa de Castro del Río sino a la malagueña de Montejaque, su siguiente destino (aunque su denuncia es extensible). Fueron publicadas en Tierra y Libertad en febrero de 1917:

Isabel Hortensia Pereyra Dagedo (1895-1975)