Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

28 mayo 2011

Locos por el fútbol: "El mago cordobés de la pelota "



  Para quienes puedan mostrarse interesados en las humoradas satíricas de don Blas Cabello y Chocero (por los apellidos me suena a que pudiera ser natural de Bujalance)  y su íntimo el Reporter X, que en esta ocasión coinciden como compañeros de redacción en el diario LA VOZ de Córdoba, incluyo una entrevista que el segundo le realiza al primero (personaje célebre en la Córdoba de aquellos años), fechada en noviembre de 1923, cuando aún el conflicto marroquí estaba sin resolver.

  Como consecuencia de la emergente afición al foot-ball, coincidiendo con el inicio de la temporada 1923/24, nace en Córdoba el Semanario Córdoba Deportiva, de cuyas páginas ya me he servido para escudriñar los orígenes del fútbol en Castro del Río y Porcuna. Al frente de la nueva publicación, un tal Escobita, que se había curtido y rodado en esta nueva faceta del periodismo deportivo en la redacción de La Voz. Su hueco, en funciones de redactor deportivo, lo ocuparía, nada más y nada menos, que don Blas Cabello, mas conocido por el sobrenombre de “El mago de la pelota” (Veremos más adelante el porqué).



   Firmaba sus crónicas como Blas (a secas), y por la especial atención que, durante los escasos tres meses que ejerció de periodista, le dedicó al fútbol modesto cordobés, se ganó la simpatía de amplios sectores de la sociedad cordobesa, con la que pudo convertirse en un batallador “concejal de cuarto de hora”.




Blas Cabello que lo mismo extirpa un callo
que hace un penalty.

Hablando con "el mago de la pelota"

-         ¿Pero que estás leyendo con tanta atención, amigo Blas?
-         Calla hombre, lo más grande “El Balón Oxigenado”. Fíjate lo que dice: “Los del El Viso Sporting Club hicieron todo lo que les dio la gana, venciendo al Alcaracejos K.K. por quince goals a cero. El Alcaracejos ante la calidad del enemigo huía a la desbandada.
-         ¿Pero eso es en Marruecos?
-         ¡Qué te calles! “Pérez carga violentamente contra Régulez, quedando este jugador en el suelo sin sentido. De la enfermería dicen que tiene los intestinos fuera”.
-         ¡Que bárbaro!
-        ¿Quién?

-        El autor de la carga.
-        No digas tonterías. Este juego es el más culto y europeo de todos. Además, tú, como todos los compañeros, te dedicas a tomarme el pelo porque sabes que en el periódico el que corta el bacalao soy yo… ¿Quién tiene más lectores de todos? ¿Quién? ¡Dilo enseguida!...
-        Tu, hombre; tu… ¡No faltaba más!
-        Como que los lunes cuando sale LA VOZ  hay más de diez mil chiquillos esperando leer mis brillantísimas crónicas.
-        ¿Eres buen redactor deportivo Blas?
-        El mejor del mundo. ¡No tengo competidor!
-        Entonces como el purgante Besoy… ¿Qué dinero tienes en el bolsillo?
-        Lo de siempre; treinta o treinta y cinco duros en la cartera y mira, veintitantas pesetas sueltas…
-        Pues convida a toda la redacción.



          Nuestro compañero Blas toca el timbre y llama al botones. No necesitamos presentar público al redactor deportivo de LA VOZ. Se presenta él sólo, y además es más popular que el caimán de la Fuensanta. ¿Quién no ha visto en los balconcillos de la barbería de Domingo Fernández, un hombre enjuto, ni alto ni bajo, afeitado, relamido, con una tirilla de pajaritas que se la colocó el día de su boda y aún le dura? Ese, ese mismo es Blas Cabello, profesional del callo, malabarista, ex vendedor de décimos de lotería, ex aventurero y ex vendedor de cocos.

                    Blas – y volviendo a la charla- extrae del bolsillo un duro y dice olímpicamente.
                   - Niño, ponte a las órdenes de la concurrencia.
           Rafael Manzini pide café con copa y puro; Julifer, un café y dos puros, porque no bebe; “Don Paco” gran gastrónomo, una ración de riñones; Aquino, para trotar bien las calles, pide un par de medios; Miranda, bicarbonato; Juanito Aguilar, unos pastelitos de cabello de ángel, y el cronista no pide nada, porque lo prefiere en metálico.
      -        Eres un hombre desprendido. ¡Viva Blas!
      -        ¡Viva!
      -        Señores, muchas gracias por todo, pero este homenaje que me tributáis es inmerecido. Todo el dinero que tengo yo es vuestro…
     -        (Este tío me paga el alquiler de la casa, me dice Miranda por lo bajo).
     -        Y es vuestro porque el dinero no tiene valor…
     -        ¡Bien!
     -        No tiene valor alguno. Y si el placer de gastarlo, de disfrutarlo, de vivirlo.
     -        ¡Castelarino! ¡Viva el mago de la pelota!
     -        ¡Hurra!
   La redacción se revoluciona, y a costa de grandes esfuerzos impongo silencio para seguir preguntándole.
-        Vamos a ver, Blas ¿Cómo nació en ti la afición a este deporte?
-        Hijo, mi profesión. Soy callista, y siempre he estado cerca de los pies.
-        ¡Es posible!
-        Natural. Yo, desde que tenía quince años, me he dedicado al arte de arreglar los pies. Media vida que me he pasado en el suelo.
-        Como los betuneros. Y dime, inmenso Blas ¿Qué es eso que llevas en el lado izquierdo del chaleco?
-        ¡Ah! Una ampliación del delantero centro del Barcelona F.C. ¡Un coloso!
-        ¿Pero en serio, sientes estas cosas?
-        ¡Vamos hombre!, mira a mi me cuesta el deporte del foot-ball de veinte a veinticinco mil pesetas anuales.
-        ¿En serio?
-        La biblioteca que poseo a base de libros y folletos de este incomparable deporte, vale una millonada. Además, todos los nenes que forman sociedades de balompié, me eligen presidente de honor para costearle de todo. Y convido a café al que hable bien del juego de la pelota.
-        ¡Viva el foot-ball! ¡Mueran las corridas de toros! – grita Miranda con vistas al moka.
-        Nada, nada, lo dicho.
-        ¿Y eso que tienes en la cinta del sombrero, que es?
-        Un retrato en miniatura de Santizo.

-        ¿Quién es ese?
-        Otro fenómeno.
-        ¿Y lo del cinturón?
-        Una composición preciosa de Zamora, el portero.
-        Estás loco, Blas. Pero sigamos: ¿Qué se dice por ahí de “no se yo que pendiente” entre Escobita y tu?
-        Nada, que se han empeñado en que le pinche y lo van a conseguir. ¡Pero yo soy el más grande! ¡¡El más grande!! Ponlo con letras “así”.
-        ¡Basta, Blas! Dejemos el deporte a un lado, y vamos a otra cosa. ¿Es verdad que has sido prestidigitador?
-        Clarísimo. Con el nombre de Monsieur Saball. Por cierto que en el año 1908, en Linares, anuncié que iba a hipnotizar a un burro, en la plaza de toros. Ante miles de espectadores hice el experimento, y con disimulo le metí al semoviente en las narices un algodón impregnado de amoniaco; pero se me olvidó extraérselo y el burro la diñó en serio. ¡Bueno, el público me comía!
-        ¿Y que más has sido?
-        ¡Uf! Necesitaríamos dos periódicos para contar cosas. Hasta cura.
-        ¿Cura?
-        Si, hombre si, cura, en Méjico, cuando la Revolución. ¡Pocos muertos que he levantado yo!
-        Lo creo.
-        ¿Qué tiempo hace de eso?
-        Ya ves, nací en 1858.
-        ¿El 58? ¿Pero tu has visto edificarse la Malmuerta?
-        Tanto no, pero he asistido a la batalla de Guadalete.
-        ¿Y con esa edad quieres jugar todavía a la pelota?
-        Vaya. Mañana quizás juegue de portero contra el de Sevilla. Verás que agilidad... Pero vamos a dejar esto de lado. Préstame atención, que voy a continuar con la lectura del “Balón Oxigenado”. Íbamos por la enfermería.
-        Justamente.
-        Por la patada…Espérate…¡Ah! Ya está “Gracia le pasa el centro que tira un cañonazo…”
-        ¿Seguimos en Marruecos?
-        ¡Silencio! “Tira un cañonazo que el portero bloca”.
-        ¡Bravo!
-        ¡Silencio! “La línea de delanteros se le echa encima”.
-        ¡Pobrecitos!
-        “…y los esquiva valiente y con agilidad”.
-        ¡Bueno, señores! En vista de la guasa un servidor ahueca el ala para asistir a la reunión que el “Puerta del Puente F.C” celebra en la taberna de la fotografía.
Con que…
   El botones interrumpe:
-        Un hombre pretende ver a don Blas.
-        Que pase.
-        ¿Quién es don Blas Cabello?
-        Servidor.
-        De parte de mi señorito que vaya usted enseguida, porque el “juanete” se le ha hinchado y no puede meterse la bota.



                                                                                   EL REPORTER X



2 comentarios:

  1. Ya conocemos los exhortos de don Blas Cabello “el mago de la pelota”, desde la tribuna de la sala capitular del ayuntamiento, en funciones de “concejal de cuarto de hora”, en pro del fomento del deporte de la pelota, así como su altruista patrocinio a pandillas de jóvenes que se iniciaban en el novel deporte.
    Como efecto inmediato, de aquella campaña tan aireada en los medios afines, se desata una arrasadora presencia de jóvenes practicantes cordobeses por las calles y plazas de la ciudad. La guardia municipal, que hasta entonces se había mostrado tolerante y hasta se entretenía con los lances del juego de estos graciosos chiquillos, es presionada por las altas instancias a tomar carta en el asunto ante las numerosas quejas ciudadanas.

    El balompié callejero

    “El deporte del balón ha causado ya varias víctimas callejeras, pues los niños no tienen en cuenta que las calles y plazas no son los lugares más a propósito para celebrar partidos de pelota, y, por otra parte, los agentes de la autoridad se hacen los locos o toleran los abusos.
    Ayer en la plaza de la Magdalena, celebraban un partido, con el asentimiento del guardia, el Puerta Nueva A y el Costanillas Club.
    José Luque Ruiz y su esposa Antonia Serrano Castro, que habitan en la casa sin número de dicha plaza, tuvieron la poca precaución de salir de su vivienda en el preciso instante en que uno de los nenes jugueteaba con el balón, que vino a darle en la cara a Antonia.
    El marido, como es natural, se sintió Herodes, no pudiendo dar alcance a ninguno de los futbolistas, aunque se hizo con la pelota, que esta depositada en Comisaría.
    Antonia Serrano tuvo que ser asistida en la casa de socorro de una contusión en la región facial izquierda, pasando a su domicilio una vez curada por el facultativo señor Marín.
    De este hecho se ha dado cuenta al juzgado respectivo”.

    Tras las críticas vertidas, en la crónica anterior, contra la inoperancia de la guardia municipal se desata una oleada represiva de denuncias y requisa de pelotas:


    “En la calle Beatas le fue intervenido un balón por el guardia municipal del distrito de San Andrés al joven Ángel Jiménez Alarcón, domiciliado en la casa nº 6 de dicha calle, quien en unión de otros varios que se dieron a la fuga, tienen la costumbre de constituir a diario un campo de deporte en dicha vía, con el consiguiente perjuicio para los viandantes. Al presentarse el referido guardia a amonestarles, se pitorrearon de él.
    El referido joven ha sido denunciado al juzgado municipal de la Derecha”.


    “El guardia municipal de servicio en la calle de Agustín Moreno ha denunciado al niño Antonio Pedraza Gálvez, que tiene su domicilio en la calle Valdelasgranas 132, el cual acostumbra a establecer el stadium en unión de otros amiguetes (frase textual del guardia) en la indicada plaza.
    La denuncia del benemérito agente de la autoridad se basa en las molestias y pelotazos que suelen propinar a los viandantes.
    ¡Pero que muy bien señor guardia!


    “El guardia municipal de servicio de la Avenida de Canalejas ha denunciado a los jóvenes Rafael Morente García y Joaquín López Ordóñez, los cuales se dedicaban al juego del foot-ball, con peligro de la integridad física de los transeúntes.
    Al ser amonestados por el citado agente de la autoridad, se lo tomaron a chufla, en vista de lo cual, el celoso funcionario les intervino el balón, denunciándoles al juzgado”.

    ResponderEliminar
  2. ANEXO II (CONTINUACIÓN)

    Estos incidentes callejeros protagonizados por “locos chiquitos” son de los años 1923 y 1924. Esta ola represiva, desatada por celosos agentes, se mantendrán durante un largo periodo de tiempo ( a mi personalmente me alcanzó durante mi niñez: 5 duros de multa y un bastonazo por parte del jefe de la guardia municipal) . Peticiones, como aquellas de Don Blas, en pro de que las administraciones públicas asumieran la necesidad de crear infraestructuras deportivas, cayeron siempre en el saco del olvido. De hecho, los dos primeros Stadium de Foot-Ball que surgieron en Córdoba fueron gracias a la iniciativa privada. El Stadiúm América era propiedad de Don Jerónimo Padilla que firmó un contrato de exclusividad con Real Córdoba Sporting Club, a cambio de un porcentaje de lo recaudado en taquilla. El segundo Stadiúm que surge en Córdoba es el construido por la empresa Electromecánica, para el equipo que había conformado, y que entraría junto al Sporting por primera vez en competición federada la temporada 1924/25. Sus compañeros de grupo y aventura, también recién federados el Egabrense de Cabra y el Iliturgi de Andujar.

    ResponderEliminar