Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

07 enero 2011

VIDAS PARALELAS

Maria Antonia Vallejo Fernández (Motril 1750-Madrid 1787)

UN ANTES


   No se tienen noticias de su infancia. De muy joven marchó a Cádiz, cantera de artistas de la época. Al parecer salió de Motril con una compañía de cómicos ambulantes.
   Se presentó en la corte hacia 1776, entrando ese mismo año como sobresaliente de música en la compañía de Manuel Martínez. Pronto se le empieza a conocer por Mariquilla “la Caramba”, nombre artístico que le viene por el estribillo repetitivo y picante de una de sus primeras famosas tonadillas: Usted quiere… ¡Caramba! ¡Caramba!
   Mariquilla o Maria Antonia Fernández “La Caramba” se adueño del público, mas por su belleza extraordinaria y desenvoltura excesiva en la escena que por su arte. Se especializó en tonadillas y sainetes. Los teatros donde actuaba quedaban pequeños para alojar el numeroso gentío, que atraído por su gracia y encanto, acudía a verla.
   Alejo Carpentier la califica como “la más garrida tonadillera de la época y la primera, que en las tonadillas de moda impone una personalidad de interprete, un garbo, un duende, que hacen de sus coplas algo que se desprende del conjunto, para cobrar vida propia” y la considera, en cierto modo, “como la creadora del cuplé” (Genealogía del cuplé. El Nacional, Caracas, 31 de mayo de 1952).
   “El catalán y la buñolera”, “La gitana del zorongo”, “El chasco del ratón” , “El sacristán y la viuda” o "El majo y la italiana fingida", eran sainetes cantados compuestos para ella, tatareados por el pueblo en aquel Madrid de Carlos III, en el que las ideas de la Ilustración empezaban a hacerse un hueco, cuando la comedia, que había sido denostada y casi prohibida por la intransigencia religiosa, empieza su resurgir.

Música manuscrita (Blas de Laserna)
Tonadilla a duo que la cantaron La Caramba y Garrido
La partitura completa en BDH (BNE)


   Con el tiempo se convirtió en un mito. Los hombres la adoraban, y las mujeres imitaban sus atuendos, sus joyas y sus adornos. En cierta ocasión apareció en el teatro con un tocado que consistía en un ariscado e insinuante lazo de mas de seis varas de cinta de colores; las madrileñas rápidamente la imitaron, incluso le pusieron el nombre de su bravía y descocada inventora “caramba”.
   Fue este adorno tan copiado por las majas como por las damas de la aristocracia, lo que produjo la crítica de clérigos y de los sectores más reaccionarios de la sociedad. Muchas escopetadas señoras, cual la Condesa del Carpio (La Solana) y otras, lo llevarán bajo los pliegues de su mantilla, aunque fuese de menor tamaño.

La Solana (Francisco de Goya)


UN DESPUES

   En plena gloria, tal vez arrepentida de sus veleidades y de su vida disipada, sufrió una crisis mística o periodo de devoción intenso, que le haría terminar la vida en olor de santidad.
   Una tragedia amorosa, según algunos, o las exhortaciones de un fraile al que oyó predicar casualmente una tarde, en que una tormenta le hizo refugiarse en la iglesia del convento de capuchinos de San Francisco del Prado, motivó su conversión. A partir de entonces se despojó de sus galas y atavíos, y vistiendo sólo sayales y cilicios, llevó en adelante vida de mortificación y penitencia, para morir al cabo de un año. Sólo tenía treinta y seis años.

Sencillo traje de beata, macilento rostro,
actitud compungida y el aspecto inconfundible de una ruina corporal.

   Sobre sus aventuras y conversión es mucho lo que se ha escrito, mezclandose verdades, medias verdades y falsedades, donde se enmaraña lo falso con lo cierto, la historia con la ficción. Su rocambolesca historia se recordó en tonadillas, romances y canciones de ciego. Se han ocupado de ella literatos como Serafín Estébanez Calderón (Escenas andaluzas) o Juan Valera (El último pecado). Inspiró al libretista de zarzuela Luís Fernández Ardavín que con música de Federico Moreno Torroba estrenó en 1942 una zarzuela titulada “La Caramba”, posteriormente llevada al cine e interpretada por Antoñita Colomé.
   Para quien pueda mostrarse interesado en detalles de su biografía, aporto un enlace con un resumen del libro de la granadina Antonina Rodrigo “Maria Antonia La Caramba. El genio de la tonadilla en el Madrid Goyesco”. Ediciones Albaida, 1992.


Narcisa Maria Carísomo Mariño (Cádiz 1745- Castro del Río 1813).

UN ANTES

Catedral de Cádiz

  “Educada en la modestia, la honestidad, el pudor, la decencia, y las otras virtudes que tanto realzan y hermosean a las de su sexo. Adoptó en la edad juvenil un método de vida juicioso, ocupada en sus rezos, las labores caseras, y en coser y bordar, que lo hacía primorosamente. La Narcisita era devota sin ser gazmoña, y la doncella más cabal, apuesta y apreciable que hubo en sus días en Cádiz.

   La prematura muerte de su padre, mayordomo del marqués de Pedroso, dejó a la familia en las puertas de la indigencia. La viuda quedó con tres niñas, siendo Narcisa la de mayor edad, empleándose todas en el trabajo que se procuraban con la labor de sus manos.



   La desaparición del padre, supondría un punto de inflexión en la vida de esta virtuosa joven. Le acechaba el pecado. Expuesta su hermosura al trato con las personas a las que confeccionaba ropa, terminaría por convertirse en objeto de deseo de uno de sus clientes:

   “Por mucho tiempo resistió a los fortísimos, bruscos y dulces ataques de todo el infierno armado y de su pervertidor; y estrechando el riguroso sitio los halagos, los ruegos, los comprometimientos, las promesas, y aun acaso las dádivas y otras mil baterías, como que parecía que todo el abismo del consumo se había reunido para esta criminal conquista. Mucho costó el rendirla; pero al cabo se rindió, y después de allanar la fortaleza, se llevo el triunfador como prisioneras la entereza, la vergüenza, el recato y el honor".

  Hasta aquí el resumen de la primera etapa de la vida de esta gaditana, tomado del libro escrito por Nicolás María de Cambiaso y Verdes, publicado en 1829: “Memorias para la biografía y la bibliografía de la Isla de Cádiz”.

UN DESPUES

Portada exconvento de dominicas de Castro del Río

   La oveja descarriada, dando pruebas de su arrepentimiento, mostró inclinación por el estado regular. Por mediación del misionero capuchino Fray Francisco de Castro se cumplirían sus deseos, siendo admitida en el monasterio de dominicas descalzas de Scala Coeli de Castro del Río (Córdoba), en el que ingresa el 18 de octubre de 1774, siendo su nombre en la religión el de Sor Narcisa de la Concepción.

   A esta monja esta dedicado el libro, ya referido en una entrada anterior, que escribió don Miguel Rodríguez Carretero bajo el título de "Resumen histórico de la vida de la venerable madre Sor Narcisa María de la Concepción, religiosa descalza del sagrado orden de Santo Domingo, del convento de Jesús María de Scala Coeli de la villa de Castro del Río, Reyno de Córdoba". En él se cuentan varias de sus profecías, revelaciones y otras virtudes y prodigios.
   A esa milagrería o misticismo, tal vez, obedezca el expediente sobre la calificación de su vida, hecho por la Inquisición en Córdoba entre 1815 y 1818, que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, junto al citado libro, a disposición de quien quiera adentrarse en la vida y milagros de esta dominica gaditana.


EN PARALELO

   Como habrán podido apreciar existe cierto paralelismo en la vida de estas dos mujeres andaluzas del siglo XVIII, prácticamente coetáneas. Hasta es posible que Narcisita, en su etapa de vida airada y pecaminosa en su Cádiz natal, llegara a ver a Maria Antonia sobre los escenarios de aquella cosmopolita y comercial ciudad.
   En sendas apuestas finales por el misticismo, tuvo algo que ver el misionero capuchino Fray Diego José de Cádiz, confesor de ambas.



   Su relación con Maria Antonia " La Caramba" fue breve, debido a su rápido deterioro disciplinante y al ruinoso estado físico que le ocasionó su rigurosa conversión. Unas famosas estampitas, que se distribuyeron con profusión tras su muerte, responden al claro propósito propagandístico de este famoso misionero, con el tiempo Beato, de propagar el triunfo de la fe en una época en que los aires renovadores del Enciclopedismo y de la Ilustración habían traído cierta "relajación en las costumbres". Acérrimo enemigo de estas corrientes y especialmente del teatro, supo utilizar la prodigiosa conversión de La Caramba en favor de su cruzada.


   El arrepentimiento de Narcisita (con el tiempo Sor Narcisa), por paisanaje, la conoció muy de cerca el Padre Cádiz. Al también fogoso y combativo predicador Fr. Francisco de Castro se le atribuye la conversión de la mencionada joven, cuando asistía a uno de sus sermones en la concurrida Plaza de San Juan de Dios de la capital gaditana. De hecho recala en el Convento de Castro del Río recomendada por este capuchino castreño, compañero del Padre Cádiz en sus primeras incursiones con la Santa Misión por tierras gaditanas.
   Ambos mantendrían un estrecho contacto como directores espirituales de esta joven gaditana.
   Durante su año de noviciado ya tuvo que ser advertida para que moderase el rigor con que se trataba. Tras profesar, y después de haber desempeñado los cargos de sacristana, cocinera, enfermera y procuradora, en 1785 la eligieron por primera vez priora, cargo al que renunció, en un principio, por no sentirse digna para tal desempeño por su pasado. Terminaría acatando la voluntad divina, como así se lo hizo saber por carta a su paisano y amigo Fray Diego José de Cádiz.

   El 10 de noviembre de 1799 hizo escala en Castro del Río la misión de Fray Diego José de Cádiz, que se alojará en el convento de Ntra. Sra. Del Carmen. Al día siguiente visitó a la venerable Sor Narcisa “que tanto deseaba conocer por la opinión de su virtud. Fueron más de dos horas las que estuvieron en el confesionario aquellas privilegiadas criaturas que tanto honran a la iglesia gaditana”.


   Durante aquellos tres días de estancia entre los castreños, visitó el Hospital de Jesús Nazareno, bendijo una nueva capilla en el templo parroquial, se acercó hasta el beaterio de niñas educandas de San Acisclo y Santa Victoria. En la tarde del día 11 participa en un rosario multitudinario que recorre las calles de la población, predicando a los vecinos la santa misión. Al día siguiente, celebra misa a las cuatro de la mañana en el convento de Jesús Maria de Scala Coeli y tres horas después abandona Castro del Río en dirección a Cabra.

   Su primer biógrafo y compañero de orden, Fray Serafín de Hardales, nos relata un acontecimiento fabuloso y sobrenatural (milagro) acaecido durante su misión en Castro del Río:

“Se hallaba nuestro venerable en la villa de Castro del Río, y acabando de decir misa en el convento de religiosas que allí hay, se le acerco un vecino de aquel pueblo llamado Antonio García, Criado, pidiéndole por fe le dixese un evangelio con el fin de conseguir alivio en la enfermedad de erisipela, que por espacio de siete años continuos padecía, con tal vehemencia, que en dicho tiempo no había tenido tres días buenos, y en la actualidad de acercarse al padre no le veía. Pero acabado de decir el evangelio, pasándole la mano por la cara, quedó tan perfectamente bueno, que vuelto a su casa se asombraron, y desde entonces no ha vuelto a padecer tal accidente como así lo asegura y jura”.

   Para relatar la misión del Padre Cádiz en Castro del Río, me he valido de un artículo publicado por Juan Aranda Doncel en la Revista de Feria del año 1993. El grueso de la información sobre Sor Narcisa, corresponde al libro, ya citado, de Nicolás Maria de Cambiaso.
   El artículo que éste le dedica a Sor Narcisa debe estar sacado, a su vez, de la biografía de Fray Miguel Rodríguez Carretero.
   Como todavía no he podido acceder a la misma, y para satisfacer la curiosidad de los interesados en ella, en una próxima entrada alojaré el total de páginas, o parte, del trabajo de Cambiaso, donde se da cuenta de su humildad, abnegación, sacrificios, disciplinas y penitencias.

03 enero 2011

La villa de Espejo y el Ducado de Uceda. Armonías y desencuentros durante el primer tercio del siglo XX.




   El Castillo que la casa ducal de Uceda y Osuna posee en la villa cordobesa de Espejo, se encuentra hoy entre los mejores conservados de la provincia. Esto obedece, en gran parte, al hecho de haber sido utilizado como residencia habitual por sus moradores.
   Durante el primer cuarto del siglo XX, fueron sus Administradores, los encargados de rentabilizar el vasto caudal de fincas rústicas que la referida casa poseía en el término de Espejo, quienes ocupaban y residían habitualmente en el Castillo, con estancias reservadas para las eventuales y escasas visitas de sus propietarios e invitados. Los obispos de la diócesis cordobesa en sus visitas pastorales a esta villa, también disfrutaron de la hospitalidad de esta casa.
   La función de los Administradores consistía esencialmente en asegurarse el cobro de las rentas de los aparceros y de las tierras acortijadas, entregadas en arrendamiento a ricos labradores de la localidad. Además de representar oficialmente a la casa ducal y velar por sus intereses.

Boda del Duque de Uceda Osuna (1921)



   A partir de 1926, tras la prematura muerte de Mariano Téllez-Girón y Fernández de Córdoba, XIII duque de Uceda, XV de Osuna y XVII de Escalona, XXVII señor de Espejo, su viuda, Doña Petra Duque de Estrada y Moreno de la Serna, hija de los marqueses de Villapanés, con su pequeña hija Ángela Maria (actual duquesa y propietaria) se trasladan a sus dominios de Espejo para hacerse cargo de la gestión directa de sus explotaciones agrícolas.
   La duquesa viuda y su hija vivirán largo tiempo a caballo entre su Sevilla natal y el pueblecito cordobés de Espejo.
   En su arraigado catolicismo, altruismo y concepción benéfica de la sociedad, encontrará la manera, en un principio, de integrarse y de ganarse las simpatías de la población espejeña.
   Casi recién llegada, creó una escuela católica gratuita, donde recibían enseñanza, vestido y comida infinidad de niños pobres, dándose además dos sesiones semanales de cine instructivo (evangélico).
   A su filantropía obedece la iniciativa de organizar una Cabalgata para el día de Reyes del año 1929, contando con la implicación y concurso de las personas pudientes del pueblo. Aunque en esta empresa, habría que ver también,  un lógico trasfondo egoísta y personal, de alegrar la fiesta a su pequeña hija de 5 años huérfana de padre.
   La cabalgata más antigua de las organizadas en Andalucía es la de Granada, que se remonta al año de 1912, en la que un adolescente Federico García Lorca participó repartiendo regalos entre los enfermos y niños pobres de la ciudad.
   A ese mismo propósito benéfico (hacer felices a los niños mas desfavorecidos) responde el origen de la de Sevilla, que salió por primera vez a la calle en 1918 impulsada desde el Ateneo de Sevilla por el joven poeta, escritor y humanista José Maria Izquierdo Martínez (1886-1922).


 Cabalgata de Sevilla 1918

   La capital cordobesa tardaría aun algunos años en incorporarse a esta moda. La primera vez que se organiza fue en 1925. Su promotor, el rector de la parroquia de San Francisco, Carlos Romero Berral, con el fin de obsequiar a los niños acogidos en la escuela parroquial tipo Manjón del Ave María, Casa Socorro Hospicio y Casa de Expósitos.

   Aquel pueblo de Espejo del año de 1929, por obra y gracia de la señora duquesa viuda de Uceda-Osuna, sería de los primeros de la provincia que vieran desfilar por sus calles el cortejo de los Magos de Oriente.

   A las 5,30 de la tarde del día 5 de Enero salía del Castillo-Palacio. Abría la marcha la banda de cornetas y tambores del colegio Selesianos de Montilla, una patrulla de batidores a caballo y una gran estrella iluminada con bombillas eléctricas.


   Los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar fueron encarnados por los jóvenes pertenecientes a distinguidas familias de la localidad, don Jacinto Reyes Gracia, don José Luque Reyes y don Rodolfo Vega Castro, respectivamente. Iban montados sobre briosos corceles y perfectamente caracterizados. Cada rey se hacía acompañar de 20 pajes a caballo, además de diez caballerías menores (mulas y asnos) con cofines repletos de regalos para repartir entre los pobres (mantas, toquillas, camisetas, camisas y sabanas). 
   Los juguetes se reservaban para los niños que asistieron y acompañaron al cortejo. Las niñas vestían de pastoras, con telas donadas por "tan generosa dama", mientras que los niños llevaban el típico capotillo y sombrero del obrero espejeño. El prometido regalo, materializado en juguete, consiguió que fueran en torno a los cuatrocientos niños de ambos sexos los que participaran.

Las Calleras 1926

   En el paseo de Canalejas (Calle de las Eras, Calleras) hizo un alto la comitiva, donde los Reyes y su cortejo, poniendo pie a tierra, dirijíeronse a la cruz milenaria donde se había instalado un Nacimiento ante el que oraron todos los asistentes. Después dio comienzo el cante y baile de villancicos en medio de la mayor algazara y alegría:

   “Ciertamente era un edificante espectáculo ver confundidos a los hijos de los ricos y los pobres, todos con idéntico vestido y la misma alegría, sin distinción alguna entre ellos”.

   “Las calles que recorrió la cabalgata estaban abarrotadas de público, que vitoreaba el regio cortejo. A las nueve hizo su entrada en la señorial mansión la cabalgata, formando toda en el amplio patio de armas, en donde a los acordes de la Marcha Real, ejecutada por la banda municipal, se dieron infinidad de vivas a esta ilustre dama, acompañada de su monísima hija María Ángela, que hizo su aparición en la puerta principal, dando un ¡Viva Espejo!, que fue unánimemente contestado. Entonces, un vibrante ¡Viva Sevilla! Que salió de todos los labios,,, fue la gentil galantería que el pueblo tributó a esta duquesa sevillana.


   ¡Viva Sevilla! Al conjuro de este grito debió temblar de emoción la dama todo corazón, todo bondad, quien al nacer en la cuna de la gracia legendaria, y al ser sevillana de naturaleza, no puede impedir que nosotros la consideremos espejeña, por prerrogativas de nuestro afecto y gratitud”.

   No tengo noticias de que en los años siguientes volviera a repetirse la celebración.
   Con la proclamación de la II República las fuerzas políticas y sindicales espejeñas, acalladas durante la Dictadura de Primo de Rivera, recuperan su tradicional pujanza reivindicativa. En un nuevo escenario sociopolítico, con las expectativas despertadas por el proyecto de reforma agraria y el creciente anticlericalismo que afectaba al boato de las manifestaciones religiosas externas, tan del gusto de estos aristócratas, "el armónico idilio" entre los ricos y los pobres de Espejo, al que hacia referencia el cronista de la cabalgata de aquel año de 1929, se verá seriamente resquebrajado.
   Por lo que respecta a la Casa Ducal, que ya a principios de siglo había repartido pequeñas parcelas de tierra en el ruedo en régimen de arrendamiento a obreros y pequeños propietarios, para contrarrestar el influjo de las propagandas disolventes del proletariado espejeño, le costará adaptarse a la nueva legalidad republicana.
   La duquesa viuda, desde un principio, se sumara a la reacción. Tras los muros de su Castillo-Palacio, en vísperas de la militarada protagonizada por el General Sanjurjo en Agosto de 1932, llegaron a celebrarse reuniones conspirativas de destacados individuos de significación monárquica y tradicionalista, con la asistencia de un conocido periodista de la redacción del periódico “Siglo Futuro”(Dios, Patria y Rey).
   La supuesta empatía entre la casa ducal y el pueblo de Espejo y su espíritu caritativo, se ponen en entredicho en un articulo publicado por el corresponsal del diario socialista cordobés "El Sur" en Espejo:

Meditaciones ante el Castillo Feudal

   Han sido tantas las veces que hemos llamado para que se abrieran las puertas de este Castillo Feudal a favor de los necesitados de este pueblo, sin que se nos atendiera, y que hoy como antes volvemos al tema, dispuestos a recibir la misma respuesta, por entender que es este el nervio donde radica el malestar que viven los elementos obreros.
   La obstinación en que vive aferrada bramando por su poderío esta mal llamada nobleza, que sólo al altar y al trono ofrecían su bolsa y la vida de sus esclavos, guardando para éstos las migajas de sus festines, son la causa de la incesante miseria que azota a los pueblos. Porque si a través de la historia estos nobles dieron algún timbre glorioso a la madre patria, pronto viose nublado por las humillaciones que al resto de sus hijos les imponían.

 Escudo Casa Ducal de Uceda

   Con el absolutismo en todos los ordenes de la vida, hicieron de los necesitados un gran rebaño...donde saciar el apetito de sus caprichos y sus deseos. Pues bien; para arrancar en parte a este rebaño de seres humanos de las dentelladas de los lobos de sangre azul, han caído y siguen cayendo constantemente seres de envidiable conducta; ¡Hombres ...de elevada mentalidad y de excelso corazón!.
   Mientras que ellos, los nobles, los dueños y señores de las tierras que no labran, siguen cobrando sus rentas, acogotando a los arrendatarios, y estos, a su vez, al sufrido labriego, al que las riega con su sudor para que unos y otros gocen del bienestar que él carece.



   Así va corriendo el tiempo...La Reforma Agraria, único medio de acabar con estas miserias si la tierra se entrega a quienes les pertenece por su condición y experiencia, sigue su curso. El ministro o gobierno encargados de aplicarla, salvo excepciones que no debieran existir, pues en todas partes se produce el mismo dolor, quizá llevados por la mejor fe, continúan con la tramitación ordinaria de tan urgente procedimiento, sin ver en el rostro de los trabajadores las huellas del hambre, de total agotamiento. Y en tal estado, ¿puede haber concordia ni paz? ¡No lo creemos posible! Porque mientras los moradores de los Castillos, que desoyen la voz de los cronistas, que es el dolor y la miseria de los trabajadores, que gritan contra la injusticia desde las albas cuartillas, sigan desde sus fortalezas detentando unas riquezas cuya procedencia se desconoce, no cesará el malestar latente y la Democracia y la Libertad seguirán siendo un mito en el solar hispano.

(“El Sur” 16 de Noviembre de 1932)

   Corresponsales en Espejo de este diario cordobés fueron José Arroyo Baena y Benito Cordobés Herencia. Aunque la nómina de columnistas espejeños en la prensa de los años 20 y 30 es extensa. El presbítero y publicista republicano Juan García Morales valora positivamente esa especial proliferación de obreros dispuestos a expresarse a través de la pluma:

   “Los obreros tienen también derecho a opinar... No hemos de sacar a relucir todos los días las ocurrencias de los intelectuales; que, a lo mejor, un mozo de mulas discurre con más acierto, con más lógica, que el señor engalanado que ostenta ocho licenciaturas.
   Los campesinos de Espejo, sin haber estudiado en Salamanca, les dan cien vueltas a los letrados. Hay entre ellos poetas, filósofos y escritores de la talla de Clodoaldo Gracia, autor de unas primorosas miniaturas, de unos bordados en color, que lo acredita de egregio artista”.

   Sería Cándido Lucena, que mantenía asidua correspondencia con García Morales, el encargado de recoger de los labios de sus amigos las respuestas al siguiente cuestionario:

   Vamos a ver, Cándido ¿Qué opinión le merece a usted y a sus amigos las derechas españolas? ¿Seguirían ustedes la orientación de las derechas en los momentos actuales?

   Los encuestados: los hermanos Julián y Rafael Medina Ramírez, Benito Cordobés, Leonardo Rodríguez, Francisco Jurado Olmo, Francisco Lorenzo Escobar, Rafael Escobar Córdoba, Juan Blanco Reyes, Antonio Lucena y Emiliano Romero Pérez.

   De todas las respuestas, quizá la de éste último, sea la que mejor muestre el sentimiento generalizado de frustración, cuando apenas si habían trascurrido dos años desde la proclamación de la República:

   “No creo que siga el pueblo a las derechas, ni que ganen las mismas, pero digo que los campesinos estamos muy desengañados, por muchas cosas: se nos prometió mucho, y hasta la presente, nada ha llegado. La clase trabajadora ha perdido las esperanzas y las ilusiones. No vamos a un bando u a otro, lo que tenemos es hambre, mucha hambre y unas ansias grandes de vivir a lo humano”.

   Para el anarcosindicalista Blanco Reyes:

   “La República emplea duros procedimientos con los trabajadores; de ninguna manera puedo estar de acuerdo con los mangoneadores de este régimen; pero me opondría con todo rigor a que las derechas pisaran el poder en España, disponiéndome, para evitarlo, a hacer los mayores sacrificios”.

   El propio Cándido Lucena también opina:

   “El pueblo trabajador, tan vejado y explotado por esas mismas derechas, jamás, creo que las seguirán. Si el gobierno resuelve los problemas palpitantes como el paro y otras cosas, ni habrá extremismos de derechas ni de izquierdas, pero si esto no lo hace iremos al socialismo, al comunismo..., o lo que es peor: al caos”.

   La propia división entre la fuerzas políticas y sindicales propiciaría el triunfo de la derecha en las elecciones de 1933. Aunque en Espejo, a pesar de la abstención preconizada por los anarcosindicalistas, la suma de los votos obtenida por socialistas (787) y comunistas (874) sobrepasó a los de la coalición de Centro-Derecha (1379), en la segunda y definitiva vuelta de aquel proceso electoral.
   La fallida insurrección de octubre de 1934 y posterior represión llevará a la izquierda obrerista a la clandestinidad.

   En 1935, con la derecha consolidada como poder, volvemos a tener noticias de la señora duquesa viuda. Por estas fechas los tradicionalistas de la campiña cordobesa toman pujanza y se reafirman en sus convicciones. Surgen centros tradicionalistas en poblaciones como Montilla, Aguilar de la Frontera, Castro del Río o Espejo.

   El domingo 17 de febrero de 1935 en la explanada de las Escuelas del Sagrado Corazón, se celebrará el primer acto de la recién constituido Centro Tradicionalista de Espejo. Allí, según el cronista, como otrora, se dieron cita para escuchar a los oradores unas 500 personas: “confundiéndose los obreros con los señores, destacándose la asistencia de numerosas señoras y señoritas”; “una veintena de requetés con su boina roja, como procede, se destacaban en el servicio de orden, formando a la entrada del local como es costumbre”.
   
   Entre los oradores desplazados se encontraban, la infatigable propagandista, dirigente nacional de “Las Margaritas”, señorita Maria Rosa Urraca Pastor y el diputado a Cortes por Sevilla Gines Martínez. El encargado de las presentaciones, el redactor del Siglo Futuro, Manuel Sánchez Cuesta “Mirabal”, que ya visitara y se alojara tras los muros del castillo de Espejo, en las jornadas previas a la Sanjurjada. De ahí que sus primeras palabras fueran evocadoras:

   

   “En Espejo hay un hada bienhechora, cuya magnanimidad generosa también me alcanzó. Es la excelentísima señora duquesa de Osuna, en cuyo castillo ducal, que como todos los castillos legendarios esconde su tesoro, encontré dos: el de la salud, que había perdido, y el tesoro de la noble amistad y trato de los espejeños a los que hoy saludo”.

   La presidencia local del Centro Tradicionalista de Espejo la ostentaría don Rodrigo Pérez Alcázar, y la de Las Margaritas Doña María Sánchez. Aunque el peso específico y económico de la organización lo llevaría Doña Petra Duque de Estrada desde su castillo ducal.
   Días antes, aprovechándose del homenaje tributado a un sacerdote de la localidad que cantaba misa por primera vez en la parroquial de San Bartolomé, organizo en su casa-palacio un banquete, presidido por una estatua del Corazón de Jesús: “ bajo tan sagrada enseña se agruparon mas de dos mil personas de todas las clases sociales”. No faltaron como invitados destacados tradicionalistas de la campiña.
Tras el suculento banquete, amenizado por bandas de música, traídas expresamente desde diferentes pueblos de la comarca: 



   “El pueblo, y todos los asistentes puestos en pie, dieron entusiastas vivas a la duquesa de Osuna, ya que sus constantes esfuerzos y ayudas a favor del pobre y del necesitado han dado lugar a tan emocionante acto, que quedará grabado siempre, como tantos otros que la modestia de la alta dama que nos ocupa nos impide referir, en la memoria de este lindo pueblecito andaluz, que enclavado en un altozano, aun conserva la vivienda señorial de los duques de Osuna, que hoy día puede significar el símbolo de una mano que se inclina dadivosa hacia los habitantes de las casas que en apretado grupo se agolpan en torno a la morada en la que reina un profundo sentimiento de caridad cristiana”.

  Para no extenderme demasiado, le pondremos epílogo a este trabajo, con unas fotografías suficientemente ilustrativas sobre el postrero devenir de la Republica Democrática de Trabajadores en la villa cordobesa de Espejo:

Abril de 1936

Visita del Director General de Reforma Agraria al Cortijo de Duernas,
887 hectareas donde se asentaron 120 campesinos 
del censo del pueblo de Espejo
en dos comunidades.


 Las Calleras Agosto de 1936
Una población expectante ante el desarrollo de los acontecimientos.


 "Los desastres de la guerra"

   Si se hubieran atendido las justas reivindicaciones de un proletarado que aspiraba a vivir dignamente "a lo humano" , sin necesidad de recurrir a la falsa caridad de los de arriba, muchas barbaridades materiales y contra las personas se podían haber evitado. El empecinamiento de los privilegiados por no renunciar a su status, derivo en un golpe de estado y el consiguiente conflicto entre las dos Españas. El resultado, sobradamente conocido. 

   Muchas de las personas que aqui aparecen mencionadas dejaron de existir como consecuencia de la represión brutal ejercida por uno y otro bando. Ya en la postguerra, los  mas afortunados de entre los derrotados, desfilaron por diferentes establecimientos penitenciarios purgando "culpas", mientras que la duquesa viuda desde la posición geográfica y social dominante de su Castillo Palacio socorrería caritativamente a los parias de Espejo, a la vez que distribuía gratuitamente el libro del jesuita Bernabé Copado "Con la columna Redondo. Combates y Conquistas".

30 diciembre 2010

¿Queréis Mochileros? II

   Para ambientar la última entrada sobre "Los Mochileros", buscando la fotografía que mejor se ajustara al primitivo tipo de la primera mitad del siglo XX, recurrí a la única que encontré en la red dentro del blog de la Asociación de Vecinos Pozodulce, de la que saqué el recorte que muestro en la entrada (espero que no se molesten por mi usurpación). Por premura y comodidad, olvide recurrir al archivo fotografico de viejos amigos castreños. Desde Castro del Río he recibido en mi correo una muestra del autentico mochilero de la posmodernidad del siglo XXI, que aunque no se ajusta al tipo tradicional que defiendo en la entrada, puede resultar ilustrativo:

Cayetana de Alba con sus preciosas pastorcillas, 
nacidas de su relación secreta.
Publicada en Hola (28-12-2007)


   Como el personaje, que aparece en la foto es sobradamente conocido y popular en Castro del Río, y su vestuario más que espectacular, bien se merece una letrilla:

Estando la ilustre duquesa
peinándose en el “Arroyo”,
le robaron un beso de fresa
la culpa de un Pepsicolo.

Feliz Navidad a la Casa Ducal de Alba.

28 diciembre 2010

¿Queréis Mochileros?


Mochileros de Pedro Abad (1955)
El Rincón del Círculo

   En la localidad cordobesa de Castro del Río se conserva, aunque desvirtuada ya con el transcurso del tiempo, una vieja tradición navideña: “Las Cuadrillas de Mochileros”.
   En la tarde noche del 24 de Diciembre, los niños, y otros no tanto, se tiznan la cara simulando barbas y bigotes postizos, ataviados con ropas viejas y harapientas, gorras o estrafalarios sombreros, forman grupos que cantan villancicos por las casas pidiendo el aguinaldo. Antes de comenzar a cantar pronuncian la típica frase “¿Queréis mochileros?”, siendo obsequiados, además de con el óbolo, con dulces y otros productos navideños.
   La tradición, que no es exclusiva de la localidad, se remonta a tiempos pretéritos. Concretamente, en las comarcas olivareras procede de la particular manera de celebrar la Nochebuena en los Cortijos, donde se daban cita familias enteras de jornaleros durante el periodo de recogida de la aceituna. Aquella noche, el amo (propietario) solía tener un detalle, y el acostumbrado puchero se sustituía por un caldero de carne con patatas o arroz, regado con los imprescindibles y espirituosos caldos que da la tierra.






   Para amenizar la velada se improvisaban las “Cuadrillas de Mochileros”, generalmente compuestas por mozos, que interpretaban villancicos con letras, bailes y sones ancestrales. Sus actuaciones solían prolongarse hasta Reyes. Por la tarde, tras finalizar las tareas agrícolas, se desplazaban a caseríos y cortijadas cercanas, incluso hasta el pueblo, donde eran generalmente obsequiados con productos en especie que recogían en sus mochilas, de ahí su probable denominación.
   Aunque entre las Cofradías de Ánimas, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, en algunos lugares de Andalucía se tenía por costumbre recoger limosnas en tiempo de Pascua de Navidad, obligatoria para los hermanos, y extensivas al pueblo en general. Las peticiones llegaban incluso a los cortijos y se acompañaban de ciertas manifestaciones musicales en forma de cantes y bailes (baile de ánimas). La persona que acompañaba al mayordomo recogiendo y custodiando las limosnas, se le conocía como “mochilero” (1).

   En la prensa histórica cordobesa he localizado una colaboración literaria que hace referencia a las Nochebuenas de Cortijo, que nos sirve para ilustrarnos sobre como transcurrían aquellas alegres, bullangueras y populares veladas navideñas. Se corresponde con un artículo publicado en el Diario de Córdoba durante la segunda década del siglo XX por el joven literato e historiador cordobés Octavio Nogales (2). Incluye alguna referencia a la indumentaria del “mochilero” y una letrilla:

DE LA CAMPIÑA
NOCHE DE FIESTA

   Es Noche Buena, noche de villancicos y alegría.
   La tarea del día se concluyó hoy temprano para preparar la celebración del nacimiento de Jesús.
   El amo, espléndido, regaló carne y vino, y el hato del aceitunero se alegró esta noche al abrigo del candelorio que bajo la gran campana de la chimenea ardía y sofocaba.
   Después de yantar todos grandes y chicos, viejos y mozos, las raciones que se sirvieron del caldero pendiente en las llaves y de libar el vino, la alegría afluyó a los corazones y cada cual, provisto de un instrumento, poco musical, pero bastante escandaloso, empiezan a entonar a voz en grito canciones pastoriles.



   Los zagalones, rojos por el vino y el calor, esgrimen grandes carracas formadas por un semitronco de olivo dentado y una caña cascada con el que lo frotan.
   De las mozas, no menos rojas que ellos, una tiene un almirez, otra una lata que golpea y entre todos se agita un espeso carrizal.
   Hay un ruido espantoso.
   De pronto cae en el centro de la gran estancia una cuadrilla de mozos disfrazados, con largos capuchones y en el cuerpo en abigarrada indumentaria: son “los mochileros”.
   Entre risas y gritos se hacen sitio y empiezan un baile extraño.
   Luego cantan:


Entra, entra, mochilero
con la mochila en la mano
a pedir de por favor
que te den el aguinaldo…

Que te den el aguinaldo
si no te lo quieren dar
por el niño de Jesús
esta noche han de pagar


   Al final de la copla todos corean.
   Se cansan al fin los mochileros de danzar, y entonces son todos los que cantan.
   Los viejos sentados en torno a la candela que se extingue sin que nadie se ocupe de avivarla echando leña; los mozos en revueltos grupos van de acá para allá rebosando gozo y calor…
   La grande, la esperada broma, esta a punto de suceder…
   Cada cual se aproxima a donde lo llama su gusto; las mozas se ven solicitadas por unos galanes con más ahínco que de ordinario.
   Forman un gran corro y al compás que tocan los viejos cantan y bailan.
   De pronto sin saber como - culpable luego una racha de airecillo fresco que coló- se apagan los candiles que, distribuidos por las paredes, alumbran la cocina.
   Hay un agudo chillerio de voces femeninas…
   Los viejos siguen tocando, pues con la alegría del vino y el mortecino candil del hogar que quedó encendido, no reparan en la oscuridad, que como dijo Baltasar de Alcázar “con este negro beber se acrecientan los candiles”.
   Después se hace un discreto silencio…solo se siente el repiquetear de las panderetas y almireces que los viejos agitan alrededor de los rescoldos…

 Sobre la silla "Las Ruinas de Palmira" (Conde de Volney)

   Apercibidos los abuelos de las faenas de los moros procuran reestablecer el orden.
   Las mozuelas, asustadas de su silencio, comienzan a alborotar otra vez y escapan por la puerta hacia la era blanca y solitaria, perseguidos por los galanes.
   La noche misteriosa parece un encanto.
   El cielo zarco es como un inmenso cristal…la luna lo esmerila en un tono lechoso…las estrella son lisas de oro.
   En la amplia era vestida de luna las mozuelas y los zagales ponen sus goyescas figuras en inmenso anillo.
   El plantío de olivos, al frente, tiene una vaga tonalidad de plata.
   En la casa reina el silencio y en el marco oscuro de la puerta de vez en vez brilla un destello…
   De una cebada próxima naciente huye, por un paredón, una liebre sorprendida…
Octavio Nogales.

   En la década siguiente, otro cordobés, Cristóbal de Castro (Iznájar 1874-Madrid 1953) en las columnas del diario madrileño La Libertad , con el título de "Villancicos" publica un artículo en el que se vuelve a hacer mención de los mochileros. Compara la navidad del urbanita, frívola y sin raíces, con la autenticidad y tradición con que ésta se vive en el campo:

Villancicos (3)

   Entre el “pollo-pera” , que se pasa las Pascuas bebiendo “whisky”, bailando al infernal son del “jazz”, tarareando un cuplé necio, y el pastor, que al son del rabel, baila un fandango, bebe una copa de rosoli y canta el mismo villancico que cantara Juan de la Encina ante Doña Juana, la Reina Loca, o Gil Vicente, ante Doña Leonor, la Reina Vieja, hay la desemejanza que entre el vientre y el corazón. ¡ Parece mentira que el progreso consista en arrumbar el corazón y entronizar el vientre!
- No te diré tanto; pero en fin. Es indudable que entre el “reveillón” de los grandes hoteles, con sus damas descotadas hasta la cintura y sus caballeros de frac o smoking, no es frecuente la evocación del niño Dios en el pesebre entre el buey y la mula, suprema alegoría de la ingenuidad y la humildad. Ellas no son ingenuas ni ellos humildes. ¡Ellas y ellos se avergonzarían de serlo!.
-Verdad.
-Y tan verdad....
....
-En el campo Bato, con su pellico , y Magalona con su herrada, cruzan, azotados por la ventisca, los senderos pascuales. Y en el hogar, formando corro, la familia y los convecinos, entre vihuelas y zambombas, evocan los divinos misterios. De repente, “los mochileros”, a la puerta entonan el saludo gayo:

Aquí están los mochileros
con contento y alegría,
vienen por montes y mares
del portal de Palestina

De súbito empujan la puerta. Y un zagalón se precipita en el portal cantando y bailando:

Yo soy Vicentillo
que viene a cantar,
y al niño que llora
hacerle callar...

   Rodeado de pastores, con mochilas, Vicentillo danza ante el hogar, como David ante el Tabernáculo. Los mozuelos sonríen, y las mocitas, pensativas, sienten ternuras inefables. Entonces, un patriarca viejo y barbudo como el rey mago Baltasar, comienza, buen “guión”, a dar la “entrada” al villancico. Extendiendo la mano trémula, lleva el compás, en un cerrar de ojos evocadores:

Gloria a Dios en las alturas...

   Y todos, mochileros y mocitas, niños y viejas, corean fervorosamente:

Gloria a Dios en las alturas
y paz al hombre en la tierra,
porque esta noche, pastores,
nació la luz verdadera.

   En la actualidad, en poblaciones de la comarca de la subbética cordobesa como Rute, Zambra, Almedinilla, la aldea egabrense de Gaena, la pedanía castreña del Llano del Espinar y otras como Montilla o Iznájar, se intenta recuperar y mantener  la costumbre, a través de agrupaciones y asociaciones que han rescatado de la tradición oral esas letras y sones, que cuadrillas de mochileros interpretan con orgullo por Navidad.




Mochileros del Llano del Espinar (Castro del Río)


   Castro del Río, un pueblo que atesora un considerable acervo de manifestaciones culturales de carácter popular y con una arraigada afición musical, debería de intentarlo también. Me consta que algunas de esas letrillas, incluidas las jocosas y picantes (que; no por fuerza, deben de ser catalogadas como irreverentes) han sido ya recopiladas por aficionados y estudiosos del folklore local. Para la próxima muestra artesanal, en vísperas de la navidad venidera, la presentación en público de los “Mochileros de Castro del Río” podría causar sensación.
   En cuanto al vestuario, buscando la autenticidad, nada de los típicos chalecos pastoriles, habría que investigar como eran esos capuchones que menciona Octavio Nogales. Debían ser similares a los que utilizaban los mozos de los cortijos en los Llanos de Don Juan (Rute), que se vestían estrafalariamente con gorros de cartón, cintas y bolas de colores (4).


Ánimo, amigo Blas, yo se que tu  puedes.

(1) Las cuadrillas de Ánimas y sus Músicas (Velez-Blanco). Almeriapedia.
(2) Diario de Córdoba: 26 de Diciembre de 1912.
(3) La Libertad: 25 de Diciembre de 1925.
(4) Alberto Del Campo Tejedor / "Mal tiempo, tiempo maligno, tiempo de subversión ritual. La temposensitividad agrofestiva invernal". Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, nº 1, 2006. Universidad Pablo de Olavide.

26 diciembre 2010

Miguel Gallo y la Sublevación de Jaca.




   Esta portada se corresponde con la monografía publicada por Esteban C. Gómez, hasta hoy, la más amplia, sistemática y mejor documentada sobre el tema. Excelente contribución para adentrarnos en conocimiento de los sucesos de Jaca de 1930 que precipitaron el advenimiento de la República. A élla  me ciño básicamente para narrar lo acontecido durante aquella sublevación republicana, de la que ahora se cumplen 80 años, en la que nuestro paisano Miguel Gallo Martínez tuvo un papel protagonista, ensombrecido por el posterior martirologio y mito al que fueron encumbrados los capitanes Galán y García Hernández víctimas de aquella fallida intentona insurreccional contra la Monarquía representada por Alfonso XIII.

   Por R.O. de 6 de diciembre de 1929, Miguel Gallo Martínez obtiene por antigüedad el empleo de capitán de Infantería, siendo autorizado a continuación para disfrutar de un permiso en Porcuna (Jaén) en espera de destino.
   En enero de 1930 el dictador Miguel Primo de Rivera, es obligado por Alfonso XIII a dimitir, por temor de éste a que el progresivo desprestigio de la Dictadura, afectara a la Monarquía. Mientras se organiza el nuevo gobierno al frente del general Dámaso Berenguer, el flamante capitán Gallo permanecerá en situación de disponible, adscrito a la 2ª Región Militar.
   A finales de febrero de de 1930 es destinado al Regimiento de Infantería Galicia nº 19 de guarnición en Jaca (Huesca), a cuya plaza se incorporó con fecha de 16 de marzo, siendo encuadrado en el 2º Batallón a las ordenes del Teniente Coronel Don Julio Mangada.
   
   Pocos meses después (Junio) se incorpora a su Regimiento el ex capitán del Tercio Fermín Galán Rodríguez, que llega precedido de cierta fama de levantisco y revolucionario.

 Fermín Galán Rodríguez (1899-1930)

   Galán recala en Jaca como beneficiario del decreto de amnistía promulgado por Berenguer, después de permanecer durante casi cuatro años en prisión militar por su participación en la Sanjuanada.
   Emilio Mola (Director General de Seguridad) pensó que Galán, en aquella tranquila y apartada guarnición pirenaica, no encontraría campo abonado para sus ideas.
   Tras ser recibido con recelos, iría ganándose poco a poco la confianza y simpatía de bastantes oficiales. El Teniente Eustaquio Mendoza de Artillería y el capitán Salvador Sediles, antiguo compañero de academia, serán los primeros en cultivar su trato.En el Hotel Mur, donde residía el grueso de la oficialidad destinada en esta plaza, estrecha amistad con el capitán Miguel Gallo y el Teniente Guillermo Marín.
   En el cuartel introduce una forma de trato novedosa en la plaza. Es comprensivo y afable con los soldados, y trata como iguales a sus subordinados. Este proceder es secundado por algunos oficiales, lo que se traduce en una corriente de simpatía de los suboficiales y de la tropa hacia ellos.

 Cuartel de la Victoria, sede del Regimiento Galicia nº 19

   El futuro movimiento revolucionario empieza a fraguarse al influir en el ánimo de sus compañeros sobre la necesidad de derrocar a la monarquía.
   En Agosto, cuando un amplio espectro de fuerzas republicanas, amalgamados en torno a un mismo objetivo (el derrocamiento de Alfonso XII), se reúnen en San Sebastián, los capitanes Galán, García Hernández y Gallo del Regimiento Galicia ya formaban una piña.
   De los acuerdos de aquel Pacto de San Sebastián sale un clandestino Comité Revolucionario Nacional (CRN) desde donde el insurreccionalismo se contemplaba como una forma no sólo legítima, sino también viable para lograr el cambio de régimen.


Pacto de San Sebastián (Agosto 1930)


   Se precisaba de la convergencia en tal propósito de políticos, militares y fuerzas sindicales.
   Fermín Galán, se pone desde un primer momento al servicio de la causa. Por no tratarse de una militarada al uso, se preocupa de imprimir ritmo a la captación de adeptos, especialmente entre el elemento civil de Jaca.
   El primer comité local revolucionario estaría integrado por los capitanes Fermín Galán, García Hernández y Miguel Gallo del Regimiento de Infantería Galicia nº 19, el capitán Salvador Sediles del Batallón de Montaña la Palma nº 8 y los tenientes Marín y Mendoza de Artillería, y tres civiles, en representación de las fuerzas políticas antidinásticas de la ciudad, el taxista Antonio Beltrán “El Esquinazau”, el sastre Julián Borderas y Antonio Rodríguez el Relojero.
   Con el proselitismo conspirativo de unos y otros iría creciendo progresivamente el numero de civiles y militares dispuestos a secundarlos.
   Galán sería nombrado delegado del CRN en Aragón y supedita sus planes a las instrucciones recibidas desde el CRN establecido en Madrid, donde también se había creado un comité específicamente militar al frente del general Gonzalo Queipo de Llano, del que participan, entre otros, los comandantes Sandino y Ramón Franco.
   Por diferentes motivos el levantamiento de corte republicano sobre la base de una huelga general que debería ser secundado por el mayor número posible de unidades del ejército, se iría posponiendo en las fechas.
   Ya en el mes de diciembre, en Jaca cunde la impaciencia, ante la cercanía de las nieves, la posibilidad de traslados y los permisos de navidad, que podían dar al traste con el proyecto.
   El día 8 de diciembre tras asistir en el Hotel Mur al banquete ofrecido con motivo de la festividad de la patrona de Infantería, Galán propone a Sediles, Gallo, García Hernández, Marín y Mendoza personarse en Hotel La Paz, donde sargentos y clases celebran la festividad aparte. Recibidos con aplausos, un Galán sonriente, les hace sentarse y levantando la voz les dice:

“Les traigo a ustedes un saludo de la otra casa puesto que no podemos venir todos”.

   Interrumpido en su discurso los sargentos responden con un ¡Viva el capitán Galán! ¡Vivan los hombres!, que Galán acompaña de un “Viva España Futura”. Su adhesión parece garantizada.

   Llegan los permisos navideños y la primera baja forzosa será la del capitán Miguel Gallo, que se ausentará de la plaza para no levantar sospechas. En Zaragoza junto al capitán Salinas se dedicará a confirmar el compromiso de los líderes sindicalistas y atar los últimos cabos en esa plaza.
   Definitivamente Galán le pone fecha al movimiento para el viernes día 12, con respuesta positiva desde Madrid. Gallo y Salinas son telefoneados para que se personaran en Jaca antes de las cinco de la madrugada. In extremis el Comité Nacional decide aplazar nuevamente para el día quince. Pero el emisario, Casares Quiroga que se persona en Jaca en la noche del día 11, se fue a dormir sin entrevistarse con Galán.
   Durante esa madrugada, militares y civiles se dan cita en el Hotel Mur. Desde Madrid no se recibe contraorden. La falta de respuesta equivalía a la confirmación, la suerte estaba echada.
   A las 5 de la madrugada se echan a la calle, el primer paso hacerse con el control de los cuarteles que consiguen con relativa facilidad. Entre arengas, vivas y mueras la tropa las diferentes compañías se ponen en marcha.



   Al capitán Miguel Gallo, por ser el más enérgico de entre los oficiales comprometidos, se le encomiendan las detenciones. Se dirigen a la Ciudadela, que albergaba la batería de artillería y donde reside el General Gobernador de la Plaza, Fernando de Urrieta y Sanabria. El capitán Gallo, pistola en mano, llama a su puerta, le abre un asistente, que al ser preguntado por el general se pierde en su busca. Al poco sale el general en zapatillas y poniéndose el gabán sobre sus prendas de dormir pregunta:

-“¿Qué pasa?”
El capitán Gallo responde:
-“Pasa que se ha proclamado la Republica en toda España y….”
   Conforme va hablando el capitán, el general que ha observado ya la disposición del pelotón que le acompaña, va retrocediendo con el rostro desencajado, balbuceando palabras inconexas y pidiendo que no le maten.
Gallo le apunta con la pistola y entonces el general reacciona con energía:
-“¿A vuestro general hacéis esto?
-“Usted ya no es general. Y ahora está a mis órdenes. ¡Detenedlo!”.

   Patrullas de militares y civiles se hacen con el control de telégrafos y teléfonos. La primera dificultad surge en el cuartel de la Guardia Civil donde se topan con la resistencia de la dotación jacetana. Es avisado el capitán Gallo que distribuye estratégicamente a los soldados en las proximidades del cuartel. Se inicia un tiroteo del que resultan heridos dos soldados. Un disparo de fusil alcanza al sargento de la guardia civil Demetrio Gallego, quien cae fulminado falleciendo instantáneamente. Un nuevo incidente en la calle Mayor se salda con la muerte de dos carabineros que se resisten a entregar su armamento.

 Calle del Carmen de Jaca

   Cuando la población empieza a salir de sus domicilios contemplan los acontecimientos con sorpresa y expectación. En la plaza del Ayuntamiento la banda de música toca el Himno de Riego, cuando se persona Alfonso el Relojero, a su lado está el capitán Gallo. Al terminar la música se hace el silencio y Alfonso empieza a leer en voz alta:

“Como delegado del Comité Revolucionario Nacional, a todos los habitantes de esta ciudad y demarcación, hago saber:
Artículo único: todo aquel que se oponga de palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la República naciente, será fusilado sin formación de causa.
Dado en Jaca a 12 de Diciembre de 1930.
Fdo. Fermín Galán”.

Lectura del Bando

   A media mañana es proclamada la República desde el balcón del Ayuntamiento, donde permanecerán recluidos todos aquellos jefes y oficiales que no secundaron el movimiento.
   Proclamada la República y controlada la situación el siguiente paso, como estaba convenido, era dirigirse hacia Huesca para extender la sublevación. Se organizan dos expediciones, una columna motorizada por carretera al frente de Galán y un convoy por ferrocarril al mando del capitán Salvador Sediles.

 En el centro el capitán Gallo momentos antes de partir hacia Huesca

 Se inicia la marcha

   La tardanza en la requisa de camiones y gasolina retrasaron la salida hasta las tres de la tarde.
   En Ayerbe , tras tomar teléfonos y telégrafos y neutralizar a la Guardia Civil, los sublevados proclamaron la República, leyéndose un bando de características similares al de Galán en Jaca.
   Al amanecer, la columna ya unificada, se detuvo bruscamente a la altura de las Coronas de Cillas, al encontrarse la carretera cortada. Fuerzas gubernamentales de artillería procedentes de Zaragoza y Huesca les hacían frente. Se impuso el criterio de Galán de parlamentar con los oficiales e invitarles a que se sumaran, como se había convenido previamente. Varios oficiales rebeldes se ofrecen para parlamentar. Galán le dice a Gallo que se quede con él. Irán los capitanes Luís Salinas y Ángel García Hernández conducidos por El Esquinazau.
   Galán les encomienda para que hablen sólo con los oficiales, con el argumento de que debían de evitar, a toda costa, que soldados hermanos se matasen entre si, y al partir les dice:

“Si intentan deteneros, decidles que si dentro de 10 minutos no habéis vuelto, abriremos fuego sobre ellos”.
  
  A los emisarios les esperaba el arresto sin posibilidad de comunicarse. Ante la tardanza, Gallo hace dos disparos al aire en señal de advertencia. Tras un minuto de tenso silencio resuena una ráfaga de ametralladora, un breve tiroteo y la posterior desbandada de los hombres de Galán, que llevaban horas sin dormir, sufriendo las inclemencias del tiempo, y que éste no supo ni quiso frenar.
   Galán, consciente de la suerte que podrían correr sus compañeros y creyendo que con su declaración podría salvarlos terminó por entregarse. De la necesidad de Alfonso XIII de solucionar la crisis con un castigo ejemplar surgieron “dos mártires”: Fermín Galán y Ángel García Hernández, tras consejo de guerra sumarísimo, fueron ejecutados el domingo 14. El capitán Miguel Gallo, monte a través, conseguiría huir.



   El lunes 15 se produce el levantamiento de Cuatro Vientos encabezado por el general Queipo de Llano y el comandante Ramón Franco Bahamonde, que pretendía ser una protesta contra la muerte de los capitanes y reafirmar la validez de la lucha insurreccional contra la Monarquía. La desorganización y la falta de apoyo obrero y civil darían al traste con este nuevo levantamiento.

   En marzo de 1931 serían juzgados y condenados un significado número de oficiales y suboficiales de los sublevados en Jaca. El capitán Sediles, sería condenado a muerte y posteriormente indultado, como consecuencia de las manifestaciones populares que se desencadenaron por todo el país. Eran las vísperas de las elecciones municipales del 12 de Abril que, dos días mas tarde,  propiciarían el cambio de régimen y la definitiva proclamación de la II República en España.

 

   En una próxima entrada me ocuparé de la novelesca huida del capitán Gallo tras el encuentro de Cillas y su posterior etapa como exiliado en Francia hasta la proclamación de la II República.

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