Cuando me interesé por la figura y andadura del torero castreño Francisco Villalba “El Feo”, me serví del anuncio de dos festejos taurinos y otras noticias que aparecieron en la revista-programa de Feria del año 1968, que generosamente como siempre, puso ante mis ojos el impresor Francisco Morales a través de su único heredero.
En posteriores pesquisas conseguí contactar con el ex novillero rambleño Juan Hidalgo, compañero de cartel de “El Feo” en una de aquellas novilladas sin picadores celebradas durante la Feria Real de Castro del Río del referido año. Este buen hombre, ligado aún al mundo taurino como aficionado práctico y promotor de eventos taurinos en su pueblo, se mostró receptivo desde un primer momento con la idea de recuperar la memoria de aquellos toreros, que aunque no llegaran a triunfar y a vivir plenamente de esta difícil profesión, fueron capaces de movilizar los medios a su alcance en pro de la consecución de tan ansiado objetivo.
Juanito, como le gusta que le llamen sus amigos, gentilmente me proporcionó el cartel original de aquel ciclo festivo, así como otro anterior de la Feria de Santiago, en el que también compartió plaza con el prometedor novillero castreño.
Estamos pues ante una serie de novilladas organizadas ex profeso para rodaje y lucimiento de El Feo ante sus atentos y entusiasmados paisanos:“Ese muchacho humilde y sencillo, que con ahincó y tenacidad lucha y trabaja para abrirse paso en el arte que constituye su verdadera vocación y esperanza: EL TOREO”.
La expectación que se organizó en Castro del Río “ante la posibilidad de que en fechas muy próximas la población pudiera contar con su torero” fue la responsable de la repentina inclusión de los toros en las programaciones festivas de esta localidad cordobesa, de las que se hallaba ausente desde los albores de la segunda década del siglo XX, exceptuando una especie de corrida mixta organizada en la posguerra.
El entrecomillado pertenece al capotazo que José García Carrasquilla (el popular escribiente de la secretaría del Ayuntamiento), intentara echararle a este joven castreño empecinado en convertirse en torero:
(El artículo completo de Carrasquilla titulado “Un torero castreño está llegando” puede leerse completo en aquella primera entrada dedicada a El Feo)
En los comentarios de aquella entrada de aproximación, que subtitulé “Aprendiendo a ser torero”, demandaba colaboración con vistas a seguir desentrañando incógnitas en torno a su posterior trayectoria. Una de sus hijas y José Luis Gran Gallego “Romito”, autor de la monografía que utilicé básicamente para documentarme, casi a la par, me proporcionaron su número de teléfono. Intenté ponerme en contacto con él en varias ocasiones sin conseguirlo. Dejé el tema como aparcado y fui dilatando en el tiempo esa entrevista telefónica, que todavía no ha llegado a producirse, entre otras cosas, porque me retuvieron temores de meterme en empresas que sobrepasen mi capacidad de trabajo.
Tal vez, por mi sui generis afición por los toros, creo no ser la persona adecuada para abordar un trabajo de carácter biográfico de una envergadura que vaya algo más allá de unas insignificantes entradas en un blog personal. El propio José Luis Gran “Romito”, amigo personal de nuestro protagonista y “contador consagrado de historias taurinas”, avalado por una ya dilatada experiencia en publicaciones en las que consigue adentrarse sabiamente en esa intrahistoria del mundo de los toros a base de anécdotas y vivencias personales, creo que sería la persona ideal para tal empresa. Estoy dispuesto a colaborar con una colección de recortes de prensa que mantengo almacenada.
De momento, aprovechando el inminente inicio de la Feria Real de Castro del Río, transcurrido ya casi medio siglo de aquel primer y creo que único contacto de El Feo con la afición taurina de su pueblo, desgranaremos y nos detendremos brevemente en la información que nos suministran esos carteles cedidos gentilmente por el ex novillero Juan Hidalgo de la Rambla (Córdoba).
Feria de Santiago
Tal como se puede apreciar, figura como empresario el ex matador de toros jiennense Pablo Sabio González (Parrao), aunque según Juan Hidalgo realmente detrás de la organización de aquellos festejos se hallaba el popular apoderado Rafael Sánchez Ortiz “Pipo” , que después de descubrir y promocionar la carrera de grandes figuras del toreo como Manuel Benítez “El Cordobés” o el linarense José Fuentes, andaba a la búsqueda de nuevos valores.
En aras de la también necesaria e imprescindible rentabilidad empresarial, supo conformar unos carteles compuestos exclusivamente por aspirantes de la comarca, que durante aquellos años de especial fiebre por la tauromaquia, venía a garantizar la venta completa del aforo de una coqueta plaza portátil (la más bonita y cómoda de España) instalada a las afueras de la población.
De los ocho novillos adquiridos por el empresario para los festejos del mes de julio, cuatro estaban reservados para el torero local, dos para el también emergente novillero de la vecina y hermana localidad de Espejo, Antonio Porras, y uno respectivamente para José García “El Carteyano” y el amigo Juan Hidalgo, que según pudo contarme tuvo conocimiento de aquella oportunidad hallándose convaleciente de una cornada en el sanatorio de toreros de Madrid de boca de el mozo de espadas de “El Purí”.
La trayectoria de Antonio Porras Lucena, único que llegaría a convertirse con el tiempo en matador de toros, precisamente apoderado por el Pipo, puede consultarse en el enlace que acompaña a su nombre y apellidos.
De “El Carteyano” disponemos de escasa información. Conocemos que irrumpió con fuerza a principios de la década de los 60 con una serie de exitosas actuaciones en la plaza de toros de Cabra. El Maestro Rodríguez, director de la banda municipal de Cabrá, llego a componer un pasodoble en su honor. Por estas fechas era ya un novillero venido a menos, a quién no favoreció la suerte tras su debut con picadores (1964).
Las expectativas que surgieron en torno a él, sirvieron al menos durante un tiempo como nexo de unión entre los numerosas personas de aquella naturaleza (Nueva Carteya) emigradas e instaladas en la industrial localidad barcelonesa de Tarrasa, que llegaron a constituir una la tertulia taurina bautizada como “El Carteyano”, con sede en el "Bar Gran Parada", lugar habitual de descarga y suministro de los tan añorados productos de la tierra (aceite y vino).
De Juanito Hidalgo les dejo, de momento, con un cartel y una bonita foto de sus inicios como becerrista.
Completa el cartel el obligado patrocinio publicitario, en este caso con el famoso motivo taurino y los productos de la casa Osborne, y lo que costó en pesetas ver estas corridas a quienes se congregaran en aquella plaza.
Feria Real
El presumible éxito en taquilla de aquel primer ciclo animaría a Pipo a organizar una segunda tanda de novilladas, ahora con una poquita más de envergadura (seis novillos por festejo). Repiten los mismos espadas de julio, con la salvedad de El Carteyano sustituido por el granadino “El Zoilo”, de cuya promoción ya se venía ocupando este peculiar apoderado y marisquero cordobés
Lo más probable es que las crónicas de estas corridas llegaran a publicarse en la prensa provincial. Como disponemos del testimonio de uno de sus protagonistas, sabemos que en la tarde del 18 la presidencia se mostró excesivamente benévola y dadivosa o los novilleros rayaron la perfección (Hidalgo y Porras cuatro orejas y un rabo cada uno, y el local que parece estuvo ligeramente más deslucido que sus compañeros, otras cuatro orejas pero sin rabo).
A Juan Hidalgo, por simple agradecimiento, tengo pensado dedicarle una entrada aparte (si las fuentes y este buen hombre, de carácter humilde y afable, me lo consiente).
Para cerrar, inserto unas ilustraciones y fotografías de “El Porras” de Espejo, el único que llegaría a doctorarse de matador de toros, aunque con no demasiada suerte. Lo que más trasciende del arte de este torero espejeño es la recuperación de la antigua suerte taurina del salto de la garrocha. Creo que ejecutándola sufriría una grave cogida que de alguna manera determino el fin de su carrera.
Me consta que Juan Hidalgo mantiene amistad y comunicación con Antonio Porras. La última vez que mantuve conversación con él, vía facebook, le proporcioné el teléfono de Francisco Villalba “El Feo”. Por su cabeza rondaba la posibilidad de organizar una reunión de amigos y compañeros en la que salieran a relucir esos viejos recuerdos, como por ejemplo estas exitosas novilladas de Castro del Río en las participaron juntos. Desconozco si finalmente sus respectivos calendarios y ocupaciones permitirían que se materializase aquel deseo.
Me imagino que cuando dices "único heredero" de Francisco Morales. Te refieres a único varón.
ResponderEliminarHe metió la pata hasta el corvejón. Llevo muchos años distanciado físicamente de Castro del Río y desconocía que Paco Morales tuviera más hijos. Por lo menos algo cierto hay en mis afirmaciones, la imprenta, por vocación y dedicación, le corresponde a Miguel. No creo que tenga problemas para ponerse de acuerdo con el resto de herederos. Paco, toquemos madera, y que ese lance de las heredades se distancie lo más posible en el tiempo.
EliminarEste es una buena información que cosas más interesantes
ResponderEliminarYo tengo el estoque de paco villalba "el feo"
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