Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

28 marzo 2013

TRÁGALA PERRO


Trágala perro (Francisco de Goya)

     La canción "Trágala perro" fue un instrumento utilizado por los liberales exaltados para humillar a Fernando VII y a los absolutistas tras el pronunciamiento protagonizado por el teniente coronel Riego en las Cabezas de San Juan el 1º de enero de 1820, con el que se daba por terminando el Sexenio Absolutista y se iniciaba el Trienio Liberal (1820-1823). Las circunstancias obligaron al monarca, bajo juramento, a decir aquello de: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”.
     La tonada, que se hizo muy popular, terminaría convirtiéndose en símbolo de la resistencia hacia aquellos que no aceptaban las leyes. Con el mismo significado, aunque con ligeras variantes con respecto a la letra original, volvería a ser cantada durante la II Republica y la Guerra Civil española.

¡Trágala Perro! a Fernando VII y los absolutistas:

     Tú que no quieres lo que queremos la ley preciosa do está el bien nuestro. ¡Trágala, trágala, trágala perro! ¡Trágala, trágala, trágala perro! Tú de la panza mísero siervo que la ley odias de tus abuelos. Porque en acíbar y lloro ha vuelto tus gollerías y regodeos. Tú que no quieres lo que queremos la ley preciosa do está el bien nuestro. ¡Trágala, trágala, trágala perro! ¡Trágala, trágala, trágala perro! Busca otros hombres, otro hemisferio, busca cuitado déjanos quietos,  donde no sabe que a voz en cuello mientras vivieres te cantaremos: Tú que no quieres lo que queremos la ley preciosa do está el bien nuestro. ¡Trágala, trágala, trágala perro! ¡Trágala, trágala, trágala perro! Dicen que el «Trágala» es insultante pero no insulta más que al tunante. Y mientras dure esta canalla no cesaremos de decir ¡Trágala! ¡Trágala, trágala, trágala perro! ¡Trágala, trágala, trágala perro!


      Nos servimos de este breve prolegómeno sobre los orígenes de la canción para meter en contexto lo sucedido a unos veinte milicianos voluntarios de la ciudad de Montilla (Córdoba), quienes tras recabar el oportuno permiso de la superioridad, tomaron rumbo hacia la vecina villa de Espejo al objeto de presenciar una corrida de toros anunciada para la tarde del día de San Juan del año 1821.



      Se ve que la tropa le pegó al vinillo por el camino pues hicieron una eufórica y triunfal entrada en la población, entonando una y otra vez el célebre Trágala.   
      Como durante el festejo prosiguieron con la misma cantinela, terminaron por amostazar a los de Espejo, que según parece no eran muy devotos de él:

      “Los milicianos vieron caer sobre sus cabezas y lomos un diluvio de palos, que habría tenido consecuencias fatales, si los alcaldes no hubieran interpuesto su mediación y reportado a aquellos jayanes furibundos, que amenazaban dar fin de sus huéspedes, los cuales se habrán convencido verosímilmente de que el trágala no es canción de todos tiempos y lugares”.


      La noticia sobre la manta de palos recibida por aquellos milicianos montillanos en Espejo, nos la proporciona el corresponsal en Montilla del diario Miscelánea de comercio, política y literatura, del que era redactor principal el afrancesado motrileño Francisco Javier de Burgos, que confiere a la publicación una impronta liberal moderada y anti revolucionaria.

      En 1963, el guionista de la película musical estrenada como Los Guerrilleros, protagonizada por el cantante Manolo Escobar, sin conocer la moraleja final del suceso narrado, por imperativo patriótico, retrotrae el Trágala al año 1808, coincidiendo con los preparativos y momentos previos a la famosa Batalla de Bailén. Son los invasores franceses los destinatarios de la inquina de la canción, cuya letra se modifica hasta el extremo de que se incorpora la gesta de resistencia protagonizada por una heroína motrileña de ficción:

Manuela la de Motril,
tiene en un viejo barril
franchutes en escabeche.

27 marzo 2013

Maestro Arroyo: cinematógrafo y varietés (1911-1913).



     Los dos breves periodos profesionales vividos por el músico porcunense Benito Arroyo en la ciudades de Segovia y Valdepeñas (Ciudad Real) durante la primera década del siglo XX, nos han servido para  hacernos una idea de lo azarosa y dificultosa que debía de ser la vida de quienes pretendían labrarse un futuro con sus habilidades artísticas, así como de la dura competencia existente entre los pertenecientes al gremio musiquero por alcanzar las metas pretendidas.
     Con la consolidación del cinematógrafo como espectáculo, a principios de la segunda década del siglo XX, se abre un nuevo campo profesional para aquellos músicos con capacidad de golpear con maestría las teclas de un piano.
      Durante la primeros años de la era del cine mudo sólo existieron salas de proyecciones en las grandes ciudades, provistas de piano, órgano o incluso una orquesta completa que permitían ejecutar los efectos sonoros requeridos por el ritmo argumental de las películas proyectadas.


     Será en un remozado local de espectáculos, el antiguo Café de la Marina de la capital de España, rebautizado por su nuevo empresario, el distinguido abogado y publicista D. Javier Carreño, como Cine Bello (calle Jardines 21), donde volvemos a tener noticias de la carrera profesional del  pianista, compositor  y maestro concertador Benito Arroyo al frente de una orquesta.
     La exhibición de películas mudas no tenía aún el tirón suficiente como para llenar las salas a diario, de ahí que los empresarios opten por intercalar con los pases cinematográficos números de variedades. Para acceder al local no había que abonar entrada, bastaba con hacer efectivo el precio de la consumición "que es el corriente de los cafés, con la ventaja de que todos los artículos que se expenden son de calidad inmejorable".


     El bonito y elegante local, ubicado en la céntrica y transitada calle los Jardines, abría sus puertas al público en la primavera del año 1911. No tardaría, por su variado programa y esmerado servicio, en convertirse en “uno de los más apreciables y favorecidos centros de reunión de Madrid”.

El Eco Artístico (Noviembre de 1911)





     “Diariamente, a las siete, ocho y media, nueve y tres cuartos y once de la noche, se celebran grandes sesiones, en las que el numeroso público que llena el amplio salón aplaude los números más notables y populares del variado género que cultiva este agradable espectáculo. El director artístico, D. Manuel Pérez, y el maestro concertador D. Benito Arroyo, merecen toda clase de elogios por la atrayente variedad de las sesiones”.
El Liberal (15 de noviembre de 1911)




     Toda una peonada musical, la que tenían que ejecutar a diario estos currantes de la música. Aunque sin llegar a alcanzar el prestigio social y profesional que otorgaba la dirección de una banda de música civil, estos otros menesteres debían de proporcionar un nivel de ingresos estable y suficiente, amén de liberarse del siempre incomodo teatro adulatorio con el preboste local de marras para lograr salvaguardarse del las incidencias del turno de partidos.



     Fueron un par de temporadas las que sobrevivió el Cine Bello a la cada vez mayor competencia, cambiando de manos y retomando su antigua denominación, ahora como “Antiguo Café de la Marina” a finales de 1913. 
     Los verdaderos protagonistas de las gacetillas y programas, insertados en la prensa periódica consultada. son los artistas, especialmente las del género femenino. 
     Del concurso profesional del Maestro Arroyo sólo nos constan un par de referencias aisladas. Es muy posible que su hermano, el también pianista Valeriano Arroyo, que ya le acompañara en Valdepeñas, diera el salto con él y formara parte de aquel elenco de músicos de cine y varietés.
     En abril 1913, cuando a la sala apenas le quedaban unos meses de vida con la denominación de Cine Bello, ya figura al frente de la dirección musical otro profesional, el Maestro Quirós. 


      Todo apunta a que por esas fechas los hermanos Arroyo retornan a su tierra con otros proyectos musicales, cuyo desarrollo posponemos para la siguiente y última entrega. Nos falta atar algunos cabos y el acceso a nuevas fuentes documentales complementarias. El parón de la Semana Santa nos obliga a poner un punto y aparte provisional.
      Ya puestos, como la estética de los anuncios y fotografías con las que se publicitan las artistas no nos desagrada, tirando de programas, insertaremos otros carteles de aquellas más notables o cuya presencia sobre las tablas del Bello fue más asidua, y con las que nuestro paisano tendría la oportunidad de compartir ilusiones y desengaños durante los ensayos y descansos necesarios para afrontar la larga y agotadora jornada laboral diaria.  

La Morucha (cupletista)

La Cordobesita (bailarina)

No confundir con la cupletista y modelo cordobesa Dora La Corsobesita.


     Y todo un batallón de cupletistas y bailarinas como La Bella Habanerita, Las Giraldas, La Roteña, La Argelina, la Buena Moza, Las Crisalidas, Pilar la Gitana, Morenita de Madrid, La Maja, La Sevillanita, la Gallegita, y un largo etcétera, que en manos de sus respectivos agentes artísticos y ante el cada vez mayor éxito del género de las variedades empiezan a ser requeridas por los empresarios de provincias.


(CONTINUARÁ)

      Para conocer sobre los inicios del Maestro Arroyo pinchar al principio sobre Segovia y Valdepeñas, sus primeros destinos como profesional.




25 marzo 2013

Maestro de Música "Benito Arroyo" (continuación).



      Cuando abandona Segovia, el maestro Benito Arroyo se muda a la ciudad manchega de Valdepeñas donde se le ofrece, aunque de forma  interina, la dirección de la Banda Municipal de Música en fase de reorganización, según consta en el extracto de los acuerdos tomados por el Ayuntamiento de esta ciudad durante el mes de febrero del año 1907, publicados en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real.

Sesión extraordinaria del día 6 de febrero:

     “Destituir al Director de la banda municipal D. Alfredo Martos; que con carácter de interino y provisional se encargue de la dirección D. Benito Arroyo; que se reorganice la banda bajo nuevas bases que se establecerán en un reglamento y que una vez aprobado se anuncie un concurso para proveer la dirección en propiedad en el concursante que más méritos acredite a juicio del jurado que al efecto se designe”.


     Durante su también corta estancia en la capital del vino manchego, compaginará sus servicios al frente de la banda de música del municipio con otros proyectos relacionados con la música coral, como ya lo había hecho en Segovia. 
     En esta ocasión, para hacerle el seguimiento no disponemos de la profusión informativa que suele proporcionar la prensa diaria local. Por el Anuario comercial o guía indicadora de Valdepeñas para 1907 conocemos que ya para esa fecha dirigía un denominado Orfeón Wagneriano e impartía clases como profesor de música:



    Su posición preeminente le permitirá reclamar los servicios profesionales de su hermano y también músico Valeriano Arroyo, que dejará Porcuna para consolidarse como profesional bajo la dirección y tutela de Benito Arroyo.

Valdepeñas (Anuario Riera 1908)
Valdepeñas (Anuario del comercio, industria... 1909)

     El proyectado reglamento así como la convocatoria para cubrir en propiedad la plaza de director de la banda quedaría aparcada. Las típicas fluctuaciones políticas y el clientelismo al uso de la época, que afectaba a la carrera profesional de los músicos al igual que a la de otros funcionarios, terminan por perturbar la progresión artística de nuestros paisanos. En 1909 volvemos a encontrar como director al destituido maestro y compositor jiennense, Alfredo Martos.


    Según relación publicada en el B.O.P. por la Junta Provincial del Censo Electoral, los hermanos Benito y Valeriano Arroyo adscritos al distrito 2º - sección 1º (San José) de la ciudad de Valdepeñas, no emitieron su voto en las elecciones municipales celebradas el 12 de diciembre de 1909, siendo censurados públicamente por incumplimiento de un deber civil en base a lo dispuesto por la ley electoral vigente (voto obligatorio), lo que nos induce a pensar que para esa fecha el vino manchego había desaparecido de sus mesas.




(Maestro Benito Arroyo: Cinematógrafo y Varietés 1911-1913)


     La fotografía de la cabecera pertenece a la banda de música de la vecina localidad de Membrilla, tomada del magnífico fondo fotográfico que nos ofrece la Biblioteca Digital de Castilla-La Mancha.
     Aprovechamos la ocasión para reclamar la ayuda de historiadores, aficionados a la música y curiosos en general de la localidad manchega de Valdepeñas, que pudieran aportarnos alguna fotografía de Benito Arroyo al frente de la banda u orfeón, así como noticias o informaciones relacionadas con su faceta de compositor o sobre la huella dejada a su paso por aquella ciudad. Me estoy refiriendo a periódicos, revistas y otras publicaciones locales, de difícil localización desde la distancia, que pudieran resultarnos de gran ayuda a la hora de completar la biografía de este músico jiennense cuya memoria pretendemos rescatar del olvido.

23 marzo 2013

Pianista y maestro concertador Benito Arroyo.



     Entre los componentes de una reorganizada y reglamentada Banda Municipal de Porcuna dirigida por el maestro Emilio Ruiz Ramírez de Aguilera en el año 1904, cuya relación nos proporciona Manuel Heredia Espinosa en su obligada obra de referencia, aparecen los nombres de Leonardo y Otilio Arroyo Casado, con las categorías de músicos de segunda y de tercera respectivamente, hermanos a su vez de aquel joven pianista llamado Valeriano Arroyo que formó parte de la Orquesta Bellas Artes gestada en 1899.
      Los trabajos previos de documentación para elaborar aquella entrada nos han conducido hasta otro miembro de aquella familia musical porcunense llamado Benito Arroyo Casado (suponemos que el primogénito), que en fecha indeterminada abandona Porcuna con el firme propósito de abrirse paso en el difícil arte de la música.
      Sobre su formación musical todo son incógnitas, aunque lo más probable es que la obtuviese en el seno de aquellas agrupaciones musicales locales de finales del XIX y principios del XX, cuyos directores actuaban a la vez como profesores de música. Cabe también la posibilidad de que la pudiese haber adquirido o perfeccionado en alguna banda militar durante su estancia en el servicio militar, cuya oportunidad era aprovechada con relativa frecuencia por los aficionados a la música en aquellos tiempos.
     Las primeras noticias de las que disponemos  sobre su trayectoria profesional  lo sitúan en la ciudad de Segovia entre los años 1905 y 1906, con una edad que giraría en torno a los 22-25 años.  
   

     La casualidad de que durante este periodo estuviese un porcunense al frente del  gobierno militar de aquella plaza, el general  del arma de artillería don Diego Ollero y Carmona, nos induce a pensar en un posible patrocinio por paisanaje a la hora de introducirle en el mundillo social y cultural de esta pequeña ciudad castellana en la que militares y religiosos sobresalían notablemente en la composición de su estructura socio-profesional. La Academia de Artillería ejercía como gran centro dinamizador de la vida económica y cultural de la misma, que a principios de siglo apenas si sobrepasaba los 15.000 habitantes.


     Sería en un local de esparcimiento, el mítico Café de San Francisco, ubicado en la calle del mismo nombre, donde tenía su sede el referido centro de formación militar, y entre cuyos clientes habituales debían ser mayoría militares y alumnos de la academia, donde se le ofrece la oportunidad de trabajar y poner en práctica una ya consolidada experiencia musical.  
     Alterna conciertos de piano en solitario con el acompañamiento musical que brinda a bellas y simpáticas señoritas que sobre un pequeño escenario amenizan con sus cantes y bailes las tardes noches de ocio de su selecta clientela.
    Artistas del género lírico ligero, que destacaban en su doble faceta de cupletistas y bailarinas, caso de Sofía Cabañero, Paz Coello, Balbina García o la Bella Brillante, aparecen en los programas ofrecidos por el empresario de este exitoso café cantante al lado del "reputado, aplaudido, genial pianista y profesor Benito Arroyo", como ya le distinguen las crónicas insertadas en el diario El porvenir segoviano, que nos va permitir reconstruir su trayectoria profesional durante los años en que residió en la capital segoviana.



   “Sofía Cabañero destaca por su voz de sugestivo timbre y perfecta afinación, condiciones que sabe aprovechar con maestría en los picarescos e intencionados cuplés de su inagotable repertorio, derrochando gracia, donaire y sal, en su no menos vasto repertorio de bailes nacionales. Pianista y cupletista disponen de los suficientes recursos para dar variedad a los programas y que las veladas resulten agradabilísimas, siendo premiados sus empeños por complacer al público con los muchos aplausos que todas las noches cosechan. Para que nada falte, hasta el piano forma excepción entre los de su clase, no está desafinado”.

      Entre los programas ejecutados se anuncia con frecuencia como preludio una composición del Maestro Arroyo titulada Punta Brava (Fantasía Militar), suponemos que utilizada para complacer a su clientela mayoritaria y predisponerla a la marcialidad necesaria para desenvolverse con soltura en este tipo de locales.


     Su buen hacer profesional le fue abriendo puertas  y su comparecencia pronto se convierte en necesaria e imprescindible en cuantas iniciativas y actividades relacionadas con la música se desarrollan en la ciudad.
      Participa en la reorganización y revitalización del Orfeón Segoviano, concediéndosele la dirección del mismo.  Ya para los carnavales de 1906, con el fin de allegar fondos para la nueva masa coral, se organiza en su seno una estudiantina que hace las delicias del público con “un precioso pasacalle”, compuesto por el propio Maestro Arroyo.
     Su concurso musical será  también asiduo en cuanta fiesta, buffet, baile o concierto organizan aquellas  sociedades y círculos de recreo de corte más aristocrático, como el Casino Militar o Circulo de la Unión:


      Su polivalencia le permite participar también en las tradicionales celebraciones de Semana Santa:
     “Una escogida música de capilla, bajo la inteligente dirección de don Benito Arroyo, interpretó muy bien el himno Stábat Mater" dentro de los cultos solemnes celebrados en la Iglesia de El Salvador, que el gremio de los sastres de Segovia dedica anualmente a la Virgen María al pie de la Cruz.
      Prueba del cada día mayor engarce del músico porcunense con la sociedad segoviana es la edición comercial de unas composiciones de vals boston (una forma más serena y pausada de interpretar el vals) y mazurcas para piano, cuya partitura principal está dedicada a Victoria Eugenia de Battemberg, a punto de contraer matrimonio con el joven monarca Alfonso XIII.




     Fue también el responsable de poner música a un libreto de zarzuela titulado “La Chispa” del que era autor un enigmático y polifacético escritor segoviano llamado Heraclio Serrano Viteri. La obra pudo ser estrenada en el Teatro Miñón de Segovia el 20 de enero de 1906, aprovechando un largo ciclo de actuaciones de la compañía de zarzuela y opereta dirigida por el primer actor Cesar Muro, que accedería a su representación más por complacer la demanda localista que por la propia calidad de la obra, que desconocemos. Los gacetilleros locales después del estreno parecen ignorarla.
      Su trabajo al frente de la masa coral, que pronto sería rebautizada como Orfeón Segoviano Juan Bravo, parece dar sus frutos. Al maestro Arroyo le corresponde la iniciativa de solicitar su participación en los festejos musicales que con motivo del enlace regio organizaría el Ayuntamiento de Madrid:

10 de mayo de 1906

     El éxito alcanzado por el orfeón en aquellos fastos salta tanto a las cabeceras provinciales como nacionales:

ABC de 5 de junio de 1906
     Cuando a finales de junio de 1906 el orfeón Juan Bravo es recibido por la pareja real y su séquito, ya repuestos del susto del día del enlace, en los salones del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, Benito Arroyo ya no aparece al frente de la misma. Como encargado de recibir las felicitaciones regias figura don Luis Casares, sacerdote beneficiado y organista de la Santa Iglesia Catedral, cuya relación con el orfeón era la de simple director honorario.
     Creemos que ese acto de suplantación, con el que el verdadero artífice de los meteóricos progresos de aquella coral quedaba relegado a un segundo plano, no debió ser encajado con agrado por el maestro Benito Arroyo, que no tarda en desaparecer de aquella ciudad cuando apenas si se cumple un año de su llegada. Los prebostes locales no debieron considerar acorde con el protocolo regio que se presentase al frente de aquel orfeón, orgullo de la ciudad, un pianista de café cantante.



      Como las fuentes nos han permitido desarrollar con exhaustividad los arranques artísticos de este desconocido y olvidado personaje local, posponemos el paseo por el resto de su intensa carrera artística para una próxima entrega, no sin antes aportar algunos datos que pudieran  ayudarnos a contactar con familiares o aficionados a la música con los que rellenar algunas lagunas sobre esta familia de músicos porcunenses.
     La fotografía de la cabecera es de época pero suplantada.
     En pro de las causas imposibles diremos que Benito Arroyo falleció joven en Porcuna en la década de los veinte. Residió en la calle Juan de Mata Dacosta nº 6 (Carrera) y dejó dos hijas menores de edad llamadas Carmen y Juana Arroyo Rodríguez.
     De su hermano Otilio Arroyo Casado, que también hizo sus pinitos como compositor como podremos descubrir más adelante, con el tiempo se haría ferroviario. Gracias al increíble esfuerzo desplegado por Todos los Nombres de Porcuna por recuperar la memoria de los represaliados del franquismo, conocemos que fue fusilado en el mes de enero de 1937 junto a un hijo de 17 años de edad (Manuel Arroyo Parras) ante las tapias del cementerio de San Rafael de Córdoba, coincidiendo con las fechas en que la mayoría de los porcunenses hechos presos durante la caída de Porcuna y recluidos en la improvisada prisión del Alcázar Viejo cordobés sufrían similar suerte. Aunque su destino profesional lo tenía en Belmez (Córdoba) es posible que se encontrase y fuese capturado en su pueblo natal.
      La referencia más cercana temporalmente se corresponde con el también maestro Leonardo Arroyo que según Heredia Espinosa dirigió la Banda Municipal de Porcuna a finales de la década de los cuarenta, entre la fecha en que la dirigiera Antonio Pastilla Criado y el repuesto maestro de la banda de música del periodo republicano Benito Cabeza. 
      Agradecería información al respecto bien en comentarios o en el correo que aperece junto al perfil del autor de este lío. 

      Ver aproximación biográfíca completa pinchando sobre las sucesivas entregas:

                      2ª  entrega               3ª entrega         4ª entrega (FINAL)


10 marzo 2013

¿UN RETRATO DE LA ESCUELA DE DON TORCUATO?



      La publicación de las fotografías de Torcuato Félix Sicilia López (maestro de la escuela del centro obrero de Porcuna), acompañadas de la relación de quienes fueron sus alumnos (nombre y primer apellido) en el año 1909, nos han permitido albergar la esperanza de que pudiéramos haber alcanzado lo que en un principio considerábamos como incierto y más que improbable objetivo: “una fotografía de conjunto en la que se nos muestre rodeado por sus tres grados de colegiales”.
      Los descendientes de un alumno en particular conservan y nos han remitido una copia fotográfica  que pudiera corresponderse con el colegio regentado por Don Torcuato. El identificado es el mozalbete de que se nos muestra en el centro de la fila superior (pico de la pirámide) y que en el año 1909 debía de asistir a su escuela como párvulo.


     Como podrán comprobar, si se tratase de la misma persona, se ha operado una importante transformación en su aspecto físico, en comparación con aquellas otras muestras gráficas que nos suministró una de sus bisnietas: ahora presenta el pelo ligeramente cano, entradas en la frente  y la cara un tanto más gruesa.

     Por la comparativa que presentamos a continuación, casi pondríamos poner la mano en el fuego en defensa de la misma identidad: sus  rasgos faciales y el semblante serio parecen claramente equivalentes, lo que coincide además con el grado de madurez que otorgan los 50 años que tendría en la fotografía si damos por validos los criterios de datación.




      El alumno en cuestión había nacido en el año 1903 y en esta foto aparenta tener sobre 13-14 años, por lo que se nos va la fecha hasta 1916-1917.
      Hay otro detalle que parece coadyuvar a la supuesta identificación. A la derecha del grupo aparece claramente diferenciado un joven más granado que el resto (unos 16-17 años), que podría tratarse de su hijo Félix (nacido en 1900) que ya por estas fechas debía de colaborar con el padre en las tareas docentes.   
      Observen la comparativa en la que también creemos apreciar un considerable parecido:


     Lo que seguimos sin poder despejar es la incógnita sobre si el colegio, después de las suspensión judicial y clausura decretada sobre la sede compartida por la Sociedad Obrera “Paz y Libertad”  y Agrupación Socialista a finales de 1911, sigue vinculado a sus primitivos promotores o funcionó de manera autónoma. En el archivo histórico de la Universidad de Granada no consta nueva autorización.

Preparativos para el 1º de Mayo de 1913
      El movimiento obrero y socialista de la localidad de Porcuna a partir de 1914 atravesará una severa recesión de la que no se sale hasta finalizada la Gran Guerra. Justo a finales de 1914 la sociedad de obreros agricultores “Paz y Libertad” comunicaba al gobernador civil el acuerdo unánime de dejar de regirse por su antiguo reglamento, para hacerlo a partir de entonces por el de la A.S. No obstante, con posterioridad a la clausura referida se adquirió una casa en la calle Villa (Casa del Pueblo) que no pudo ser escriturada hasta 1918, coincidiendo con la elaboración, aprobación e impresión de un nuevo reglamento por el que había de regirse la nueva sociedad Paz y Libertad de Oficios Varios.


      Fue impreso en la Imprenta y Papelería Morales de la capital giennense, regentada por José Morales Robles un carismático militante del socialismo en la provincia, en cuyo establecimiento se imprimieron periódicos filo socialistas como Jaén Obrero y más tarde Democracia. No es casual el hecho de que la esquela mortuoria de don Torcuato, que publicamos en la entrada anterior, fuese confeccionada en los talleres de Gráficas Morales (nueva denominación).
       Por el Anuario Riera para el año 1921 conocemos que Torcuato Félix Sicilia a principios de la tercera década del siglo seguía regentando en Porcuna un colegio para niños.


       La actividad de este colegio en Porcuna habría que llevarla hasta 1923-1924. De este último año se conserva en el Archivo Histórico de la Universidad de Granada un expediente de un Colegio de Niños de Primera Enseñanza en Villardompardo, finalmente devuelto por razones desconocidas. La solicitud forzosamente tiene que ser la suya, ya que por testimonios orales conocemos que por estas fechas abandona Porcuna para instalarse en ésta donde seguiría impartiendo enseñanzas hasta el final de sus días. Torcuato Félix y Elina (su mujer) pasaron los últimos años de su vida al cuidado de su sobrina y ahijada Concepción Pérez Sicilia casada con Sebastián Lamoneda (primo hermano del dirigente socialista Ramón Lamoneda).
     En Porcuna quedaron sus hijas Gloria y Gertrudis casadas respectivamente con el agente comercial Francisco Jiménez Roldán y con Santiago Delgado Lara (hermano del  emprendedor negociante Victoriano Delgado Lara).
     Los hijos menores, Félix y Josefa fueron a vivir a la capital de España, donde estudiaron dibujo-delineación y enfermería respectivamente. Félix Sicilia Pérez heredó de su padre la militancia socialista. Al estallar la guerra ambos permanecen leales a la República. Josefa prestó servicios profesionales como enfermera en la retaguardia y en los frentes , uniéndose a un joven brigadista francés (Marc Carrie) adscrito como sargento a una unidad de sanitarios y ambulancias de la XIII B. I. Terminada la guerra ambos hermanos y Marc pudieron cruzar la frontera por los Pirineos. En 1944 Félix Sicilia interviene como delegado de la asamblea local de Toulouse en el I Congreso convocado por el comité de coordinación de grupos socialistas en el exilio francés.


    
      Finalizada la Segunda Guerra Mundial, perdidas las esperanzas de la restauración democrática en nuestro país, cruzarían el charco para instalarse definitivamente en Venezuela.
      Peor suerte corrió su primo hermano Sebastián de Sicilia Fernández (hijo del maestro Agustín de Sicilia), situado frente a un pelotón de fusilamiento por los franquistas en 1941, que no le perdonaron su pertenencia a la Masonería y el haber ocupado la Secretaría Provincial del PSOE y el haber alcanzado la Presidencia del Frente Popular de Jaén durante la guerra.

      Después de este breve inciso biográfico y genealógico, que pretendo pueda resultarle de ayuda a Amparo Giménez Delgado, persona que nos proporcionó aquellas primeras fotos y que anda embarcada en la reconstrucción de su árbol, con cierto vacío en lo concerniente al apellido Delgado de sus antepasados de Porcuna, retomamos el tema de la fotografía escolar.
      Se trata de una fotografía previamente anunciada para la que la mayoría de los alumnos se personan con la muda de gala, aunque no faltan quienes llevan su habitual vestuario de campaña, así como alguno que otro con la cabeza rasurada total o en parte para protegerse de piojo puñetero.


      La instantánea, con los alumnos perfectamente alineados y escalonados en uno de aquellos característicos patios de losas de piedra de las canteras de Porcuna, fue captada por un profesional ambulante iliturgitano llamado Antonio Ruiberriz de Torres (apellido linajudo de origen porcunense) venido exprofeso o desplazado para cubrir cualquier otra fiesta o celebración. A la izquierda un adulto sostiene a una niña encaramada en una silla que pudiera ser alguna de sus nietas.


      Este señor, para el hacer rentable su oficio de retratista se hacía acompañar durante sus giras de cuatro caballos de cartón, que tuvieron la mala fortuna de ser asaltados por “El Escarabajo” durante la Feria de la Salud de Córdoba del año 1925.



NOTA

     Que nadie se vaya a tomar la molestia de buscar el Anuario Riera del año 1921  en la Hemeroteca Digital de la BNE. Los datos que utilizamos proceden de la hoja correspondiente al partido judicial de Martos, insertada por Antonio Recuerda Burgos en Porcunenses por el Mundo.
     La fotografía de la portada del reglamento de Paz y Libertad del año 1918 de un álbum de Porfotolio firmado por sibibolai.
    Otros materiales e informaciones proceden del Archivo de la Fundación Pablo Iglesias.
    Y por supuesto, mi más sincero agradecimiento a la familia que nos ha hecho llegar esta magnífica fotografía, con independencia de que pudiera tratarse o no de la que andábamos buscando.

06 marzo 2013

Benitos Musiqueros



     Revista madrileña de periodicidad semanal y vida efímera  (del 22/11/1898 al 14/04/1899). Editada en números de 16 páginas, las cuatro centrales dedicadas a partituras musicales originales para piano, canto y violín (zarzuelas, pasodobles, melodías, etc.). Sus páginas de texto contienen artículos sobre música, biografías, noticias de teatro y otros espectáculos, tiras cómicas, cuentos y composiciones poéticas, cantares, epigramas, así como una sección de modas con su figurín correspondiente, crítica musical y anuncios publicitarios. Ilustrada con fotografías y grabados de vistas monumentales, escenas, tipos españoles, retratos de artistas, etc.
      Entre sus corresponsales en provincias se encuentra  un porcunero llamado Benito Toribio Molina, que nos ha transmitido algunas informaciones relacionadas con el mundillo musical de aquella todavía villa de Porcuna de finales del XIX.
      Durante el mes de febrero del año 1899, coincidiendo con el final de la recolección de la aceituna y las fiestas de carnaval, los aficionados locales a la música y el teatro pudieron disfrutar de una temporada de representaciones a cargo de la compañía cómico-lírica dirigida por el primer actor Eugenio Pamplona y el maestro concertador Luis Alaria Serrano.


      Aunque no aparezca reflejado en la crónica, en aquella compañía destacaba su primera tiple Srta. Aceves, cuyas maneras despertaban la lógica admiración entre determinado sector del público y  la censura mojigata de los críticos pueblerinos:
     “Sólo tengo que hacer la advertencia a la primera tiple, y es, que evite ciertos amaneramientos que no se compadecen ni con sus actitudes de artista ni con su buen gusto”.




     Animados por el reciente ciclo de representaciones, un grupo de jóvenes aficionados a la música deciden conformar y publicitar el nacimiento en Porcuna de una pequeña orquesta que bautizan con el nombre de Bellas Artes, como deferencia hacia la revista.


      Como podrán comprobar en base al nombre de pila predominante, tres Benitos sobre un total de seis, bien pudiera haber sido titulada como “Orquesta San Benito” (santo patrón de la localidad) u “Orquesta Benitera”.
      Se trata de músicos locales formados en el seno de la Banda de Música dirigida por Manuel Jesús Cabeza González, cuyos nombres, aparecen en su mayoría relacionados en una nota que publicó el diario El Imparcial (22 de noviembre de 1896) de una suscripción abierta en favor de los soldados heridos o enfermos en  la guerra que venía desarrollándose en la isla de Cuba.


      Los gastos del giro van a cargo del maestro música, y entre los amigos de Porcuna aparecen los tres Benitos de la futura Orquesta Bellas Artes, el pianista Valeriano Arroyo, además de “el que toca el bombo”, el pito, los platillos y otros supuestamente músicos, amigos o simpatizantes de aquella banda de finales del XIX.
      Recurriendo una vez más a la Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa, que le dedica un pequeño capítulo a la historia de la música de bandas en la localidad, y a otras fuentes, podemos conocer algún dato más sobre los componentes de aquella orquestina:

-    Benito Cabeza Borrego, hijo del maestro Manuel Jesús y hermano de los también músicos Francisco y Antonio Cabeza.  Con el tiempo llegaría a ser director de la Banda Municipal de Música.
·       Benito Toribio Molina, el corresponsal de Bellas Artes. Creo que debe ser el mismo que como Benito J. Toribio se asomaba con frecuencia a las páginas de los periódicos y revistas de principios del siglo, que se viera envuelto en aquel enredo de tenorios de conventillo  y que se mostraba acérrimo defensor de las bondades de la ley del descanso dominical por su condición de dependiente del comercio. Como poeta un ripioso:


·        Manuel Toribio, posiblemente hermano del anterior.
·        Valeriano Arroyo Casado, pianista. Perteneciente a otra saga de músicos locales: Leonardo, Otilio y Benito Arroyo. Sobre este último Benito, que llegaría a componer y a dedicarse profesionalmente a la música, disponemos de algunas informaciones que reservamos para un capítulo aparte.
·        De Benito González  sólo conocemos sobre su pertenencia a aquella banda de finales del XIX.
·        José Madero (desconocido). 

               La gestación de esta formación musical estaría relacionada con la necesidad de atender la demanda musical de la población a efectos de festividades y celebraciones, a la vez que permitía a sus componentes poner en práctica sus conocimientos musicales y obtener de camino unos siempre bienvenidos ingresos complementarios.
         De una fecha todavía cercana (1910), tenemos noticias de la participación de un sexteto musical de Porcuna “hábilmente dirigido por el maestro Benito Toribio” en una boda de relumbrón celebrada en la vecina localidad cordobesa de Valenzuela.
         La cosa la tenían organizada de tal manera que eran capaces de cubrir tanto la parte sacra como la profana.
         Su participación en aquel enlace vinagorro (Juanito Serrano Gallardo con la bella y simpática señorita Conchita Priego y Luque) podemos resumirla en dos funciones religiosas para las que se hicieron acompañar de los dos sochantres de Porcuna (misa sacramental y otra costeada por los novios al día siguiente “para dar muestra de su fervor cristiano”) y el esperado baile de sociedad:

       “Por la noche, el párroco accediendo a las instancias del señor Juez, cedió un magnífico salón ricamente amueblado, en donde los jóvenes pudieron disfrutar de las delicias del baile, y pudimos admirar la esbeltez, gallardía y gentileza de nuestras paisanas. Se bailaron chotis, rigodones, valses y la clásica jota aragonesa, destacándose en esto la simpática y sin igual Catalina Velasco”.


El Defensor de Córdoba (23 de febrero de 1910)
     “Entre las del bello sexo la sin igual novia, la señora doña Josefa Gomarín, doña Josefa Susín, doña Carmen Espina, doña Rosarito Pérez, doña Rosa Cañete, doña Espíritu Santo Méndez, doña Adriana Gordillo, con las señoritas Blanquita Vázquez, Isabel Gallardo, Catalina Velasco, María Antonia y Paquita Sánchez y una infinidad más imposible de enumerar”.





    Damos por descontada la sin igual participación de los músicos, sochantres incluidos, en cuanto ágape, lunch, almuerzo, merienda y opíparas comidas tuvieran lugar durante los dos días que duró tan esplendida celebración.