En 1773 Antonio Toribio y Juan
de Huertas, maestros alarifes de la villa de Porcuna (Jaén), tomaron
una contrata por importe de 89.000
reales, pagaderos en tres plazos, con el fin de ejecutar las obras de un
edificio de nueva planta a construir sobre el solar de las arruinadas casas capitulares
de de Los Villares (Jaén). Siguiendo las directrices de un proyecto realizado
por un arquitecto de Jaén, llamado Manuel López, las nuevas Casas Capitulares,
que además de los locales necesarios para la actividad del concejo contaban con
calabozo, carnicería, puesto de abasto, granero y corral, quedarían terminadas
e inauguradas en el año 1775.
Su fachada de aspecto cúbico, está compuesta por
mampostería y sillería, con cuerpo central de tres plantas y cubierta a cuatro
aguas. De líneas arquitectónicas muy sencillas y severas, en el que se
aplicaron las directrices dadas al efecto por la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando (1).
Casi diez años después, otros dos porcunenses,
probablemente primos y emparentados (hijos o hermanos) con los referidos alarifes,
comparten aulas y profesores en la sección de arquitectura de tan magna
institución académica y educativa.
Se tratan del ya conocido Tomás Toribio y
de Luis de Huertas Toribio.
Antes de entrar en el desarrollo de la carrera
profesional del arquitecto Luis de Huertas Toribio intentaremos
contextualizar brévemente los cambios operados en materia de urbanismo y
arquitectura durante el periodo histórico en que ésta transcurre.
Carlos III cuando llega al trono de en 1759 se encuentra con una capital de España de
aspecto miserable y vergonzoso. La
necesidad de llevar a cabo profundas reformas resultaba imperiosa. Se
proyectaron servicios de alumbrado y recogida de basura, uso de adoquines para
las calzadas y una buena red de alcantarillado. Acompañado todo de un ambicioso
plan de ensanche, con grandes avenidas y monumentos.
A tal efecto el monarca reclamó los servicios
profesionales del arquitecto italiano Francisco Sabatini, encumbrándole pronto por
encima de los arquitectos españoles más famosos de la época. Se le nombró Maestro Mayor de
las Obras Reales, con rango de teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros, a la vez que
se le designaba como académico honorífico de la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando.
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Sabatini retratado por Goya |
La Academia de Bellas Artes de San Fernando
desempeñó durante estos años un papel fundamental en la difusión de los
principios del arte clásico ya que era la encargada de formar a los artistas.
De esta
institución saldrá una nueva remesa de arquitectos españoles que se formarán
trabajando al lado de los grandes maestros de la arquitectura neoclásica española:
Francisco Sabatini, Juan de Villanueva o Ventura Rodríguez.
Tomás Toribio y Luis de Huertas Toribio, a
quienes presuponemos un importante bagaje arquitectónico previo como maestros
de obras y de cantería en su Porcuna natal, debieron de dar el salto a la par
hacia la capital del reino al objeto de ingresar en la referida academia.
Este premio debió resultarle provechoso para su
inminente ingreso en la Escuela de San Fernando.
Por un “Memorial literario, instructivo y curioso
de la corte de Madrid de mayo de 1784” conocemos que por esa fecha ya era
alumno de de la Escuela de Bellas Artes (3).
Concurre al concurso convocado por la institución
académica junto a Tomas Toribio y otros alumnos para optar al premio de 2ª
clase (nivel medio). Debían proyectar “un cementerio para un pueblo de 400 vecinos con los ornatos
correspondientes, corte y fachada todo geométrico”.
Sera precisamente su paisano y amigo (tal vez
primo) Tomas Toribio quien se haga acreedor con su trabajo a uno de los
premios otorgados, consistente en una medalla de plata de ocho onzas.
En 1784, siendo alumno de la
Academia, proyectó la construcción del camino desde la salida del Puente de
Toledo a los Carabancheles.
La tesis doctoral de historiadora puertorriqueña
María de los Ángeles Castro Arroyo (Arquitectura en San Juan de Puerto Rico en
el siglo XIX) le dedica una pequeña reseña a este arquitecto que recalaría con el
tiempo en esta isla. Es precisamente en este trabajo donde trasciende su naturaleza.
Así consta en su registro de defunción (muerte acaecida en San Juan de Puerto
Rico en el año 1815). Esta autora sitúa su nacimiento en Porcuna (Jaén) en
torno al año 1765, por lo que cuando se gradúa como maestro mayor de obras en
el año 1885, junto a Tomas Toribio, tendría sobre 20 años.
Un ejemplar
de este trabajo lo he localizado entre los fondos de la Biblioteca de la
Universidad Complutense de Madrid. Desistimos de su obtención y del abuso en la
petición de favores, habida cuenta que con las vistas previas que nos ofrece
google book y otras fuentes complementarias de momento pueden resultar
suficientes.
Ellas nos
permiten conocer que fue Francesco Sabatini quien le recomendó para ocupar la
plaza de Maestro Mayor de las Reales Obras de Fortificación de la Plaza e Isla
de Puerto Rico, vacante por fallecimiento de Bartolomé Fammi desde 1792:
“…su conocida inteligencia en la teórica y
práctica de las obras y a las demás circunstancias que le hacen recomendable,
todo lo que me consta por haber estado a mis órdenes muchos años dicho sujeto” (4).
Teniendo en
cuenta que no se incorpora a su nuevo destino hasta 1796 y lo referido por
Sabatini en su letras de recomendación, forzosamente tuvo que poner a prueba su
manifiesta pericia como cantero tallador, adquirida durante sus años mozos en
su Porcuna natal, al frente de equipos que trabajaran en las últimas
producciones de este arquitecto neoclásico de origen italiano realizadas en la
corte durante los primeros años del reinado de Carlos IV. Podríamos citar entre las principales el Convento de San Gil en el Prado de Leganitos (1786-1797), el cambio de orientación de la Escalera principal del Palacio Real (1789) o las obras de reconstrucción de la Plaza Mayor tras el
incendio de 1790.
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Convento de San Gil |
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Reconstrucción Plaza Mayor de Madrid |
La fachada que aparece en la
cabecera de la entrada es la única obra de Luis de Huertas de la que tenemos
constancia de su participación como proyectista principal en la corte. Se trata
de un edificio destinado a casa de vecindad de nivel económico alto y con
ciertos aires de tipología residencial. Ubicado en el nº 2 de la Plazuela del
Alamillo con fachada a la calle Segovia y esquina a la costanilla de San Andrés.
Compartió el trazado del inmueble con el también arquitecto y compañero de promoción Juan Antonio Cuervo. El proyecto está fechado en el año 1793 (5).
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Fachada de la calle Segovia (6) |
El proyecto original pautaba un sencillo alzado a
base de bajos, principal, piso alto y buhardillas, ostentando sus fachadas - en
su parte alta central- dos destacados templetes con frontispicios (5).
Desconocemos el nombre de su dueño y promotor.
El inmueble completo es puesto a la venta
en el año 1829. En el anuncio insertado en el Diario de Madrid consta su
valoración y superficie según tasación realizada por el
propio Juan Antonio Cuervo en 1803:
Diario de Madrid 1829
El edificio, afectado por las numerosas reformas acometidas
a lo largo del tiempo, sigue en pie, habiendo desaparecido su primitiva
techumbre y esos característicos templetes triangulares que remataban sus
fachadas.
La segunda parte de la trayectoria vital y
profesional del arquitecto porcunense Luis de Huertas Toribio, que transcurre
en la Plaza e Isla del Puerto Rico colonizada, la dejamos en reserva para una
próxima entrada.
FUENTES UTILIZADAS
(1) ISSUU – Los Villares (Jaén) de Ángel Ruiz Mena. http://elperiche.blogspot.com.es/2010/02/casas-capitulares-del-ayuntamiento.html
(2) Noticia de los premios distribuidos por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, en el primer semestre del año de 1783 à las discípulas de las quatro escuelas patrióticas ya varios artesanos ... : con una oda que en elogio de los premiados leyó ...Joseph Olmeda y León ... / Real Sociedad Económica Matritense de Amigos
del País. Biblioteca Digital Hispánica.
(3) “Memorial literario, instructivo y curioso de la corte de Madrid” Vol. 2. Imprenta Real. 1794.
(4) Maríade los Ángeles Castro Arroyo / Arquitectura en San Juan de Puerto Rico (siglo XIX). Editorial
Universitaria, Universidad de Puerto Rico, 1980 - 424 páginas.
(5)
Inventario Artisitico de edificios civiles madrileños de los siglos XVII y XVIII. Tomo II. Centro Nacional de
Información y Documentación de Patrimonio Histórico. Madrid 1986.
(6)
Ezquiaga Domínguez, José María / Normativa y forma de la ciudad: la regulación de los tipos edificatorios en las ordenanzas de Madrid. Tesis
Doctoral. E.T.S. de Arquitectura (UPM). 1990.