SAN MARCOS, LETANÍAS Y ROSARIO, Porcuna (Jaén).
La víspera se
dirigía a la ermita del Santo el Clero y los fieles rezando el rosario. La
ermita está situada en una altura a las afueras del pueblo. Lo traían en
procesión y al día siguiente lo llevaban cantando las letanías de todos los
Santos.
La “santera”
alfombraba todo el suelo de la ermita con una gran capa de “hinojos”, y tenía
preparados ramos de flores para todos los sacerdotes.
Después de
celebrada la misa regresaban al pueblo; llevando cada sacerdote en una
mano la vela encendida y en otra el ramo de flores.
Algunas personas
devotas del Santo pasaban la tarde en San Marcos, llevando de merienda los
típicos “hornazos”, que son un pan de aceite con un huevo sujeto por dos tiras
cruzadas de la masa.
Hornazo de Justa
CANDELARIOS
También
la víspera de San Marcos recorren los niños las calles del pueblo, llevando
cada dos un palo en el que van colocando todas las espuertas, serones, esteras,
sacos viejos, etcétera, que en ellas le dan. En las plazas, encrucijadas anchas
van acumulando todo lo recogido, y al atardecer encienden los candelarios.
Los niños saltan alrededor y cantan:
Señor
San Marcos,
la flor
de los campos.
Señor
San Benito,
la flor
de los pitos.
Esto lo cantan en
tono de letanía.
En la última decena de abril empiezan a florecer
los campos por estas tierras; mejor dicho, ya están plenamente florecidos.
El 21 de marzo es
la festividad de San Benito Abad, Patrón de este pueblo. En este tiempo los
niños hacen de las cañas verdes de la cebada zampoñas o pitos.
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Lo
transcrito pertenece a un pequeño artículo firmado por Doña Dolores Fernández Bellido, maestra de sucesivas generaciones
de niñas de Porcuna, que apareció publicado en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (cuadernos 3º y 4º
del tomo I del año 1945), donde se recogen algunos aspectos más o menos conocidos en torno a la
tradición histórica de la festividad de
San Marcos en la localidad.
Refiere la
celebración estrictamente religiosa en tiempo pasado, lo que nos induce a
pensar en que por las fechas en que se publica este pequeño trabajo no se había
superado aún en sus formas antiguas la interrupción que sufriera durante la guerra, y que pudiera
remontarse incluso al periodo republicano. Desconocemos el momento exacto en
que fue sustituida la primitiva y desaparecida talla de madera por la que se
venera en la actualidad. Heredia Espinosa dice que fue al terminar la contienda
civil.
Nos ha
llamado la atención el papel protagonista desempeñado por la santera (mujer del
santero). Esta familia, con residencia en la propia ermita, era usufructuaria también
del famoso huerto anexo a la misma. El peculiar exorno aromático y floral
desplegado para el día del santo sería algo implícito a su propia condición de caseros.
La autora
elude el localismo “chiscos” que sustituye por candelorios, más entendible para los lectores de una revista científica de difusión nacional.
Para quien pueda despertársele la curiosidad sobre
las teorías que se barajan en torno a la ancestral costumbre de encender hogueras,
asociada al calendario solar y agrícola, así como de la historia de esta
advocación en Porcuna, véase el trabajo de Antonio Recuerda Burgos: La devoción a San Marcos.
Mi más
sincero agradecimiento a Javier Navas Millán que asumió con agrado y diligencia
la petición formulada para localizar y obtener copia del artículo de Doña Dolores
entre los fondos de las bibliotecas públicas de la ciudad de Granada, en la que
reside (véase entrada sobre San Marcos en su blog personal en la que se gesta la presente) .
Para terminar, aprovechándonos de una fotografía
capturada de la Escuela Nacional de Niñas regentada por Doña Dolores Fernández
Bellido, de una fecha cercana a ese año 1945, trazaremos una breve semblanza de
esta maestra de Porcuna.
Nacida en 1911 en el seno de una familia acomodada.
Hija de Rodrigo Fernández Fernández (propietario) y de Dolores Bellido
Barrionuevo. Sus hermanos varones, Rodrigo y Antonio, tuvieron ambos acceso a
estudios superiores, Farmacia y Veterinaria respectivamente.
Las
mujeres procedentes del ámbito rural, con arreglo a la mentalidad predominante
de la época, a lo máximo que podían aspirar eran a cursar la carrera de
magisterio. Fue en las aulas de la Escuela Normal de Maestros de la capital de
España donde Doña Dolores obtuvo el título que la capacitaba para ejercer la
profesión de maestra, ostentando además el privilegio de haber participado de
la experiencia de una de las instituciones educativas más prestigiosas de
nuestro país, la Residencia de Señoritas dependiente de la Institución Libre de
Enseñanza, bajo la dirección de la ilustre pedagoga María de Maeztu.
Así consta en una relación de señoritas del
curso académico 1935/1936 que aparece en un libro del que es autora Isabel Pérez -Villanueva
Tovar: La Residencia de Estudiantes 1910-1936. Grupo universitario y Residenciade Señoritas.
Debió finalizar sus estudios ese mismo año de
1936. Terminada la guerra ya la encontramos entre las maestras que impartían
docencia en Porcuna, no librándose, pese a su extracción social conservadora,
de los preceptivos informes y expedientes depurativos que puso en marcha el
nuevo régimen, especialmente celoso con el magisterio.
Muchas gracias por la mención Alberto, es un placer poder ayudar en lo que sea (y si es de Porcuna, mil veces más). Te iba a recordar que "teníamos" este artículo pendiente desde el año pasado, y veo que no lo habías olvidado, como lo merecía San Marcos, y cómo no, doña Dolores, tan querida también por mi madre.
ResponderEliminarAdemás, he releído mi pequeño artículo, y mantengo lo que ya dije sobre que de algún modo debía recuperarse al menos "algo" al estilo de las fallas de Valencia, aunque fuera un gran chisco en mitad de la plaza cada 25 de abril para recordar lo que un día fue todo esto y no perder nuestras costumbres, justo ahora que nada parece importar, que todo va tan deprisa y que tan fácil resulta perder tradiciones que vienen incluso de siglos.
Un abrazo.
Alberto, cuando leí en su día este artículo no me apercibí, ahora al ver detenidamente la fotografía de doña dolores y sus alumnas que fechas alrededor de 1945, he de decirte que es más de diez años posterior, yo tengo esta fotografía original en papel y conozco a muchas y el resto las conoce mi mujer, de modo que podemos decir los nombres una por una, es por lo tanto posterior a 1955.
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