Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

24 julio 2013

AVENENCIAS GASTRONÓMICAS FIN DE CONFLICTO EN CASTRO DEL RÍO (1919)


UN LUGAR DE MEMORIA

     A principios del mes de mayo del año 1919, entre los días 3 y 6, las sociedades obreras campesinas anarcosindicalistas de la provincia de Córdoba y sus contornos (1) celebraron un Congreso o Asamblea en la sede del Centro Instructivo de Obreros - Sociedad de Oficios Varios de Castro del Río con el fin de coordinar actuaciones y fijar la táctica a seguir de cara a un nuevo envite huelguístico, que a la postre, terminaría convirtiéndose en la tercera y última gran acción combinada de ese periodo histórico marcado por el excepcional intensidad de la conflictividad socio-laboral en la provincia de Córdoba, que ha pasado a la historia con el nombre de Trienio Bolchevista.
      El gobierno conservador presidido por el don Antonio Maura, viéndolas venir, ya había decretado la suspensión de las garantías constitucionales (marzo) , implantado reformas en la legislación laboral (imposición de comités paritarios en las negociaciones que atentaban contra la tradicional acción directa, sin mediación gubernamental, preconizada desde las filas anarquistas) y destinado a Andalucía en comisión de servicio el General de División de la Guardia Civil don Manuel de la Barrera y Caro, para hacer frente con fuerzas militares a los posibles incidentes que pudieran surgir durante el anunciado conflicto.
    Entre los temas abordados en aquel conclave sindicalista se consensuó una tarifa de salarios para la inminente campaña de recolección de cereales, que sería la misma en todas las localidades representadas o adheridas, y que debería presentarse al unísono ante la patronal agraria el 20 de mayo. En caso de negativa, se declararía la huelga general para día 25.


     El dia 27 unos enfrentamientos entre la Guardia Civil y huelguistas en el pequeño pueblo de San Sebastián de los Ballesteros se saldaron con tres obreros muertos y varios heridos, lo que unido a un sabotaje perpetrado contra la línea férrea de Córdoba a Málaga en los días siguientes, sirvió para espolear los ánimos del señor gobernador civil don Jacinto Conesa que con el eficaz y militar concurso del General de la Barrera decraró el Estado de Guerra en la provincia el 29 de mayo, procediéndose de inmediato a la clausura de los centros obreros y detención de sus directivas, así como a la deportación de aquellos elementos obreros con mayor ascendencia entre las masas. Todo esto en plena campaña electoral de las elecciones a Diputados a Cortes celebradas el 1 de junio en unas circunstancias tensas y excepcionales


     Con fuerzas del ejército y de la guardia civil distribuidas por los focos de mayor conflictividad, la huelga iría debilitándose poco a poco. 




     No obstante la pujante organización sindicalista de Castro del Río fue capaz de mantener su particular pulso hasta el 6 de junio, en que finalmente los representantes obreros  y patronales reunidos en la casa consistorial en presencia de las autoridades locales alcanzaron un acuerdo por transacción.
    Suponemos que aquellas pretensiones salariales iniciales, como consecuencia de la lógica intimidación ejercida por los del máuser, se verían menguadas considerablemente. Su buscaría una salida digna.
      Disponemos de los acuerdos adoptados en la vecina villa de Montemayor en la que el conflicto terminó bastante antes, también por transacción. Se renunció a la pretendida abolición del destajo y se estipularon los siguientes salarios diarios para el trabajo en los cortijos. Sirvan como ejemplo los de aquellas faenas que demandaban un mayor número de braceros (2):

                                          Segadores      7.50 pesetas (se pedían 11)
                                          Ereros            5.50              (              10)
                                          Carreteros     6.00    “          (      “   10.50) 


      Para sellar el acuerdo definitivo en Castro del Río sus generosas autoridades libraron unas pesetillas de las arcas municipales para un almuerzo-refrigerio a celebrarse en un ambiente distendido de respeto y concordia, que puestos a dar rienda suelta a la imaginación, en vistas de los rigores estivales propios del corazón de la campiña cordobesa, bien pudo haber tenido lugar en el fresco y sombreado patio porticado de las casas consistoriales.
      Muy cerca de allí debía de estar ubicada la tienda de comestibles regentada por el industrial Diego Reyes Dios, que fue el encargado suministrar el género alimenticio y el vino fino del que habrían de dar buena cuenta los reunidos.
    Calculo que tuvieron que congregarse en torno a 10 o 12 personas: tres obreros, tres patronos, el señor alcalde acompañado de algún otro edil, la también obligada presencia del jefe de línea de la Guardia Civil, el jefe del destacamento militar desplazado, y como no, el portero de la casa ayuntamiento encargado de las compras y su posterior presentación y aderezo.



    Sin temor a equivocarme, entre los representantes de la patronal debió comparecer el agrarista Antonio Navajas Moreno. Entre los obreros,  Dionisio Quintero Garrido (maestro de la escuela del centro), Pedro Algaba Salido, Juan Pérez López o José Dios Criado, hombres de peso en el seno de la organización sindicalista castreña tras el abandono de otros destacados líderes como Antonio Pérez Rosa  o Benito Cordobés, que se habían apartado voluntariamente del sindicato al inicio del periodo.



     En base a los artículos relacionados en la factura hasta podríamos intentar ordenar el menú de una manera más expresiva e ilustrada:

Entrantes:

    Salchichón del bueno (Vich) y queso manchego presentados en finas rodajas en pliegos de papel de estraza proporcionados por el propio tendero.


Al Centro:

ENSALADA ROJO PENDÓN AL PIMIENTO MORRÓN



    Ensaladilla de pimientos al lebrillo elaborada a base de morrón enlatado, huevos duros, aceitunas (tienen que ser negras), y generosas porciones de atún o bonito en conserva, con su pertinente aliño de aceite, vinagre y sal. Un picadillo de ajo tampoco desentona.


Vinos del terreno

     Fueron diez las botellas, suponemos que de ¾, las que se metieron entre pecho y espalda los comensales. Casi a una por cabeza. Vamos, que tuvieron que llegar a sus respectivos domicilios como para echarse una buena siesta (la siega no se reanudó hasta el día siguiente). 



     Juegos de cañas de vino como la que mostramos, bien de plata o de otros metales menos nobles, debieron de estar incluidos entre el inventario mueble del  despacho de la máxima autoridad local a efectos de protocolo, y para reuniones como la que venimos referenciando. El menaje y las cuberterías estaban de mas, ya para estas este tipo de banquetes comunitarios se recurría al higiénico barco de pan pinchado con la navaja, con ese especial arte en el giro de la muñeca para la carga con el que además se evitaba el medallón en el pecho, para el que era muy dado, por citar un ejemplo, don Antonio Navajas (Barbitas) .Sobran las explicaciones sobre el democrático régimen del pasó atrás por el que se regía la aproximación al condumio.


    Beneficiarios indirectos del conflicto fueron los niños y niñas que asistían al colegio público instalado en las antiguas Escuelas Reales, ya que tuvieron que suspenderse las clases para poder albergar en sus dependencias a los efectivos militares de la clase de tropa desplazados para extinguir la llama.

    El malestar de la plantilla de maestros, ante tal arrebato, también queda patente en la documentación del archivo. Denuncian el estado lamentable en que las devolvieron:

El Defensor de Córdoba (9 de junio de 1919)

NOTAS

(1)   Fueron 24 pueblos los representados y 11 los adheridos, entre los que se encontraba el pujante sindicato “El Porvenir del Obrero” de la localidad jiennense de Lopera que durante el periodo se movió en la órbita organizativa de la FNA-CNT. De ahí la denominación de “y sus contornos” adoptada al crearse la Federación provincial cordobesa.
(2)   José Francisco Luque Moreno. Montemayor 1900-1945. Cuestión social, República, Guerra y Represión. Diputación provincial de Córdoba (2011).

(3)   Vacunación: las facturas son fotocopias de documentos originales del Archivo Histórico Municipal de Castro del Río. El aspecto añejo amarillento del papel es fruto de un primitivo retoque de imagen.

1 comentario:

  1. Dejando al margen el tema socio-laboral y ciñéndome ahora, por afición, al apartado de la típica copa de vino español (término que se generalizaría andando los tiempos), he optado por insertar el anuncio de la casa Carbonell y Cía, por aquello de los vínculos históricos de esta empresa con la villa de Castro del Río (orujera y fábrica de aceite). Además quien fuera gerente de la sucursal de Castro del Río, Antonio Carbonell y Rodríguez, contrajo matrimonio con una joven perteneciente a las familias de brillito de la localidad, allá por el año 1915.
    No me consta la existencia de cosecheros bodegueros en Castro del Río hasta la década de los treinta. El ex diputado provincial republicano federal Miguel Merino Millán en unos pagos de su propiedad ubicados en la cercana Sierra de Montilla, instaló un pequeño lagar- bodega, del que obtuvo caldos de buena calidad. Premiado con un diploma especial en la exposición provincial de mostos de uva en la feria de mayo de Córdoba del año 1932, y al año siguiente, con un 4º premio en la cata organizada por el Círculo Mercantil de Córdoba con una muestra denominada Angelina. El “Fino Angelina” fue el protagonista de una cena íntima celebrada en el frondoso paraje de la Alameda el 23 de junio de 1933 en honor del recién licenciado en derecho Manuel Criado Valenzuela.

    ResponderEliminar