Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

16 noviembre 2010

Historiografía castreña del XIX: Fray Juan de Castro (1741-1828).





   “Nació Juan en Castro del Río, el día 22 de septiembre del año 1741, a las once y media de la noche, hijo de don Lucas de Castro y de doña Flora Maria Gutiérrez; abuelos paternos, Juan Antonio de Castro y María Antonia Millán; abuelos maternos, Andrés Gutiérrez y Rosa María Villatoro y Rus, compadres, Juan Antonio de Castro y María Antonia Millán. Fue bautizado por Don Andrés de la Peña Tercero”.

   Autor de “De los escritores naturales de Castro del Río, que han dado a la imprenta alguna de sus obras”, fragmentos históricos que para conservar su buena memoria recogió y escribió un Fraile del Carmen en el convento de la misma villa. Se comenzó el año de 1804.
Manuscrito original en 4º-411 páginas y 12 más de principios. El autor, cuando esto se escribe, es de edad de ochenta y seis años (Castro del Río a 7 de septiembre de 1827).

   Estos datos pertenecen a los apuntamientos realizados por el bibliófilo, bibliógrafo y bibliotecario de las Cortes de Cádiz, Bartolomé José Gallardo, durante los primeros meses de su destierro o confinamiento en la villa de Castro del Río, plasmados y publicados, ya después de muerto, en la que es considerada como su mas grande obra: “Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos” (1)
   Gallardo, había recalado en Castro, merced a la deferencia del subdelegado del gobierno absolutista de Fernando VII en la provincia de Córdoba, Don Francisco González de Argandeña, que pensó que “en Castro darían buena cuenta de él, por ser en este pueblo muy absolutistas y enemigos de los liberales”.
   
  
    "En esta villa, si la mayoría de los vecinos lo miraban de reojo o con aversión, no dejó de encontrar algunas personas, que sin participar de sus opiniones, lo tratasen con benevolencia y afabilidad, y entre ellas el V.P Maestro Fray Juan de Castro, sabio y virtuoso carmelita calzado, con quien trabo amistad con motivo de frecuentar la biblioteca del convento”.
  “Si no lograron su intención los de Castro, pues lo habían mandado para que lo asesinasen allí, no dejo de sufrir algunos ultrajes y molestias. En una ocasión se atrevió un voluntario realista encontrándolo en la calle a insultarlo de palabra y a maltratarlo de obra tirándole algunos ladrillazos. Creemos que Gallardo se quejó a la autoridad de tal insulto; pero no recordamos el fin que tuvo esta ocurrencia.
Por un efecto de la claridad y descaro con que una vez se expresó hallándose en las casas del ayuntamiento de Castro, diciendo que las leyes no se extendían a las opiniones sino a los actos exteriores únicamente, y que el siempre pensaría como mejor le pareciera, sus enemigos, aprovechándose de esta confesión que creyeron o afectaron que era criminal, le formaron causa en 1829, y lo tuvieron preso en la cárcel algunos meses, de la cual salió después de haber sufrido los disgustos y malos ratos que se dejan entender, y tenido que hacer gastos, tanto mas gravosos, cuanto Gallardo no disfrutaba de facultades muy amplias” (2).
  
   Gallardo, que habitaba en una pequeña casa de familia pobre, cerca del Convento del Carmen, terminaría por compartir vida con esta comunidad de frailes, por cuya circunstancia se daba el título de Sr. Forzado y de Sr. Bartolo.
“Es fama que tal residencia no le fue muy desagradable, ora por tener allí a su disposición una curiosa biblioteca, ora por la consideración y el cariño con que le trataban los individuos de la comunidad”. Aunque por sus cartas sabemos que no fue tan tranquila su existencia, cuando, con su particular ironía, disimula su posición al decir “que rodando mundo, se dejó ir a aquella amenísima y encantadora ciudad de Valencia” (3).
   La amistad y el trato con el P.M Juan de Castro, hombre piadoso y venerado en la villa del Guadajoz, con quién paseaba por sus calles, le sirvió para desarmar en gran parte la tormenta contra él. Ya en 1830, escribe Gallardo desde Castro: “(…) últimamente era aquí bien visto y apreciado de todos, pero siempre aborrecido por Calderón y algunos realistas” (4).

   
     Gracias a Bartolomé J. Gallardo, que le dedica una entrada a Fray Juan de Castro en su Ensayo, en agradecimiento al amigo favorecedor que le había ayudado a sobrellevar la amargura del destierro, conocemos el contenido de la obra historiográfica de este carmelita castreño.

   En una primera parte se ocupa de reseñar a los naturales:



1)      Don Juan de Leiva, obispo de Almería (1630-1704).
2)      Dr. Don Cristóbal López de Cañete, presbítero (1567-1637).
3)      Fray Martín de Osuna y Rus, carmelita (1630-1706).
4)      Fray Pedro Jacinto de Espinar, carmelita (1647-1725).
5)      Ldo. Don Juan Pedro Moreno y Arias (1710-1776).
6)      Dr. Don José de Astorga y Baquerizo (1743-1797).
7)      Dr. Don Juan de Astorga y Baquerizo (1750-1821).
8)      Fray Juan de la Rosa, carmelita (1743-1812).
9)      Don Juan José Jurado Valdelomar, guardiamarina (1763- aún vive en 1827)
10)   Fray Francisco Sánchez de Feria (1744- vive). Hijo del Dr. Don Bartolomé Sánchez de Feria.
11)   El propio padre Castro.

Pero además de estos escritores, da el padre Castro noticias curiosas acerca de otros, de quienes por incidencia se le ofrece hablar; todos con el mas atinado pulso y veracidad.

En un apartado que intitula Escritores de Castro, especies sueltas, menciona a:

  • Fray Bernardo de Leiva, autor del manuscrito “Dictamen en respuesta a cierta consulta sobre si sea lícito, o al menos conveniente, dar libertada a los esclavos”, dado en el convento de Castro del Río, a 13 de marzo de 1643.
  • Licenciado Pedro de Espinosa, que fundó una capellanía perpetúa en la parroquial de Santiago de Baza.
  • Fray Bartolomé de los Mártires, que se llamo en el siglo Bartolomé de Osuna, que tomó el hábito de carmelita calzado, después de haber sido párroco de Castro en 1633.
  • Vida del Ilmo. Fray J. Feijoo de Villalobos, escritor carmelita.

También dedica unas páginas a otros escritores, que sin ser castreños, se ocuparon de su historia:

Fray Juan Félix Girón


  • Vida del padre maestro Fray Juan Félix Girón (1613-1684), p.242.
  • Vida de don Bartolomé Sánchez de Feria (1719-1783), medico cordobés, p.366.

Y otras, a dar noticias sueltas sobre su historia:

  • Osca, ciudad antigua, a una legua de Castro, hoy es un despoblado llamado Iscar, p.153.
  • Ategua, hoy Teba (es un cortijo diferente de la villa de Teba, junto a Hardales), p.177.
  • Castro fue ganado a los moros en 1232, p.155.
  • En 1559 se estrenó el convento de carmelitas de Castro del Río, p.239.
  • Fray J. Paniagua, lego morador del convento de Castro, que murió en 1723 a la edad de ciento y dos años, p.241.


Gallardo, incluye así mismo la obra teológica y filosófica del padre maestro Castro:

  • “Carta de un amigo a otro, en la cual le manifiesta su dictamen sobre la Teología llamada del Arzobispo de León”. Su data: de este convento del Carmen de Castro del Río a 13 de noviembre de 1799. Este papel se imprimió por primera vez, sin nombre del autor y sin su noticia, en Baeza, en la oficina de don Agustín de Dobla, el año de 1802, por una copia incorrecta. Se reimprimió con otro papel intitulado: “Examen del curso de instituciones teológicas del arzobispo de León, conocidas bajo el nombre de Teología Lugdunense…Madrid, oficina de don Francisco Martínez Dávila, impresor de Cámara de S.M., 1828, 8º.
  • “Colección de sermones panegíricos y morales”. Manuscrito, tres tomos, en 4º.
  • “Allocatio gratulatoria”
  • “Método práctico o plan de estudios que se observa en el colegio de San Roque de Córdoba, ordenado por el maestro regente”.
  • “Carta en que se trata del Breviario Carmelitano”.
  • “Dictamen o juicio que en la Universidad de Osuna defendió don Baltasar Cosió, y presidió don Manuel Flores, su maestro, catedrático de filosofía en la misma Real Universidad, el día 19 de julio de 1799. En este escrito trabajado por encargo del obispo de aquella ciudad, se descubre la falacia de aquel catedrático, y los paliados errores filosóficos y teológicos de su papel en idioma vulgar, etc.”.

   Otro carmelita natural de Castro del Río, el P.M. Fray Miguel Rodríguez Carretero, que también se ocupó de la historia de Castro, y a quien le dedicaremos una entrada aparte, en su Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia (primera edición del ms. original 18.118 de la Biblioteca Nacional de Madrid, datado en 1817) también se ocupa del R.P Maestro Fray Juan de Castro:

   “Vive y existe aún, en dicho convento de Castro, hijo de él y natural de la misma villa, insigne varón en letras y virtud; leyó los 12 años en Córdoba y tres de Filosofía en la Casa Grande y los nueve de Theología en el Convento de San Roque con grande fama y aclamación en el teatro; gran Theólogo, famoso moralista y muy instruido en la mística, en la historia de su Religión, en las ceremonias y rúbricas. Tiene escritos quatro tomos en 4º, dignos de verdad de la prensa; tres de sermones selectos y algunas consultas, y el resumen de la vida del Ylmo. Sr., D. Juan de Leyva, Obispo de Almería, con algunos artículos de otros hijos escritores de Castro. En quanto a su virtud, es ejemplar de la provincia, tan observante del instituto que a nada falta, tan retirado que sólo a los actos de Comunidad sale de su celda. A la calle dos vezes en la semana, semper cum socio y eso a confesar religiosas, siendo ocupado en la lectura, en la oración y en las buenas obras. En tenor de la vida que emprendió desde Corista y principalmente desde que se ordenó lo ha continuado con tanto tesón y constancia que no ha tenido ni se le ha notado la menor mudanza o novedad. En Córdoba, en Castro donde solamente ha vivido y en toda la provincia, es universal la fama de su sabia doctrina y virtud; cuenta ya 75 años de edad llenos de meritos y santas obras” (5).



    Rafael Ramírez de Arellano en su “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba” se limita a transcribir íntegramente  el artículo del ensayo de Gallardo, e incluye como novedad, la información tomada de un catalogo inédito de hijos de Castro perteneciente a un Rodríguez Carretero, hermano menor de Fray Miguel, a quien presuponemos como custodio de los manuscritos de éste.
   En las entradas que dediqué en su día a Fray Juan Félix Girón, erróneamente sitúo a éste a principios del siglo XX, por considerarlo como coetáneo e informante de Rafael Ramírez que publicó su obra en 1916.
   La información que incluye Ramírez de Arellano (tomada de Rodríguez Carretero) debe corresponderse con la mitad del siglo XIX, después de la desamortización de Mendizábal y la consiguiente exclaustración de los frailes del convento del Carmen de Castro del Río.

Dice Rodríguez Carretero (menor):
   “He visitado el convento de monjas de Castro, y preguntándole a su superiora por las obras que quedan reseñadas, me dijo que tanto esas como la del obispo Juan de Leyva las habían destruido, gastando las hojas en el horno para que no se manchasen de ceniza las tortillas de azúcar al cocerlas. Tienen aún dos canastas de cartas y papeles de Fray Juan de Castro, enlegajados y rotulados por él, que me prometieron no quemar, pero de cuya promesa no puedo por menos de dudar. Aunque hemos advertido al señor obispo del peligro que corren tales papeles, no creemos que los reclame ni salve del terrible horno” (6).
   Los desvelos de este castreño defensor del patrimonio documental, como el mismo intuye, no creo que surtieran efecto y el destino de los papeles de Fray Juan de Castro nos lo podemos imaginar.
  
   Don José Navajas Bravo, en su inconclusa Historia de la Noble y Leal Villa de Castro del Río (1909), utiliza como fuente los escritos sobre la historia local de Fray Juan Félix Girón, Sánchez de Feria y  Juan José Jurado Valdelomar (a quién le dedicaremos otra entrada), pero no menciona para nada a Fray Juan de Castro. Esto me induce a pensar, que aquellos manuscritos ubicados en el convento de las madres dominicas de Jesús y María de Scala Coelli se seguirían utilizando como base para hornear las bizcochas, y se perderían para siempre.

   La última noticia que tenemos sobre él se debe a Antonio Saraza Murcia, que publica en 1927 un reportaje histórico con fotografía sobre la villa de Castro del Río, en  Andalucía: Revista Regional-Órgano de Turismo que el mismo dirige.
   Lo incluye entre los hijos ilustres de Castro que mas renombre alcanzaron en las páginas de la historia, y nos informa sobre el año de su muerte  y el lugar de su sepultura: “delante de la sacristía de la iglesia del Carmen esta enterrado Fray Juan de Castro, sabio y virtuoso varón natural de esta villa que murió en 1828(7).


   Desconozco si en la actualidad delante de la sacristía de la Iglesia del Carmen, después de las destrucciones, reconstrucciones y sucesivas reformas, permanecen los restos de Fray Juan de Castro, o al menos, alguna lápida o inscripción que recuerde su paso por la vida. Podría intentar informarme, pero por aquello de hacer esto un poco más participativo, casi prefiero que sea algún castreño quien lo haga.





Ent. relacionada: "Letras encadenadas" (los manuscritos conventuales de Castro del Río)

(1) “Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos”. Formada con los apuntamientos de Don Bartolomé José Gallardo, coordinados y aumentados por D. Al. R. Barco del Valle y D. J. Sancho Rayón. Tomo II. Imprenta y estereotipia de D. Manuel de Rivadeneyra. Madrid, 1866.

(2) Luís María Ramírez de las Casas Deza en Semanario Pintoresco Español (mayo-junio de 1853) se convirtió en su primer biógrafo, al publicar por entregas, varios artículos sobre la trayectoria vital del  polifacético Bartolomé José Gallardo. Su amistad parece remontarse a su etapa de destierro en Castro del Río (Córdoba) durante la cual mantuvo una profusa correspondencia con él, incluso llego a visitarle.

(3) “Cartas familiares de D. Bartolomé José Gallardo”, en Boletín de la Real Academia de la Historia de 1875.

(4) Antonio Flores Muñoz/ Castro el Río y D. Bartolomé Gallardo (1827-1831). Revista de Feria de Castro del Río, 1990.
Interesante y bien documentado trabajo de este bibliotecario cordobés asiduo colaborador en esta  publicación local. Utiliza la correspondencia epistolar salida de la pluma de Gallardo, durante su destierro castreño, recogida en los trabajos de Rodríguez Moñino y Miguel Artigas.

(5) P.M. Fray Miguel Rodríguez Carretero / Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia (primera edición del ms. original 18.118 de la Biblioteca Nacional de Madrid, preparada por el Rvdo. Padre Ismael Martínez Carretero, de la misma orden). Sevilla 2000.
 
   Quiero aprovechar la ocasión, para trasmitir mi agradecimiento a la comunidad del convento de carmelitas del Buen Suceso de Sevilla, por haber hecho llegar esta obra hasta mis manos.
       
(6)  Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba”.Obra premiada por la Biblioteca Nacional en el concurso público de 1916 e impresa a expensas del estado. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid,

(7) Antonio Saraza Murcia en Andalucía: Revista Regional-Órgano de Turismo. Córdoba, febrero de 1927.

Entradas complementarias:

Letras encadenadas: "Los manuscritos conventuales de Castro del Río".
Noticias sobre la Hermandad de la Aurora de Castro del Río.
Noticia sobre el oratorio de la callejita de los Dolores.

2 comentarios:

  1. Estimado Alberto:
    te sigo desde la vecina villa de Espejo, aunque soy montillano, desde que he descubierto tu página la leo asiduamente y con atención todos los días, es interesantísima, te recomiendo que juntes artículos y publiques un libro. Quiero destacar la cantidad de bibliotecas y papeles de la Iglesia que están a punto de desaparecer o en estado deplorable: caso el Archivo Parroquial de Ucubi, SIGUE ASÍ, ANIMOOOOOOOO

    Ah, se me olvidaba decirte que Bartolomé gallardo dio escapaditas a Montilla a vere sus fondos bibliográficos.

    A ver si un día publicas algo dedicado a los templos y edificios destruidos en Castro. Saludos de un casquetamontillano.

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  2. Hola Alberto,
    Muy interesante tu blog. Me gustaría saber si tienes al alcance el artículo del Padre Castro sobre Osca.
    Un saludo.
    Desde Cañete.

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