Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

15 septiembre 2013

Apuntes históricos sobre Bandas de Música en Castro del Río (siglo XIX).



     Los orígenes  de la música de bandas en Castro del Río hay que buscarlos en el seno de esas unidades cívico militares, que con diferentes nombres y con arreglo a las fluctuaciones políticas propias del periodo, se suceden a lo largo de la primera mitad del siglo XIX.
     Conocemos que el Batallón de Voluntarios Realistas de Castro Leal del Río, comandado por don Lorenzo Antonio Calderón y Espada, disponía de música propia. Así consta en una noticia inserta en la Gaceta de Madrid que refiere la comparecencia de una compañía de 50 granaderos con su música a los solemnes actos celebrados  el 16 de marzo de 1825 en la vecina población de Aguilar de la Frontera con motivo de la bendición de la bandera del cuerpo.

      Ambos batallones, furibundos defensores de la causa absolutista en la provincia (que se lo pregunten a Don Bartolo), debían estar muy hermanados ya que al frente del de Aguilar se hallaba el coronel de Infantería Joaquín Jurado Valdelomar, de linajuda ascendencia castreña:

    “Una compañía  de 70 granaderos  realistas con su música lucida, y  otros 50 de la misma clase con la suya, que vinieron de Castro del Río, maniobraron con la disciplina más exacta que puede tener cualquiera otro cuerpo del  ejército;  y a todos se sirvió después un espléndido rancho. La unión y alegría reinó en todos los actos, resonando sin interrupción los Vivas al Rey Absoluto, a la Religión y al Cuerpo. Estuvieron todo el día las calles con colgaduras, hubo repiques de campanas, y por la noche iluminación general, sin que ocurriese el más mínimo disgusto que turbase función tan plausible”.


     Un artículo de una publicación local titulado El Batallón de Voluntarios Realistas de Arganda del Rey (1829). La primera Banda de Música de Arganda,  puede resultarnos útil  para  hacernos una  idea del la composición de estos cuerpos de música (unos 20 integrantes) y sobre el instrumental utilizado: claro predominio del clarinete entre los de viento, dos clarines, un fagot, una trompa y un flautín; tambores redoblantes, bombo y chinesco en el apartado de percusión.
    No disponemos de información sobre música en el seno de la Milicia Nacional de Castro del Río durante el Trienio Liberal (1820-1823), ni en esa otra Milicia Urbana, proclive al liberalismo, que se crea una vez disuelto el cuerpo de Voluntarios Realistas a la muerte de Fernando VII (Estatuto Real de 1834).
   Las noticias más remotas de las que disponemos sobre un castreño relacionado con el mundillo musical se remontan al año 1843. Se trata de Salvador Portillo y Bello, cuyo nombre aparece entre los suscriptores en provincias del periódico filarmónico y poético El Anfión Matritense.


    Este señor a la postre terminaría convirtiéndose en  profesor de música  y director de la primera banda municipal surgida a orillas del Guadajoz.
    La  banda municipal de Córdoba, considerada entre las más antiguas de España y primera de Andalucía, nace en el año 1856 a partir del instrumental dejado por el disuelto Batallón Provincial de Milicias.
    En la música de la extinguida Milicia Nacional de Castro del Río, recuperada durante el Bienio Progresista (1854-1856), bien pudiera estar el germen de la primera banda estrictamente civil de la localidad, patrocinada  y subvencionada en parte por el municipio.

Diario de Córdoba (20 de marzo de 1857)


    En  marzo de 1860 podemos constatar su presencia en un acto patriótico y cuestación organizada por el Ilustre Ayuntamiento en favor del ejército que luchaba en África  y para celebrar la reciente toma de Tetuán:

    “Este ilustre Ayuntamiento acompañado de las demás autoridades paseó en público el retrato de nuestra Reina con la música y un gentío inmenso que la vitoreaba”.


    Durante el viaje que la reina Isabel II y su séquito realizaron por Andalucía en el año 1862, las autoridades cordobesas, al objeto de dar mayor realce a la visita regia, cursaron invitación a todas las bandas uniformadas existentes en los pueblos de la provincia. El Ayuntamiento de Castro del Río se excusó alegando hallarse ésta en fase de reorganización.
    La dirección de estas músicas, que a título privado o contando con el eventual patrocinio del Ayuntamiento, estuvo durante largo tiempo a cargo del ya referido Salvador Portillo y Bello hasta que le sobreviene la muerte en vísperas de la Feria Real del año 1871:

   “Ayer ha sido conducido a su última morada el cadáver de D. Salvador Portillo y Bello, natural y vecino de esta villa. Aficionado y compositor de música desde muy joven, y hasta el día, ha tenido la dirección de la marcha y capilla de esta localidad, y constantemente ha merecido las simpatías y aprecio de todos sus convecinos, los que le han dado la última prueba acompañándolo, sin distinción de personas, hasta depositarlo en la tumba.
    Las dos citadas músicas, uniformados sus individuos y enlutados los instrumentos, han acompañado el cortejo alternando con los salmos e imponentes cánticos de Iglesia, marchas fúnebres que el finado había compuesto. Dios lo tenga a su lado y preste a su viuda e hijos el consuelo que tanto ahora necesitan”.

    Castro del Río 10 de septiembre de 1871.

(Un suscriptor del Diario de Córdoba)
    Dos de sus hijos varones, formados ex profeso por su propio padre en el seno de la agrupación musical castreña, desarrollarían maestría en cuestiones musicales. El primogénito, llamado Cecilio Portillo y Tienda, recalaría en la villa cordobesa de El Carpio en el año 1865 para ponerse al frente de una recién creada Banda Municipal de Música.
   Tras la muerte de Salvador Portillo y Bello nos encontramos con un periodo de cierto vacío informativo. Tendremos que esperar a la boda de Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleans celebrada el 23 de enero de 1878, para volver a escuchar sones de marcha en Castro del Río.
   Las Actas Capitulares en sesión celebrada el 12 de enero de 1878 recogen los acuerdos adoptados por el Ayuntamiento para festejar la boda real:

   “Distribución de limosnas, pan y telas entre los pobres, viudas y huérfanos; conmemorar la boda con un solemne Te Deum; la comisión de fiestas ordena que los días 24, 25 y 26 haya iluminación general y se pongan colgaduras en los balcones y rejas, y que la banda de música asista, en referidas noches, a la Casa Capitular desde donde se lanzarán cohetes y demás fuegos de artificio”.


    Durante la década de los ochenta las iniciativas en materia musical parecen emanar en un principio de José Díaz Carretero.
     A finales de 1881 se crea en Castro un Centro Filarmónico donde José Díaz Carretero ejercerá como profesor. Una de sus primeras realizaciones sería la de organizar una estudiantina que se presentó exitosamente durante Pascuas, extendiendo sus actuaciones a poblaciones vecinas como Baena y Cabra.
    Durante el carnaval de 1882 volvió la estudiantina a recorrer las calles de Castro, Espejo y Montilla. Entre sus integrantes, la casi segura participación de un joven de 11 años, alumno aventajado, llamado Francisco Algaba Luque.
      Ese mismo año se 1882 una banda de música dirigida por “el aventajado maestro” D. José Díaz Carretero participa en los fastos organizados con motivo de la primera misa del joven sacerdote local don Diego Millán Doncel. Su cometido, recorrer la víspera las calles de la población anunciando entre la feligresía la santa misa que había de celebrarse en la Iglesia del Convento de las Madres Dominicas el primero de octubre de 1882. La parte musical del oficio religioso correría a cargo de una orquesta dirigida por el inteligente profesor Miguel Portillo y Tienda (segundo de los hijos del maestro Salvador Portillo y Bello) que interpretó la misa del “inmortal maestro Carmona”.
    En una nueva función religiosa celebrada en julio de 1889 organizada por la Cofradía del Escapulario del Carmen, participa una “brillante orquesta”, instalada en el coro alto de la Iglesia del Carmen, bajo la dirección del maestro Díaz Carretero que ejecutó con acierto la misa del “Maestro Palatín”, y que participaría en el posterior desfile procesional por las principales calles de la población.
    Estas alternativas nos hacen presuponer la coexistencia de dos músicas en la localidad, dirigidas respectivamente por Díaz Carretero y Miguel Portillo durante los años finales del XIX.
   En los pasacalles y en dos conciertos celebrados en el Llano de la Iglesia para el día de la Virgen del año 1892 encontramos nuevamente a Miguel Portillo al frente de la dirección musical:

    “La elevada torre de la parroquial de la Asunción, perfectamente iluminada la noche anterior, los armoniosos acordes de la música, el tañido alegre de las campanas y la multitud de voladores lanzados al viento, eran como los heraldos de la gran solemnidad que al día siguiente debía verificarse.
    Una concurrencia numerosísima que invadía el paseo, la plaza y calles adyacentes, elogiaba al reputado profesor don Miguel Portillo y Tienda, cuando éste hacía ejecutar a sus aplicados discípulos las piezas más escogidas de su abundante repertorio. El pasodoble titulado Santo Tomás, el 2º acto de La Favorita, célebre obra del inmortal Donizetti, con otros varios trozos de música clásica de los mejores autores así españoles como extranjeros, todo ejecutado con admirable precisión ante los vetustos muros de la iglesia matriz, dejaron al publico altamente complacido hasta el punto de prorrumpir diciendo: ¡Que se repita, que se repita! como en efecto se repitió a la noche siguiente la misma velada musical muy interesante y nunca oída”.


    La carrera musical de Miguel Portillo finaliza de manera violenta en agosto de 1895, cuando en las inmediaciones de la puerta del cementerio atentó contra su propia vida pegándose dos tiros en el pecho.
    La siguiente noticia se mete ya en el siglo XX. Dentro de una detallada crónica sobre los desfiles procesionales de la Semana Santa del año 1900, se hace mención a la unificación y  reorganización de la banda de música, siendo alcalde el conservador José Navajas Moreno:

   “Se  han  refundido las dos  bandas de música en una, renovando sus instrumentos  y encargando su dirección a un funcionario público que revela ser un buen  profesor y compositor, quien  ha  logrado  que la banda esté  a una altura que nada  tiene  que envidiar  a la de cualquier  capital, realzando en estos días con su asistencia los solemnes actos a los que ha concurrido”.

Diario de Córdoba (19 de abril de 1900)

   Aquí ponemos de momento un punto y aparte, no sin antes hacer mención a la existencia de una tercera generación de músicos de apellido Portillo. Un hijo de Cecilio Portillo y Tienda, que a finales del XIX traslada su residencia desde El Carpio hasta Pozoblanco, llamado Salvador como su abuelo, terminaría vinculándose como organista a la ciudad de Bujalance. Llegó a dirigir orquesta en un oficio religioso celebrado en la parroquial de la Asunción de Castro del Río por invitación de Don Francisco Algaba en el año 1904.

4 comentarios:

  1. Interesante artículo, amigo Alberto.
    Conservo algunas partituras manuscritas que pudieran ser obras de estas plumas. Intentaré analizarlas a ver si encuentro fecha y autor.
    Por otra parte, guardo una diana (Alegres castreños) y un pasodoble (General Moscoso) de un tal Sebastián Zamorano. ¿Se sabe algo de él?
    Saludos. (José A. Elías).

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    1. Que yo sepa el músico y compositor Sebastián Zamorano Rocha fue el único director de la banda municipal de música por oposición que ha existido en Castro. Más detalles en la entrada sobre las bandas en el siglo XX que anda todavía en el horno.

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    2. Juan Sebastian Zamorano serrano26 de febrero de 2015, 10:48

      Mi abuelo, mi padre Pedro Zamorano Bobadilla pianista y su hermano Sebastian violinista

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  2. MáS información sobre SEBASTIÁN ZAMORANO ROCHA, os dejo el enlace de la Real Biblioteca donde ésta obertura de mi abuelo está considerada Patrimonio Nacional:
    http://realbiblioteca.patrimonionacional.es/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=80150

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