Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

29 noviembre 2010

Miguel Gallo Martínez. Su etapa africanista (1923-1928).

    
En entradas anteriores prometí ocuparme de la biografía del militar profesional Miguel Gallo Martínez (1904-1939). Mi propósito es meramente divulgativo, y la recuperación de su memoria responde únicamente, a la que yo considero una razón de peso, hacer justicia con este hijo de Porcuna (Jaén) condenado a muerte en Consejo de Guerra celebrado en Alicante (1939), acusado del anacrónico delito de “Rebelión Militar” por quienes se habían levantado en armas contra un régimen legalmente constituido.





Estructuraré su trayectoria vital en cinco bloques:

  • Su etapa africanista (1923-1928).
  • Su participación en la Sublevación de Jaca y su posterior exilio francés.
  • Miguel Gallo durante la II República.
  • España en Guerra (1936-1939).
  • El final de la guerra y su condena a muerte.

Miguel Gallo Martínez. Su etapa africanista (1923-1928). 

   En noviembre de 1921, un par de meses después de resultar muerto en acción de guerra el Alférez José Gallo, su hermano Miguel completaba su periodo de formación en la Academia de Toledo siendo promovido al empleo de Alférez del Arma de Infantería y  destinado al Regimiento de la Reina en Córdoba, en el que permanecerá hasta julio de 1923, en que por necesidades de la guerra mantenida en África, será destinado al Regimiento Serrallo nº 69 en Ceuta.
   Sus primeros servicios en campaña los prestó en los enclaves de Uad-Lau y Farga, siendo ascendido por antigüedad al empleo de Teniente a finales de ese mismo año.
  
  
 
   El General Primo de Rivera, al llegar al poder, se mostró partidario de reducir el gasto militar y de abandonar el Protectorado, argumentando que pacificarlo por completo sería demasiado costoso, y  ridículo seguir manteniéndolo sobre la base de una cadena de blocaos vulnerables y sin agua. Sus planes van a levantar el recelo y la desconfianza de un importante sector de los jefes destinados en África, contrarios al abandonismo, a los que el conflicto marroquí les venia de de perillas para seguir desarrollando sus meteóricas carreras en base a los meritos contraídos en campaña, a costa del sacrificio de militares de reemplazo “hijos de los pobres” que no podían pagar la cuota necesaria para librarse del servicio militar. El ejemplo más significativo de esta corriente de opinión, el joven comandante del Tercio, Francisco Franco Bahamonde que en 1923 con 31 años es ascendido a Teniente Coronel.

Amigos para siempre

   “Lo que pisamos es suelo español, porque lo hemos comprado al mas alto precio y con la moneda más preciada: la sangre española aquí derramada. Rechazamos la idea de retirarnos porque España está en posición de dominar su territorio”.

(Palabras pronunciadas por Francisco Franco durante la tensa cena, con un provocador menú compuesto enteramente de huevos, ofrecida por la Legión al Dictador en el campamento de Ben Tieb en Julio de 1924)

   Mientras se dirimía la continuidad en Marruecos, el flamante Teniente Miguel Gallo Martínez se dedicaba a repeler las agresiones de las que eran objeto las posiciones españolas por parte de las cabilas rifeñas.
   El 26 de marzo de 1924 salió al mando de su sección para montar la protección en el bosque al convoy que procedente de Afernun y Azzus venía a suministrarse a Buharrax.  El ataque del enemigo, apostado en colinas con dominio sobre el camino, causó la baja por muerte de tres soldados y heridos otros tantos, resultando también herido gravemente en los brazos por bala de fusil el Teniente Gallo. Evacuado a la península, tras pasar por los hospitales de Tetuán y Ceuta, se reestablece de sus heridas primero en el hospital Militar de Córdoba y con posterioridad en el de Madrid.
   El 4 de noviembre se reincorpora a su destino en Ceuta.
   Durante su convalecencia, Abd-el-Krim líder de los rifeños (tribu bereber cuyo territorio estaba ubicado al NE. del actual Marruecos) ante los rumores de abandono, había intensificado notablemente las hostilidades, consiguiendo incluso, que gran número de de tropas mercenarias marroquíes (jarcas de regulares) desertaran de las filas españolas.

Mohamed Abd-el-Krim El Jatabi (1882-1963)

   Gallo se reencuentra con su compañía en la posición de Monte Negrón, de cuyo mando se hace cargo, por baja de su capitán, hasta finales de año.
   Durante el primer trimestre del año 1925 al frente de su sección permanece a la defensiva en diferentes blocaos (Ayenab, Zinder, Fuerte de Isabel II, Acueducto).
   Por estas fechas Primo de Rivera ya había cambiado de opinión con respecto al abandono. Abd-el-Krim en su ambición de crear una Republica Independiente del Rif  intentó derrocar al sultán, que era un instrumento del gobierno colonial de Francia. En un principio derrotó a los franceses, pillándolos por sorpresa. Sus avanzadillas llegaron a tan sólo 30 km. de Fez.
   Esto hizo que Primo de Rivera y el comandante francés en África, Henri-Philippe Pétain empezaran a entenderse para una futura acción conjunta.
   En Marzo de 1925 el teniente Miguel Gallo es destinado al Tercio 8ª compañía (3ª bandera) prestando servicios en campaña en el campamento de Beni-Tieb en misiones de reconocimiento, emboscada y protección de convoys. Sus servicios son premiados al ser condecorado con la “Medalla Militar de Marruecos con el pasador de Tetuán”.



   En agosto marcha con su bandera a Melilla, embarcando a renglón seguido para Yazanen donde quedó de practicas de desembarco. Los preparativos para la acción conjunta franco-española sobre la bahía de Alhucemas habían empezado. Los simulacros de desembarco se compaginan con prácticas reales de asalto a posiciones del enemigo. Al acudir con su compañía a socorrer un blocao asediado, en impetuoso asalto a la bayoneta, consiguen romper el cerco resultando levemente herido en un brazo.
   El 8 de septiembre de 1925, mientras que los franceses, al mando del mariscal Pétain avanzan desde Fez, atrayéndose al grueso de las tropas rifeñas, el general y dictador español Miguel Primo de Rivera dirigirá personalmente el desembarco de un numeroso contingente de efectivos al oeste de la bahía de Alhucemas (en la costa mediterránea marroquí).



   A los pocos días, en una segunda oleada de tropas, Miguel Gallo desembarca con su bandera en la playa de Cebadilla, trasladándose inmediatamente a la posición de Morro Nuevo donde quedó formando parte de la columna mandada por el General Emilio Fernández Pérez. En los días siguientes participa de la toma de los cuernos de Xauen y Morro Viejo. Igualmente en vanguardia cooperó en la ocupación del Cerro de las Palomas, Monte Amekran y La Rocosa. Permaneciendo al mando de un destacamento en esta última posición hasta enero de 1926, en que se le concede un permiso de 20 días  para visitar a su familia en Porcuna. Este abandono provisional de su destino, en plena campaña, debe estar forzosamente relacionado con la muerte de su madre acaecida a finales de 1925.

  El 5 de febrero de 1926 se reincorpora a su compañía en el campamento de Ben Cieb hasta el 12 de abril que con su bandera marchó a Dar Drius. Enrolado en diferentes dispositivos de ataque permanece nuevamente expuesto al fuego enemigo. A las ordenes del comandante Francisco García Escámez, después de una penosa marcha que duró 18 horas, agravada por lo abrupto del terreno y la falta absoluta de agua, llegó a los montes Dromedarios sosteniendo fuego con el enemigo y asaltando con su sección, en unión de otra, una loma desde la que se hacía mortífero fuego contra las aliadas tropas francesas.
    Sus servicios serán recompensados, concediéndosele la “Cruz de 1ª clase del Mérito militar, con distintivo rojo” por su distinguido comportamiento durante las campañas de los años 1924-25.
   A partir de aquí, hasta la rendición definitiva del líder rifeño Abd-el-Krim (mayo de 1926), interviene en diferentes ocupaciones y acciones de guerra.
   Una vez pacificado el territorio, se le nombra contador de fondos de su bandera. Se le vuelve a condecorar con la “Medalla de sufrimientos por la Patria” por las heridas sufridas en marzo de 1924, y se le autoriza para adicionar el pasador de Melilla y dos aspas rojas de herido a la Medalla Militar de Marruecos que ya posee.
   El 25 de septiembre se le destina al Regimiento de Infantería Álava nº 56 de guarnición en Málaga y se le concede el distintivo del Tercio, creado por soberana disposición, que conlleva una gratificación anual de 500 pesetas.


   Durante el año de 1927, ya de servicio ordinario en la plaza de Málaga, vuelve a ser condecorado. El Presidente de la Republica Francesa le nombra “Caballero de la Legión de Honor Francesa” y le otorga la Medalla de la misma Orden, por aquella acción de guerra en que liberó del mortífero fuego a las tropas francesas asediadas por rifeños.
   A finales de año, será destinado el Batallón Cazadores de África nº 7 (Larache), en el que permanecerá durante gran parte del de 1928, con mando sobre su primera compañía en diferentes posiciones (Sinana, Benis Aros, T.Zehin). Tras disfrutar de un nuevo permiso de 20 días en Porcuna se le vuelve a cambiar de destino. Tras un efímero paso por el Cazadores de África nº 10 (Alcazarquivir), es destinado al Regimiento de Infantería Granada nº 34 con plaza en Sevilla prestando sus servicios en la Plana Mayor, ya declarado apto y propuesto para el ascenso a Capitán.

23 noviembre 2010

Historiografía castreña del XIX. Fray Miguel Rodríguez Carretero (1749- † ?)


   Las primeras noticias que tenemos sobre este carmelita castreño se las debemos al Rvdo. P. Ismael Martínez Carretero (O. Carm.), insertas en el prólogo presentación de la Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia, edición del año 2000, del manuscrito original de Fray Miguel Rodríguez Carretero rescatado de la Biblioteca Nacional.
   Busca y encuentra en el Archivo de la Real Chancillería de Granada las informaciones De genere, moribus et vita cuando con 15 años de edad, solicita el ingreso en el Convento de la Coronada granadino pese que había convento en su ciudad natal de Castro del Río (Córdoba).


   Su temprana vocación parece motivada por tener parientes en la familia del Carmen, incluso gente importante en otras órdenes.
   Según estos documentos, nace en Castro del Río el 12 de mayo de 1749, y era hijo de  don Nicolás Rodríguez Carretero y de doña Francisca Javiera López Cordobés.
Incluye, dicho expediente, el testimonio de Diego García de Dios que actúa como testigo y certifica:

“A la tercera pregunta dixo que el dho pretendiente, sus padres y abuelos paternos y maternos y los demás sus ascendientes an sido y son todos Cristianos viejos, limpios de toda mala raza, como de Moros, Yndios, Hereges, Mulatos, Gitanos, y que no son de los nuevamente Convertidos, ni penitenciados por el Sto. Oficio ni por otro trivunal de donde se les pueda seguir nota de infamia ni mal nombre, ni an exercitado ni vsado oficios baxos y ruines por cuita causa se le pueda seguir a la Religión afrenta y desdoro, ante si todos an sido y son gente honrada” (1).

   La propia Epytome recoge noticias de su posterior carrera académica y religiosa. Obtiene el Lectorado de Artes en Carmona (1776), varios años de Lectorado en Teología en el Convento cordobés de San Roque, saliendo envestido como lector de esta Sgda.. Facultad junto a otros carmelitas castreños coetáneos como Fr. Juan de Castro y Fr. Juan de la Rosa. 

Mapa de la antigua Provincia Bética del Carmen Calzado

   Con el tiempo adquiere notoriedad dentro de la orden. En 1788 es elegido para representar a la Provincia en el Capitulo General celebrado en Roma.
   Cuando se celebra el Capitulo Provincial en Utrera (1794) ostentaba el cargo de Rector de San Roque.
   En el Capitulo provincial celebrado en Antequera en 1802 fue designado como Vicario General.
   En 1807, cuando da por concluida su Epytome, estaba de Prior en el Convento de Granada, cargo en el que supongo permanecerá hasta los años de la guerra de la Independencia.
   Como consecuencia de la política antirreligiosa propiciada por el invasor napoleónico, el clero regular se reducirá considerablemente, proliferando las exclaustraciones. Será el caso de Fray Miguel, que tendrá que dejar el hábito de su orden.
    En 1810, tras concursar y opositar a los curatos vacantes en el arzobispado de Granada, Miguel Rodríguez Carretero, ex regular de los carmelitas calzados, es nombrado para ocupar la vacante en la iglesia parroquial de San Gil de Granada.
   Esta noticia esta sacada del Diario de Madrid (1ª de septiembre de 1810) y los nombramientos firmados por Don José Napoleón por la Gracia de Dios y por la Constitución del Estado, REI de las Españas y de las Indias


   Liberada Andalucía de las tropas francesas, siguió formando parte del clero secular. En 1814 era aún cura propio de la parroquia de San Gil y examinador sinodal de los obispados de Córdoba, Astorga, Albarracín y arzobispado de Granada.
   Las últimas noticias que tenemos sobre él se remontan al mes de abril de 1817, en que participa de unas rogativas celebradas en la Iglesia del Carmen de Castro del Río en petición de lluvia:

   “Se hizo una magnífica y apreciable solemnidad en esta Iglesia de N. Convento al Stmo. Cristo por agua, pues se necesitaba y deseaba mucho, con asistencia del Ayuntamiento en pleno y todo el Pueblo…..La predicaron los RR.PP.MM. fr. Miguel Rodríguez Carretero y fr. Juan López Quiroga, cada uno una noche, con la prevención de que  de que no hubiera mezcla de ambos sexos para evitar ofensas a Dios, una noche para solos hombres y otra para solas mugeres; todas se llenaba la iglesia con el inmenso concurso. Se saco abundante y copioso fruto por la bondad y misericordia del Señor. Muchas confesiones generales; se reiteraban innumerables y se conoció gran mudanza de costumbres. El referido día 20 en la tarde hubo procesión general de penitencia con asistencia del Clero y del Ayuntamiento; casi todos los vecinos concurrieron, unos con capas, los más pudientes de corto y otros con túnicas y todos con luces. Llevaron al Stmo. Cristo del Carmen los sacerdotes, delante el clero y la comunidad y el R.P.M Quiroga predicaba de cuando en cuando. En medio de la procesión iba N.P.S. Elías como abogado de la Curia y delante de la Sgda Imagen predicaba el R.P.M fr. Miguel Carretero. Junto al Guión predicaba el R.P. fr.Rafael de Castro Cappº Secretº de la provincia. Fue una procesión de rogativas tan cumplida que no ha tenido ejemplar en esta Villa. Después estuvo el Stmo. Cristo en andas 15 días; todas las tardes havía sermón y gran concurso, llovió pero no lo que se deseaba. Antes en las Dominica in Albis 13 del mismo hicieron en la Parroquia otra solemne función a S. marcos con el mismo fin y con la misma asistencia; predico el R.P Guardián de Jaén de Capuchinos excelente sermón. Se deseó mucho el agua” (2).

   Por esta crónica, parece ser que volvió a revestirse con el hábito de la orden carmelita durante los últimos años de su vida.
   En el ensayo bibliográfico de Rafael Ramírez De Arellano, por errata de imprenta o de trascripción se sitúa inexactamente su muerte como acaecida en Granada el 28 de enero de 1775; tampoco puede ser 1875, pues hubiera vivido 124 años. Cuando predica en Castro en 1817 tenía 58 años. Sus apuntes manuscritos sobre la historia de Castro están datados en 1817 y no se conocen obras suyas posteriores. Posiblemente no llegara con vida al trienio liberal y mucho menos a la exclaustración general decretada en 1835.


Su obra:

Epytome historial de los Carmelitas en Andalucía y Murcia. 
Ms. Original 18.118  Biblioteca Nacional.  Autógrafo, 418 hojas en 4º.
   Se trata de una obra abierta, iniciada en 1804  en el Convento de su ciudad natal Castro del Río, dándola por concluida en 1807, estando de Prior del Convento de la ciudad de Granada. Aunque seguirá sumando adiciones sueltas sin gran ilación que llegan hasta 1817. 

   Estos papeles formaron parte del lote de impresos y manuscritos pertenecientes a la biblioteca de don Pascual de Gayangos,  adquiridos por el Estado en 1899 con destino a la Biblioteca Nacional.


   Sus páginas se dedican esencialmente a relatar los avatares del Carmelo Bético desde los primeros años de su fundación y a través de los siglos. Aunque, por su condición de natural de la villa de Castro del Río, son numerosas las referencias a ella, a su convento y a sus moradores:

“Desde que se estableció este Convento en 1555, más de cien hijos del Pueblo han vestido el Santo Ábito; muchos han florecido en letras y virtudes. He referido las memorias de algunos. Número: 16 Maestros hijos suyos, muchos Presentados de Púlpito y actualmente tres o quatro Lectores de Teología, ya presentados de justicia para concluir su carrera literaria con aplauso y honor” (3).

   Aporta reseñas biográficas, más o menos extensas, de algunos de los más destacados R.P. Maestros de la Orden naturales de la villa:

  • Fr. Francisco Fuentes. Teólogo. † 1690.
  • Fr. Martín de Osuna y Rus. Escritor. † 1706.
  • Fr. Simón Moreno Villafranca. Teólogo. † 1707.
  • Fr. Pedro Jacinto Espinar. Asceta y escritor. † 1725.
  • Fr. Andrés Rodríguez Carretero. Predicador. † 1775.
  • Fr. Francisco de la Rosa. † 1795.
  • Fr. Onofre Gutiérrez de Acuña. Predicador. † 1800.
  • Fr. Juan de Castro. Escritor. † 1828.

   Y de otros, que sin ser naturales, estuvieron muy vinculados a su convento como el polifacético R.P.M Fr. Juan Félix Girón (Sevilla 1613-Castro del Río 1684). Dice de él Fr. Miguel:

   “Aunque este famoso carmelita nació en Sevilla, lo reputo también por hijo de Castro. Según las leyes de España, se juzga motivo suficiente por los autores, para que alguno sea tenido en tal, y determinado por natural, pueblo, educación, largo domicilio y muerte…En atención a esto, fue hijo de Castro el R.P.M. Fr. Juan Félix Girón” (4).

   Dedica también unas páginas a la historia de la villa de Castro del Río, a su convento, su fundación, a las riadas por las que se vio afectado y a las hermandades y cofradías que albergaba.

"Resumen histórico de la vida de la venerable madre Sor Narcisa María de la Concepción, religiosa descalza del sagrado orden de Santo Domingo, del convento de Jesús María de Scala Coeli de la villa de Castro del Río, Reyno de Córdoba."



   351p. impresa en Granada el año de 1814 en la imprenta nueva de Francisco Benito Valenzuela, calle de la Colcha. Siendo su autor cura propio de la Iglesia parroquial de San Gil de Granada, examinador sinodal de su Arzobispado, y Obispados de Córdoba, Astorga y Albarracín.
   El único ejemplar de esta obra del que tengo noticia se conserva en el Archivo Histórico Nacional, acompañando al legajo Inquisición-4468, exp.16, sobre la calificación de la vida de la madre Sor Narcisa María de la Concepción hecha en la Inquisición de Córdoba entre 1815 y 1818.




“Borrador de noticias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río, en tiempo de los romanos, Colonia Ituci, Virtus Julia, después Castro Leal, y finalmente Castro del Río”. Escribíoslas un hijo de la expresada villa, cuyo borrador no pudo sacar en limpio, ni ponerlas en mejor estado, ni menos trasladarlo en letra mas clara y limpia.
Año de 1817, en 4º- 103 folios y 7 las. al fin, sin numerar.  

   Tomás Muñoz y  Romero en su “Diccionario bibliográfico-histórico de los antiguos reinos, provincias, ciudades, villas, iglesias y santuarios de España” (1858), refiere que el arqueólogo y epigrafista Aureliano Fernández Guerra tenía extensos apuntamientos de estas “Memorias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río” tomados del original, pero confunde y le atribuye elogios de Bartolomé José Gallardo, cuando su verdadera destinataria era la obra de su amigo y favorecedor Fray Juan de Castro.

   Cuando en 1833, se descubre en el "Cortijo de las Vírgenes" (Torreparedones), el sepulcro de los Pompeyos, Fernández Guerra, que se interesó por el hallazgo, realizó dibujos de todos los objetos y de la situación en que se encontraron las trece urnas que contenía, todas menos una con inscripción, indicando incluso los restos de minio que todavía se conservaban en alguna de ellas; levantó planos topográficos de la zona y recabó para ello toda la documentación necesaria tanto por medio del trabajo de campo como del de archivo. Sería por estas fechas cuando se acercaría por Castro del Río para documentarse al efecto, tomando apuntes del manuscrito original de las memorias de Fray Miguel, posiblemente ya fallecido.

Cámara sepulcral de la familia Pompeya




Fernández Guerra era íntimo de Bartolomé José Gallardo, con el que mantenía asidua correspondencia. Ya residiendo éste en la corte, tras cesar las persecuciones contra los liberales, era de su propiedad una arquita con huesos de los encontrados en las tumbas sepulcrales de la familia de los Pompeyos y un vidrio de la vasija que contenía la luz inextinguible, llegando a publicar un artículo, sobre esta invención o hallazgo, en el Vapor de Barcelona (5).



   Fr. Miguel dejó dos hermanos en su religión, el R.P. Presentado, Fr. Juan Rodríguez Carretero, colegial de San Roque, Pred. Conv. del de Granada de este de Castro. Supp. R. del Colegio de San Pedro y San Pablo, antes M. de Gramática de éste 16 años y lo es al presente, y el otro hermano el que esto escribe (6).

   “El que esto escribe” es aquel mismo que se preocupaba por el destino final de los legajos de Fr. Juan de Castro expuestos al terrible horno bizcochero de las madres dominicas de Castro del Río. Heredaría de su hermano de sangre y de religión la afición por los temas históricos, y le presuponemos como custodio de parte de su legado documental. Ramírez de Arellano le cita como autor de un “Catálogo inédito de hijos de Castro”.
  
   Otros hermanos de sangre de esta terna de frailes carmelitas de Castro del Río fueron:

·         Rudesindo Rodríguez Carretero López. En 1818 ocupaba el puesto 29 entre los contribuyentes por riqueza territorial, asimilado a la categoría de los grandes y medianos propietarios no arrendatarios. En 1821 viudo, sin descendencia.
·         Antonio Rodríguez Carretero. En 1820 Notario del Santo Oficio y Presidente del Pósito, con habitación en la calle Córdoba, casado con Mª Josefa Sánchez Salinero (7).

   En esta familia de propietarios castreños se reproduce el esquema tradicional de herencia, transmisión y perpetuación de la propiedad durante el Antiguo Régimen. El primogénito que hereda y explota las tierras, un segundo hermano con cargos y empleos civiles, y el resto de varones religiosos.

   El manuscrito original, con el tiempo pasaría a engrosar el fondo documental de Rafael Ramírez de Arellano. Cuando éste, durante la segunda década del siglo XX, redacta su ensayo bibliográfico ya era de su propiedad. Su ubicación actual, una incógnita.
   Rafael Ramírez de Arellano llegó incluso a publicar algunas de las noticias en él recogidas. En el nº 5 (octubre 1919) del Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en la sección de documentos inéditos incluye una copia hecha a principios del siglo XIX por Fray Miguel Rodríguez Carretero, historiador de Castro, su patria, del libro de memorias de la parroquia de Castro del Río en el que se relata el Viaje del cadáver de D. Fernando el Católico a Granada:




   José Oliver y Hurtado en Munda Pompeiana (1861) también hace referencia a las Memorias de Fr. Miguel “hasta hoy no publicadas, a pesar de ser natural de esta villa”. Parece haber tenido acceso a éllas pues incluye alguna de sus opiniones:

 “El Cortijo de Cabriñana (dice), donde estuvo establecida la antigua población de Castra Posthumiana, dista de Castro una legua. En el asiento del cortijo se registran rastros de población o de un famoso castillo, viejas ruinas de cimientos, edificios, cascos de teja, ladrillos y otros vestigios del referido pueblo”.



(1)   P.Mº Fr. Miguel Rodríguez Carretero / Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia. Primera edición del manuscrito original de la B.N.E. Sevilla 2000. Presentación de la obra a cargo de Ismael Martínez Carretero (O.Carm).
(2)   Ibidem. Apéndice documental, pag. 488.
(3)   Ibidem, pag.480.
(4)   Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba”.Tomo II. Obra premiada por la Biblioteca Nacional en el concurso público de 1916 e impresa a expensas del estado. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, MCMXXI.
(5)   Ángel M. de Barcia / D. Francisco de Borja Pavón: traducciones de poetas latinos. En Revista de archivos, bibliotecas y museos. Año X. Abril - Mayo de 1906. Contiene numerosas anotaciones de Francisco de Borja sobre sus visitas en Madrid a Bartolomé José Gallardo.
(6)   Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo… Tomo I.
(7)   Francisco López Villatoro / La Villa de Castro del Río (1823-1923). Aspectos económicos, políticos y sociales. Diputación Provincial de Córdoba, 1998. Apéndices documentales.


 

20 noviembre 2010

Fernando Delgado. Los padres (2ª parte).

Compañía Cómico Dramática Delgado Caro-Martínez Tovar.


   En septiembre de 1923, casi a la par de la naciente dictadura militar, Luís Martínez de Tovar crea compañía propia, con la señorita Julia Delgado Caro como primera actriz, “que por sus grandes meritos ha conseguido en poco tiempo sólido prestigio”.
   Tras una gira por provincias, ya en 1924 se asocian artísticamente al veterano actor sevillano Hermenegildo Ruiz Tatay, quedándose con la explotación, del hasta entonces especializado en el género lírico verdoso, Teatro Martín de la capital. Apuestan por el buen arte, y estrenaran entre otras: “Los lobos del lugar” del poeta almeriense Álvarez de Sotomayor; “El yunque”, el discutido drama de López Merino, rechazado por varias empresas de Madrid y que en la gira de provincias cosechó resonantes éxitos; “Sobre la ley” de Enrique Contreras y Camargo.

    Experimentan con un nuevo género, bautizado como comedia flamenca, al poner en escena  “Málaga, ciudad bravía” de la que es coautor Martínez Tovar junto a Manuel Ruiz Aguirre. Se busca un nuevo aliciente para que el público acuda al teatro, incorporando al Niño Marchena (popular rey del fandanguillo), que participa con sus cantes en el segundo acto de la comedia.
   La fuerte competencia de las tablas madrileñas lleva a que a finales de año se disuelva amistosamente la sociedad.


   Martínez Tovar es reclamado por la veterana Maria Guerrero, para sustituir a Thuiller para la temporada del Princesa, y en cuya compañía permanecerá enrolado todo el año 1925.
   Julia parece tomarse un descanso para preparar su compromiso nupcial.
   La anunciada boda se celebra en abril de 1926 en la parroquia de Covadonga de la corte, actuando de padrinos Alejandrina Caro y Federico Reparaz, saliendo a renglón seguido de viaje de novios para Paris y otras ciudades de Europa.
   El nuevo matrimonio volverá a conformar compañía propia de cuyo elenco formaran parte su inseparable familia artística (Alejandrina Caro, Ángel Sala, Salvador y Fernando Sala Caro).

 Angel Sala Leyda (sombrero), Alejandrina, Julia y Luís magistralmente caracterizado.

   A partir de entonces, un continuo peregrinaje por diferentes escenarios del país, casi sin interrupción, durante lo que resta de década (giras por Castilla, Cataluña, Baleares, región levantina, Murcia, Andalucía, Extremadura…).
   Martínez Tovar se sigue prodigando en su doble faceta de actor y comediógrafo incorporando a su repertorio obras de su autoría: “Los intrusos”, “La hermana y el cura”, “Er niño e Dios”, “El único”…
   Meritoria, por participar de ese afán de llevar el teatro a los pueblos, la escenificación en El Toboso (Toledo) en mayo de 1926, en un improvisado tablado al aire libre, de una adaptación del Quijote (Martín Acacior pseudónimo), en las que Luis Martínez y Julia Delgado (recién casados) representaron al Ingenioso Hidalgo y a Dulcinea respectivamente, ante un público ingenuo y bien intencionado, que en cordial correspondencia espiritual e intima, comulgó en la quijotería purisima que trasciende de la obra y sintió el noble estimulo de los altos propósitos.

   Por proximidad geográfica me detengo en la exitosa campaña de primavera del año 1927 realizada en el Teatro Duque de Rivas de la capital cordobesa. En la noche del beneficio de su primera actriz, se puso en escena “El único” donde “su talento y exquisita sensibilidad artística se hicieron patentes, la selecta concurrencia así lo entendió aplaudiendo largamente”.
   Esta obra, que se presenta como original de Luís Krausell, pertenece al propio Martínez Tovar escrita con el eficaz concurso de su asiduo colaborador Rafael Segovia Ramos.


   Con la utilización del pseudónimo se pretendería conseguir una efectista impronta de modernidad ante el público de provincias.

   El teatro en provincias requería, por parte de los cómicos, de una gran capacidad de adaptación a la particular idiosincrasia de los públicos. En algunos lugares, a requerimiento del empresario que los contrataba, se veían obligados a estrenar, casi sin tiempo para los ensayos, obras de dudosa calidad escénica de literatos locales, que podían presumir así de haber visto su obra estrenada por una eminente compañía. En aquellos lugares en que el auditorio era esencialmente obrero y republicano tenían que tirar del repertorio al gusto, como el famoso drama social “Juan José” representado en Tortosa el primero de mayo de 1929 como homenaje a la memoria de Dicenta y en solidaridad con la clase trabajadora española.
   En febrero de 1931, interrumpen su tournée por la baja Andalucía, dirección Madrid y aprovechar así la ocasión que se les ofrece de presentar ante el publico madrileño a la “notable y bella comediante Julia Delgado Caro”, ingresando ambos en la formación reunida por Ofelia de Aragón y Ramiro de la Mata, con la que debutan en el Maravillas.




   La irrupción del cine sonoro, a principios de la década de los 30, despierta ciertas expectativas de éxito y de gloria entre los cómicos españoles. La famosa productora Paramount había montado unos estudios cinematográficos en Joinville (Paris), para abastecer la creciente demanda por parte del mercado español y latinoamericano. Allí recalará Luís Martínez Tovar, junto a otros consagrados profesionales españoles (Carlos M. Baena, Pepe Medina, Martori, señorita Guerrero de Luna, Antonia Colomé…)  contratados para el doblaje, como paso previo al rodaje, de cintas americanas. Lo que parecía ser tierra de promisión termina en un gran fiasco.  Las leoninas condiciones de trabajo, falsas expectativas fomentadas por pícaros intermediarios, les hacen desistir del empeño para regresar a España un tanto desengañados.

 ¡Jodidos peliculeros!


   La proclamación de la II República afectará también al mundo del teatro, que tendrá que adaptar sus repertorios a la efervescencia política y social que se vive después de los años de Dictadura. La Compañía Delgado Caro-Martínez Tovar se hará con los derechos de la adaptación al teatro de la celebre novela de Vicente Blasco Ibáñez “La Bodega”, para la nueva tournée que inician por Extremadura, que acompañan de la generosa idea de dar en cada ciudad una función a beneficio de los obreros parados.
    


   A finales de 1931 Luís Martínez Tovar engrosa la lista de la compañía dirigida por Cipriano Rivas Cherif, formada ex profeso para el estreno en el teatro Beatriz de la adaptación de la famosa obra de Ramón Pérez de Ayala titulada “A.M.D.G.” (La vida en un colegio de jesuitas).
   La que fue anunciada como sonado acontecimiento teatral, terminaría en un sonoro escándalo: cierto número de espectadores se mostró disconforme con la tendencia de la obra, y exteriorizó su protesta en forma ruidosa, lo que impidió el normal desarrollo de la función y que dio lugar a una contraprotesta. Entre los bandos se cruzaron insultos y denuestos, y los más exaltados se agredieron mutuamente. En la refriega resultaron deshechas 20 butacas. Con la llegada de los guardias de asalto, fueron sacados los alborotadores, que una vez en la calle, reprodujeron el escándalo, viéndose esta obligada a cargar y a efectuar varias detenciones.


   Aquel incidente revierte en beneficio del éxito de la obra, por lo que el grupo de los actores que participaron en su estreno forman compañía propia, que a principios de febrero de 1932 inician sus representaciones por Cataluña, de la que pronto separan Julia y Luís, que con un renovado elenco se lanzan de nuevo de gira por provincias.
   De aquella temporada a destacar el éxito alcanzado en el teatro La Libertad de Valencia con el drama social contemporáneo “El Mahdi, salvador del Mundo”, original de Luís Krausell - Segovia Ramos. Los espectadores y la crítica – que elogian unánimente la obra y su interpretación- han visto en este drama la contrafigura de Ghandi y la lucha entre oprimidos y opresores. Estrenan también exitosamente la comedia “Mamá Isabel” original de los mismos autores.

   El año de 1933 lo inician por separado. Mientras que Julia Delgado Caro junto al notable actor Francisco Ros, atiende algunos compromisos adquiridos por la región murciana,  Luís Martínez Tovar es contratado como actor de carácter por la compañía que encabezan Maria Basso y Nicolás Navarro. Realizaran una gira por el norte, llevando en cartel “Los muertos mandan” la adaptación para el teatro de la novela de Blasco Ibáñez realizada por Ceferino Palencia Tubau, gobernador civil de Teruel, hijo del homónimo empresario teatral y de la gran actriz Maria Tubau con los que Alejandrina Caro (también inmersa en esta gira) realizara una tournée por América a finales del XIX. 
   
   La temporada de primavera  la hará en el Teatro Eslava junto a Anita Adamuz y Emilio Thuillier representando la “Lola se va a los puertos” de los Machado, el drama en verso “Prostitución” de Fernández Ardavín y la tragedia de Lenormand “Asia” vertida al castellano por Arturo Mori. Este mismo repertorio es estrenado en el Teatro Ruzafa de Valencia con gran éxito.
   Año de incesante actividad para Luis Martínez que regresa a las tablas madrileñas en el Colyseum con “Francisco de Asís” (colección de estampas franciscanas en diez cuadros). La prensa especializada (esos que entraban gratis al teatro exhibiendo un carné) refiere la pulcra verificación realizada por los actores, el vestuario hecho con profuso conocimiento de la época y del lugar, y el moderno y estilizado decorado de Sigfrido Burman. Sólo harán reparo a los hermanos pájaroscon los que se comete un anacronismo de peso al mostrarnos una copiosa colección de aves tropicales cuando ni los versos las evocan ni la época, bien anterior al descubrimiento de esta fauna, lo reclama”.

 Drama histórico religioso Francisco de Asís (M. Tovar)
 
   En septiembre nueva excursión por provincias en compañía de Julia Delgado que se prolonga hasta la primavera del año siguiente.

   Por fin en 1934 a Luis Martínez Tovar le llega la oportunidad de asomarse a la gran pantalla. Su nombre suena para varios proyectos cinematográficos que no llegan a materializarse. Tendrá que esperar al verano para participar en el rodaje de “La Hermana San Sulpicio” dirigida por Florián Rey, junto a Imperio Argentina, Manuel Ligero, Anita Adamuz, Fernández de Córdoba y Salvador Soler.
   El buen momento profesional por el que atraviesa, al que hay que sumar los ingresos generados por obras de su creación demandadas y representadas por otras compañías, podrían haber influido en que su mujer Julia Delgado desaparezca de escena, no teniéndose noticia alguna suya durante estos años.
   En 1935 se embarca en nuevos proyectos en los que compagina su doble faceta de actor y comediógrafo. Lo vuelve a intentar con “La serrana mas serrana” comedia lírico-flamenca estrenada en el cine Ideal de la que es autor, libro en que exalta los afanes y sinsabores de una serrana honradísima, donde se entreveran cantes y bailes andaluces, que interpretan algunos de los mas celebrados ases del genero: Estrellita Castro, Niño de Utrera, Niño Sabicas, Román García y el bailaor paco Serna.



   El éxito alcanzado con esta obra le servirá para ser reclamado nuevamente por la industria cinematográfica nacional para el rodaje de “Paloma de mis amores” comedia lírica  dirigida por Fernando Roldan, en la que comparte protagonismo junto al notable cantaor y único en su genero Pepe Marchena y la joven bailarina Ana María. La película no sería estrenada hasta marzo de 1936.
   La temporada teatral 1935-36 lo encontramos en el Teatro Español en la compañía Borras- Calvo en la que seguirá danto constantes pruebas de la ductilidad de su talento artístico.


Teatro de Guerra: Madrid bajo las bombas.

   En agosto de 1936 Julia Delgado Caro y Luís Martínez Tovar vuelven a subirse juntos a un escenario en el Festival pro heridos y Hospitales de sangre, organizado por la agrupación profesional de periodistas afecta a la UGT.
  Celebrado en el Palacio de la Música, con un programa doble compuesto de dos películas cortas, seguidas de monólogos, poesías y charlas a cargo de notables artistas muy estimados por el público. Junto a nuestra pareja intervienen: Catalina Barcena, Ana Maria Custodio, Rafael Rivelles, Paco Fuentes, Valeriano León, Miguel Ligero, Luís Heredia, Mariano Ozores, y Juan de Orduña entre otros. Fin de fiesta a cargo de la Argentinita.
   No volvemos a tener más noticias de Martínez Tovar, ni conocemos las circunstancias de su muerte acaecida en 1938.
   Julia, que pocos días antes del 18 de julio participaba en un lúdico concierto de canto organizado por la soprano lírica señorita Maribert en el Círculo de Bellas Artes, se verá obligada, por las circunstancias de la guerra, a retomar su carrera aparcada años atrás.
   En 1937 integra la compañía titulada Teatro de Arte y Propaganda  dirigida por Maria Teresa León que actúa en el Teatro de la Zarzuela, con un repertorio en base a una selección de obras extranjeras, a excepción de las del malogrado Federico García Lorca.

Mª Teresa León y Rafael Alberti
Algunas obras representadas:

  • “La tragedia optimista”, drama sobre la guerra civil rusa escrito por Vsevolov Vischnieweski, adaptado por la pluma traductora de Maria Teresa León. Julia Delgado con un papel episódico.
  • “Numancia” de Miguel de Cervantes – versión de Rafael Alberti.
Nuestro grito de ahora frente a los invasores extranjeros, “No pasaran”, tiene su antecedente brioso y  glorificado en nuestros antecesores numantinos. Por ello Numancia llega a la escena con la oportunidad de exaltación del patriotismo.

Julia Delgado Caro destacó en su papel de “Una mujer” con el arte de comediante irreprochable que ella posee. El niño Fernando (Martínez) Delgado participó de la puesta en escena.

   La posterior carrera artística de Julia Delgado Caro es sobradamente conocida por los aficionados al cine y al teatro, por lo que no me voy a detener en ella. Solamente referenciar su participación como secundaria en películas de la mano de grandes maestros del cine español como Juan Antonio Bardem (Muerte de un ciclista) o el recientemente desaparecido Luís García Berlanga (Placido).


   Para la elaboración de este serie sobre este autentico linaje de cómicos españoles, me he valido casi exclusivamente de referencias tomadas de las hemerotecas digitales, alguna que otra bibliográfica, tomada también de la red y lo datos que se aportan en emilito.org sobre la genealogía del apellido Graciani.

16 noviembre 2010

Historiografía castreña del XIX: Fray Juan de Castro (1741-1828).





   “Nació Juan en Castro del Río, el día 22 de septiembre del año 1741, a las once y media de la noche, hijo de don Lucas de Castro y de doña Flora Maria Gutiérrez; abuelos paternos, Juan Antonio de Castro y María Antonia Millán; abuelos maternos, Andrés Gutiérrez y Rosa María Villatoro y Rus, compadres, Juan Antonio de Castro y María Antonia Millán. Fue bautizado por Don Andrés de la Peña Tercero”.

   Autor de “De los escritores naturales de Castro del Río, que han dado a la imprenta alguna de sus obras”, fragmentos históricos que para conservar su buena memoria recogió y escribió un Fraile del Carmen en el convento de la misma villa. Se comenzó el año de 1804.
Manuscrito original en 4º-411 páginas y 12 más de principios. El autor, cuando esto se escribe, es de edad de ochenta y seis años (Castro del Río a 7 de septiembre de 1827).

   Estos datos pertenecen a los apuntamientos realizados por el bibliófilo, bibliógrafo y bibliotecario de las Cortes de Cádiz, Bartolomé José Gallardo, durante los primeros meses de su destierro o confinamiento en la villa de Castro del Río, plasmados y publicados, ya después de muerto, en la que es considerada como su mas grande obra: “Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos” (1)
   Gallardo, había recalado en Castro, merced a la deferencia del subdelegado del gobierno absolutista de Fernando VII en la provincia de Córdoba, Don Francisco González de Argandeña, que pensó que “en Castro darían buena cuenta de él, por ser en este pueblo muy absolutistas y enemigos de los liberales”.
   
  
    "En esta villa, si la mayoría de los vecinos lo miraban de reojo o con aversión, no dejó de encontrar algunas personas, que sin participar de sus opiniones, lo tratasen con benevolencia y afabilidad, y entre ellas el V.P Maestro Fray Juan de Castro, sabio y virtuoso carmelita calzado, con quien trabo amistad con motivo de frecuentar la biblioteca del convento”.
  “Si no lograron su intención los de Castro, pues lo habían mandado para que lo asesinasen allí, no dejo de sufrir algunos ultrajes y molestias. En una ocasión se atrevió un voluntario realista encontrándolo en la calle a insultarlo de palabra y a maltratarlo de obra tirándole algunos ladrillazos. Creemos que Gallardo se quejó a la autoridad de tal insulto; pero no recordamos el fin que tuvo esta ocurrencia.
Por un efecto de la claridad y descaro con que una vez se expresó hallándose en las casas del ayuntamiento de Castro, diciendo que las leyes no se extendían a las opiniones sino a los actos exteriores únicamente, y que el siempre pensaría como mejor le pareciera, sus enemigos, aprovechándose de esta confesión que creyeron o afectaron que era criminal, le formaron causa en 1829, y lo tuvieron preso en la cárcel algunos meses, de la cual salió después de haber sufrido los disgustos y malos ratos que se dejan entender, y tenido que hacer gastos, tanto mas gravosos, cuanto Gallardo no disfrutaba de facultades muy amplias” (2).
  
   Gallardo, que habitaba en una pequeña casa de familia pobre, cerca del Convento del Carmen, terminaría por compartir vida con esta comunidad de frailes, por cuya circunstancia se daba el título de Sr. Forzado y de Sr. Bartolo.
“Es fama que tal residencia no le fue muy desagradable, ora por tener allí a su disposición una curiosa biblioteca, ora por la consideración y el cariño con que le trataban los individuos de la comunidad”. Aunque por sus cartas sabemos que no fue tan tranquila su existencia, cuando, con su particular ironía, disimula su posición al decir “que rodando mundo, se dejó ir a aquella amenísima y encantadora ciudad de Valencia” (3).
   La amistad y el trato con el P.M Juan de Castro, hombre piadoso y venerado en la villa del Guadajoz, con quién paseaba por sus calles, le sirvió para desarmar en gran parte la tormenta contra él. Ya en 1830, escribe Gallardo desde Castro: “(…) últimamente era aquí bien visto y apreciado de todos, pero siempre aborrecido por Calderón y algunos realistas” (4).

   
     Gracias a Bartolomé J. Gallardo, que le dedica una entrada a Fray Juan de Castro en su Ensayo, en agradecimiento al amigo favorecedor que le había ayudado a sobrellevar la amargura del destierro, conocemos el contenido de la obra historiográfica de este carmelita castreño.

   En una primera parte se ocupa de reseñar a los naturales:



1)      Don Juan de Leiva, obispo de Almería (1630-1704).
2)      Dr. Don Cristóbal López de Cañete, presbítero (1567-1637).
3)      Fray Martín de Osuna y Rus, carmelita (1630-1706).
4)      Fray Pedro Jacinto de Espinar, carmelita (1647-1725).
5)      Ldo. Don Juan Pedro Moreno y Arias (1710-1776).
6)      Dr. Don José de Astorga y Baquerizo (1743-1797).
7)      Dr. Don Juan de Astorga y Baquerizo (1750-1821).
8)      Fray Juan de la Rosa, carmelita (1743-1812).
9)      Don Juan José Jurado Valdelomar, guardiamarina (1763- aún vive en 1827)
10)   Fray Francisco Sánchez de Feria (1744- vive). Hijo del Dr. Don Bartolomé Sánchez de Feria.
11)   El propio padre Castro.

Pero además de estos escritores, da el padre Castro noticias curiosas acerca de otros, de quienes por incidencia se le ofrece hablar; todos con el mas atinado pulso y veracidad.

En un apartado que intitula Escritores de Castro, especies sueltas, menciona a:

  • Fray Bernardo de Leiva, autor del manuscrito “Dictamen en respuesta a cierta consulta sobre si sea lícito, o al menos conveniente, dar libertada a los esclavos”, dado en el convento de Castro del Río, a 13 de marzo de 1643.
  • Licenciado Pedro de Espinosa, que fundó una capellanía perpetúa en la parroquial de Santiago de Baza.
  • Fray Bartolomé de los Mártires, que se llamo en el siglo Bartolomé de Osuna, que tomó el hábito de carmelita calzado, después de haber sido párroco de Castro en 1633.
  • Vida del Ilmo. Fray J. Feijoo de Villalobos, escritor carmelita.

También dedica unas páginas a otros escritores, que sin ser castreños, se ocuparon de su historia:

Fray Juan Félix Girón


  • Vida del padre maestro Fray Juan Félix Girón (1613-1684), p.242.
  • Vida de don Bartolomé Sánchez de Feria (1719-1783), medico cordobés, p.366.

Y otras, a dar noticias sueltas sobre su historia:

  • Osca, ciudad antigua, a una legua de Castro, hoy es un despoblado llamado Iscar, p.153.
  • Ategua, hoy Teba (es un cortijo diferente de la villa de Teba, junto a Hardales), p.177.
  • Castro fue ganado a los moros en 1232, p.155.
  • En 1559 se estrenó el convento de carmelitas de Castro del Río, p.239.
  • Fray J. Paniagua, lego morador del convento de Castro, que murió en 1723 a la edad de ciento y dos años, p.241.


Gallardo, incluye así mismo la obra teológica y filosófica del padre maestro Castro:

  • “Carta de un amigo a otro, en la cual le manifiesta su dictamen sobre la Teología llamada del Arzobispo de León”. Su data: de este convento del Carmen de Castro del Río a 13 de noviembre de 1799. Este papel se imprimió por primera vez, sin nombre del autor y sin su noticia, en Baeza, en la oficina de don Agustín de Dobla, el año de 1802, por una copia incorrecta. Se reimprimió con otro papel intitulado: “Examen del curso de instituciones teológicas del arzobispo de León, conocidas bajo el nombre de Teología Lugdunense…Madrid, oficina de don Francisco Martínez Dávila, impresor de Cámara de S.M., 1828, 8º.
  • “Colección de sermones panegíricos y morales”. Manuscrito, tres tomos, en 4º.
  • “Allocatio gratulatoria”
  • “Método práctico o plan de estudios que se observa en el colegio de San Roque de Córdoba, ordenado por el maestro regente”.
  • “Carta en que se trata del Breviario Carmelitano”.
  • “Dictamen o juicio que en la Universidad de Osuna defendió don Baltasar Cosió, y presidió don Manuel Flores, su maestro, catedrático de filosofía en la misma Real Universidad, el día 19 de julio de 1799. En este escrito trabajado por encargo del obispo de aquella ciudad, se descubre la falacia de aquel catedrático, y los paliados errores filosóficos y teológicos de su papel en idioma vulgar, etc.”.

   Otro carmelita natural de Castro del Río, el P.M. Fray Miguel Rodríguez Carretero, que también se ocupó de la historia de Castro, y a quien le dedicaremos una entrada aparte, en su Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia (primera edición del ms. original 18.118 de la Biblioteca Nacional de Madrid, datado en 1817) también se ocupa del R.P Maestro Fray Juan de Castro:

   “Vive y existe aún, en dicho convento de Castro, hijo de él y natural de la misma villa, insigne varón en letras y virtud; leyó los 12 años en Córdoba y tres de Filosofía en la Casa Grande y los nueve de Theología en el Convento de San Roque con grande fama y aclamación en el teatro; gran Theólogo, famoso moralista y muy instruido en la mística, en la historia de su Religión, en las ceremonias y rúbricas. Tiene escritos quatro tomos en 4º, dignos de verdad de la prensa; tres de sermones selectos y algunas consultas, y el resumen de la vida del Ylmo. Sr., D. Juan de Leyva, Obispo de Almería, con algunos artículos de otros hijos escritores de Castro. En quanto a su virtud, es ejemplar de la provincia, tan observante del instituto que a nada falta, tan retirado que sólo a los actos de Comunidad sale de su celda. A la calle dos vezes en la semana, semper cum socio y eso a confesar religiosas, siendo ocupado en la lectura, en la oración y en las buenas obras. En tenor de la vida que emprendió desde Corista y principalmente desde que se ordenó lo ha continuado con tanto tesón y constancia que no ha tenido ni se le ha notado la menor mudanza o novedad. En Córdoba, en Castro donde solamente ha vivido y en toda la provincia, es universal la fama de su sabia doctrina y virtud; cuenta ya 75 años de edad llenos de meritos y santas obras” (5).



    Rafael Ramírez de Arellano en su “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba” se limita a transcribir íntegramente  el artículo del ensayo de Gallardo, e incluye como novedad, la información tomada de un catalogo inédito de hijos de Castro perteneciente a un Rodríguez Carretero, hermano menor de Fray Miguel, a quien presuponemos como custodio de los manuscritos de éste.
   En las entradas que dediqué en su día a Fray Juan Félix Girón, erróneamente sitúo a éste a principios del siglo XX, por considerarlo como coetáneo e informante de Rafael Ramírez que publicó su obra en 1916.
   La información que incluye Ramírez de Arellano (tomada de Rodríguez Carretero) debe corresponderse con la mitad del siglo XIX, después de la desamortización de Mendizábal y la consiguiente exclaustración de los frailes del convento del Carmen de Castro del Río.

Dice Rodríguez Carretero (menor):
   “He visitado el convento de monjas de Castro, y preguntándole a su superiora por las obras que quedan reseñadas, me dijo que tanto esas como la del obispo Juan de Leyva las habían destruido, gastando las hojas en el horno para que no se manchasen de ceniza las tortillas de azúcar al cocerlas. Tienen aún dos canastas de cartas y papeles de Fray Juan de Castro, enlegajados y rotulados por él, que me prometieron no quemar, pero de cuya promesa no puedo por menos de dudar. Aunque hemos advertido al señor obispo del peligro que corren tales papeles, no creemos que los reclame ni salve del terrible horno” (6).
   Los desvelos de este castreño defensor del patrimonio documental, como el mismo intuye, no creo que surtieran efecto y el destino de los papeles de Fray Juan de Castro nos lo podemos imaginar.
  
   Don José Navajas Bravo, en su inconclusa Historia de la Noble y Leal Villa de Castro del Río (1909), utiliza como fuente los escritos sobre la historia local de Fray Juan Félix Girón, Sánchez de Feria y  Juan José Jurado Valdelomar (a quién le dedicaremos otra entrada), pero no menciona para nada a Fray Juan de Castro. Esto me induce a pensar, que aquellos manuscritos ubicados en el convento de las madres dominicas de Jesús y María de Scala Coelli se seguirían utilizando como base para hornear las bizcochas, y se perderían para siempre.

   La última noticia que tenemos sobre él se debe a Antonio Saraza Murcia, que publica en 1927 un reportaje histórico con fotografía sobre la villa de Castro del Río, en  Andalucía: Revista Regional-Órgano de Turismo que el mismo dirige.
   Lo incluye entre los hijos ilustres de Castro que mas renombre alcanzaron en las páginas de la historia, y nos informa sobre el año de su muerte  y el lugar de su sepultura: “delante de la sacristía de la iglesia del Carmen esta enterrado Fray Juan de Castro, sabio y virtuoso varón natural de esta villa que murió en 1828(7).


   Desconozco si en la actualidad delante de la sacristía de la Iglesia del Carmen, después de las destrucciones, reconstrucciones y sucesivas reformas, permanecen los restos de Fray Juan de Castro, o al menos, alguna lápida o inscripción que recuerde su paso por la vida. Podría intentar informarme, pero por aquello de hacer esto un poco más participativo, casi prefiero que sea algún castreño quien lo haga.





Ent. relacionada: "Letras encadenadas" (los manuscritos conventuales de Castro del Río)

(1) “Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos”. Formada con los apuntamientos de Don Bartolomé José Gallardo, coordinados y aumentados por D. Al. R. Barco del Valle y D. J. Sancho Rayón. Tomo II. Imprenta y estereotipia de D. Manuel de Rivadeneyra. Madrid, 1866.

(2) Luís María Ramírez de las Casas Deza en Semanario Pintoresco Español (mayo-junio de 1853) se convirtió en su primer biógrafo, al publicar por entregas, varios artículos sobre la trayectoria vital del  polifacético Bartolomé José Gallardo. Su amistad parece remontarse a su etapa de destierro en Castro del Río (Córdoba) durante la cual mantuvo una profusa correspondencia con él, incluso llego a visitarle.

(3) “Cartas familiares de D. Bartolomé José Gallardo”, en Boletín de la Real Academia de la Historia de 1875.

(4) Antonio Flores Muñoz/ Castro el Río y D. Bartolomé Gallardo (1827-1831). Revista de Feria de Castro del Río, 1990.
Interesante y bien documentado trabajo de este bibliotecario cordobés asiduo colaborador en esta  publicación local. Utiliza la correspondencia epistolar salida de la pluma de Gallardo, durante su destierro castreño, recogida en los trabajos de Rodríguez Moñino y Miguel Artigas.

(5) P.M. Fray Miguel Rodríguez Carretero / Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia (primera edición del ms. original 18.118 de la Biblioteca Nacional de Madrid, preparada por el Rvdo. Padre Ismael Martínez Carretero, de la misma orden). Sevilla 2000.
 
   Quiero aprovechar la ocasión, para trasmitir mi agradecimiento a la comunidad del convento de carmelitas del Buen Suceso de Sevilla, por haber hecho llegar esta obra hasta mis manos.
       
(6)  Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba”.Obra premiada por la Biblioteca Nacional en el concurso público de 1916 e impresa a expensas del estado. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid,

(7) Antonio Saraza Murcia en Andalucía: Revista Regional-Órgano de Turismo. Córdoba, febrero de 1927.

Entradas complementarias:

Letras encadenadas: "Los manuscritos conventuales de Castro del Río".
Noticias sobre la Hermandad de la Aurora de Castro del Río.
Noticia sobre el oratorio de la callejita de los Dolores.