Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

11 octubre 2014

JAÉN: LA FERIA CALUMNIADA



    El cartel de la actual edición de la tradicional Feria de San Lucas (exaltación del traje de faralaes sevillano) ha suscitado unas, creo que atinadas, letras, en las que se que viene a cuestionar esa más que evidente colonización cultural y tendencia hacía la uniformidad, que cada día se halla más extendida y arraigada por toda la geografía andaluza, en las formas que adoptan sus manifestaciones festivas y populares (Semana Santa, Carnaval, Ferias o Romerías). Desde hace ya varias décadas se viene atentando y poniendo claramente en peligro la autenticidad de lo autóctono. 
    Esa crítica me ha incitado a rescatar de mi particular baúl de los recuerdos un artículo de prensa firmado por un joven y prometedor periodista de la tierra, Francisco Cruz Salido (1898-1940), cuya brillante trayectoria profesional fue frenada en brusco por el aparato represivo del régimen franquista. El referido artículo es del año 1924.

LA FERIA CALUMNIADA



    La feria de Jaén se verificará el día 18 y los preparativos enardecen a mis paisanos, dándoles un entusiasmo verdaderamente admirable. Este entusiasmo es único, exclusivo y patentado. Es de Jaén. Y consiste en censurar a la feria. La pobre feria es formidablemente calumniada en estos días, calumniada alevosamente, y, lo que es peor, unánimemente.
    Todos, todos, sin excepción, se dedican a renegar de la feria. Los más eruditos la desprecian olímpicamente y la comparan con la de Sevilla, con la de Málaga, para vejarla en la semejanza: ¡Bah, la feria de este año, lo mismo que la del año pasado!
    Efectivamente será lo mismo que la del año pasado y, probablemente, lo mismo que la del año que viene. Creer que ésta ha de cambiar, es tanto como decir que nosotros hemos cambiado y que ha cambiado Jaén.
    Jaén es el mismo y nosotros también. El año pasado sacó sus viejos harapos de colores chillones y llamativos y se puso de Feria. La ciudad, de esta forma vestida, resultaba verdaderamente grotesca. Se apreciaba a simple vista  y acaso nos avergonzaríamos un poco del fracaso. Este año sucederá lo propio. Y es que la feria, observada desde el punto de vista filosófico, estaba absolutamente desconsoladora. En realidad no debe ser la feria la que produzca este desconsuelo en el que debe hacerlo surgir. En estos días de festejos, todos los vecinos, contagiados por la general exploración tenemos algo de forasteros, unos forasteros filosóficos que miran tristemente la miseria de la ciudad engalanada. Protestamos indignados, furiosos. Nuestros amigos, los forasteros auténticos, nos preguntan por las cosas de la población, nos interrogan sobre sus bellezas y quieren saborear el esplendor de nuestro pueblo. En ese momento sentimos la afrenta, porque la población es mísera y desolada, y porque nosotros mismos no sabemos enaltecerla.
    Desde luego yo no imito a mis paisanos. Yo miro la feria sin pretensiones de filosofía, ni razonamientos intrincados sino como una cosa perfectamente espectacular. La Feria me perdonará mi falta de respeto, pero yo en vez de divagar intento divertirme. Acaso sea yo el único vecino que estime que las ferias son para divertirse. Esta frivolidad de mi carácter me apena en extremo, aunque no dispongo de remedio eficaz para evitarlo. La ciudad huele a aceite frito. La música suena desenfrenadamente, con un gesto heroico y resignado que yo admiro en silencio. Las calles están llenas de polvo y de coléricos ciudadanos que le pisan a uno de una manera despiadada e irreverente.
    Los establecimientos nos explotan sin cordialidad alguna, sin agradecerlo; no tienen una mirada amable para este gesto apostólico que ponemos cuando nos desvalijan. Yo me sentiré un poco forastero estos días y me divertiré sin hacer silogismos crueles, que, por ahora, no es método recomendable para el optimismo. Me divertiré y contemplaré a Jaén lo mismo que el año pasado, y que el otro, y que el otro. Y lo mismo que los venideros. Lo contemplaré con un gesto amargo, como cuando vemos a un pobre viejo, que, orgulloso, quisiera ponerse una levita en el día de su santo para deslumbrar a sus visitantes. Y la levita, ya vieja y roída, deja al descubierto los pies desnudos y la cabeza sin energías.

(Publicado en el diario La Voz de Córdoba el 5 de octubre de 1924)

   Un pequeño homenaje al folklore auténtico y tradicional con la interpretación del Bolero de Jaén a cargo del Grupo de Coros y Danzas "Lola Torres" :

09 octubre 2014

PORCUNA ISABELINA: CONFLICTOS ELECTORALES (1858 y 1864).


Isabel II de España 
    El siglo XIX en España fue un periodo convulso y problemático durante el que se sucedieron guerras civiles, pronunciamientos militares y decenas de cambios de gobierno. 
    Donald Shaw, un escritor y crítico literario británico, a mi juicio, lo resume magistralmente:


   “De la consideración de la historia del siglo XIX español se infiere que cualquier cambio político, sin el correspondiente progreso social y económico, está destinado al fracaso. Tres importantes factores obstaculizaron este progreso. Uno fue la actitud egoísta y reaccionaria de los grupos en el poder –el trono, la Iglesia, el ejército y la oligarquía–, expresada en los programas de sus políticos; otro fue el extremismo doctrinario y la ineficacia manifiesta de sus oponentes de la izquierda cuando ocuparon el poder; el tercero y más importante de todos fue la pobreza básica de recursos materiales de España, que impidió el arraigo del progreso material. La perduración de estos impedimentos es el legado más importante del siglo XIX a la España posterior”.

Vicalvarada (1854)
    Si ya de por si resulta difícil y complicado seguir y comprender todas esas fluctuaciones, con sus correspondientes intrigas dinásticas, políticas, así como los circunstanciales y acomodaticios posicionamiento de las élites de poder, trasladado al terreno estrictamente local, a una villa como la de Porcuna de la provincia de Jaén, la tarea se convierte en harto difícil.
     Las limitaciones impuestas por la escasa documentación del periodo que se conserva en su Archivo Histórico Municipal, por culpa de todo un cúmulo de determinantes históricos, cítese el hundimiento y ruina de la Casa Consistorial en el año 1885, que dejo enterrados muchos documentos confundidos con los escombros, los expolios y daños sufridos por los bombardeos durante la guerra civil  y algún que otro dañino expurgo incontrolado, dificultan considerablemente la reconstrucción de su vida política, económica y social.
    Creemos que las primeras actas capitulares que se conservan en el Archivo Histórico Municipal de Porcuna se corresponden con el año 1860. De momento, por mi humilde condición de investigador limitado por las economías y ese especial arraigo a mi butaca casera, prescindo de gastos, viajes y favores. Daremos tiempo a las autoridades competentes en la materia  para que doten de contenido y funcionalidad a ese edificio histórico recién restaurado que le tienen destinado como nueva sede.



     Nos alimentaremos casi exclusivamente de prensa histórica.
    Tomando como eje unos escandalosos comportamientos electorales que trascienden con detalle en la prensa nacional, intentaremos adentrarnos un poco en el conocimiento del peso específico de las diferentes facciones políticas a las que se hallaban adscritas las élites locales (sufragio censitario). Según la Constitución vigente (1845), el derecho a voto sólo lo tenían los varones mayores de 21 años que pagaban una determinada cantidad a Hacienda. 
    Nos referiremos a lo ocurrido en Porcuna durante las elecciones a diputados a Cortes del año 1858, y unas denuncias y cruces dialécticos posteriores entre moderados y liberales demócratas durante las elecciones municipales del año 1864.


LAS ELECCIONES A DIPUTADOS A CORTES DE 1858

   Celebradas el 31 de octubre, poniendo cierre definitivo al periodo conocido como Bienio Moderado (1856-1858), durante el cual las huestes políticas aglutinadas por Ramón María Narváez volvieron a ostentar el poder en la nación.
   Aquellas elecciones las organiza y amaña un reorganizado partido de La Unión Liberal liderado por otro militar, Leopoldo O’Donell.

General O´Donnell

    Por el distrito electoral de Torredonjimeno, al que estaba adscrita la villa de Porcuna, concurren Juan de la Cruz Fuentes de la Plaza por el Partido Moderado, un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, de naturaleza tosiriana, que ya venía ostentando la representación durante la etapa anterior; mientras que por La Unión Liberal se presenta el abogado arjonero Ramón Serrano y Serrano (sobrino del “General Bonito”).
     Las noticias sobre los expeditivos métodos, coacciones y abusos puestos en práctica por el Gobernador Civil de la provincia de Jaén, don Cayetano Bonafox, descaradamente para favorecer al candidato de la Unión Liberal, proceden del diario democrático La Discusión:

   “Otra víctima de la saña gubernativa ha sido el ingeniero don Juan de la Cruz Fuentes, candidato de oposición moderada, con grandes probabilidades de triunfo en el distrito de Torredonjimeno. Hallábase en esta provincia desempeñando una comisión especial facultativa, y sospechando el ministerio que su presencia podía perjudicar a su candidato, que es un sobrino del general Serrano Domínguez, acordó la traslación de Fuentes a Granada. Mas como éste debía entregar su cargo al sucesor que se le nombrara, y no sabía quien fuera, y como además tenía suplidos en el servicio algunos fondos de su peculio, consultó a la dirección general del ramo y se detuvo en obedecer la orden hasta recibir una contestación. Entonces el gobernador civil le mando marchar a su destino, a pesar de la enfermedad que también alegaba como escusa, y no verificándolo, envió una pareja de la guardia civil para que lo condujera. Su afección aumentó ante tamaña tropelía lo que impidió por el momento se cumpliesen los designios del servicial gobernador.
    Mas al cabo de pocos días volvió a insistir en ello, disponiendo que un oficial del mismo cuerpo de la guardia trajera a la capital de cualquier modo a don Juan de la Cruz Fuentes, quien tuvo que sucumbir a tamaña violencia material, y ha estado aquí vigilado constantemente por la policía hasta ayer que se le hizo salir para Granada”.

Porcuna: la visita del Gobernador

    Se ve que la Unión Liberal no gozaba de demasiados simpatizantes entre el cuerpo electoral de la villa de Porcuna. Según relato, que trascribiremos a continuación,los únicos apoyos para el sobrino del general Serrano provenían de don Manuel Ollero, maestro herrador y administrador de los bienes del general en el término de Porcuna, de un ex fraile de San Juan de Dios, llamado Benito Dacosta y de don Manuel Noriega que le ofreció hospedaje por mediación de Ollero:

    “Entretanto, todos los que sostienen la candidatura de Fuentes en el partido, sufren las más reiteradas vejaciones  y los mayores atropellos: hace poco tiempo se presentó el gobernador en el pueblo de Porcuna a la caída de la tarde sin aviso previo a ninguna autoridad local, hospedándose en casa de don Manuel Noriega, sujeto que le era desconocido, y a quien comprometió al efecto don Manuel Ollero, maestro herrador que administra los bienes del general Serrano, y que fue el compañero y auxiliar constante del gobernador en sus gestiones. Inmediatamente que llegó sin anunciar nada a los alcaldes, se instaló en la Sala Capitular con el Ollero y dos guardias civiles, y cuando el presidente del municipio fue con el teniente de alcalde a visitarle, después de darle sus escusas por no hacerlo en su alojamiento a causa de ignorarlo, les contestó con visible falta de atención que le dejaran desocupado el local, lanzándoles así de un sitio propio  del ayuntamiento; sin derecho alguno, pues si los asuntos del gobernador eran oficiales, no debía excluir a las autoridades; y si tenían carácter privado, parecía lógico evacuarlos en otro punto diverso, como el hospedaje del gobernador. El alcalde le dijo con toda urbanidad que en una habitación baja se esperarían sus órdenes, preguntándole si quería tener a su disposición algunos dependientes de la municipalidad, a lo que el gobernador respondió negativamente, asegurando bastarle con los guardias que le asistían.
    Apenas quedó solo, fue llamando individualmente a los electores, a quienes excitó a que prestaran sus sufragios en favor del candidato ministerial don Ramón Serrano; y aun se dice que con algunos se propasó hasta amenazarles con que en caso contrario lloverían sobre la población grandes males, ofreciendo a otros destinos, mandando a uno de ellos que exhibiera el título de propiedad de una finca, ejerciendo en toda su escala la influencia saludable, y alcanzando así la inapreciable victoria de conquistar… Hasta el voto de un empleado cesante, ya que este creyó la conminación de que podía privársele del haber del que por tal concepto disfruta. Don Manuel Ollero estaba presente, sin duda para hacer las indicaciones relativas a cada uno de los que comparecían; y a las diez y media de la noche se concluyó el acto, después del cual se marchó el gobernador sin despedirse ni dar aviso a los alcaldes que aguardaban en las estancias del piso bajo, dirigiéndose a su alojamiento, donde le detuvieron en fuerzas de muchas instancias, pues quería ponerse en camino al instante.
    Lo verificó a las ocho de la mañana del día siguiente, acompañado del dueño de la casa hasta la salida del pueblo, don Benito Dacosta, ex fraile de San Juan de Dios, a mayor distancia, y don Manuel Ollero, a los cuales expresó el gobernador hallarse muy resentido con los alcaldes (sin embargo de que en nada le faltaron) y que desde su despacho les enviaría las pruebas de su enojo. Ollero le aconsejó la exoneración y Dacosta castigos pecuniarios y parece que las indicaciones de este último han obtenido su aquiescencia, pues desde entonces no dejan de expedirse oficios a Porcuna y de imponerse multas, y de ir comisiones apremiantes, y de darse términos fatales de dos o tres días para desempeñar actos de servicio que necesitaban triple o cuádruple tiempo.
    También he oído contar que el gobernador dijo a sus amigos que en último extremo estaba decidido a echar mano de medidas extraordinarias etc.”.


   Tal como estaba previsto el candidato ministerial Ramón Serrano se hizo con el acta de diputado. De un censo compuesto por 467 electores, pasarían por las urnas un total de 407, de los cuales 240 votaron por el candidato elegido.

   Según algunas fuentes aquel obstruccionismo del gobernador para con el candidato de la oposición llegaría a provocar su retirada de la contienda electoral. Aunque por los resultados publicados en la prensa parece ser que finalmente si compareció.


La Época (8 de noviembre de 1858)

UNAS MUNICIPALES CONFLICTIVAS (1864)


    Celebradas a finales de octubre o principios de noviembre. Durante las mismas se producen serios enfrentamientos, con sus oportunas denuncias,entre el diputado provincial don Juan de Mata Gallo y la primera autoridad local.
    El diario La Razón Española informaba en los siguientes términos:   

   “En Porcuna, provincia de Jaén, el diputado provincial don Juan de Mata Gallo se permitió reprender duramente al alcalde dirigiéndole palabras que constituyen un verdadero desacato a la autoridad, precisamente en el momento de ejercer una de sus más altas y sagradas funciones. Como era de esperar se instruye sobre el asunto la correspondiente sumaria. También se forma causa a dicho Sr. Mata Gallo por haber cohibido a los electores llevándoles fuera de la población para atemorizarlos con amenazas, que hubieran ocasionado seguramente grandes conflictos en la población si no los hubiera evitado la prudencia del alcalde”.

(Tomado de La Correspondencia de España de 7 de noviembre de 1864)


    El periódico moderado La Libertad, a los pocos días aborda el asunto de las elecciones municipales de Porcuna con la publicación de dos cartas, remitidas respectivamente por los partidarios locales de la comunión moderada y por don José de Quero y Díaz, que aboga a las claras en favor de su correligionario y amigo don Juan de Mata Gallo (diputado provincial por el distrito de Martos). Presuponemos a ambos adscritos a posicionamientos progresistas o demócratas.

    En el arranque de la primera carta remitida por los partidarios y amigos del Partido Moderado en Porcuna, demasiado bien redactado (más que posible obra del propio redactor del periódico), encontramos una declaración de los principios que les inspiran y sus inquietudes ante un cambiante escenario político:

    “Muy señor nuestro: Cuando S.M. la Reina, en uso de su libérrima prerrogativa, tuvo a bien conferir la presidencia del Consejo de ministros al excelentísimo señor duque de Valencia (Narváez), gloriosa personificación del partido moderado, todos los que nos honramos de pertenecer a él, todos los que profesamos sus ideas monárquicas sin exageración reaccionaria, y liberales sin fanatismo demagógico, todos los que hemos seguido las vicisitudes de esta noble comunión tan perseguida y calumniada de diez años a esta parte, nos lisonjeamos de que el advenimiento al poder de su más ilustre jefe, de su eminencia mas caracterizada, señalaría una nueva era de prosperidad y orden interior, en el que las instituciones recobrarían  su curso regular, las garantías de los ciudadanos se verían respetadas, cesaría el imperio de los fautores de motines, de los escépticos que proclaman en todos los tonos la descomposición de los partidos históricos, y se proclamarían y observarían con franqueza las doctrinas moderadas, únicas que pueden salvar a nuestra patria de la anarquía con que amenazan las pasiones que rugen embravecidas, la única inmoralidad que se desborda, el descreimiento que corroe el cuerpo social como cancerosa lepra, y la crisis económica que nos devora.
   Mas, nuestras patrióticas esperanzas se van desvaneciendo, lo confesamos con dolor: la mala yerba del vicalvarismo, negación de la dignidad y del pudor político, ha echado profundas raíces en nuestro suelo, y seguramente no se extirpará ni dejará de producir sus funestos efectos, mientras no se ataque con la energía que exige un mal tan inveterado. Así, prescindiendo de algunos centros oficiales, el vicalvarismo domina en el país; su atmosfera se hace respirar donde quiera, y los pueblos se encuentran entregados a sus secuaces, sin poder sacudir un yugo que les agobia y envilece.
    Acaso sin saberlo el gobierno de S.M., y seguramente contra sus deseos, las elecciones municipales están ofreciendo un singular ejemplo de ser falseadas por medio de intrigas, de la coacción y la violencia, contra el partido que se supone enseñoreado en las regiones del poder”.


Sobre los presuntos abusos electorales de Porcuna

   “Perteneciendo la inmensa mayoría del cuerpo electoral a la comunión moderada, fue necesario que durante la administración del duque de Tetuán (O’Donell) se hiciera sentir aquí con todo su peso la influencia oficial, para que pudiera escalar los puestos municipales un hombre falto de crédito, arraigo, prestigio e independencia que se necesitan para representar a un vecindario de bastante consideración.
    Mientras subsistieron aquellas circunstancias, los sectarios de los principios conservadores nos abstuvimos voluntariamente de disputar la administración del pueblo, puesto que la lucha sólo acarrearía conflicto. Más al aproximarse la elección actual, nuestra conducta debió necesariamente modificarse, puesto que abrigamos la creencia universal de que nuestros hombres y nuestro sistema prevalecía sin contradicción al gobierno.
    Este pensamiento no fue bien recibido por los que por espacio de seis años han dispuesto del monopolio de la situación local y que no han querido imitar nuestra conducta anterior, apartándose espontáneamente de la lucha electoral. De aquí procedió que como no estaban ni están apoyados  en la incontrastable base de la opinión, hubieron de empezar una serie de arbitrariedades, desmanes, sediciones y amenazas contra los que, revestidos de sufragio, querían expresarlo con entera independencia.
    Pero ni aun esto hubiera sido suficiente para impedir el resultado que se preveía, que el vecindario de Porcuna anhelaba y que no era posible alejar sino por medio de la ilegalidad y el escándalo. Con el objeto de precavernos procuramos hacer uso de cedulas donde consignábamos nuestros votos, de un papel especial, distintivo, que no pudiera confundirse con ninguno otro de la localidad; y llegado el día de la elección, nos presentamos en los distritos con fuerzas suficientes para aspirar a la totalidad de los secretarios escrutadores, pero con tal abnegación que no quisimos votar más que dos a fin de dejar a nuestros contrarios la vigilancia natural en las operaciones.
    Fácil será, pues, de calcular nuestro asombro, cuando vimos que de una y otra urna se extraían las papeletas conocidamente escritas por nuestros amigos y se leían en gran parte nombres diferentes de los que nos constaba contenían. A la vista de semejante abuso protestamos indignados, se leyeron de nuevo las papeletas mistificadas y se nos contestó con el mayor descaro por los presidentes, que los nombres que habían pronunciado eran los que estaban escritos; cuya aseveración confirmaron los individuos de la mesa interina, organizada por aquellos a su gusto. Entonces invocamos la intervención de un notario para que levantara acta de lo que pasaba, pero los presidentes lo expulsaron del local; resistieron toda comprobación de sus actos, hicieron que el colegio fuera invadido por la fuerza armada de la guardia civil prevenida de antemano; y a merced de estas violencias proclamaron secretarios a sus adeptos, despojando de toda participación al partido moderado. Ciento diez electores de éste reclamaron enérgicamente contra tales desafueros, reclamaron la nulidad de aquella farsa, y se retrajeron de sancionarla con su presencia, declarando ante el notario, que habiendo votado 56 electores en un distrito y 54 en otro, sólo resultaron 28 y 33 votos a favor de los candidatos propuestos en cada colegio, es decir que los macallister vicalvaristas nos habían escamoteado 59 sufragios. Si a esto añadimos la manifestación espontanea de un elector que s presentó rodeado por los partidarios del alcalde, y en el acto de la elección dijo a voces que iba cohibido, que había sido arrancado del hogar doméstico a las dos de la madrugada del día anterior y retenido por los que le llevaban forzosamente a votar, y que su voluntad era verificarlo, como lo ejecutó, en favor de los moderados.
    Si se agregan las amenazas proferidas por el mismo alcalde contra el diputado provincial del distrito, que le hacía presente la infracción de la ley que se estaba cometiendo; y se añaden otros mil alardes de despotismo, escogidos para infundir el terror entre los hombres que se oponen al abuso de la autoridad, para comprenderse la razón que tuvimos para desistir de tan desigual lucha, reservándonos los derechos que las leyes electorales y el Código penal nos concede”.



    Como se puede apreciar, entre el cuadro de las huestes moderadas de Porcuna que suscriben la carta, prevalece y sobresale el linajudo y antiguo apellido “Aguilera” o “de Aguilera” cuyos blasones adornan todavía una casa solariega ubicada en una céntrica calle de la localidad de Porcuna.
    Uno de ellos, Juan Vicente Aguilera y Torres,  alcanzará  la Alcaldía de Porcuna en los años inmediatamente posteriores (1865-1867). Lo mismo hasta prosperó la reclamación.
    La digitalización y puesta a disposición, vía cibernética, de las actas capitulares que se conserven, para uso y disfrute de los investigadores y amigos de la historia local en general, podría sacarnos de dudas.
    Sería una brillante manera de inaugurar, llenar de sentido y funcionalidad ese nuevo edificio destinado a Archivo Histórico Municipal. No tiene ni porque ser gravoso para las arcas municipales. Con un equipo de voluntariado cultural y una máquina fotocopiadora que disponga de la función escáner, o, casi mejor, con contrataciones del plan de empleo joven, podría realizarse (ahí queda la propuesta por si se estima a bien). 
    Fue don Juan Morente Carmona,  el alcalde de la coalición vicalvarista tan denostada en las denuncias moderadas, quien disfrutó de la vara municipal de Porcuna entre los años 1858 y 1864. Creo que no me equivoco al  afirmar (me falta certificarlo) que el citado Juan Morente Carmona estaba casado con una parienta del influyente General Serrano, personaje de elevado peso político en las filas de la Unión Liberal dentro de la provincia de Jaén (Arjona y sus contornos, donde tanto él como su parentela acumularon numerosas propiedades). De ese matrimonio vinieron al mundo Casiana Morente Serrano, madre del filósofo arjonillero Manuel García Morente, y Manuel Morente Serrano, entre los principales contribuyentes de Porcuna en 1909, que en su juventud participaba de las tertulias e iniciativas patrocinadas por el letrado progresista don José de Quero y Díaz. Otra hermana llamada María Luisa, figura en el anuario de ese mismo año de 1909 como propietaria e importante cosechera de cereales.
   Como a estas alturas de la entrada ya hemos tocado suficientemente el piano, la carta remitida por don José Queró y Díaz al diario La Libertad, publicada en el mismo número en que los moderados transmitían sus denuncias sobre abusos electorales, recurriremos al cómodo formato imagen:



   Para finalizar haremos mención a esa maravillosa fotografía en blanco y negro, en la que se aprecia el primitivo estado del acceso a la Torre de Porcuna, con "la madre que parió a Panete" (con todos mis respetos) barriendo la puerta de su humilde vivienda de torrera-carcelera. Es responsabilidad de un amigo de origen manchego, porcunero por consorte y por devoción. Es de principios de los años 80. cuando se iniciaba en el arte de la fotografía. Me la obsequió junto a otra de la Casa de las Columnas de la ciudad ibero-romana de Obulco, que tengo extraviada.
    Para proteger los derechos del autor había pensado en un principio ponerle marcas de agua o su firma. Tras reconsiderar, puesto que soy firme partidario de que estos tesoros se deben compartir, he optado por mostrarla tal cual.

   Amigo Leopoldo González Fernández (marido de Isabela Castro Zafra “la del rubio el municipal”) espero que no te moleste mi usurpación.

02 octubre 2014

PORCUNA: "BANDA MUNICIPAL DE MÚSICA DE 1936".



    Desde el mes de marzo de 1935, como consecuencia de la enfermedad que pronto le costaría la vida al  popular y querido Maestro Villa, director de Banda Sinfónica Municipal de Madrid, se hace cargo de la misma, de manera interina, José María Martín Domingo, que venía desempeñando el cargo de subdirector desde el año 1931.
     En abril de 1936 se hace pública la intención del Ayuntamiento de la capital de sacar a oposición la plaza vacante, lo que dejaba sin opciones al Maestro Martín que no cumplía con los requisitos de edad y de pertenencia al cuerpo de directores de bandas municipales. Entre los candidatos con mejor currículo y posibilidades de ganar la plaza se hallaba el prestigioso maestro Pablo Sorozábal, que por lo visto contaba con candidato propio para asistirle como subdirector. 
     Al trascender la noticia, se desencadena una campaña de simpatía y solidaridad en favor del maestro Martín Domingo, para que después de tantísimos años de dedicación a la Banda Municipal se le mantuviese en el puesto de subdirector. Grandes músicos y compositores se sumaron a ella. Hasta el periódico La Libertad llegaban a diario requerimientos de directores de bandas desde los más dispares lugares del país.
     En el número perteneciente al 12 de julio de 1936, casi en vísperas de la sublevación militar y del inicio de la guerra civil, Benito Cabeza Borrego, director de la Banda Municipal de Porcuna (Jaén) , y los profesores que la integraban secundaron  públicamente dicha iniciativa. La carta nos permite ponerles nombre y apellidos a los integrantes de la Banda Municipal de esta etapa final del periodo republicano:

    Benito Cabeza, director; Francisco Herrador, Luciano Quero, Pedro Santiago Cortés, Benito Casado, Eduardo Vallejos, Antonio Pino, Damián Montilla, Luis Vallejos, José de Quero, Antonio Gallo, Andrés Quero, Juan Castilla, Francisco Cabeza, David Herrador; Bernardino Fernández, Celedonio González, Juan Codes, Gabriel Raya, Victorio Niarón Pérez, Tomás Juárez, Daniel Quero, Amador, Quero, Bernardino del Pino, Antonio Pastilla, Eugenio Peláez; Manuel Ollero, Manuel Salas, Sebastián Carballo, Francisco Estévez, Rafael Quero, Manuel Raya, Fulgencio Aguilera, Luis Teruel, Isidro Valdierro y Francisco Cuellar.

    Porcuna (Jaén), 6 de julio de 1936.



     Como director figura Benito Cabeza Borrego, iniciado en la música desde muy joven, al lado y bajo la tutela de Manuel Jesús Cabeza González, su padre, maestro director de la Banda de Porcuna en periodos intermitentes durante las décadas finales del XIX y primera del XX.
    En 1898 Benito Cabeza ya compaginaba sus ensayos y pertenencia a la banda con una pequeña orquestina de músicos locales bautizada como “Orquesta Bellas Artes”, con la que se cubrían las necesidades de la localidad y poblaciones limítrofes a efectos de bailes de sociedad, bodas  y otras celebraciones populares.
    En el año 1915 se hizo cargo de la dirección de la Banda Municipal de manera interina. Será en 1931 cuando retoma el cargo, que ostentará de manera ininterrumpida hasta la guerra civil. En vísperas de la proclamación de la II República sustituye al veterano músico y compositor local Emilio Ruiz y Ramírez de Aguilera, que renunció al cargo de director de manera  voluntaria:

   “El convulso año de 1931, con las continuas revueltas campesinas, marcará un cambio radical en su vida, un hecho acaecido, creemos que en las fiestas de Carnaval, será el detonante del mismo. Su negativa a interpretar la “Marcha  de Riego”, al final de uno de los conciertos, le provocará  la enemistad de algunos miembros de la corporación municipal, afines al nuevo régimen en vísperas de la proclamación, así como la de numerosos vecinos”.



    El entrecomillado y la foto están sacados de una semblanza biográfica publicada por Enrique Escobedo Molinos (cronista oficial de La Cerradura y biznieto del músico) en la revista de la Feria Real de Porcuna del año 2013.
     Entre el cuadro de profesores aparecen algunos que ya integraron aquella reorganizada y reglamentada banda del año 1904 dirigida por Emilio Ruiz. Es el caso de Fulgencio Aguilera Torres, Francisco Herrador Santiago o Francisco Cabeza Borrego. No aparece Antonio, el menor de los hermanos Cabeza, que había conseguido abrirse un hueco en el profesionalismo musical por tierras valencianas.
    A Benito y Francisco  Cabeza Borrego les presuponemos cercanía y simpatía con el socialismo político, así como casi seguros integrantes de una pequeña orquesta creada y auspiciada por la Casa del Pueblo que se presentó por primera vez en público en las celebraciones del 1º de Mayo de 1930. Antonio tuvo una participación activa en los acontecimientos político- sociales que se desencadenan a partir del 18 de julio de 1936. Nos detendremos en ello más adelante.
     Entre los nuevos músicos, identificables por memoria o documentación complementaria (Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa, prensa histórica y algunas biografía de las elaboradas por Todos los Nombres de Porcuna) se encuentran:
    Militantes del P.S.O.E y de la U.G.T como el joven Bernardino del Pino Torres, músico, zapatero y responsable de la Biblioteca Pública Municipal inaugurada en enero de 1934  y Luciano Quero Pérez "Chorrera", un señor ya maduro (sobre 60 años), que trabajó como prestamista y como cobrador de arbitrios, tasas e impuestos municipales. Pedro Santiago Cortés “Herrero Feo”, también aparece entre las listas de represaliados elaboradas por Todos los Nombres.
     Natural de Villa del Río y residente en Porcuna desde finales de la década de los veinte era Antonio Pastilla Criado, que desde el año 1913 ya venía participando en actividades musicales  en su pueblo natal (Orquesta para amenizar bailes y Estudiantinas de Carnaval). En 1926 le tocó la Lotería Nacional, que posiblemente precipitara su traslado a Porcuna para montar un negocio.
     Daniel y Amador Quero, creemos que son  hijos del zapatero y concejal Republicano Radical Amador Quero González. Unas fuentes lo sitúan entre quienes fueron fusilados por los marxistas el 3 de septiembre de 1936 en el sitio del Barranquillo (término de Torredonjimeno), mientras que otras refieren que se volvió loco y fue asesinado dentro de la cárcel.
     Un tal José de Quero pudiera tratarse de un jovencísimo, casi niño, "Josillo el zapatero", que muchos hemos conocido como virtuoso de la trompeta, cualidad heredada por uno de sus hijos,
     Estas pequeñas intromisiones en la vida personal y familiar responden a ese particular empeño de poner rostro e identificar a estos pequeños protagonistas de la historia local. Se trata de animar a la colaboración en pro del afloramiento público de fotografías personales o de grupo de estos músicos porcunenses.
    Desconocemos el paradero de los descendientes de los hermanos Benito, Francisco y Antonio Cabeza Borrego. Posiblemente algunos pudieran seguir domiciliados o con parentela en Porcuna. Sería interesante contactar con ellos con la esperanza de obtener fotografías, composiciones y partituras de Manuel Jesús (el padre) y de Benito Cabeza, ambos maestros y directores de la municipal. 


 Ritmo: revista musical ilustrada  (01/07/1934).


    La fotografía que mostramos en la cabecera, tomada de un artículo de blog dedicado a la historia de la Banda de Música “Ciudad de Porcuna”, por los tipos, creemos que pudiera corresponderse con el periodo estudiado (que me corrijan si no fuera así). harían falta familiares para identificarlos.
    El más notable de esta familia Cabeza de músicos de origen porcunense fue Antonio Cabeza Borrego. El cronista Antonio Recuerda Burgos le tiene dedicada una entrada en su blog personal. En ella se hace eco del acta de la sesión celebrada por  la corporación municipal del Ayuntamiento de Paterna (Valencia) el 29 de noviembre de 2010. Se acuerda  honrarle con la nominación del nuevo auditórium de Paterna como “Auditori Antonio Cabeza” y se adjunta una extensa reseña biográfica obtenida de la “Historia de la música en Paterna” de Vicente Cotolí Ibañez (pinchar sobre el nombre).
   Hemos realizado algunas incursiones de archivo y hemeroteca con vistas a rellenar posibles lagunas biográficas. 
    Antonio fue uno de de aquellos españolitos que no pudieron eludir su participación en la Guerra de Marruecos cuando estalla el conflicto en el año 1909. Enrolado en el Regimiento de Infantería de Saboya  movilizado por necesidades del conflicto. Al poco, tuvo la mala  o buena suerte de caer enfermo de gripe y ser repatriado a la península para recuperarse. Muy posiblemente tuviera que regresar, aunque por sus conocimientos musicales le suponemos ligado a un destino menos expuesto a la bala enemiga, la Banda de su Regimiento.
    Ese efímero  paso por la Banda de Alabarderos de Alfonso XIII, cuya fecha no se concreta en el artículo, debió de ser posterior a su estancia africana durante el servicio militar.

   En 1925 concurre a unas oposiciones en Valencia para cubrir plazas de profesor de su prestigiosa  Banda Municipal. Alcanzó la unanimidad del tribunal encargado de juzgarle por lo que se hizo con la plaza de “fiscornio soprano”

La Correspondencia de Valencia (18 de marzo de 1925)
    Su paso por la dirección de las Bandas de Liria y Paterna, así como los premios y éxitos obtenidos en algún que otro certamen aparecen recogidos  en el artículo. En 1930 se llegó a  programar una visita con la Banda de Liria a su pueblo natal, que finalmente no cuajó.
    El estallido de la guerra le coge al frente de la dirección de la Sociedad Instructiva Misical "La Amistad" de Paterna. Consecuente con su ideario socialista se pone al servicio de la defensa de la legalidad republicana. En un documento de la Causa General de Paterna se le relaciona como integrante del comité local del Frente Popular.
   Suponemos, que serían sus conocimientos musicales, los determinantes para la obtención del grado de capitán del Ejército de la República. El número de 11 de febrero de 1938 del D.O. del Ministerio del Ejército publica  su pase a situación de reemplazo provisional por enfermo ostentando ya las tres estrellas de seis puntas.




   Condenado a prisión correccional por un tribunal franquista permaneció recluido algunos años. Su pasión por la música era tal, que entre los reclusos llegó a organizar una pequeña orquesta y coro.
   Recuperada la libertad y normalizada su vida, se le ofrece la dirección musical de una refundida Banda de Paterna y la de su Escuela de educandos a partir del año 1949.

Año 1950 (Antonio con sus educandos)

    De él si se conservan partituras originales, aunque por desgracia un himno dedicado a su pueblo natal se perdió para siempre o anda por ahí extraviado.
    Su hermano Benito, que desconocemos hasta que punto resulto afectado por la represión, en el año 1944 ya se hallaba repuesto en su cargo de director. Las dificultades económicas de postguerra afectaban por igual a los músicos, En el acerbo popular porcunense se ha conservado una anécdota sobre una ingeniosa acción de protesta protagonizada por la banda durante la Romería de Alharilla de un año indeterminado de la difícil década de los cuarenta. La tradicional  entrada de regreso a la población, acompañando a los Hermanos Mayores y su comitiva romera, la hicieron al son de un monótono y machacón “Pan. pan, pan y pan…” . Por su atrevimiento se le aplicó un castigo mixto ejemplar, consistente en la distribución de varias tortas (no precisamente de pan) y un pelado al cero comunitario.

25 septiembre 2014

Emilio Sebastián González: “Un diputado efímero en las últimas Cortes de la Restauración”. Las elecciones a Diputados a Cortes por el distrito de Martos del año 1923.



    Había venido al mundo el 19 de febrero de 1880 en Villafranca del Cid (Castellón) al igual que su hermano Cesar. Eran hijos de un profesional de la medicina de ideas republicanas llamado Sixto Sebastián y Ortiz.
    Pronto se traslada la familia al completo hasta la villa de Porcuna de la provincia de Jaén, donde Don Sixto ejercerá como médico hasta su muerte.
    Ambos pudieron cursar estudios universitarios en Madrid. Mientras que Cesar optaba por la Facultad de Medicina, nuestro protagonista lo hacía  por la Farmacia.
     Cesar, algo más pequeño, ingresará en el ejército para dedicarse a la Sanidad Militar. Emilio, al acabar con brillante expediente sus estudios en la Facultad de Ciencias regresa a Porcuna donde se instala al poco tiempo con farmacia en propiedad (Calle Colón).
    Tentado desde un principio por las ideas republicanas heredadas de su padre concurre a las elecciones a diputados provinciales del año 1907 resultando  elegido por el distrito de Martos. En ese mismo proceso resulta elegido también por las filas del partido conservador, otro porcunense,  Ricardo Dacosta Ortega.
    Las huestes republicanas de la provincia celebraron los buenos resultados obtenidos en aquel proceso con un mitin de propaganda en Linares:



   “Aprovechando la estancia en Linares de nuestros amigos y correligionarios D. Adriano Moreno, D. Emilio Sebastián, diputado provincial por Martos, D. Antonio Cuesta representante de la Carolina, D. Alfonso Gámez y D. Pedro Aguilar de Bailen, se efectuó un mitin de propaganda en el Casino Republicano, poco después de verificado el escrutinio general de las elecciones provinciales por aquel distrito.
  Un numeroso público llenaba por completo los pasillos y salón, atraído por la justísima fama que como orador elocuentísimo de la que  goza nuestro correligionario D. Adriano Moreno.
   Constituida !a Mesa, cede la presidencia nuestro querido amigo D. Martín Merino al consecuente y batallador republicano.
   Hablaron en términos y párrafos grandilocuentes, los Sres. Sebastián, Anguita, Berenguer, Cuesta, Gámez y Aguilar, que se extendieron
en consideraciones verdaderamente sinceras hacia la Unión Republicana”.

(El País de 18 de marzo de 1907)

     Las últimas noticias sobre su militancia republicana se remontan a finales del año 1909. Varias cabeceras de prensa anunciaban para el mes de enero de 1910 una visita de propaganda del periodista y diputado a Cortes por Valencia, Rodrigo Soriano, a la provincia de Jaén.
    Una de sus proyectadas escalas eran las poblaciones pertenecientes al distrito de Martos, por su particular empeño de acabar con su odioso caciquismo. Se anuncia una conferencia en el nuevo Círculo Republicano de la ciudad de la Peña, y “deteniéndose en Porcuna al lado de su entusiasta correligionario D. Emilio Sebastián, con el que visitara Higuera de Calatrava, Santiago de Calatrava y otros pueblos”.

Rodrigo Soriano

     Rodrigo Soriano en aquel momento era uno de los más caracterizados defensores del bloque, o concentración revolucionaria republicano-socialista, que terminaría cuajando para las elecciones a diputados a cortes de mayo de 1910. Éstas permitieron al líder del partido socialista obrero, Pablo Iglesias, sentarse por primera vez en el hemiciclo de las Cortes españolas.
     Desconocemos si el anunciado viaje del diputado valenciano llegó a realizarse o no.
    Tuvo que ser a lo largo de ese año de 1910 cuando el farmacéutico Emilio Sebastián González abandona el republicanismo político para ingresar en las filas del Partido Liberal. A finales de año su vida se rige ya por actitudes burguesas. Se aficiona  a la caza y participa en una montería por parajes de Sierra Morena al lado del Marqués del Mérito, Conde de Hornachuelos, don Florentino Sotomayor y su gran amigo y correligionario el loperano Bartolomé Valenzuela, entre otras fortunas.
    En 1912 concurre como candidato a la Alcaldía de la ciudad de Porcuna a la que consigue acceder y ostentar por espacio de dos años (1912-1913). 


  
    De este corto periodo al frente de la máxima responsabilidad local  ha pasado a la historia la popular frase “Don Emilio que haiga toros”, que el pueblo entonaba al unísono para que se quebrantara la nueva legislación que prohibía la celebración de las típicas capeas durante las fiestas. Amparado siempre por esas insistentes peticiones populares terminaba accediendo. 
   Por lo visto le sobraba tiempo para atender su afición por lo cinegético, especialmente en la modalidad de la caza de liebres con galgo. En enero de 1917 concurre a la Copa La Ina en Jerez de la Frontera con una perra llamada Rázaga, que quedó eliminada a las primeras de cambio: 



    Los numerosos aficionados locales a los galgos (propietarios de jacas recortadas), así como los de las poblaciones de alrededor (destaca el loperano Bartolomé Valenzuela) crean a finales de la segunda década del siglo XX el famoso coto El Lebrel ubicado en terrenos del cortijo de Casasola, propiedad del rico propietario Pedro Funes Pineda, actuando siempre como secretario don Emilio Sebastián.



   En esta foto, datada sobre 1919-20, y sobre cuya ubicación mantenemos alguna duda (Casasola o San Pantaleón)  el tercero por la izquierda creemos que pudiera tratarse de Don Emilio. Lástima que no dispongamos de otra muestra gráfica de mejor calidad a la mostrada en la cabecera para ratificarlo.
    Adquieren cierto prestigio las cacerías de El Lebrel por la fecha de su celebración (noviembre), ya que servían a los galgueros para preparar,  probar y seleccionar a los perros que luego concurrían en enero a la prestigiosa cita jerezana.

    La vida de este coto se extiende hasta la proclamación de la II República. Las últimas noticias de su actividad son de la temporada de 1930:

Temporada de 1927

    Después de aquel efímero paso por la Alcaldía de Porcuna volvió a la Diputación Provincial, alcanzando la Vicepresidencia durante los años 1918-1919. Por estas fechas ya se hallaba encuadrado políticamente dentro de la familia política del liberalismo encabezada por don Niceto Alcalá Zamora (Nicetistas) . Para los comicios de 1918 se llegó incluso a barajar su nombre como posible candidato por San Sebastián.

Una extraña y documentada campaña electoral para 1923 

    En plena crisis de la Restauración es presentado como candidato a diputado en las elecciones a celebrar el 29 de abril de 1923. Tendrá que ganarse el acta en dura pugna con el conservador don Manuel Ruiz Córdoba (el acaudalado Manolito Ruiz) que la había ostentado y disfrurado desde 1919.
     El resultado final (ganadas por estrecho margen) va a depender en gran parte de la actitud adoptada por las agrupaciones socialistas, sectores obreristas y republicanos del distrito.
    El partido socialista obrero no atravesaba su mejor momento. Después de aquellos años de efervescencia del trienio en los que el candidato socialista Ramón Lamoneda estuvo a punto de hacerse con el acta de diputado por Martos (junio de 1919), el socialismo comarcal y provincial entró en un nuevo periodo de crisis que se agudiza con la fractura que se produce en el  III Congreso Extraordinario del PSOE (abril de 1921), entre los partidarios de adherirse a la III Internacional y los que no.
    Agrupaciones fuertes dentro del distrito de Martos, como Torredonjimeno, optan por la nueva vía. El nombre de Francisco Villar, el antiguo y carismático líder de la agrupación local, aparece entre los firmantes del manifiesto secundado por todos aquellos delegados partidarios de la Internacional comunista.



    La Agrupación Socialista de Porcuna y su filial sindical “Paz y Libertad” se mantuvieron fieles a la línea oficial, aunque menguado considerablemente en cuanto a número se asociados. 
    Sera precisamente uno de sus principales valores, Manuel Biedma Quero “La Lata”, cuyos artículos de opinión solían ver la luz en El Socialista con relativa asiduidad, quien en un suelto titulado “Maniobra indigna” (A los trabajadores de Martos) publicado en el mes de enero de 1923, pone en entredicho la honorabilidad de Pedro Álvarez, el líder de los socialistas marteños:


    “Conocida es de la mayoría de vosotros la reunión celebrada en esa Casa del Pueblo por los elementos socialistas del distrito con el sólo fin de designar nuestro candidato para las próximas elecciones.
   En dicha reunión fuimos engañados todos, y principalmente vosotros que fuisteis convocados para presenciar la venta del Judas que os ha vendido.
    Ya visteis con que despotismo fuimos tratados los pocos camaradas que quisisteis volver por la dignidad de la clase trabajadora
    Los elementos obreros de los pueblos que constituyen este desgraciado distrito fuimos engañados, y no porque no conociésemos al sujeto que nos citó, sino porque en la citación tuvo el cinismo de hacer uso del sello de la Agrupación, que no existe, y como para todo hombre que pertenezca a una sociedad  o agrupación el sello de una entidad así es un documento oficial, una garantía y por eso acudimos a la citación.
    Mas, después de todo, el engaño puede darse por bien empleado, porque así tuvimos el gusto de descubrir la farsa y tirar por tierra el castillo de naipes que tan torpemente habían levantado.
    Compañeros de Martos: Ha llegado la hora de que despertéis del letargo en que se os ha sumido y arrojéis la carroña que hay entre vosotros. Pensad que los farsantes no tienen derecho a convivir con las personas decentes, y que en esa noche memorable pudo repetirse en vuestra Casa del Pueblo el hecho lamentable de la Casa del Pueblo de Madrid. Al ser recusado por mi modesta intervención, pero hecha con todas las fuerzas de mi alma, el candidato burgués que nos brindaba el señor Álvarez.
    Preciso es que sepáis todos los trabajadores de Martos lo que nos contaron personas que nos merecen  entero crédito por su honradez y perseverante actuación, y que es esto:
    El candidato reformista preguntó ¿Qué le hace falta a la Casa del Pueblo? Y le contestaron obra. Esto quiere decir que aquí a unos y a otros lo que les hace falta es dinero.
    Esto no lo debéis tolerar, es preciso, imprescindible que vayáis echando a patadas de vuestro lado, a los farsantes, a los que se ofrecen al mejor postor, a quienes prostituyen las ideas.

    Aquí lo que nos hace falta es un hombre con solvencia moral, afiliado a un partido obrero. Para que nos represente en las Cortes. Y si vuestra Casa del Pueblo esta falta de obra, sois vosotros, los trabajadores, los obligados a hacerla y no ellos los burgueses”.


    Sobre el presunto comprador de voluntades ajenas se barajaron dos nombres. Primero el de un jiennense, Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Granada, llamado Gabriel Bonilla Marín, amigo y compañero del socialista Fernando de los Ríos, adscrito a la corriente o partido reformista liderada por Melquiades Álvarez. Más tarde se menciona al Eduardo Fernández del Pozo de la misma familia.
    En un artículo firmado por Wenceslao Carrillo en El Socialista se elogia la valiente denuncia que había partido de la Agrupación Socialista de Porcuna, que motivó su desplazamiento ex profeso hasta Martos por encargo de la UGT:


    “Conocimos a un líder de la organización de campesinos que nos produjo un efecto desastroso. La afectación con que se expresaba, su aire de suficiencia, el yo que a cada palabra se escapaba de sus labios y la falta de sinceridad en todos sus actos, nos hizo adquirir la convicción de que estábamos ante el hombre que había redactado una carta dirigida a la Agrupación Socialista de Porcuna proponiendo designar a Fernández del Pozo como candidato, aduciendo argumentos que avergonzarían a cualquiera que no fuera el autor de la citada carta”.

    Wenceslao Carrillo seguirá arremetiendo contra las inmoralidades del marteño Pedro Álvarez, con una carta denuncia que le llega a través de los compañeros de la Carrasca de Martos y otros artículos: 


    ¿Cómo se atreve Pedro Álvarez a defender una candidatura reformista, llamándose socialista y luchador incasable?

    Finalmente no concurren los reformistas. Serán el ex diputado conservador Manuel Ruiz Córdoba, el nicetista Emilio Sebastián González y el socialista Andrés Ovejero quienes serán proclamados candidatos oficialmente y quienes se disputen el voto.

    El Partido Conservador parece que no encajó demasiado bien la competencia desde un principio. Su líder provincial, el ex diputado señor Prado y Palacio, escribía en las páginas de La Regeneración, su órgano oficial, un artículo titulado “Nuestro deber” donde se lamenta de que el gobierno liberal no le guarde las consideraciones, que según él, se merece. Niega importancia a la fracción de Alcalá Zamora y a la de los reformistas. Se lamenta de que el Gobierno esté atropellando a sus amigos de Martos y de La Puerta, nombrando alcaldes de real orden y que el juez de Orcera haya amenazado a los conservadores con procesarlos si no dejan las varas.


Andrés Ovejero

    La comparecencia final como candidato socialista de Andrés Ovejero, que también lo hacía por el distrito de Linares, es puramente simbólica y testimonial. No existían expectativas algunas de éxito. La única población importante del distrito de Martos que llego a visitar fue Porcuna, bastante antes incluso de iniciarse la campaña, el 18 de marzo:

    “Recibido en la estación de Villa del Río por una comisión. A su llegada a Porcuna toda la Agrupación y bastantes simpatizantes le hicieron un gran recibimiento en las afueras de la población, dirigiéndose todos a la Casa del Pueblo, de la que el compañero ovejero hizo gran elogio.
    A las nueve de la noche se celebró un mitin de propaganda electoral, el cual estuvo tan concurridísimo que, a pesar de lo amplio del local, resulto insuficiente, quedando la mitad del pueblo disgustadísimo por no haber podido escuchar al compañero Ovejero.
    Su disertación fue tan acertada y tan elocuente, que cautivó por completo a los oyentes, subyugando totalmente su atención.
    Hizo historia de la desastrosa actuación de los políticos monárquicos, culpables del actual desbarajuste económico y del desastre marroquí.
    Al final fue delirantemente aplaudido por la multitud. Era su propósito regresar a Madrid el día 19, pero a requerimiento de una Comisión del Círculo de Artesanos, accedió a dar una conferencia en sus amplios salones, también insuficientes.
    Al presentarse en el escenario, una nutrida salva de aplausos acogió al querido y elocuente maestro. Hecho el silencio, diserto sobre el valor universitario y la importancia de la instrucción primaria- Cariñosas ovaciones. El presidente del Círculo de Artesanos, contrincante suyo en la próxima contienda electoral, uniéndose al entusiasmo de todos, no vaciló en darle un abrazo fraternal.
    El triunfo del compañero es seguro. Dentro de unos días irá a Martos y Torredonjimeno, no habiéndolo hecho ahora por no disponer de tiempo.
A saludar al maestro han venido a Porcuna comisiones de Santiago de Calatrava, la Higuera y Lopera, llevándose gran esperanza en su triunfo.


(De la crónica remitida por Manuel Biedma a El Socialista)

Fachada actual de La Pildora (C.A.C)
    El referido Círculo de Artesanos no es otro que el viejo casino de La Píldora, cuya presidencia ostentaba justamente el candidato nicetista o liberal independiente don Emilio Sebastián González. Algo de anómalo o sospechoso tiene esa deferencia por parte de los socialistas, que analizaremos más tarde.
    La postura oficialista del P.S.O.E. y el análisis del panorama electoral los resume de manera magistral (desde su particular óptica) Manuel Biedma en un nuevo artículo, que titula ¡Despierta Pueblo!

    “Son tantas y descabelladas las cosas que se dicen de este pobre pueblo respecto a os aspirantes a representar en Cortes este distrito, que yo, un modestísimo obrero, me voy a permitir comentar y refutar todas esas habladurías.
    Se dice, por parte de los conservadores, que el único candidato que llena por completo las aspiraciones de ricos y pobres es el señor Ruiz Córdoba, porque en las dos veces que ha representado al distrito ha mostrado por él un interés grande.

Don Manolito Ruiz de montería en El Ronquillo (Sierra de Córdoba)
    No lo dudamos; pero ese interés sólo lo ha mostrado para defender los privilegios de la clase capitalista. En cuanto a los trabajadores, sólo ha mostrado para ellos un afán grandísimo en qué se les redujera sus míseros jornales, y que esto es cierto lo demuestra, entre otras cosas, su asistencia a las reuniones patronales, como aquella famosa de los olivareros, celebrada para encarecer el aceite y bajar los salarios; lo demuestra, además, su actuación en cuantos conflictos se han suscitado en el distrito entre el capital y el trabajo, en los que nunca se ha ofrecido, ni aún siquiera para servir de árbitro, pero si ha estado diligente para acudir al despacho del gobernador y reforzar con su influencia la petición de los alcaldes  demandando fuera armada para atropellar a los obreros, reducirles a la miseria y restablecer el “orden” burgués, siempre a costa del pan de los hijos de los obreros del distrito, d los mismos obreros a los que ahora se pretende por sus verdugos que voten al mismo señor que tanto contribuyó con su influencia a que la fuerza ahogara conflictos que sólo la razón podía hacerlo. ¡Qué cínicos son estos caciques!


   Los liberales trabajan en favor de su candidato, en el cual, salvando la honorabilidad personal del paisano, no encontramos diferencia alguna con su contrincante, pues debéis suponer que cuando, movidos por la necesidad y por el amor paternal, os lancéis a hacer peticiones de jornal y de trabajo, observará este señor la misma conducta que ha observado en el pasado.


    La ocasión se os presenta votando en las próximas elecciones al candidato socialista, candidato del pueblo, candidato de un Partido que desde el primer día protestó contra la guerra de Marruecos, contra el despilfarro de vidas y millones que en ella se hacía.
    Al votar a un candidato burgués lo hacéis para que continúe el despilfarro de la Hacienda Pública, porque vuestros hijos sigan siendo enviados al matadero africano; votáis también porque siga habiendo tierras yermas mientras los jornaleros y su hijos mueren de hambre; votáis para que se enriquezcan a costa de vuestro sudor de aceituneros acaparadores y toda clase de parásitos.
    Triunfando el candidato socialista tendréis un compañero de trabajo en el Parlamento, que será el portavoz de vuestras aspiraciones, que expondrá en él vuestras miserias y dolores, e impedirá seáis atropellados impunemente por caciques sin conciencia.

    Considerad, trabajadores, que el pueblo español en estos momentos es un pobre ciego que va guiado por un lazarillo malvado, el cual le lleva por malos caminos para que se despeñe. Para que esto no ocurra unámonos todos y llevemos al parlamento hombres honrados, diputados socialistas”.

(El Socialista de 3 de marzo de 1923)

    Desconocemos hasta que puntos estos sinceros y consecuentes consejos de Manuel Biedma fueron secundados. No hemos sido capaces de dar con la fuente que nos permita el verdadero apoyo electoral de los socialistas de Porcuna y del distrito hacía su candidato, que de hecho después de aquella visita aislada de pre campaña a Porcuna, con doble sesión de conferencias (Casa del Pueblo y Casino de La Píldora), no volvió a asomar el pelo ni por Porcuna ni por ningún otro pueblo del distrito. Aquel abrazo fraternal de Ovejero a Don Emilio, se contradice bastante con los postulados expuestos por Biedma.
   Antes de entrar en los datos sobre la elección de Don Emilio, en reñida pugna con Ruiz Córdoba, nos detendremos en una valiosa documentación electoral relacionada con aquellos comicios. Son un total de 5 manifiestos tirados por imprenta y repartidos mano a mano durante los dias previos a la cita con las urnas  y que podemos encontrar en la web deporcuna.com, gracias, una vez más, a la generosidad y desvelos de un profesional de la medicina , paisano y amigo, llamado Alberto R. de A, genuino enamorado de la historia y costumbres de su pueblo.
    Aparece un primer manifiesto "A los electores del distrito" tirado en la Imprenta Garrido de Martos, con fecha de 19 de abril y firmado por un total de 6 personas en nombre de la Casa del Pueblo. Sus nombres son Pedro Álvarez, Antonio Morales López, José Ruiz Pérez, José Chamorro Santos y José Garrido Espejo. Aquellas acusaciones contra Álvarez de tomar dinero a cambio de apoyo electoral siembran la duda sobre este nuevo puntual apoyo al candidato nicetista.
    El apoyo del partido republicano a don Emilio Sebastián, se recogió en otra hoja suelta que reproduce un discurso pronunciado por el concejal republicano de Porcuna, José Rafael Juárez: “En Martos de palabra y en Porcuna por escrito”


    Para Don Emilio es también el favor de un desconocido obrero agricultor que firma como Francisco Rosell Pérez: “Al Pueblo” (pudiera tratarse de un destacado integrante de la junta directiva de ese denominado Circulo de Artesanos - La Pildora, que don Emilio presidía).
    El lote lo completa la hoja suelta tirada por la Imprenta El Sol de Porcuna titulada “A mi Pueblo” firmada por el propio Emilio Sebastián, y, por último, la correspondiente al jefe local del partido conservador, ex alcalde, ex diputado provincial y ex Gobernador Civil de Lérida, Salamanca y Badajoz, don Ricardo Dacosta Ortega: “A los electores de Porcuna”.


    Las elecciones se celebraron con aparente normalidad el domingo 29 de abril. El candidato demócrata independiente (Nicetista) don Emilio Sebastián se impuso por un estrecho margen al conservador Ruiz Córdoba que concurría encabezando la candidatura de la Unión Monárquica, extraña amalgama de conservadores y liberales romanonistas. Estos últimos estaban liderados a nivel provincial por el abogado y ex ministro de Instrucción Pública, Joaquín Ruiz Jiménez (por entonces Alcalde de Madrid).
   Es otra vez,  Manuel Biedma quien nos despeja y analiza los entresijos políticos de este singular enfrentamiento entre los liberales. Se hace eco de unas declaraciones del Conde de Romanones publicadas en el diario jiennense El Pueblo Católico;

    “El comentario mejor sobre la actitud del señor Alcalá Zamora es el silencio, porque entiende que las cosas que ocurren entre las cabilas de aquí tiene mejor arreglo que las que suceden entre las cabilas de Marruecos”.

    Dice al respecto Biedma, con su buena dosis de ironía y gracejo:

   Tiene razón el señor conde en su razonamiento, pero hemos de decirle, como moro notable que ha sido en esta contienda, mejor dicho en este desastre, en este Annual, que su jarka no ha salido nada airosa de la lucha, protegiendo al partido conservador y sacrificando para ello todas las esencias liberales de que blasona estar en posesión.
   Estas cosas ocurren para que los trabajadores aprendamos. Hemos visto desfilar por la plaza pública, poniéndose como guiñapos a hombres afines en política, como don Virgilio Anguita, diciendo que don Emilio Sebastián representa el desorden y la anarquía.
    ¡Aprende, pueblo trabajador, lucha por ti y no por tus verdugos!

                                                                                      Manuel Biedma
                                                                                           Porcuna
    
    Llama la atención la participación directa en la campaña del famoso y poco querido y considerado en Porcuna, el ex diputado por el distrito Virgilio Anguita. Recuerden como durante la campaña a las elecciones a diputados del año 1918 tuvo  que soportar estoicamente las acusaciones del candidato de la coalición republicano-socialista, el periodista Augusto Vivero, de no asomar la cabeza por Porcuna durante las sucesivas campañas que le reportaban el acta.    
    De la advertencia final de las palabras de Biedma parece desprenderse que los socialistas de Porcuna, exceptuando quizá algunos mas consecuentes, en su mayoría terminaron introduciendo en la urna la papeleta del candidato liberal independiente, su paisano, el farmaceútico don Emilio Sebastián.
    De hecho, parece que éste llegó a corresponder a esos apoyos. Atiende la invitación de la comisión organizadora encargada de planificar un ciclo de conferencias a celebrarse en la Casa del Pueblo de Porcuna:

El Socialista (junio de 1923)
    Motivos de fuerza mayor impedirían aquel ciclo de conferencias y el rodaje como Diputado de nuestro paisano. El 13 de septiembre de 1923 el Capitán General Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado contra Gobierno de España elegido legalmente y  exigiendo que el poder pasase a manos militares.


    El 8 de mayo había causado alta en el Congreso de los Diputados. El 24 de ese mismo mes se procedió a la apertura solemne de las nuevas Cortes, que no tuvieron vacaciones ante la urgente necesidad de abordar numerosos problemas que arrastraba el país. Permanecieron abiertas hasta la militarada de Primo de Rivera que contó con la aquiescencia de Alfonso XIII, y que, de camino, ponía fin al caduco sistema político de la Restauración. Habria que rastrear entre las actas de sesiones del Congreso para conocerr si llegó a tener participación activa en pro de los intereses del distrito por el que había resultado elegido. Creemos que no le dio tiempo.  Fueron cuatro meses durante los que tuvo acceso a los sillones del hemiciclo.
    Durante los años de la Dictadura permanece en Porcuna al frente de su farmacia. Por su experiencia política es requerido alguna que otra vez por las autoridades locales. Formó parte de la comisión encargada de estudiar la viabilidad de un nuevo proyecto de ferrocarril en el año 1927. Su presencia era obligada en cuanto acontecimiento de cierto relieve tuviese lugar en Porcuna. Se centra durante esta época en su histórica afición por los galgos. 

Detalle foto de grupo de 1929

    Apreciamos cierto vacío sobre su posterior trayectoria durante la II Republica, Guerra Civil y postguerra. No conocemos tampoco el año exacto de de su fallecimiento. Demandamos la colaboración de quien pueda ayudarnos a completar su biografía, así como de quien pueda aportarnos alguna foto, con mejor calidad y resolución que esas otras que hemos podido obtener.