Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

04 marzo 2011

Carnavales de antaño (Porcuna)

Los zapateros criticones- Cádiz 1933

   Antes de cambiar de registro, me ha parecido conveniente y oportuno ocuparme también de la historia de los carnavales en Porcuna.
   Para desarrollar un trabajo parecido al que he dedicado a los de Castro del Río, a estas alturas del siglo XXI  puede que sea ya demasiado tarde, por la inevitable desaparición de sus protagonistas directos.   
   Tal vez en la memoria de la siguiente generación pueda estar aún depositada alguna de aquellas coplas.
  Quiero recordar que en los libretos que empezaron a publicarse a partir de la década de los 80, cuando se retoma la celebración de los carnavales en Porcuna, se incluyeron algunas letras rescatadas de la tradición oral de aquellas coplas cantadas por las murgas locales anteriores a la guerra civil. Por dispersión no dispongo de ellas en este momento.
   Es posible que en la escuela municipal de adultos también se haya trabajado al respecto.
   Colgado en la red (deporcuna.com) aparece el trabajo desarrollado por Luis Emilio Vallejo con el título de Historia viva del Carnaval de Porcuna (2005), en el que se rescatan algunas letras.
   Dice su autor:
  
   Todos hemos crecido escuchando cantar a nuestros abuelos aquellas canciones de los años veinte y treinta, murmuradas a veces entre dientes, con rabia de lo perdido; aquellas celebraciones que durante cuarenta años fueron silenciadas y exterminadas por la voluntad de una libertad asesinada.

   Refiere una letra de una murga de toreros, que la cantaba el famoso y entrañable personaje local conocido como Arturé, a quien la chiquillería con una mezcla de inconsciencia y mala leche le entonábamos aquello de “Arturo se limpia el culo con un billete de veinte duros”, para irritarlo, cuando la pobre criatura apenas si tenía para comer.

Esta murga de toreros
aunque somos pequeñitos
tenemos más contratas
que Belmonte y Joselito.
En la primera contrata
estuvimos muy valientes
estuvimos toreando
a los hortelanos de la fuencaliente..."

   Arturé fue el primer ultrabenito del la historia del futbol local. Solía colocarse detrás de la portería del guardameta visitante a quien castigaba y sacaba de sus casillas con su continuo y repetitivo cántico: “Los de Porcuna son campeón, lo han demostrado con el balón, los de Lopera (u otros) son de papel, y en el portero, y en el portero, me cago en él”. Cuando se exacerbaba solía saltar al terreno de juego, por el que correteaba hasta ser reducido por la fuerza pública.

   Una segunda letra de las recopiladas por Luis Emilio:

…que si ustedes no la han visto,
lo pueden observar mañana.
La fuente con cuatro ranas
que parece la cama de un melón.

Rodeada de una zanja
una hermosa biblioteca
Don Quijote y Sancho Panza
que costó muchas pesetas.

Y los libros que pusieron
escogidos de los mejores
que era el cuento del aguelo
silabario y el libro flores

   Aparecen en ella citas que nos permiten encuadrarla y contextualizarla cronológicamente. En 1926 Alfonso XIII firmó un Real Decreto por el que se creaba oficialmente la Fiesta del Libro Español, que se celebraría en la fecha que por entonces se creía que había nacido Cervantes, el 7 de octubre. Aquel decreto obligaba a los ayuntamientos a conmemorar y celebrar tal día. Un recurso habitual fue el reparto de libros entre la población escolar. Don Adolfo Barrachina, alcalde de Porcuna durante la Dictadura de Primo de Rivera, aprovechando ciertas remodelaciones emprendidas en el paseo de Jesús (glorieta de las ranas), se le ocurrió instalar una biblioteca al aire libre en los denominados “pinos bonitos” decorados con unos artísticos y artesanos azulejos alusivos al Quijote. La letra de esta copla critica el especial desembolso que tuviera que hacer aquel ayuntamiento y la dudosa calidad de la selección bibliográfica destinada para el préstamo.

Glorieta de Cervantes - Parque de Mª Luisa (Sevilla)


   También de la tradición oral procede la noticia de la especial celebridad alcanzada en la comarca por una murga de zapateros cojos durante los años 30. Esa doble condición obedece a que, ante la ausencia de una cobertura social, personas con las extremidades inferiores afectadas en su movilidad por accidentes o enfermedades congénitas, aprendían este oficio compatible con su minusvalía. Las zapaterías durante aquellos años venían a ser como una especie de casinillos de barrio, hasta los que se acercaba el personal a recabar las últimas informaciones o a matar el rato en amena conversación. En ellas se criticaba, se conspiraba y no solía faltar el vino y el bacalao pagado a escote entre los concurrentes. En el famoso carnaval de Cádiz del año 1933 el primer premio fue obtenido precisamente por una murga denominada “Los zapateros criticones”.


   No sabemos ni como ni porqué el gremio de zapateros de Porcuna, entre los que predominaban los cojos y los de militancia comunista, deciden conformar una murga. Esa particularidad y la marcialidad demostrada en desfiles y pasacalles les otorgaría celebridad. Vestían con la propia indumentaria del oficio y aquellos que estaban mejor de piernas se encargaban del tiro de una caballería que arrastraba dos arrobas de vino, por aquello del adecuado contrapeso, que se convertía durante los días que duraba el carnaval en su inseparable compañera.

   Se cuenta la anécdota, de que acudiendo invitados al carnaval del vecino pueblo de Lopera, al iniciar su pasacalles seguidos de una autentica legión de niños, que sorprendidos por el continuo tintineo y balanceo de marrillos y muletas, empezaron a incomodarlos con una machacona frase: ¡Se lo hacen! …¡Se lo hacen!... y así hasta colmar la paciencia del cojo más rezagado, que en súbita revuelta encaró a los niños con una rotunda sentencia: ¿Y esos cabezones también los hacen? ¿O son vuestros?

   La costumbre de visitarse entre localidades vecinas debía estar muy arraigada.

   La ancestral y tolerada sátira contra el clero, que se retoma dentro del ámbito de mayor libertad propiciada por el régimen republicano, derivaría en altercados públicos en la vecina localidad de Arjonilla. Es el caso de una comparsa loperana desplazada hasta esta población durante el primer carnaval republicano del año 1932
  
   Los loperanos que acudieron hasta Arjonilla, invitados por afectos, iban disfrazados de curas y sacristanes. Una primera versión, un tanto rocambolesca e inverosimil, refiere que  un grupo de individuos pertenecientes al casino republicano los tomó por auténticos y trató de impedirles la circulación. Ante la confusión generada el alcalde intentó que la comparsa se retirara, aunque su intervención no pudo evitar la colisión y el uso de armas de fuego, con un saldo de 9 heridos, cuatro del casino y cinco obreros. El presidente del casino resularía gravemente herido de bala. Fueron practicadas cinco detenciones.

   Tomás Álvarez Angulo, diputado socialista por Jaén, llega a denunciar  durante una de sus intervenciones parlamentarias que la comparsa loperana fue recibida a tiros, y que los disparos fueron realizados por patronos desde sus casas incitados por el cura párroco y coadjutor. Cuando otro diputado intenta refutar su aseveración, se muestra aún mas explicito: ¡Pero si se ha disparado desde la casa del cura!, promoviéndose un ligero rife rafe que corta Besteiro (presidente de la cámara) oportunamente.

   La sátira político social evidentemente también estaba presente en las coplas de carnaval. En la siguiente letra se denuncia abiertamente los métodos de aquel caciquismo, que no tenía escrúpulos morales de ningún tipo en su proceder con tal de obtener la deseada victoria en las urnas:

Señorito: Toma dos reales
y un puchero pringue,
y me das el voto Perico.

Perico: Yo voto por los socialistas
y  manque me maten no voto por ti.



  

   Durante las elecciones a diputados cortes del año 1933, en las que la coalición electoral de centro derecha  desplazó del poder a la coalición republicana socialista del primer bienio, se retomaron ciertas artimañas del caciquismo, especialmente en la España rural y profunda. La concesión del voto a las mujeres propició que desde los púlpitos y confesionarios se dictara a la feligresía femenina la conducta a seguir. La oligarquía agrícola colaboraría poniendo a disposición de las fuerzas de orden público sus vehículos automoviles particulares en pro de "una mayor limpieza y transparencia".

   Especialmente tenso debió resultar dicho proceso en Porcuna, en base a concisas informaciones recogidas por la prensa de la época. El alcalde socialista (Rafael Montilla) sería procesado ( motivos ? ) y el teniente de alcalde Manuel Valverde Benítez detenido, acusado de herir a un convecino de una pedrada en la cabeza.



   Esa misma tensión  se traslada al Carnaval de Porcuna de 1934, durante el cual una murga, de la que formaba parte el propio concejal y teniente de alcalde antes aludido, sería denunciada y llevada ante los Tribunales de Urgencia, acusados de atacar a la forma de gobierno, provocar desordenes públicos y proferir gritos subversivos.

Luz 16 de febrero de 1934


   Quisiera aprovechar esta pequeña contribución al conocimiento de la historia del Carnaval en Porcuna, volviendo a hacer especial hincapié en la importancia de la tradición oral a la hora de recuperar ese acerbo de cultura tradicional popular que encierran manifestaciones como el carnaval u otras. Como derivación de mi enfermizo afán recopilatorio invito a los ciudadanos de Porcuna de todas las edades, que en un último esfuerzo colectivo y aprovechando las celebraciones actuales, que hagan memoria, con el propósito de recoger con papel y lápiz, lo que pueda quedar de esas coplas carnavalescas. ¡A los jóvenes!  ¡Sáquenle partido a la grabadora del teléfono móvil!  ¡Entrevisten a sus abuelas!  que no quede la cosa sólo en “abuela dame diez euros que no tengo saldo” .Ofrezco esta entrada de blog para quienes quieran hacer alguna aportación al respecto, en los comentarios. Aunque la web de Manolo Jalón por su mayor difusión podría ser el ideal vehiculo de acopio y trasmisión.
  Ejemplos de entrevistas y videograbaciones realizadas por difentes puntos de Andalucía podeis encontrarlas en su Biblioteca Virtual.

02 marzo 2011

El Jueves Ladrero en Porcuna (Fiestas de antaño)




   El Jueves Lardero es una fiesta religiosa, tradicional, del calendario cristiano y fecha incierta, aunque por su raíz (lardus), puramente latina, nos indica a las claras su origen pudiera estar en la Edad Media, cuando el castellano se estaba desmembrando del latín.
   Se corresponde con el jueves inmediatamente anterior al “Miércoles de Ceniza” con el que se inicia la Cuaresma, tiempo litúrgico al que el Cristianismo imprimió el valor de período de limpieza, purga o purgatorio. Cuarenta días de ayunos y abstinencias, para conseguir la purificación de los fieles, que toca a su fin el Domingo de Ramos, enlazando con la Semana Santa.
   También es conocido como jueves gordo, ladrero o alabardero. Lardero es un adjetivo ya en desuso que significa graso, y así aparece en el Libro del buen amor, de Juan Ruiz, arcipreste de Hita. Hace referencia, a tocino, gordo, la parte menos valiosa del cerdo, la grasa o manteca y, por extensión, a toda la carne de cerdo.
   Cuando la Iglesia celebraba la Cuaresma, recordando la estancia de Jesús en el desierto en oración y ayuno, invitaba a los cristianos a acompañarlo privándose de comer todo tipo de carnes y derivados del animal.
   Por ello, para entrar con buen pie en el tiempo de ayuno y abstinencia, los fieles celebraban un día en el que estaba permitido todo tipo de excesos cárnicos.
    Viene a ser como la antesala del Carnaval, con el que se iniciaba solemnemente la tanda de días en que había que aprovechar para hartarse.
    Mientras que las celebraciones de carnaval se han recuperado, amparándose en una desigual tradición, y con modelos ya preestablecidos, la fiesta del jueves lardero se ha ido perdiendo y solo subsiste en algunas poblaciones aisladas con el dominador común de “jornada al aire libre con la gastronomía como protagonista principal.” 

    Recuerdos remotos de mi infancia me remiten a las últimos coletazos de tal celebración en Porcuna, ya como fiesta circunscrita únicamente al ámbito infantil y escolar. Me refiero a los famosos "bocados", primorosamente adornados con bolas de lana, que confeccionaban nuestras madres y abuelas. Durante esa tarde, los lápices y las cartillas de lectura y escritura quedaban aparcadas en las carteras (todavía no existían las mochilas con ruedas) para entregarnos al desenfrenado juego de caballos y caballistas.
    Había que simultanear ambas facetas, aunque siempre había quien, por sus especiales dotes de liderazgo y dominio sobre los demás, ejecutaba sólo el papel de caballista. No recuerdo que, con posterioridad a esa etapa de mi infancia como parvulito en el Colegio de las Monjas, se mantuviera tal costumbre.




  Aunque he intentado localizar alguna referencia que relacione los bocados de motas del  jueves ladrero de Porcuna con tradición similar en algún otro punto geográfico, el resultado ha sido infructuoso.
  Interpreto tal juego como una reminiscencia residual de aquella manera de celebrar con merendonas familiares y vecinales tal fiesta en determinados parajes campestres. Se me ocurre el Cortijuelo, quizá como uno de los más demandados por sus especiales características paisajísticas y por su proximidad al casco urbano. Supongo que los niños, propensos al potreo, irían provistos de sus bocados para amenizar su jornada de juego al aire libre, mientras que los adultos (antítesis del vegetariano naturista) se entregaban a la ingesta copiosa de derivados del cerdo en forma de chorizos, morcillas, panceta y chuletas a la brasa.


   Tal vez lo del bocado, por aquello se atar en corto, de controlar y dominar el posible desenfreno del caballo desbocado, pueda guardar alguna relación con el primigenio carácter religioso de tal fiesta. Son solo conjeturas, que se me ocurren.
   De mis jueves ladreros como parvulito (ahora le llaman educación infantil) también recuerdo la envidia que despertábamos en el colegio entre los mayores que preparaban el ingreso para el bachillerato en un aula situada en la entreplanta del edificio, regentada por una terrorífica madre llamada Delfina. Mi madre, nuestra madre, por suerte era bastante más benévola y bondadosa:

Caballos y caballistas que conocieron el Jueves Ladrero 
junto a la Madre Jesús.
Patio del Colegio de las Monjas 1965-66

   Me atreveria a identificarlos uno por uno, con un margen de error del 10%, pero para no ponerme demasiado pesado me centraré en la fila central en la que aparezco:
   De izquiera a derecha: Pepe Cruz, Luife, J.A. Gallego Aljarilla, Francisco Garrido, mi menda lerenda, Luis Manuel Pérez Morente "El luisma", Antonio Morales, Josechu el hijo del Notario, Francisco Chiachio, Angel Fernandez, Romoncito Pesetas, Zumaquero, Carmelo Ruiz de Adana, Benito Montilla, Manolo Funes y Jero (Jeromín) el del bar. Me falta el último. El resto de briosos corceles los meteré en comentarios.


   Aquellos otros más infelices, sometidos a la rígida disciplina de la madre Delfina, aquellas primeras tardes en la que la climatología ya apuntaba a primavera, se esforzaban por desentrañar el resultado de problemas de algebra y aritmética en las que estaba especializada la susodicha monja:



   Si alguien se siente especialmente atraído por las matemáticas, sin necesidad de recurrir a la calculadora, puede intentarlo. Para quienes como yo, hayan olvidado la metodología para sumar, restar, multiplicar y dividir quebrados avanzo el resultado.
  Aquella merendona de jueves lardero estaba compuesta por 21 hombres, 15 mujeres y 27 niños (el número de bocados lo dejaremos como incógnita, por si alguien se atreve a despejarla).
  Una segunda referencia sobre el Jueves Lardero en Porcuna procede de la tradición oral. Aquel día de campo se hacía acompañar de manifestaciones folklóricas locales en forma de cantes y bailes (canciones de corro).
   Bajo el título de Romances y canciones populares cordobesas y jiennenses dos primos hermanos (Felipe B. Pedraza Jiménez y Francisco Jiménez Luque) de naturaleza cordobesa (La Rambla) publicaron en 1984 un trabajo en el que se recogen un conjunto de canciones, villancicos y romances que les llegan a través de la tradición local y familiar.
  
   La casualidad de que la abuela de estos estudiosos del folklore, Pilar Herrera Corpas, nacida en 1905, fuese natural de Porcuna, ha permitido que algunas canciones populares de nuestro pueblo lleguen hasta nuestros días.
   
   Me limito a copiar el trabajo de estos paisanos de Lerroux :


Canciones para Jueves Lardero


   Hemos recogido dos canciones del jueves lardero. Proceden ambas de Porcuna. Son poemas amorosos y juveniles, aptos para cantarse a coro. “De la espuma del oro…” son seguidillas con un largo estribillo. “Cuatro delantales tengo…” alterna las coplas con su correspondiente estribillo. Alguna de sus mudanzas es particularmente conceptuosa:

Al tiempo le pido tiempo
y el tiempo, tiempo me da;
y el mismo tiempo me dice
que él te desengañará.


De la espuma del oro

De la espuma del oro
son los Manueles
y de los desperdicios
los Rafaeles.

Hay que me muero, niño.
Hay que me muero
por uno que se llama…
Ya no me acuerdo.
si se llamará Pedro,
si Antonio, si Juan…             
Manolito del alma…
Me he acordado ya.
A una rosa encarnada
con el pie verde
le parece mi amante
cuando se duerme.
Ay que me muero niño…





Redoble, redoble

Cuatro delantales tengo
y ninguno tiene cinta;
cuatro Manueles me quieren,
ninguno tengo a la vista.
Redoble, redoble,
vuelvo a redoblar,
que con tus amores
me vas a matar,
me vas a matar,
me vas a matar.
Redoble, redoble,
vuelvo a redoblar.
Al tiempo le pido tiempo,
y el tiempo, tiempo me da,
y el mismo tiempo me dice
que él te desengañará.
Redoble, redoble…
El primer novio que tuve
lo metí en un agujero
y cuando llegó el verano
los chinches se lo comieron.
Redoble, redoble…
El anillo que me diste
con las tres perlas azules,
tres días lo tuve puesto
sábado, domingo y lunes.
Redoble, redoble…

   Deduzco pues, por la edad de la transmisora, que el jueves lardero se estaría celebrando en Porcuna hasta la guerra civil con el carácter original de comilona campestre acompañada de juegos infantiles, cantes y bailes populares como hemos visto.

   Con posterioridad a la guerra, desaparecería como consecuencia de la prohibición decretada por el nuevo régimen sobre el carnaval. Tal vez, a los niños, por su inocencia, aquel nacional catolicismo que todo lo controlaba y que se propuso reformar las relajadas costumbres del pueblo español, permitiría que se siguiera celebrando en el ámbito escolar exclusivamente, hasta la fecha antes mencionada en que se pierde definitivamente del calendario festivo local.




  De nuestro entorno geográfico solo conozco dos casos en que la fiesta con tal denominación y con una esencia cercana a la original haya llegado hasta nuestros días.
  Se trata de los municipios cordobeses de Puente Genil y Fernán Núñez. 

   En el primero se mantiene fiel a su origen como prólogo de la Cuaresma, pero circunscrito al limitado ámbito de las Corporaciones de las figuras bíblicas  que desfilan durante la Semana Santa y tiene por escenario el clásico cuartel bíblico donde se escancian los sentidos con la bota sagrada. En este caso, más que una despedida, se trata de un arranque de la particular manera de cómo se celebran las fiestas de Semana Santa en la localidad pontana.

  En Fernán Núñez es el hornazo, torta hecha de harina, manteca y azúcar, con un huevo cocido en el centro, el símbolo de la fiesta. Incluido en el calendario de fiestas locales, la gente se reúne en el campo para degustar el típico dulce y otras viandas. Los naturales de esta localidad, con su particular idiosincrasia, se vanaglorian de venir celebrando ininterrumpidamente esta fiesta desde hace más de 500 años y de haberla extendido a otros puntos de la comarca. En ciertas celebraciones costeadas por el Señor de Fernán Núñez tras la conquista de Granada en 1492 sitúan su origen. Desconozco su base documental. Pudiera tratarse, incluso, de una leyenda transmitida de unas generaciones a otras.

01 marzo 2011

“Letrillas de agitación popular” (Carnavales en Castro del Río durante la II República)


Cangarrias y Mocetón



Los Comuneros

Daba pena y sentimiento
ver a los comuneros
echar arena en la calle
para perseguir al obrero.

    Estrofa suelta de una letrilla cantada durante el primer carnaval republicano, inmediatamente posterior a la huelga sostenida por los trabajadores agrícolas de Castro del Río a finales de enero de 1932. Declarada ésta ilegal y sediciosa por la primera autoridad provincial amparándose en lo prevenido por la famosa ley de defensa de la república.
    Durante este considerable envite huelguístico se puso en práctica por primera vez en Castro la costumbre de echar cargas de arena en la vía pública, principalmente en las empinadas calles que dan acceso al barrio de la villa, para facilitar la maniobrabilidad de la guardia civil a caballo reconcentrada, a la hora de disolver los grupos de sindicalistas y garantizar la libertad de trabajo.


   Comuneros: por este nombre eran conocidos los empleados municipales encargados de la limpieza y acondicionamiento de las principales calles de la población, reclutados entre jornaleros de edad ya avanzada, quienes, por su condiciones físicas ya algo mermadas, eran excluidos del mercado de trabajo. Históricamente su contratación se regía por ciertas prácticas de clientelismo político, infinidad de veces denunciadas por la minoría republicana durante los años de la Restauración.

Mercado Municipal 1927

Rifadoras del Mercado

¡Una máquina Alfa para coser!
¡Que a cualquiera le puede tocar!
Su marido que es albañil
miren ustedes como estará
que mientras ella se pone a rifar
él avía de almorzar.


   Más difícil de encuadrar temporalmente esta otra estrofa. Clara denuncia social sobre la precariedad laboral motivada por las frecuentes crisis de trabajo que sufrieron los trabajadores durante el periodo del que nos ocupamos. La falta de jornales obliga a muchas mujeres a recurrir a este sistema para procurarse el pan diario.



Alcalde Federico

Este régimen calaño
nos hace desesperar
porque ha servido al empeño
 de un alcalde Federal.

Por salir un día de fiesta
una imagen en procesión
vaya una idea completa
que tiene de Redención.

Se han apoderado de su cerebro,
monjas y frailes tiene de talón,
al ayuntamiento le da requiebro,
con el juega igual que con un balón.

Unos cuantos concejales
al ver que no camina leal,
le reprenden como hombres formales
y separan su Ideal.


    Cantada durante el carnaval de 1933 y dedicada al republicano federal Federico Millán Moreno,  primer alcalde republicano de Castro del Río.


    Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 fueron ganadas por un reorganizado Partido Liberal Fernandista  al frente de la alcaldía durante la Dictablanda, supongo que recurriendo a las tradicionales artimañas del caciquismo, que ya venían siendo denunciadas en los meses previos por los republicanos desde la prensa.
   Tras proclamarse la Republica, Federico Millán (miembro de una familia de larga tradición republicana) se convirtió en alcalde, en cuyo cargo quedaría definitivamente legitimado tras repetirse el proceso electoral y obtener su partido una amplia mayoría.
   A finales de 1932 se produce una escisión dentro las filas federales. Un total de siete concejales abandonan la formación para constituir un partido republicano federal autónomo, lo que obedece a ciertas censuras por parte de los disidentes hacia Federico Millán a quien tildan de monarquizante y antirrepublicano.
    La alusión que se hace en la letra a una procesión, debe estar relacionada con su actuación durante los sucesos del Viernes Santo de 1932, que no viene a cuento ahora referir por cuestiones de calendario de cuaresma.
Carnavales de 1934


El Diputado

Diputado a cortes acaba de salir
un señor que en este pueblo es labrador.
De su acta han sacado al Jabalí (1)
con cangarrias, beatas y conservador.

Mira algo por tu pueblo Torquemada,
no levantes tantas falsificaciones,
ni calumnias embusteras y cacicadas
que denostan a esta grande población.

Ya tenemos quien nos pueda defender
y advertimos a este grande Paletón,
como Judas no nos vayas a vender
como hasta aquí has hecho Mocetón.

Ten porte de hombre y no maleta,
que el enchufe acabas de pillar
que a ti lo que te importa son las 3.000 pesetas
y muy poco el sentir chillar.


    En las elecciones para diputados a cortes de finales de 1933 un castreño obtiene el acta de diputado. Se trata de don Antonio Navajas Moreno, conocido popularmente como “barbitas de alambre”.


    Fue alcalde por los conservadores durante la primera década del siglo XX, figura destacada de la patronal agrícola de Castro del Río, asiduo e inflexible interlocutor con los obreros sindicalistas en las negociaciones de las bases de trabajo. Después de los agitados y conflictivos años del trienio bolchevista (1918-1920), promotor y acérrimo defensor del sindicalismo católico agrario (gatopalo), con el que contrarrestar, en lo posible, la creciente  influencia de aquellos.

   Gatopalo: trampa de madera para atrapar ratas o ratones.

 Resulta que el gatopalo
es trampa paras ratones
pero solo pican en él
los tontos de los cojones.

    Durante la Dictadura de Primo de Rivera coquetearía con la Unión Patriótica (partido único) y durante el primer bienio republicano ostentaría la presidencia de la Federación Provincial de Labradores, lo que le resultó de gran ayuda  para proyectarse políticamente.
    A la segunda y definitiva vuelta de aquel proceso electoral concurre con la etiqueta de agrario, formando parte de la coalición de centro derecha antimarxista  (Acción Popular, Partido Republicano Radical, Republicano Progresista y Agrarios) que resulta vencedora.

    Los calificativos mocetón y paletón hacen referencia a sus hechuras y costumbres un tanto campestres o pueblerinas. Físicamente era un hombre grande y fuerte. La coletilla de paletón se la colocó un famoso columnista de La Voz (Dick) al divulgar su costumbre de concurrir al Congreso de los Diputados con alforjas camperas, de las que se proveía de viandas a corte de navaja, mientras que la mayoría de los diputados de provincias aprovechaban las sesiones del Congreso para visitar los mas afamados restaurantes de Madrid. Renunció al acta antes de acabar aquella legislatura.
    El remoquete de “barbitas de alambre” se lo colocaron en las primeros años del siglo, cuando siendo alcalde o presidente del “Circulo de Labradores” adquirió una bomba con la que atajar los incendios fortuitos o provocados en los predios y almiares. Como el artefacto debía de ser bastante rudimentario y difícil de poner en marcha (tal vez nadie quiso aprender a utilizarlo, por los riesgos) él mismo, con su recia barba, se hacía cargo personalmente de la extinción de los incendios. De tanto vanagloriarse de su actitud heroica y de su inmaculada barba sin chamuscar, le viene el calificativo con el que el pueblo le bautizó.

(1) Jabalí: José Antonio Balbontín, diputado electo por Sevilla en las primeras cortes republicanas (Partido Social Revolucionario), que a las elecciones de 1933 se presenta  por Córdoba en la candidatura del Partido Comunista, no resultando elegido. Durante la campaña electoral de 1933 mitineó en Castro del Río junto a Francisco Galán en un acto celebrado en el Teatro Cervantes plagado de incidentes.

Tentación carnal

    Como estamos en carnaval, y este permite ciertas licencias, en consonancia con la política de austeridad preconizada desde las instituciones en tiempos de crisis, abogo por la supresión de las dietas de las que disfruta la clase política, al margen de su sueldo, y que el ejemplo cateto o pueblerino de Don Antonio Navajas sea de obligado cumplimiento. Insto a ayuntamientos, mancomunidades de municipios, diputaciones, parlamentos regionales, nacionales o comunitarios que instalen hornos microondas en los que nuestros representantes, como buenos servidores públicos, puedan calentar el toperguare de albóndigas con tomate.



Los sucesos de Bujalance

En el pueblo de Bujalance
la ira surgió.
Prenden a Juan Pérez
y a más de cien.
¡Obreros alerta
la ley de fugas los mató!


    Bajo el nombre de “Los sucesos de Bujalance” ha pasado a la historia el movimiento insurreccional protagonizado por los obreros anarcosindicalistas afectos a la CNT- FAI de este pueblo cordobés a finales del año 1933. 

    Tras la clausura del sindicato “La Armonía”, al fracasar las negociaciones que pusieran fin a la huelga que tenían planteada, con una patronal agraria crecida por el reciente resultado electoral favorable, los ánimos se excitaron más aun de lo que ya estaban. Una pareja de policía gubernativa, que patrullaba por los barrios obreros, intenta detener a un grupo que les infundió sospechas. Al ser requerida la guardia civil, se entabla un tiroteo entre fuerzas de seguridad y obreros atrincherados desde sus casas.   Hubo disparos cruzados, utilización de granadas de mano por parte de la fuerza pública y un intento por parte de los anarcosindicalistas de tomar la casa consistorial. Una vez controlada la situación con un balance de tres muertos (un guardia, un obrero y un niño de corta edad victima inocente de una bala perdida) se practicaron numerosa detenciones (más de cien). Entre los detenidos el castreño Juan Pérez López, curtido en las luchas sindicales en Castro del Río durante el trienio bolchevista (1918-20) y que por estos años venia ejerciendo como maestro de la escuela del centro obrero la Armonía de Bujalance. 
  
    A los pocos días, una confidencia proporcionó la captura en Porcuna (Jaén) de tres de los mas destacados dirigentes (Antonio Milla Salas, José Porcel Pulido y Francisco García Cabello “Niño del Aceite”) donde permanecían refugiados en casa de un pariente próximo. Cuando eran trasladados hasta Bujalance en un camión, custodiados por la benemérita, se produce un nuevo y sangriento episodio en el puente de Cañete, en la carretera que une Torredonjimeno y El Carpio. Dos versiones:

   OFICIAL: Grupos apostados en los terraplenes del puente tirotearon a la guardia civil. Esta saltó del vehículo para repeler la agresión, momento que aprovecharon los detenidos, a pesar de estar esposados, para fugarse con los agresores. Se generalizó el tiroteo durante largo rato y la fuerza finalmente regresó a Bujalance para dar cuenta se lo sucedido. A la mañana siguiente, al practicarse un reconocimiento en el lugar de los hechos fueron encontrados los cadáveres de Milla y de Porcel (secretario del centro obrero). Del “Niño del aceite” no se encontró rastro.

   POPULAR, “suspicaz y maliciosa”, defiende la aplicación de la ilegal ley de fugas como causa de la muerte de estos sindicalistas bujalanceños. Ante la duda, el diputado socialista Hermenegildo Casas llevó el caso hasta las deliberaciones del Congreso y propuso la creación de una comisión que investigara los hechos.
  

      Aquellos sucesos también repercutieron sobre Castro del Río, donde se practicaron algunas detenciones entre sindicalistas por suponérseles relacionados. Caso del barbero Rafael Porcel Troyano y Juan Gómez Gutierrez "Pitopí".

La murga de Zaragata

    Murga orquestina de Fernán Núñez, liderada por un tal Zaragata, que prácticamente no faltó a casi ninguno de los carnavales que se celebraron en Castro durante la República. Solían actuar en un pequeño escenario que se instalaba en el “Llano de La Iglesia”.
    Sus actuaciones llenas de gracia y de ingenio eran muy del gusto de las clases populares, y menos para las llamadas “gentes de orden”.
    Las letras de sus coplillas jugaban siempre con el doble sentido:

“Ya no podemos comer
 con el pan a siete gordas,
como no comas pepinos
te vas a chupar…los dedos”.

“La murga de Zaragata
se ha visto en un gran apuro,
y se ha ido al Molinillo
 a ver si le dan …un duro”.

“Este que toca el bombo
ha nacido en el otoño,
y a su madre la tuvieron
que operar por…el invierno”.


   Incluían entre su repertorio números cómicos como el denominado “Las bragas de Doña Urraca” en alusión directa a Maria Rosa Urraca Pastor, famosa propagandista del tradicionalismo, asidua visitante de las poblaciones de la campiña cordobesa y detenida en Córdoba en agosto de 1932 por su presunta participación en el complot monárquico (Sanjurjada) que pretendía acabar con la republica.
    Se decía de ella, que había dejado al novio para entregarse en cuerpo y alma a su misión propagandística, y sus rasgos poco femeninos la convirtieron en blanco obligado de la sátira carnavalera.
    Zaragata, durante sus descansos copleros, sacaba de la trasera del escenario unos calzoncillos de hombre de considerable tamaño, que tras mostrar por el anverso y presentarlos ante el respetable como las bragas de la susodicha, volteaba parsimoniosamente hasta descubrir el característico “palomino del reverso”, sembrando la hilaridad general, que se multiplicaba considerablemente cuando eran arrojados al rostro de las buenas mozas que contemplaban el espectáculo desde las primeras filas.


Vamos a por los Trescientos

¡Vamos a por los trescientos!
¡José María Gil Robles
acompaño en el sentimiento!

    Estrofa suelta de una coplilla cantada durante el carnaval de 1936 poco después de obtener la coalición de izquierdas del Frente Popular la mayoría absoluta en las elecciones de febrero.
   Gil Robles líder de la CEDA (coalición de derechas derrotada en las urnas), convencido de su triunfo, durante la campaña electoral previa, popularizó este famoso eslogan.
    Interpretada por una murga compuesta por dos tipos: señoritos (traje, bastón y sombrero) y jornaleros ataviados con la típica blusa.
    Las continuas manifestaciones de pésame de los segundos hacia los primeros despertaban la ira de éstos, que arremetían a la carrera con sus bastones.



    La mayoría de estas letras están atribuidas o son atribuibles a un famoso personaje de los carnavales de Castro del Río de los años treinta, conocido como El Chusco, y cuyo nombre desconozco. Lógicamente su trayectoria en esta faceta carnavalesca fue cortada bruscamente por la guerra civil y la subsiguiente represión de post guerra que trajo aparejada la supresión de la fiesta de carnaval. No se, hasta que punto, sus intrépidas y populares letras le ocasionaron problemas con las autoridades del nuevo régimen. Agradecería información al respecto, bien como comentarios o en mi correo personal.

   Esta recopilación fue realizada por el que suscribe, a lápiz y libreta, durante la última década del pasado siglo, al abrigo de un horno árabe de ladrillo refractario alimentado con leña. El interlocutor, el informante, de prodigiosa memoria, “un grande mocetón” panadero de profesión, ya desaparecido: Pepe Caravaca. Persona aficionada a la farándula y a la guasa, cuyas memorables actuaciones, en el improvisado escenario que se montaba en la calle Pósito durante la festividad de las cruces de mayo, tuve la oportunidad de disfrutar. Es el más grande y corpulento, de los que aparecen en actitud cómico-artística, en la foto de utilizo para ilustrar en la cabecera.

    Gracias Pepe, por este tu legado. Estoy seguro que bastantes castreños sabrán apreciarlo.

25 febrero 2011

"Los reos de Porcuna" V (final)


Las últimas horas de un condenado a muerte

   Hechas públicas las últimas revelaciones del caso, los comités nacionales de la Unión General de Trabajadores y del Partido Socialista Obrero Español, reunidos en sesión extraordinaria  para tratar, como punto único, sobre la inminente ejecución de los hermanos Nereos, redactan y divulgan el siguiente comunicado:

El Socialista 30 de septiembre de 1915


   Mientras Don Niceto, acompañado de la comisión jiennense, se dirigía en tren hacia Madrid, esa misma tarde, diputados de la minoría conjuncionista visitaron al jefe de gobierno. Al no encontrarle en su despacho oficial, dejáronle por escrito su petición.
   Por otra parte el ex ministro liberal demócrata Sr. Burrel visitó en San Sebastián a Don Alfonso, que envió un telegrama al jefe del gobierno para que examinara el Consejo nuevamente el caso.
   Una declaración firmada por el capellán (confesor de ambos reos), el médico y el maestro de la prisión de Jaén, en las que se afirma que estos saben y les consta la inocencia de unos de los reos, una certificación del jefe de la prisión, en  la que se expresa la conducta ejemplarísima observada por los Nereos durante su larga estancia en prisión, y la compañía del diputado provincial Don José de Torres, testigo presencial de la autoinculpación de Antonio Ramírez, dispuesto a declarar bajo juramento ante el presidente del consejo sobre los detalles de la misma, era el todo el bagaje con el que don Niceto se personaría ante el presidente del Consejo para invocar el indulto del inocente Justo Ramírez.
   En la mañana del día 29, el Sr. Dato antes de dirigirse a la estación a esperar al monarca, recibió en su despacho a Don Niceto Alcalá Zamora, que le hizo entrega de los documentos recogidos y le insistió en la petición del indulto. El presidente hizo saber al diputado demócrata sobre el interés manifestado por el monarca y su contestación expresándole la imposibilidad en que se encontraba el gabinete para otorgarle.
  No demasiado conforme con la respuesta obtenida, don Niceto se persono en la estación. Saltándose el protocolo, desde el andén abordó y pidió al monarca hora para visitarle.  
   Recibido a la mañana siguiente en Palacio, en presencia de Dato, el rey volvió a recomendar el examen benévolo del expediente. Dato con el ánimo algo mas inclinado con la propuesta de indulto, prometió hablar de nuevo sobre la cuestión con el General Echagüe ministro de la Guerra. En los ministerios de la Guerra y Gobernación es, donde al parecer, se reconcentraba la mayor oposición a las peticiones. Echague, estaba al frente de la Dirección General de la Guardia Civil cuando se produjeron los luctuosos y enigmáticos sucesos en el Cortijo de San Pantaleón (Porcuna), que derivaron en el auto y el procesamiento de los Nereos.
   Por fin tras conferenciar Dato con el ministro de la Guerra, dio por teléfono cuenta al rey del resultado de ella: “Acuerdo de aconsejar a Don Alfonso el indulto de Justo Ramírez Muñoz, y de que no se podía hacer extensiva al otro hermano el ejercicio de la regia prerrogativa”.
  El indulto otorgado a Justo destapa y pone en evidencia cierto anacronismo jurídico, con el que se orquesta una nueva campaña a la desesperada para salvar la vida del segundo de los Nereos:

Editorial El Pais 30-09-1915

   En Jaén, a la par que se recibía con regocijo la noticia del indulto de Justo Ramírez, llegaba el verdugo procedente de Burgos. Próxima la hora de entrar en capilla, Antonio, decaidísimo, llora y se niega a tomar alimentos, mientras que el jefe de la cárcel le consuela paternalmente. Los padres del reo vinieron a Jaén y se volvieron a Porcuna sin atreverse a visitar la prisión. Treinta pesetas, producto de sus ahorros, eran entregadas por Antonio a un enfermero de su confianza para que se las remitiese a sus padres.
   La guardia civil de la capital era reconcentrada y se esperaba una compañía del regimiento de infantería de Soria, en previsión de incidentes.


  Cuando se propaga la noticia de que Antonio definitivamente ha entrado en capilla, un gentío enorme se congregó en los alrededores de la cárcel. Se suspenden todos los espectáculos. Una manifestación numerosa y espontánea, integrada por personas de dispar condición social, recorre de la mano las principales calles de la capital. Al grito unánime de ¡perdón!... ¡perdón! , con predominio de mujeres en cuyos ojos afloraban las lagrimas, se detiene frente a la Casa Consistorial y con posterioridad ante el edificio que alberga el Gobierno Civil. Fue una comisión de mujeres la que subió a hablar con el gobernador, a quien sacaron la promesa de telegrafiar al Gobierno. ¡Jamás se ha visto en Jaén un acto tan emocionante! (refiere un corresponsal).

   “Personas de todas las clases recorrieron pacíficamente las calles de Jaén en demanda de perdón para el reo condenado a muerte.
   La manifestación revistió una importancia extraordinaria y en ella imperó la tranquilidad, aun cuando en algunos elementos se observaban síntomas de gran excitación y el propósito de exteriorizar el disgusto y la protesta.
   Los ánimos están muy excitados”.
(El Socialista 30 de septiembre de 1915)



   Conforme se iba acercando la hora de la ejecución, en torno a la cual hubo un premeditado ocultismo oficial, quienes hasta entonces  habían desplegado todas sus energías en favor de la conmutación de las penas, emprenden una feroz acción reivindicativa final. Con el indulto de Justo, de alguna manera se reconocía un error en las apreciaciones de la sentencia, lo que en la justicia ordinaria hubiera supuesto la paralización inmediata de la ejecución de Antonio y una revisión del proceso. Estos serán los argumentos principales, de quienes a la desesperada, presionan una vez más a las más altas instancias del gobierno:


El Imparcial 30 de septiembre de 1915

   La lucha fue tan tenaz, tan arrollador el impulso de las comisiones, que al parecer, el Sr. Dato exclamó:

“Señores, acaso si yo no estuviera en este sitio me hallaría unido a ustedes en sus deseos; pero deberes de gobierno, nunca mas dolorosos que ahora, me obligan a mantener la necesidad de la ejecución.
  He tenido la necesidad de hacerme fuerte hasta con los requerimientos bondadosos del rey, que me ha instado para que el gobierno le aconsejara el indulto…
  Tengan también ustedes piedad de mi…”

  El general Echagüe, ministro de la Guerra, también conferenció con las comisiones, presididas por Alcalá Zamora, manteniendo la misma pasividad inconmovible que el presidente del Consejo.
  La suerte estaba echada, la crónica de esta muerte anunciada, llega irremediablemente a su final cuando Antonio Ramírez Muñoz era ejecutado en el patíbulo instalado en las dependencias de la cárcel provincial de Jaén a las 8 de la mañana del día 30 de septiembre de 1915.

El Socialista 30-09-1915
 
   En la capital de Jaén se decretaron varios dias de luto y se suspendieron los espectáculos públicos. Cuando reabrieron las salas de espectáculos, en muchos casos, el importe integro del taquillaje sería destinado a socorrer económicamente a los infelices padres de los Nereos.